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Capítulo 40: Dilemma

Adam terminó reunido con Tracel, Carlos, las figuras importantes de los nuevos habitantes de Nuevo Sol y todo su grupo, a excepción de Marlen, cuyas heridas habían sido tan graves que probablemente dormiría hasta el día siguiente.

—Las evoluciones de los zombies son muy poderosas —Zack intervino levantando la voz, como era su costumbre—. Son un arma importante.

—Por eso hay que expulsarlos. Es como minar el jardín de tu casa para defenderte y acabar sin un pie en un solo descuido —Fue la respuesta de Leonard.

—Pues en ese caso no le veo sentido a que decidas expulsarlos. Pensar lo que podrían hacer si los dejamos ir y logran organizar a los demás zombies es más aterrador que cualquier otra opción —Gritó Zack. Adam estaba ya harto de la misma discusión así que intervino.

—¡Basta! Leonard, Zack tiene razón, si les expulsamos y ellos organizan a los zombies sería la peor opción. Sin embargo, me temo que no hay nadie dispuesto a ejecutarles. Además, es una oportunidad de obtener más información sobre los zombies y creo que deberíamos aprovecharla.

No era la primera vez que zanjaba el asunto, pero la discusión parecía volver de manera natural cada dos por tres.

—Si el líder lo dice, no hay nada que pueda hacer —dijo Leonard antes de agarrar un pote de agua que estaba a su lado y maldecir cuando por reflejo intentó abrir la tapa con su brazo liciado.

Adam apartó la mirada de la escena. Miriam había intentado hacer todo lo que pudo, pero se encontró con que era imposible devolverle a Leonard su brazo. La magia curativa parecía la solución a todo, pero tenía más límites de lo esperado. Parece que si se dejaba pasar mucho tiempo, no podría curarse una herida grave con magia. Estaba el caso de Marlen, como ejemplo, que había perdido un brazo y fue atravesada por un zombie y aún estaba viva y sin efectos secundarios.

—Por otro lado creo que deberíamos hablar sobre el siguiente paso. Necesitamos limpiar el superbloque en el bloque 2 enseguida —Intervino Miguel, que quería terminar ya con la reunión para irse a dormir.

—Me temo que tenemos un problema más cercano e inminente.

Terry hablaba, como era su costumbre, a través de Rony. El dron volaba unos metros sobre la mesa y por un momento concentró la atención de todos.

—En nuestro edificio vecino, Adam, recuerda que los sensores de mi dron no pueden detectar nada a pesar de que hay zombies en las escaleras.

Adam había olvidado por completo el asunto. Incluso, él estaba comenzando a cansarse de tener que combatir sin parar.

—Debemos limpiarlo mañana lo más rápido posible y luego caer sobre el bloque 2 inmediatamente. No sé si lo notaron, pero el Breeder solo envió a los Windwalker tras nosotros y él nunca tomó vuelo a pesar de que tenía toda la ventaja. Creo que está recuperándose de heridas más graves de lo que esperábamos. Es nuestra oportunidad.

Todos asintieron. La reunión continuó un tiempo más, pero ya se estaba haciendo tarde. Así que todos decidieron irse a sus apartamentos. Adam abandonó el superbloque junto a su equipo, con excepción de Noah, que se quedaba en el superbloque.

Menil los observó mientras caminaban. Él y los demás zombies habían quedado relegados al primer piso del edificio, en la esquina más alejada.

—¿Crees que nos permitirán vivir aquí?

Menil se volteó a mirar a su compañero. Su nombre era Arnold, un chico flacucho y ahora más pálido que antes.

—No lo sé, hasta ahora parece que sí, pero eso podría cambiar en cualquier momento.

—¿Crees que deberíamos decirles toda la verdad?

Menil lo pensó por un momento. No había motivos para ocultarlo, solo que el tema no había salido al aire. Él y los demás zombies conservaron su clase luego de la conversión. Algo que no parecían tener los demás zombies. Además, su raza decía que eran humanos infectados, no zombies.

Era como si ellos y los zombies fueran razas distintas. Después de todo, los zombies no parecían necesitar dormir o ir al baño siquiera. Sin embargo, Menil comenzaba a sentirse agotado.

—Tampoco lo sé. Aún estoy procesando todo lo que ha sucedido. Hay demasiados asuntos que no conocemos.

—¿Por qué no le preguntamos al sistema?. Oí que se puede conseguir mucha información de esa manera.

Menil asintió y preguntó al sistema sobre los humanos infectados. La respuesta… hubiera preferido no saberla. El estómago de Menil se revolvió inquieto. Con un nudo en la garganta decidió revelar al siguiente día lo que sabía, después de todo, en cualquier momento alguien podía hacer preguntas parecidas, por lo que sería mejor hablar primero.

Menil miró a Arnold, que le miraba con preocupación.

—¿Sabías sobre esta información?

—Sí, pero decidí que era mejor que lo escucharas directamente del sistema. ¿Qué haremos?

—Revelarlo. No creo que pase mucho tiempo hasta que alguien haga las mismas preguntas. Dile a los demás que se preparen para lo peor.

Arnold frunció el ceño brevemente pero terminó asintiendo.

Mientras tanto, Adam se detuvo un momento en el estacionamiento a observar el superbloque. Los demás no lo notaron, por lo que le dejaron atrás. El enorme edificio ahora estaba iluminado y la mayoría de la población del refugio se encontraba allí.

Cierta parte de Adam aún no podía creer todo lo que había sucedido. En solo tres días de este infierno, se había encontrado al borde de la muerte muchas más veces de lo que esperaba.

El aire de la tarde era frío. Adam cerró los ojos un momento y, por primera vez desde que todo había comenzado, se relajó. Lo primero que sintió fue un agotamiento extremo. Procuró no pensar en nada, simplemente dejó que su mente divagara a su voluntad.

Pensó en sus padres, que posiblemente estaban muertos. Pensó en su hermana y en lo que estaría sucediendo en el centro de la pequeña ciudad en donde vivían. Más allá de eso, se dio cuenta de que probablemente el ejército se estaba movilizando y que la capital probablemente sería todo un campo de batalla.

¿Cuántos refugios existían allá afuera? ¿Había otras razas además de los zombies? Los cambios que había traído el sistema eran tan amplios que Adam se encontró pronto agobiado por intentar pensar en ello, por lo que simplemente abrió los ojos y se dirigió a su apartamento.

Miriam le esperaba en la entrada del edificio.

—¿Estás bien?

—Si.

Adam por un momento pensó en hablar más, pero se detuvo algo incómodo. Miriam solo asintió y no dijo nada más. Junto subieron las escaleras hasta que Miriam se despidió y entró a su apartamento.

Ya adentro, se acercó a la cama donde descansaba su hermana. Con cuidado agarró su despeinado cabello y comenzó a peinarlo. Antes de darse cuenta, lágrimas cayeron por su rostro. Miriam no sabía cuánto tiempo más podría aguantar, pero luego de mirar el rostro tranquilo de su hermana sintió fuerzas de nuevo. Ella sabía que Marlen se lanzaría de cabeza contra cualquier cosa que estuviera en su camino y ella estaría allí para ayudarla.

Soltó a su hermana y se preparó para dormir, pero justo cuando estaba por acostarse se sintió vacía. Miró hacia la cama de su hermana de nuevo. ¿De verdad no deseaba otra cosa más que seguir a su hermana? Con un suspiro de agotamiento se dejó llevar por el sueño.

Adam continuó subiendo. Cuando pasó cerca del apartamento de los Marriz, no pudo evitar pensar por un momento en Tarin. El muchacho se encontraba en su cuarto, intentando aprender sin éxito el hechizo de bola de fuego que había adquirido. Hasta ahora, había aprendido sus hechizos automáticamente. Bastaba con sostener el libro y pensar en aprenderlo. Pero para su sorpresa, no pudo aprender el hechizo de [bola de fuego]. Por primera vez abrió la tapa y leyó su interior con atención. Pronto se encontró aprendiendo mucho más de lo que imaginaba. Dispuesto a aprender el poderoso hechizo tarde o temprano, continuó su lectura sin poder parar.

Cuando Adam llegó a su apartamento apenas podía permanecer despierto. Se detuvo un momento frente a la ventana de su sala y observó la ciudad tal y como había hecho el día anterior. Esta vez le llamó la atención las llamas de lo que pudiera ser un incendio lejano. Quizá señales de que había más personas allá afuera que habían sobrevivido.

Su mente agotada comenzó a divagar de nuevo. Pensó en qué tipo de zombies podría encontrarse al explorar la ciudad. Por lo que sabía, cualquier cosa podría aparecer. Pensó en cuáles serían los cambios que traería el séptimo día y en cómo podría evolucionar su Clase.

Su sueño se despejo un poco mientras pensaba en las cosas que podría lograr al ser nivel 100 o incluso 1000. Dejó escapar una risa cuando se dio cuenta de lo que pasaba. Desde que se graduó en la universidad, había vivido una vida aburrida. No le gustaba ir de fiesta o salir mucho con amigos. Los días se fundían en una secuencia infinita de repetición que había dormido sus sentidos.

Lo peor de todo es que nadie le impedía romper ese ciclo e intentar algo nuevo. Fue él mismo el que se encerró en su cómodo y monótono mundo y estaba demasiado asustado como para salir del mismo. Su familia había intentado empujarlo en otra dirección, pero él se negaba a escuchar.

Si su hermana pudiera verlo ahora, seguramente se reiría. Había hecho falta un ridículo apocalipsis para despertarle de nuevo. Adam no podía negarlo más, él estaba emocionado. El combate era doloroso e intentaba no pensar mucho en la cantidad de muertes que debían estar sucediendo. Incluso, en su pequeño edificio, la señora Emma y la familia Zoila acabaron muriendo horriblemente, pero Adam se sentía vivo de nuevo.

Él no podía haber pedido algo mejor. Los últimos siete años de su vida no se comparaban con estos últimos tres días y las cosas seguro se pondrían mucho más interesantes a partir del día siguiente.

Menil y los demás zombies, el misterio del edificio vecino, el Breeder en el bloque 2 y todos los extraños zombies que seguro aún se escondían en la urbanización. Todo eso solo era el comienzo. Adam le dio la espalda a la ventana sintiéndose mejor que nunca y se acostó con una sonrisa.

Mientras tanto, en el bloque 2, el Breeder observaba la luna sobre su cabeza. A su alrededor, todos los Windwalkers estaban sentados examinando la pila de cadáveres acumulados en la azotea. Luego de que los retiraran del combate, les ordenó que buscaran huesos humanos en las cercanías.

No esperaba encontrar muchos debido a la voracidad de sus hermanos, pero, para su sorpresa, logró recolectar más de los esperados. Ya no faltaban muchos, por lo que al siguiente día comenzaría el ritual. Su nueva lanza, sin duda,sería útil contra esos molestos humanos.

Luego, volteó a mirar los edificios vecinos. El molesto instinto que siempre le molestaba le impulsaba a "conquistarlos" o algo parecido. Hasta ahora lo había ignorado, pero comenzaba a pensar que tendría que hacerlo. No consideraba a los humanos una amenaza seria hasta el día de hoy. Ese grupo escapó del apartamento y consiguió abrirse paso a través de un gran número de sus hermanos. Si quería vencerlos tendría que reunir más poder.

El Breeder se paró, se acercó a la punta del edificio y fijó su atención hacia el bloque 4, en la dirección en la que habían huido. No podía negarlo, hasta ahora la caza había resultado un asunto aburrido. Por primera vez en su corta vida, su corazón palpitaba de la emoción.

Apartó la vista y miró otra vez la luna. Esa noche no intentaría alcanzarla, como ya era su costumbre. Se dio cuenta de que si quería lograrlo, tendría que continuar evolucionando y la forma más rápida de lograrlo era cazando humanos. Bajó la mirada y se prometió a sí mismo que algún día la alcanzaría.

Este es el final del volumen 1, el próximo iniciará mañana y concluirá el primer arco de la historia. También sería el final de lo que se podría considerar el tutorial, pues en el séptimo día el sistema introducirá muchos cambios que cambiarán de nuevo toda la situación y volverán al mundo mucho más interesante. También planeo acelerar un poco el ritmo y que las cosas progresen más rápido para el final del volumen 2. Espero que todos los que hayan leído hasta aquí hayan disfrutado de esta historia tanto como yo he disfrutado al escribirla, nos vemos.

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