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Capítulo 39: Infectados

—Eso… Eso creo. Pero me siento muy extraño. Siento un hambre intensa que apenas puedo controlar y tengo que controlar el impulso de atacarlos, por suerte no es muy fuerte.

Miriam no sabía qué hacer. Antes de que pudiera hacer algo, uno de los supervivientes llamó su atención.

—¡No pienso dejar que esa cosa se acerque a mí! ¡Mantente alejado!

El zombie se volteó a mirar al hombre y, sin decir más nada, se acercó a los demás zombies que acababan de levantarse y también se observaban inquietos.

Miriam sintió un escalofrío al observarlos. Los zombies parecían aterrados e inquietos, evitando mirar a los humanos a su alrededor, los cuales continuaron avanzando sin mirarles. El único que se quedó fue el hermano del primer zombie, que se colocó detrás de Miriam, nervioso.

Ella se paró frente a los zombies, esperando ansiosamente a que los demás terminaran la pelea y la alcanzaran.

El pequeño grupo de zombies anormales fijaron su atención en Miriam, luego de que los supervivientes hubieran continuado. Uno de ellos, por fin, se adelantó; el primero de los que se habían despertado.

—¿Qué piensas hacer con nosotros?

Miriam retrocedió antes de darse cuenta de lo que hacía, alejándose del zombie. Este se dio cuenta de ello y se detuvo. Miró nerviosamente a su alrededor antes de continuar hablando.

—Creo que podemos controlarnos, no causaremos ningún problema. ¿Verdad chicos?

Los demás zombies solo asintieron y continuaron observando a Miriam.

—No sé si podamos aceptarlo. Hay suficientes pruebas de que los zombies se alimentan de cadáveres humanos.

El zombie apartó la mirada cuando Miriam mencionó sus hábitos alimenticios.

—Puede que sea verdad, aunque de solo pensar en intentarlo me desagrada. Además, si no me equivoco, mis instintos me indican que puedo sobrevivir con la carne de otros zombies sin muchos problemas.

—¿Puedo confiar en tí? ¿Qué pasaría si nos atacas cuando hayamos bajado la guardia?

—Solo somos un grupo de Stalkers, puedes matarnos con facilidad.

Miriam se dio cuenta en ese momento de que no había tratado de identificar a los zombies. Un vistazo rápido confirmó lo que el zombie decía.

[Zombie Stalker].

Al escuchar esto, Miriam logró calmarse un poco, pero aún tenía muchas dudas.

—¿Eres la misma persona? Es decir, hace unos minutos parecías lo suficientemente desesperado como para intentar arrebatarme el antídoto, pero ahora es como si fueras otra persona.

El zombie no respondió, simplemente se limitó a apartar la mirada.

—Estaba desesperado. Aunque tengo que admitir que ahora que me he convertido en… esto, me siento diferente. Es como si mi vida pasada fuera algo lejano, lo que podría olvidar en cualquier momento si no me concentro.

—Eres Menil, podría reconocer a mi hermano en cualquier situación, no has cambiado nada.

El zombie miró a su hermano y pareció sentirse algo aliviado.

—Gracias Nila.

En ese momento, el grupo que había derrotado al Berserker les alcanzó.

—¿Menil? ¿Eres tú?

—Parece que sí.

Miguel sintió un escalofrío al observar las venas negras en la piel del hombre.

—¿Qué harán con nosotros? Aún no han respondido —preguntó otro de los zombies.

Miriam no sabía qué hacer. Hasta ahora no se había preocupado mucho luego de matar zombies. Pero estos eran literalmente personas, por lo que ella no sentía que fuera correcto simplemente asesinarlos.

—Creo que será mejor matarles o echarles de aquí, esto me da un mal presentimiento.

Las palabras de Leonard hicieron que Miguel dudara. Él tenía razón, ninguno de ellos tenía idea de que los zombies pudieran ser tan inteligentes. Si ese era el caso, entonces nada evitaba que con el paso del tiempo los demás zombies pudieran serlo. Si Miguel tenía razón, entonces todos los zombies eran estúpidos solo porque llevaban unos pocos días en el mundo y no porque su inteligencia estuviera limitada.

—No creo que sea buena idea matarles —Todos se voltearon a mirar a Tarin, que se detuvo un momento, nervioso, antes de continuar— Es decir, algunos de los zombies que hemos encontrado son extremadamente poderosos, por lo que sí tenemos algunos de nuestra parte podría significar una ventaja considerable.

Miguel asintió con cierta duda, antes de mirar a los zombies de nuevo.

—Propongo que lo hablemos entre todos, mientras tanto los mantendremos en un lugar seguro y bien vigilados. ¿Tienes algún problema con ello Menil?

—No, la verdad es que esperaba que simplemente nos mataran y siguieran su camino —Menil se estremeció visiblemente—. Cualquier cosa es mejor que ello. Además, no tengo ganas de huir y unirme a mis salvajes hermanos.

Los demás zombies asintieron, Miguel notó que no parecían estar interesados en hablar mucho, por lo que Menil era diferente en ese aspecto.

—No me gusta esto para nada Miguel, siento que son una bomba de tiempo.

Miguel tampoco estaba seguro, pero mientras más lo pensaba más se daba cuenta de que quizá valía la pena correr el riesgo.

—Tienes razón Leonard, pero aún no nos han dado un motivo para dudar de ellos. Estamos corriendo un gran riesgo, pero la recompensa es potencialmente grande. Con ellos podremos aprender mucho más sobre los zombies, sus evoluciones, sus formas de ganar poder y muchas otras cosas. Además, siempre y cuando los tratemos bien, esta relación también les beneficia.

—¿Pero qué comerán? No creo que estés dispuesto a alimentarlos con carne humana.

—Ya tenemos una solución para ello. Podemos alimentarnos de la carne de otros zombies sin ningún problema. Aunque creo que no será muy nutritivo.

Mientras tanto, Alfred y Carlos alcanzaron a Noah en el estacionamiento y se sorprendieron al ver a Adam.

—Un antídoto ¡rápido! —les gritó Noah.

Carlos reaccionó rápido y volvió corriendo al superbloque. Noah dejó a Adam en el suelo luego de asegurarse de que no había ningún peligro. Miró a sus espaldas y frunció el entrecejo al observar a los supervivientes que corrían hacia el estacionamiento. No tardó en darse cuenta de que algo había sucedido, pues Miriam y los del bloque 2 estaban reunidos frente a un grupo de supervivientes.

Sin embargo, el asunto desapareció de su mente cuando Carlos volvió con el antídoto. Con algo de dificultad, lograron que Adam lo tragara sin ahogarse. Solo entonces, Noah logró relajarse. Eso había estado cerca.

El guardia se sentó en el asfalto y apoyó su espalda sobre un carro. La situación había sido intensa, pero al final lo habían logrado. Algunas muertes de por medio, pero a Noah no le importaba mucho. Cerró los ojos y respiró profundo. Si algo le había tomado por completa sorpresa fue su reacción a lo que le había sucedido a Adam. Nunca hubiera pensado que le importara tanto un hombre poco destacable que acababa de conocer.

Aunque eso era mentira. Adam había reunido, por accidente, un grupo de supervivientes a pulso de salir a matar zombies, cuando todos los demás estaban encerrados en sus casas. Algo bastante sorprendente.

Bueno, sea lo que sea, no importaba mucho al final. Noah siempre había hecho lo que quería y esta vez no iba a ser diferente. Este pequeño refugio parecía ser la oportunidad perfecta para disfrutar de lo que sea que quedara de su vida.

Mientras pensaba, Jane, que hasta ese momento se había quedado resguardando la retaguardia del grupo, se acercó a Noah y arrojó su arco al asfalto antes de sentarse frente a él.

—Oí lo que sucedió con Adam.

Noah solo asintió.

—¿Escuchaste sobre Menil?

—¿Quién?

Jane le explicó lo que había sucedido con los nuevos zombies. Noah frunció el entreceño un momento, pero luego sonrió.

—Esto cada vez se pone más interesante. ¿Seguirías dispuesta a seguir a Adam si se convirtiera en un zombie?

Jane se congeló ante la pregunta.

—Me gustaría decir que sí, que confiaría en él, pero no lo creo. Esos zombies me dan escalofríos. No es una buena idea dejarlos vivos.

Noah sonrió al escucharle.

—Eres bienvenida en convertirte en el verdugo, si lo deseas.

—Tampoco podría hacerlo. ¿Acaso no es esa la principal razón que nos detiene? Incluso matar zombies me resultó difícil en un principio. Solo pensar en matarles con mis manos me revuelve el estómago.

—Entonces supongo que esperarás que alguien más se ensucie las manos por ti y, como nadie quiere, será mejor que le demos la bienvenida a nuestros nuevos vecinos.

—Supongo que sí, pero lo haces ver como si todos fuéramos malas personas.

—¿Quién no lo es?

—Te gusta ser bastante desagradable ¿Verdad?

Noah solo asintió levemente y volvió a cerrar los ojos. Jane suspiró y se levantó para ver cómo estaba Adam.

Adam despertó unas horas después, solo para devorar una cantidad de comida absurda y volver a dormir. Para alivio de todos, ya en la tarde, lo único que sentía era un agotamiento moderado.

Por desgracia para él, le esperaba todo un problema. La situación de Menil y los demás zombies se había convertido en todo un debate. La mayoría de los supervivientes estaba en contra, pero había algunos defensores, sobre todo los familiares.