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Señor Presidente: Usted es el padre de mis trillizos

—M... ¡Marissa! ¿Son mis hijos? —Los ojos de Rafael no se apartaban del rostro adorable de los niños. —No, Rafael. No lo son —dijo Marissa con una sonrisa fingida—. No son tuyos. ¿Recuerdas? —pestañeó de manera bastante dramática—. ¡Nunca nos casamos! Valerie Aaron, la hermana mayor de Marissa Aaron, dejó plantado a su novio ciego el día de su boda y se fugó. Para salvar las apariencias, la familia de Merissa le rogó que se casara con Raphael Sinclair. ¿La ironía? No se le permitió decirle a su esposo ciego que ella no era Valerie sino Merissa Aaron. El día de la exitosa cirugía ocular de Raphael, Marissa se enteró de que Valerie había vuelto para tomar su legítimo lugar como nuera de Sinclaire. Marissa intentó explicarle a su esposo que ella era la que estaba casada con él, pero él no le creyó. En vez de seguir convenciéndolo, la desconsolada Merissa decidió dejar la ciudad sin contarle su secreto. Raphael Sinclair era la definición clásica de una belleza impactante y era el único heredero del grupo de industrias Sinclair. ¿Qué haría él cuando se enterara que todo este tiempo la mujer que le ofreció su amor y su cuerpo no era Valerie sino su hermana menor Marissa Aaron? ¿Cómo reaccionaría al saber que era el padre de los bebés que Marissa llevaba en su vientre? ¿Iría tras Marissa para recuperarla? ¡Y la pregunta del millón! ¿Podrá Marissa alguna vez perdonarlo y volver a amarlo?

JessicaKaye911 · 现代言情
分數不夠
409 Chs

238- La Noche

Marissa había salido de la oficina sin mirar atrás. Todavía estaba enfurecida cuando se unió a Rafael en el coche.

—¿Está todo bien, cariño? —se encogió de hombros y lo desechó con una risita despreocupada.

Se suponía que era su mejor momento porque esta noche planeaba entregarle su alma a su esposo. Su corazón ya le pertenecía a él.

Delinda destruyó esa felicidad.

—Sí. Estoy bien. ¿Por qué? —inclinó la cabeza para mirarlo y sacudió la cabeza hacia el botón de ARRANQUE—. Vamos. Enciende el motor.

Él siguió mirándola fijamente, intentando decidir si debía intentar saber más sobre el asunto, y luego se recostó con un suspiro para arrancar el coche. Cuando el coche comenzó a moverse, los ojos de Marissa estaban en la carretera adelante, pensando en Delinda.

—Marissa. ¿Te dejo en casa de Sophie? —frunciendo el ceño, ella giró la cabeza y lo encontró mirando hacia adelante en la carretera.

—¿Por qué harías eso?

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