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Dominio de Douluo: La Maestría del Corazón Oscuro (Español)

Sumérgete en las páginas de 'Dominion of Douluo: The Dark Heart's Mastery', una novela que te arrastrará a las profundidades de un mundo gobernado por la fuerza y la astucia. En una aldea envuelta en misterios, un niño es abandonado bajo la sombra de una antigua niebla, marcando el inicio de una era de sangre y conquista. Xue Sha, el niño elegido por el destino, crece bajo la tutela del jefe de la aldea, pero dentro de él arde el fuego de un espíritu oscuro y poderoso. Su corazón, un abismo de ambiciones insondables, late al ritmo de un tambor de guerra que augura la caída de imperios y el ascenso de un nuevo orden. 'Dominion of Douluo: The Dark Heart's Mastery' es una historia de poder desenfrenado, donde cada victoria se tiñe con la sangre de los caídos y cada sonrisa esconde una traición. El protagonista, un villano de una inteligencia y fuerza sobrenaturales, teje su camino a través de masacres y manipulaciones, desafiando a los dioses y a los hombres por igual en su búsqueda de dominio absoluto. Con cada capítulo, serás testigo de la transformación de un niño en un tirano, de un protector en un conquistador. Las páginas de esta novela están impregnadas de la esencia misma de la ambición, y cada giro te sumerge más en un mundo donde la oscuridad es el mayor aliado y el miedo, la herramienta más afilada. Prepárate para una historia que no solo rompe los límites del bien y del mal, sino que los redefine. 'Dominion of Douluo: The Dark Heart's Mastery' no es solo una novela; es una experiencia que te desafiará a mirar más allá de la superficie y a cuestionar todo lo que creías saber sobre el poder y la dominación.

Iosif_72 · Tranh châm biếm
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Capítulo 15:El Primer Anillo de Xue Sha

Zhu Long se deslizaba entre la multitud como una sombra, sus ojos de depredador escaneaban las calles en busca de su presa.

Finalmente, su mirada se fijó en un individuo ,Zhu Long sabía que había encontrado lo que buscaba. Con un gesto imperceptible, liberó una corriente de intención asesina, una provocación silenciosa que sólo su víctima podría sentir. El hombre, al percibir la amenaza, no mostró signos de miedo. En cambio, giró con calma hacia un callejón solitario, invitando a Zhu Long a un enfrentamiento lejos de miradas indiscretas.

Una vez en el callejón, el hombre se giró hacia Zhu Long y, con un gesto fluido, activó tres anillos de energía que surgieron de sus pies: uno blanco y dos amarillos. Detrás de él, el fantasma de un tigre rugió, y con un grito de "¡Posesión!", el espíritu del tigre se fusionó con su cuerpo. Las orejas y la cola de tigre aparecieron, y sus músculos se hincharon, listos para la batalla.

Zhu Long no se inmutó ante la transformación. Cinco anillos de energía brillaron alrededor de sus pies: dos amarillos, dos morados y uno negro. El espíritu marcial de un felino, parecido a un gato o una civeta, emergió y se unió a él. Las orejas y la cola de civeta adornaron su cuerpo, y una sonrisa astuta se dibujó en su rostro.

El hombre-tigre rugió y se lanzó hacia Zhu Long, sus anillos brillando con fuerza. Pero Zhu Long, con una velocidad sobrenatural otorgada por su primer anillo, esquivó el ataque entrante. Sus movimientos eran un borrón, cada paso calculado con precisión quirúrgica. Las garras de Zhu Long, ahora bañadas en un veneno morado, destellaban con cada golpe.

El aire se llenó con el sonido de la lucha, un torbellino de movimientos y destellos de energía. Zhu Long desató una tormenta de ataques, cada uno dirigido a puntos vitales. El hombre-tigre intentó contraatacar, pero la velocidad y ferocidad de Zhu Long eran abrumadoras. En un despliegue de destreza marcial, Zhu Long ejecutó una combinación de golpes que parecían bailar al borde de lo imposible.

Finalmente, con un último movimiento fluido, Zhu Long asestó un golpe crítico. El hombre-tigre cayó al suelo, derrotado, su sangre tiñendo el suelo del callejón. Zhu Long, sin un ápice de remordimiento, revisó rápidamente los bolsillos de su víctima. Encontró una bolsa que contenía una ficha de acceso al bosque y 200 monedas de oro.

Con las monedas y la ficha ahora en su posesión, Zhu Long salió del callejón. Se fundió con la multitud, su silbido casual ocultando la adrenalina todavía presente en sus venas.

Zhu Long cruzó el vestíbulo del hotel, donde la actividad diurna comenzaba a ceder paso a la calma de la tarde. Subió las escaleras con un ritmo medido, sus pensamientos todavía en la ficha de acceso y las monedas de oro que había adquirido. Al llegar al tercer piso, se dirigió a la habitación 47 y tocó la puerta con suavidad.

La puerta se abrió lentamente, revelando a Yu Wen en pijama, con el cabello alborotado y los ojos entrecerrados por el sueño. "¿Qué pasa, tío?" preguntó con voz ronca, bostezando y frotándose los ojos.

Zhu Long le dedicó una mirada comprensiva. "¿Cómo van las cosas por aquí?" Su tono era bajo, consciente de no perturbar la tranquilidad del lugar.

Yu Wen, todavía medio dormido, se encogió de hombros y respondió con la voz arrastrada por el cansancio. "La mayoría están durmiendo, solo unos pocos están meditando." Se apoyó en el marco de la puerta, tratando de despabilarse.

"Está bien," dijo Zhu Long con un asentimiento. "Recuerda, mañana debemos levantarnos temprano, a las cinco. Descansa bien." Su voz llevaba un matiz de cuidado y autoridad.

Yu Wen asintió, su bostezo interrumpiendo la respuesta. "Entendido, tío. Buenas noches." Cerró la puerta lentamente, y Zhu Long pudo escuchar el suave clic del pestillo.

Continuando por el pasillo, Zhu Long repitió el aviso en las puertas 48 y 49, recibiendo confirmaciones somnolientas y murmullos de asentimiento.

Al entrar en la habitación número 50, Zhu Long se despojó de sus zapatos y se acomodó en el suelo. La luz del atardecer bañaba la habitación con tonos dorados y cálidos. Se sentó en posición de loto, sus manos descansando sobre las rodillas. Cerró los ojos y tomó una respiración profunda, dejando que la serenidad del momento lo envolviera.

A las 4 de la mañana, el silencio del hotel era casi absoluto, roto únicamente por el ocasional chirrido de una puerta o el murmullo de los más madrugadores. Zhu Long salió de su habitación, su figura apenas perturbaba la calma del pasillo. Se dirigió a la puerta número 49 y llamó con firmeza. Liu Kang abrió la puerta, ya vestido y preparado para el día que les esperaba.

"¿Estáis listos?" preguntó Zhu Long, escaneando la habitación con una mirada rápida.

"Sí, ya casi tenemos todo. En cinco minutos estamos," respondió Liu Kang, ajustándose el equipaje.

"Bien, mientras voy a llamar a los demás," dijo Zhu Long, asintiendo con aprobación.

Continuó su ronda, tocando las puertas restantes. Las respuestas eran similares: todos estarían listos en cinco minutos. Zhu Long podía sentir la energía de la anticipación en el aire, una mezcla de nerviosismo y determinación emanaba de cada habitación.

Cinco minutos después, los niños comenzaron a salir de sus cuartos, uno tras otro, con sus pertenencias y miradas enfocadas. Descendieron al vestíbulo, donde Zhu Long les esperaba. "Dadme las llaves," instruyó con voz tranquila pero firme.

Uno por uno, los niños le entregaron sus llaves. Zhu Long las recogió y se acercó al mostrador de recepción. El recepcionista, un hombre de mediana edad con una sonrisa amable, aceptó las llaves. "Espero que hayáis descansado bien. Hasta la próxima," dijo con un tono que mezclaba la cortesía profesional con un toque de sinceridad.

Zhu Long asintió y, sin más palabras, guió al grupo fuera del hotel. La frescura de la mañana les recibió con su brisa suave. Se dirigieron hacia la entrada del bosque, donde la actividad ya bullía con vida. Podían ver a cazadores saliendo con los cuerpos de las bestias que habían capturado, mientras los comerciantes se agrupaban alrededor, regateando y haciendo ofertas por las preciadas capturas.

Al llegar al puesto de guardia, Zhu Long presentó la ficha de acceso y deslizó una moneda de oro hacia el guardia. Este último, con un gesto casi imperceptible, aceptó la moneda y devolvió la ficha con una mirada cómplice. "Todo está en orden," dijo con voz baja, abriendo la puerta para dejarlos pasar.

El grupo de Zhu Long avanzó, dejando atrás el bullicio del puesto de guardia y adentrándose en la serenidad del bosque, donde cada paso los llevaba más profundamente hacia lo desconocido.

Al internarse en el bosque, el grupo de Zhu Long se encontraba cada vez más rodeado por la densa vegetación. Los árboles se alzaban como centinelas silenciosos, sus ramas entrelazadas formando un techo natural que apenas dejaba pasar destellos de luz. De vez en cuando, serpientes, arañas y lobos emergían de entre las sombras, sus ojos brillantes y curiosos observando a los intrusos. Pero Zhu Long, con un gesto sereno y autoritario, extendió su poder de alma, emanando una onda de energía que resonaba con la autoridad de un ser superior. Los animales, sintiendo la abrumadora presencia de Zhu Long, retrocedían con miedo y desaparecían entre la vegetación.

El camino serpenteaba entre los árboles y, ocasionalmente, pasaban junto a algún bambú solitario que se erguía orgulloso entre sus hermanos de madera. El grupo continuó su marcha durante horas, el silencio solo interrumpido por el crujir de las hojas bajo sus pies y el ocasional susurro del viento.

De repente, sin previo aviso, una oleada de pensamientos oscuros y perturbadores inundó las mentes de los niños. Imágenes de desesperación y actos suicidas comenzaron a asaltarlos con una intensidad abrumadora. Zhu Long, alertado por el cambio súbito en la atmósfera, reaccionó con rapidez. Con una concentración férrea, dispersó su poder de alma en un escudo protector alrededor del grupo. La energía purificadora de Zhu Long actuó como un bálsamo, disipando la influencia maligna que amenazaba con consumir las mentes de los jóvenes.

Xue Sha fue uno de los primeros en despertar de la pesadilla inducida. Su respiración era rápida y superficial, y sus ojos reflejaban el terror de las visiones que acababa de experimentar. Gotas de sudor perlaron su frente, y su cuerpo temblaba ligeramente mientras trataba de recuperar el control sobre sí mismo.

Zhu Long se acercó a Xue Sha, colocando una mano firme pero gentil sobre su hombro. "Tranquilo, ya pasó," dijo con voz calmada, transmitiendo seguridad y confianza. "Era una ilusión,ahora estás a salvo."

Los otros niños, uno tras otro, comenzaron a salir del trance, confundidos y asustados, pero intactos gracias a la rápida intervención de Zhu Long. Se miraron unos a otros, encontrando consuelo en la presencia de sus compañeros.

En medio del silencio tenso del bosque, Zhu Long percibió una presencia oculta entre las sombras de los árboles. Con un movimiento fluido y preciso, activó su espíritu marcial, y su cuerpo comenzó a transformarse. Orejas puntiagudas brotaron de su cabeza y una cola esbelta emergió detrás de él, mientras su aura se intensificaba con una energía sobrenatural. Encendió el primer anillo en su mano, y en un parpadeo, desapareció de la vista de los niños.

Reapareció al lado de un Murciélago Siniestro cuyos ojos brillaban con una luz maligna. Con un movimiento rápido y brutal, Zhu Long le arrancó las alas al murciélago, incapacitándolo. Luego, con una fuerza sobrehumana, lo atrajo hacia donde estaban los niños y lo arrojó al suelo.

"Este Murciélago Siniestro es perfecto para ser tu primer anillo," dijo Zhu Long, dirigiéndose a Xue Sha con una mirada penetrante. "Tiene 500 años; creo que con tu cuerpo podrás soportarlo. Mátalo y absorbe el anillo."

Xue Sha, aún recuperándose de la ilusión pero lleno de determinación, asintió. Sacó una daga del anillo que llevaba y, con una mezcla de ira y venganza, apuñaló al murciélago varias veces. De la criatura agonizante emanó un anillo amarillo, que flotó en el aire, emanando un poder antiguo y oscuro.

Xue Sha se sentó en posición de meditación y atrajo el anillo hacia él. Al entrar en contacto con el anillo, sintió cómo un poder abrumador inundaba sus meridianos, dirigiéndose hacia su dantian, el depósito de energía situado en el abdomen. Pero el flujo de poder de alma era demasiado intenso, y sus meridianos comenzaron a hincharse peligrosamente.

Consciente del peligro, Xue Sha rápidamente canalizó el poder de alma a través de su sistema de meridianos, forzándolo a realizar varios circuitos completos para adaptarse y absorber la energía. La lucha interna fue intensa y agotadora, pero después de 40 minutos de esfuerzo y concentración, Xue Sha finalmente logró subyugar el poder del anillo y hacerlo suyo.