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CAPÍTULO 60

NARRA T/N

Esa noche la pasé con Enid durmiendo en su cama, no es que fuéramos a hacer nada indebido, con estar cerca la una de la otra nos bastaba. Diría que disfruté de mi última noche con ella y que dormí relajadamente hasta el alba, pero eso estaría demasiado alejado de la realidad. La verdad es que ninguna de las dos pegó ojo, nos la pasamos hablando bajito y mirándonos entre alguna que otra caricia. ¿Al día siguiente estábamos muertas de sueño? Sí, pero... ¿Y qué? A saber cuándo volveríamos a disfrutar del rato juntas, teníamos que aprovechar.

-Miércoles: Venga T/N, "Largo" ya ha bajado las maletas y las está metiendo en el coche - se acercó a Enid lentamente - No es la primera vez que nos despedimos, sabes que nos volveremos a ver.

-Enid: - asintió y le dió un abrazo a mi prima quien se lo devolvió durante unos instantes - Pórtate bien Wedns, no quiero enterarme de que has sido encarcelada o algo así.

-Miércoles: Tranquila, a la hora de planear crímenes lo hago demasiado bien - dijo confiada - Nadie podría incriminarme, jamás - dijo saliendo de la habitación.

Tragué grueso antes de acercarme a la loba lentamente y quedarme justo enfrente de ella mirándola. ¿Qué debía decir en una situación así? Era obvio que nos volveríamos a ver, el vínculo nos volvería a unir tarde o temprano. Pero saber que íbamos a estar separadas durante un tiempo indefinido se sentía como recibir mil puñaladas, iba a ser una tortura lenta y dolorosa. Sinceramente, la única tortura en mi vida que no disfrutaría.

Fue ella quien tomó la delantera y me abrazó lentamente mientras escondía su rostro entre mi cuello y mi clavícula. Yo alcé mis brazos y la rodeé fuertemente con estos como si estuviera intentando retenerla contra mí y así detener el tiempo. Ojalá fuera capaz de hacer eso. No me veía capaz de producir palabra alguna, tampoco creí que fuera necesario, ya nos lo habíamos dicho todo. La rubia se incorporó y me miró a los ojos durante unos instantes antes de dedicarme una última sonrisa.

-Enid: Te voy a echar de menos - sostuvo mis manos - Sé que se lo he dicho a Wedns y que probablemente sonaré un poco controladora, pero... No te metas en problemas, ¿vale? - acarició mi rostro mientras yo tensaba mi mandíbula - Intenta llevar una vida "normal" dentro de lo posible, y llámame. Muchas veces - dijo con la voz entre cortada - De hecho, llámame todos los días.

-T/N: - asentí y llevé una mano a su rostro - Dalo por hecho - dije antes de dejar un efímero beso en sus labios - Escúchame un momento, sé que no tiene por qué pasar, pero si por lo que sea en algún momento te sucede algo. Da igual, lo que sea, ya bien te hayas puesto enferma, te hayas peleado con alguien, o lo que sea... Llámame y cruzaré el país lo más rápido posible para llegar a ti. ¿Entendido? Te juro que dejaré lo que sea que tenga entre manos e iré hacia a ti - le dije seriamente.

-Enid: - asintió repetidamente - Igual al revés, mantengámonos informadas sobre todo lo que nos suceda - sonrió y volvió a unir nuestros labios.

-T/N: - sonreí levemente - Deja que lleve tus maletas hasta tu coche, así saludo a tus padres.

-Enid: Está bien, vamos.

Acompañé a Enid hasta su coche y guardé todas sus pertenencias en el maletero, esperé a que se subiera al coche y este arrancase para subirme al mío donde Miércoles me esperaba junto a "Largo". Qué ambiguo me parecía el haberme encariñado tanto con alguien, me sentía en la gloria cuando estaba con ella y ahora que se alejaba, sentía que había empezado a hundirme en la mierda. Miércoles por su lado no parecía afectada en lo absoluto, para ella tan sólo había sido una consecuencia más de un caso sin resolver. Igualito a lo que sucedió el año pasado después de la pelea contra Tyler y Crackstone.

A diferencia de la familia Sinclair que tenía que cruzar el país entero hasta llegar a California, nosotras tan sólo teníamos que hacer un trayecto de dos horas y media hasta llegar a Nueva Jersey. De más está decir que el camino fue silencioso, pues a Les no le iba mucho eso de hacer karaoke en el coche. Cuando llegamos a casa lo primero que hicimos fue descargar nuestras maletas y llevarlas hasta nuestras respectivas habitaciones. Tal y como cuando éramos niñas, compartiría habitación con mi prima. Era irónico considerando que los Addams vivíamos en una maldita mansión, debería poder tener mi propia habitación. Pero pensándolo fríamente, tampoco estaba tan mal tener un poco de compañía.

-T/N: Has conservado mi trozo de habitación tal cual lo dejé cuando era una niña - comenté.

-Miércoles: No son mis cosas, no entiendo por qué habría de haberlas tocado o movido de lugar - dijo sin darle importancia - Es lo único que me dejaste cuando te fuiste.

-T/N: - asentí - Bueno... Ahora ya he vuelto y volvemos a estar en la misma situación que hace siete años. Tú y yo, en casa, con todo el tiempo del mundo para torturar a Pugsley - suspiré y me lancé encima de mi cama.

-Miércoles: Hey, no seas dramática - rodó los ojos - Guarda tus cosas, no quiero tus maletas de por medio en la habitación.

-T/N: Les no eres mi madre, y si lo fueras - sonreí ladina - Tampoco te haría caso - dije antes devolver a tumbarme - Enid tiene que recorrer un largo camino hasta llegar a casa, seguramente estará agobiada dentro del coche. ¿Debería llamarle?

-Miércoles: Ugh, no hace ni tres horas desde que os visteis - rodó los ojos - Guarda tus cosas y sal a dar una vuelta, no es bueno que te obsesiones con la distancia que os separa. Busca algún entretenimiento hasta que vayamos al instituto.

-T/N: ¿Instituto? - me senté con las piernas cruzadas - ¿Ya hay fecha para volver a Nunca Jamás?

-Miércoles: El incendio quemó las pocas neuronas que te quedaban - suspiró - Tenemos que ir al instituto, a uno normal y corriente - dijo seria - Y eso sí que es una verdadera tortura, si yo fuera tú aprovecharía estos días de descanso para agotar a la zorra que llevas dentro. Después no podrás usar tus habilidades delante de los normies, porque si lo haces... Te expulsarán.

Oh genial, todo lo que recibía últimamente eran buenas noticias. El señor Wilson encarcelado, la escuela en peligro por culpa de los Hunters, mi novia en la otra punta del mundo y yo en un maldito instituto de normies sin poder ser yo misma. ¡Sonaba a planazo! Me levanté de la cama y empecé a deshacer las maletas y a guardar mis cosas, Les tenía razón y tenía aprovechar el tiempo que me quedaba antes de volver a la rutina.

Sólo tenía un problema y es que desde que se manifestaron mis primeras habilidades de kitsune había estado en Japón. Allí jamás fui al instituto, siempre estudié en casa con mis abuelos sin preocuparme por si me salían las garras o los colmillos. ¿Cómo iba a aprender a controlarlo de la noche a la mañana? Mi instinto natural era dejarlos salir cada vez que quisiese, así como mis orejas y mi cola. 

-T/N: Les... Jamás he ido a un instituto de normies.

-Miércoles: Lo odiarás tanto como yo, créeme - me miró fijamente - Es una tortura diaria, pero aprenderás a vivir con ello.

-T/N: Jamás he tenido que ocultar mi verdadera naturaleza. ¿Qué pasará si en algún momento le saco los colmillos a un imbécil? Con Yoko lo hacía constantemente, no sé si podré contenerlo.

-Miércoles: Tienes que hacerlo - se encogió de hombros - Esa situación pondrá a prueba tu paciencia y tu sabiduría como kitsune. A ver si es verdad que has madurado tal y como dijo Wilson, aunque desde mi punto de vista... Tan sólo te has vuelto más hormonal por culpa de Enid.

-T/N: Anda, cállate - dije divertida - Si veo que no puedo controlar mis impulsos, lo pagaré contigo por listilla - le amenacé.

-Miércoles: Ja, inténtalo - dijo antes de ponerse a escribir - Y ahora silencio, necesito concentración.