El ambiente estaba tenso y frío.
Los tres estaban sentados en el comedor con el desayuno servido sobre la mesa. Un rico desayuno que consistía en un delicioso waffles con mantequilla acompañado con fruta picada. Era un aroma deleitable que impregnaba toda la habitación del comedor.
Luego del gran cuestionamiento de Walter hacia su hermana Mey sobre Lou, al parecer las cosas se apaciguaron un poco. No obstante, Walter sentía que algo no estaba bien con esa historia que le contó su hermana. Pero se contradecía; él jamás pensaría ni siquiera se atrevería desconfiar de su querida hermana.
Él volvió a inspeccionar todo el aspecto egnimatico de Lou, creí que éste era un hombre pandillero o delincuente por ese pendiente de la oreja de él.
Era demasiado revelador dándole un toque de "badboy".
Previamente, Mey le había dicho que Lou era un hombre de 25 años al cual encontró hace tres días en medio del bosque Darkness, desorientado y sin recordar nada de cómo se había perdido en el inmenso bosque.
También le comentó que éste sólo recordaba su nombre y nada más. Claro, para Walter era una historia extraña pero como se lo iba redactando su hermana notó esa expresión llena de sinceridad y sin ápice de nerviosismo.
Sin embargo, Walter no aguantó las ganas de preguntar de por qué Mey no lo llevó al hospital más cercano o a la estación de policía para qué se encargarán de investigar su paradero pero lo misterioso fue cuando Mey replicó: "No, imposible...me comentó que no le gusta los hospitales y menos a los oficiales, me pidió tiempo para hospedarse aquí. Eso es todo, fin de la interrogación."
También Mey había agregado que no hacía falta dar aviso a las autoridades ya que sé encargaría cuidar de Lou hasta que recuperé su memoria y entregarlo con su familia extrajera.
Lo único que Mey se le ocurrió decir que Lou era un ruso aunque su aspecto no era realmente de un ruso y tampoco de un albino.
Walter se mantuvo al margen cuando ella le habló con una voz contundente y a la vez apacible mostrando esa sonrisa media afable.
Tras todo ese revuelo, a él no le quedó de otra no interferir más.
Por ahora, Mey debía seguir al pie de la letra su historia falsa y con cierto realismo. Lo qué más temía era que Lou no sabía nada hasta el momento de esa historia aunque estuviera presente en dicha conversación interrogatoria y por supuesto, él no encontraba sentido en toda esa habladurías.
- ¡Buen provecho!. - exclamó Mey con una tenue sonrisa donde dejó apreciar esos perfectos dientes que de inmediato fueron atisbados por su hermano Walter.
Él le agrado que su hermana tuviera una dentadura impecable.
Mey se encontraba sentada en el centro de la mesa mientras que Lou y Walter quedaron a cada extremo, viéndose frente a frente. Mey rotaba su vista cautelosa hacia Walter hasta Lou.
<Dios...qué atmósfera más pesada.>>, pensó ella. Cogió el tenedor y empezó a desayunar, tenía demasiado hambre, dejó de lado lo demás y dio grandes bocados a sus waffles.
Lou por su parte también empezó a comer con delicadeza al cortar un trozo de waffles. Walter tenía una expresión poco amigable, sin embargo, cambiaba su expresión a gentileza cuando veía a su hermana de soslayo.
Él miraba al hombre desconocido aún para él. Seguía indagando qué algo no estaba bien con ese hombre tan peculiar. Walter finalmente agarró los cubiertos y suspiro antes de comer. Así que mastico y disfrutó del suculento sabor dulce del waffle que le alivio su temperamento en un santiamén.
- ¡¡Wooow!! Esta muy delicioso hermana y como siempre, eres una buena cocinera. - exclamó Walter dando otro bocado lleno de gozo.
Mey mastico y trago para responder al comentario de su hermano. - Ahh, gracias hermano. - sonrió con timidez.
Lou por su parte, observó la manera afectuosa de cómo Mey le sonreía al otro humano como pensó Lou.
Claro, él no sabía con exactitud su nombre. Lou roto su mirada enigmática hacia ambos y hubo algo que no le gustó; algo que hizo que su mente extraordinaria trabajará a la velocidad de la luz.
Entonces, él habló dejando perplejo a Walter por su voz ronca y bastante audible.
- Mey, esto es deleitable. - pausó para sober el jugo de naranja con elegancia y continuó:
- Esto es exquisito. - finalizó con ese aire de un hombre aristócrata. Aunque Lou mantuvo ese rostro inexpresivo.
Mey se quedó boquiabierto con los ojos cuadrados. No pudo evitar sonrojarse por esas palabras sinceras. Ella recordó en un flashback instantáneo aquel día cuando Lou le había dicho que su comida era insípida pero ahora oír que su comida era deleitable y exquisita, le calentó el corazón, haciendo que su ritmo cardíaco se acelerará.
Sin embargo, instantáneamente recordó que Lou era un ser sin emociones aunque eso ya no le tomó importancia.
Por otro lado, Walter le parecieron venas verdes invisibles en su frente. Sé preguntaba cómo este hombre podía ser un alargador de primera. Él lo miro y leyó con cautela a su hermana Mey pero se pasmo de inmediato al ver que ella emanaba un aura llena de emociones mirando con cierta ternura a Lou mientras que él se dedicaba a comer.
<<Éste...¿Acaso intenta impresionar a mi hermana.? Humph...ya veremos qué tan perdido está de la memoria.>>
Walter dio un sorbo al jugo de naranja.
- Hermana, el jugo es perfecto. Eres excelente, la mejor en la cocina. Creo que vendré todos los días a visitarte para disfrutar de tu deliciosa comida. - entonces dijo Walter con admiración y una sonrisa enorme.
Mey reaccionó a esa última frase y casi se atraganta con la uva.
- Cof...g-gracias hermano pero no es necesario que vengas todos los días. Jejeje. - ella le comentó con una tenue sonrisa intentando no sonar grosera con él.
Solo pensaba que sería un problema si su hermano se atrevía visitarle a diario. Tampoco entendía de por qué su hermano se mostraba eufórico.
Bueno, Walter hizo una expresión de decepción pero rápido se recompuso cuando Lou volvió hablar.
Lou: - Mey, deseo más de esto. Es muy apetitable. Yo también comeré contigo por siempre...
Tanto Walter y Mey se quedaron atónitos. Walter solo pensó que este tipo era muy astuto.
Mey pestañeo antes de sentir esa ola de calor que se apoderó de su ser. No comprendió por qué de repente Lou estaba hablado más de lo normal.
Walter: - Mey, quiero más jugo.
Lou: - Yo también.
Ella suspiro y sirvió jugo para ambos. Entonces otra petición surgió de ambos.
- Mey, quiero más fruta. - pidió Walter con cierta agitación. Entonces Lou también dijo: - Más fruta.
Mey lanzó un gran suspiro. Sirvió frutas para ambos, algo irritada por esas peticiones repentinas
<<¡Un momento! ¿Qué sucede aquí? ¿Por qué presiento qué ellos están compitiendo?>>, se preguntó al mismo tiempo que los veía con una mirada inquisitiva.
Mey: - Walter, dime...¿A qué se debe tu visita?. - inquirió para romper ese aire de competitividad.
- Um...ya sabes, quería saber cómo estabas. Abuela pregunta mucho por ti. - dijo Walter con una sonrisa que de inmediato se esfumó.
- Eeh...pero la abuela esta enferma. - agregó Walter con una expresión afligida.
Mey exhalo aire. Saber que su abuela paterna estaba enferma, le provocó sentirse mal. Ella sabía que su abuela la trató de lo mejor. Entendía que su abuela Naty se preocupará por ella.
- Tú...sabes que no podría ir a esa casa. - susurro Mey.
Walter comprendió a qué se refería. Ir a esa casa se significaba que sus tías estarían ahí, así como su padre, y por supuesto, Wendy con Isaac.
Walter no la obligaría a ir y vio con cautela como su hermana tenía una expresión vacía.
Walter: - Lo sé, tranquila. Le diré a la abuela que estas mejor.
Mey asintió y se levanto para recoger los platos. Lou observó esa mirada decaída de Mey y se levantó para seguirla.
Sin embargo, antes de dar un paso, Walter lo detuvo con una voz grave y sería al ver que su hermana se dirigió a la cocina.
- Tú... ¿Realmente qué buscas con mi hermana? ¿En verdad no recuerdas nada sobre tu identidad?