webnovel

"El Renacer en Runaterra"

Título: "El Renacer en Runaterra" En un giro místico del destino, un hombre se encuentra arrojado a un mundo de fantasía legendario conocido como Runaterra. Sin entender cómo o por qué, se despierta dotado de habilidades físicas y mágicas que desafían toda lógica. Pero lo que comienza como un viaje de autodescubrimiento pronto se convierte en una epopeya de proporciones inimaginables. En este vibrante mundo lleno de magia, criaturas fantásticas y culturas diversas, nuestro protagonista se ve inmerso en un viaje intrincado y emocionante. A medida que explora sus nuevas habilidades, descubre que hay fuerzas más oscuras en juego, tejiendo hilos de intriga y misterio en cada esquina de Runaterra. NA: El recuento de palabras por capítulo debe estar entre 2500 y 3000 palabras. ¡Actualizaciones diarias!

Kn4nFH · Diễn sinh trò chơi
Không đủ số lượng người đọc
15 Chs

CAPITULO 1

Desperté con un sobresalto, el frío suelo de mármol bajo mi cuerpo era un contraste helado con la bruma cálida que envolvía el ambiente. Me incorporé lentamente, intentando comprender dónde estaba. A mi alrededor, una interminable fila de personas avanzaba con un murmullo apagado, casi como un susurro colectivo de incertidumbre. La luz era extraña, ni de día ni de noche, una penumbra etérea que no parecía provenir de ninguna fuente visible.

Me puse de pie, sacudiéndome el polvo inexistente de mis pantalones, y me uní a la fila. No había nadie que me diera instrucciones, solo el impulso tácito de seguir adelante. Miré a los rostros a mi alrededor, buscando algún indicio de familiaridad, pero cada uno parecía tan perdido como yo. Nadie hablaba, solo avanzábamos en silencio, con el sonido de nuestros pasos resonando en el vasto vacío.

A cada lado de la fila, el paisaje se extendía hacia el infinito. Una niebla densa y luminiscente ocultaba cualquier detalle del horizonte, dejando solo sombras indistintas de formas que nunca lograban definirse. Era como estar atrapado en un sueño, uno de esos en los que intentas recordar cómo llegaste allí pero la memoria te elude.

Finalmente, el silencio fue roto por un susurro a mi lado. "Es un lugar extraño, ¿verdad?" Me giré para encontrarme con los ojos cansados de un hombre mayor, su barba gris y desaliñada añadía una sensación de sabiduría triste a su expresión. Asentí, incapaz de encontrar palabras adecuadas.

"Estamos en el limbo," continuó, su voz era un eco de resignación. "En espera, aunque nadie sabe exactamente para qué. Solo seguimos avanzando." Quise preguntar más, entender el porqué y el cómo, pero el hombre ya había desviado su atención hacia el frente, como si mi presencia ya no fuera relevante.

El tiempo pasó de manera extraña, podía haber sido minutos o tal vez horas, pero la fila seguía avanzando, lentamente, inexorablemente. Cada paso parecía absorber parte de mi energía, como si el mismo suelo drenara mi vitalidad. La sensación de ser observado creció en mi interior, aunque no había ojos que pudiera ver, sentía una presencia, una conciencia que vigilaba nuestro progreso.

De repente, la fila se detuvo. Un murmullo de inquietud recorrió a las personas, pero nadie osó moverse. Delante de mí, una puerta gigantesca se materializó de la niebla, adornada con relieves que narraban historias antiguas, de vidas y muertes, de juicios y redenciones. Sentí una mezcla de miedo y curiosidad, una urgencia de cruzar pero también un deseo de retroceder.

La puerta se abrió con un crujido profundo, revelando una oscuridad más densa que la niebla que nos rodeaba. Un ser imponente, cuya figura apenas se delineaba en la penumbra, se adelantó y comenzó a llamar nombres. Al oír el mío, mis piernas temblaron y avancé con pasos vacilantes, cruzando el umbral hacia lo desconocido.

Cada paso que di resonó como un eco de mi propia existencia, cada respiración parecía un suspiro de alivio y terror mezclados. Al final de ese pasillo, sentí que encontraría respuestas o, tal vez, más preguntas. Pero, por ahora, solo podía seguir adelante, un alma más en el vasto desfile de los perdidos, en espera de un destino que aún no comprendía.

-----------------------------------------------

La oscuridad me envolvía al cruzar el umbral, un frío intenso que se sentía más allá de la piel, en lo profundo del alma. Sentí una presencia, aunque no pude verla. No había forma ni figura, solo una sensación de ser observado por algo astuto e intrigante. Era como si el aire mismo estuviera vivo, analizando cada uno de mis pensamientos y emociones.

"Bienvenido," dijo una voz que resonó en mi mente más que en mis oídos. Era una voz sin timbre, sin eco, pero cargada de autoridad y conocimiento. Me detuve, mi respiración se volvió más pesada, y el miedo que había tratado de suprimir se volvió más palpable.

La presencia era abrumadora. Podía sentir su mirada invisible desnudando cada rincón de mi ser, examinando mis recuerdos, mis miedos, mis deseos. "Estás en el umbral del conocimiento y el juicio. Aquí, no hay tiempo ni espacio, solo el reflejo de tu propia existencia.

"El aire se volvió aún más denso, como si cada palabra de esa voz cargara una verdad ineludible. Sentí un escalofrío recorrer mi espina dorsal. No podía ver a mi interlocutor, pero su influencia era innegable. Era como si supiera todo sobre mí, como si estuviera leyendo un libro abierto.

"Tu esencia será pesada, tus acciones y decisiones, examinadas. No puedes ocultar nada aquí, porque aquí, todo es revelado." Intenté recordar, buscar algún anclaje a mi vida pasada, algo que me diera fuerza y claridad. Pero mis recuerdos estaban borrosos, como si una niebla los cubriera.

La voz continuó, resbalando en mi mente como un susurro de hielo. "Sin embargo, hay una oportunidad para ti. En este lugar, puedes elegir un nuevo destino."

Mi curiosidad superó mi miedo por un momento. "¿Qué quieres decir?" pregunté, mi voz temblando en el vasto vacío.

"Te serán concedidos trece deseos," explicó la voz, con una calma inquietante. "Estos deseos te permitirán reencarnar en un mundo fantástico, donde podrás experimentar una nueva vida llena de aventuras y maravillas. Podrás formular trece deseos que darán forma a tu nueva existencia, moldeando la realidad a tu alrededor en formas que jamás habrías imaginado."

Un destello de esperanza brilló en mi interior, pero rápidamente fue reemplazado por una sospecha creciente. Nada en este lugar había sido simple o directo. "¿Y cuál es el truco?" pregunté, mi tono lleno de desconfianza.

La presencia pareció sonreír, aunque no podía verla. "No hay truco, solo elecciones y consecuencias. Cada deseo que formules vendrá con su propio precio. La vida que buscas puede estar llena de grandes recompensas, pero también de grandes desafíos. Es tu decisión cómo enfrentar esos desafíos."

Sentí una creciente desconfianza. La voz era astuta, intrigante, y había algo en su tono que me decía que no estaba obteniendo toda la verdad. "¿Qué tipo de desafíos?" insistí."

Eso depende de ti," respondió la voz, imperturbable. "Los deseos pueden concederte poder, conocimiento, riqueza, o incluso inmortalidad. Pero cada uno de ellos conllevará pruebas que pondrán a prueba tu carácter y tu espíritu. En un mundo fantástico, las maravillas van de la mano con los peligros. No puedes tener una sin enfrentar la otra."

Miré a mi alrededor, tratando de discernir alguna pista en la penumbra opresiva. Nada en este lugar me daba una sensación de seguridad. "¿Por qué harías esto?" pregunté finalmente. "¿Por qué darme una oportunidad así?"

La voz se volvió más suave, casi consoladora. "Porque cada alma merece una segunda oportunidad. Este limbo no es un final, sino un punto de transición. Tu esencia tiene potencial, y ese potencial merece ser explorado. Pero debes elegir sabiamente, porque una vez formulados los deseos, no habrá marcha atrás."

A medida que las palabras resonaban en mi mente, no podía evitar sentir que algo seguía sin cuadrar. Las oportunidades ofrecidas parecían demasiado buenas para ser verdad. Había aprendido que en cualquier oferta tan generosa, siempre había una trampa oculta, algo que no se veía a simple vista.

Me debatía entre la esperanza y la duda, entre el deseo de una nueva vida y el temor de lo desconocido. Sabía que tenía que decidir, pero la sospecha de que algo más siniestro acechaba detrás de esa oferta me mantenía en guardia.

Con cada segundo que pasaba, la presión de la elección se hacía más intensa. Y aunque la voz seguía hablando, ofreciéndome una visión de posibilidades infinitas, no podía sacudirme la sensación de que estaba siendo llevado a un destino que no comprendía del todo.

-------------------------------------

La esperanza y la duda seguían batiéndose en duelo dentro de mí, pero finalmente tomé una decisión. "Acepto la oferta," dije, mi voz firme aunque mi corazón palpitara con fuerza. "Pero antes de hacerlo, necesito saber qué está prohibido pedir o qué es imposible de cumplir."

La voz permaneció en silencio por un momento, como si estuviera considerando mi pregunta. Luego, habló con una claridad que resonó en la penumbra. "Hay ciertas limitaciones que no pueden ser traspasadas. No puedes pedir amor verdadero, pues este debe surgir naturalmente y no puede ser forzado por un deseo. Tampoco puedes resucitar a los muertos, ya que sus almas han seguido su propio camino y su retorno desestabilizaría el equilibrio del universo."

Escuché con atención, mientras la voz continuaba. "No puedes pedir omnipotencia, pues un poder absoluto corrompería tu esencia. Asimismo, no puedes desear ser inmortal sin condición, ya que la inmortalidad sin límites puede convertirse en una carga insostenible. Finalmente, no puedes llevar a nadie contigo en tu reencarnación. Cada alma debe seguir su propio camino y hacer sus propias elecciones."

Asentí lentamente, procesando las restricciones. Tenía sentido que ciertos deseos estuvieran fuera de mi alcance, pero mi mente seguía llena de preguntas. "¿Por qué trece deseos?" pregunté. "¿Por qué tantos?"

La voz respondió con una suavidad casi indulgente. "Los deseos que se te conceden están basados en tus acciones pasadas. Has vivido una vida con suficientes buenas acciones para merecer esta oportunidad. Quizás, si hubieras sido un santo, se te habrían concedido más deseos. Pero si hubieras sido una persona despreciable, tendrías menos, o tal vez ninguno. Esta es la manera en que el equilibrio se mantiene. Cada deseo es una oportunidad para usar tu potencial y aprender más sobre ti mismo y el mundo que habitarás."

Sentí un peso en esas palabras, una mezcla de justicia y destino. La idea de que mis acciones pasadas influían en mis oportunidades futuras tenía un sentido lógico y moral. Aun así, la sospecha persistía en el fondo de mi mente. Nada en este lugar había sido sencillo, y esta oferta, aunque tentadora, seguía pareciendo una prueba en sí misma.

"Entiendo," dije finalmente, mi voz apenas un susurro. Sabía que cada deseo debía ser considerado con mucho cuidado, y que las consecuencias de cada uno podrían definir mi nueva vida de maneras impredecibles.

La voz, siempre presente pero nunca visible, continuó con una calma inquietante. "Toma tu tiempo. Aquí, el tiempo no es como lo conoces. Medita sobre tus deseos y recuerda que cada elección traerá consigo sus propios desafíos. Este es tu momento para moldear tu futuro."

Me quedé en silencio, sintiendo la enormidad de la tarea que tenía por delante. Trece deseos para construir una nueva existencia en un mundo fantástico. Trece oportunidades para corregir, mejorar, explorar, y quizás, redimir. La voz se desvaneció en la penumbra, dejándome solo con mis pensamientos y el peso de mi próxima decisión.

El limbo seguía siendo un lugar de misterio y vigilancia, pero ahora, tenía un propósito claro. Mis trece deseos eran la clave para abrir una puerta hacia un nuevo destino. Y aunque la sombra de la sospecha seguía acechando, no podía negar la emoción de lo que estaba por venir.

-------------------------------

Me quedé en silencio, inmerso en mis pensamientos. Trece deseos eran una oportunidad increíble, pero también una responsabilidad colosal. Mientras sopesaba las posibilidades y las restricciones, una nueva duda surgió en mi mente. Volví a sentir la presencia del ser que me había hecho la oferta.

"¿Qué sucederá después de reencarnar?" pregunté finalmente, mi voz quebrada por la mezcla de incertidumbre y curiosidad. "Quiero decir, ¿volveré a ser varón? ¿Seré siquiera humano? La reencarnación no especifica necesariamente esos detalles, ¿verdad?"

La voz pareció emitir un susurro de aprobación, como si mi pregunta le hubiera complacido. "Eres astuto por darte cuenta de eso," dijo, su tono lleno de una admiración velada. "Es cierto que la reencarnación no garantiza que retengas tu forma o género actuales. Al reencarnar en el nuevo mundo, tu esencia se integrará en cualquier ser que el destino disponga. Podrías nacer como un hombre, una mujer, o incluso como una criatura fantástica. El azar dictará tu forma y tu sexo en esa nueva realidad."

Sentí un escalofrío recorrerme al escuchar esas palabras. La incertidumbre añadía una capa más de complejidad a mis decisiones. No solo debía pensar en los deseos, sino también en la naturaleza del ser en el que podría reencarnar. "Entonces, no tendré control sobre qué ser seré en ese mundo," dije, más como una afirmación que una pregunta.

"Así es," confirmó la voz. "Tu esencia se adaptará al nuevo cuerpo que te sea asignado. Esto es parte del desafío y del aprendizaje que debes enfrentar. La forma y el género son meras facetas de la existencia. Lo que realmente importa es cómo utilizas los deseos y las oportunidades que se te han concedido."

Asimilé la información, sintiendo que mis preguntas eran respondidas pero a la vez generaban más enigmas. Era un juego complejo, lleno de riesgos y recompensas desconocidas. La voz, siempre astuta, parecía disfrutar de mi dilema, como si cada una de mis dudas fuera una prueba en sí misma.

"Debo elegir mis deseos con mucha cautela," murmuré para mí mismo, aunque sabía que la presencia podía escuchar cada uno de mis pensamientos.

"Exactamente," respondió la voz con una suavidad casi paternal. "Cada deseo tiene el poder de moldear tu nueva vida, pero también traerá sus propios desafíos. Piensa cuidadosamente en lo que realmente deseas y en cómo esos deseos influirán en tu destino."

Con esa última reflexión, la presencia se desvaneció lentamente, dejándome nuevamente solo en la penumbra del limbo. La responsabilidad de mis trece deseos pesaba sobre mí como una losa, pero también sentía una extraña excitación por lo que estaba por venir.

Tendría que pensar profundamente en cada deseo, considerando no solo los beneficios inmediatos, sino también las posibles consecuencias a largo plazo. No podía dejar ningún detalle al azar, aunque sabía que el azar jugaría su propio papel en mi reencarnación.

El limbo, con su eterna penumbra y su inquietante calma, se había convertido en un lugar de reflexión y decisión. Tenía mucho que considerar antes de formular mis deseos. Y aunque la incertidumbre me rodeaba, sentía que estaba en el umbral de una nueva y fantástica existencia, lista para ser moldeada por mis elecciones y enfrentada con mi valor.

-----------------------------------

Había pasado lo que parecían ser horas, aunque en el limbo el tiempo no tenía un significado claro. Después de una profunda reflexión, finalmente estaba decidido sobre mis deseos. Sentí nuevamente la presencia del ser que me había guiado hasta este punto.

"Estoy listo para formular mis deseos," dije, tratando de mantener mi voz firme. Pero aun así, la incertidumbre seguía rondando mi mente. "Pero antes, tengo algunas preguntas más."

La voz respondió de inmediato, calmada y paciente. "Pregunta lo que necesites. Estoy aquí para ayudarte en tu transición."

Respiré hondo, buscando las palabras adecuadas. "Mencionaste que los deseos tienen el poder de moldear mi nueva vida. ¿Eso significa que puedo desear ser varón nuevamente? ¿Y puedo elegir mi raza?"

La presencia pareció considerar mi pregunta antes de responder, su tono lleno de aprobación. "Estás en lo cierto. Tus deseos pueden moldear muchos aspectos de tu nueva existencia, incluyendo tu género y raza. Si deseas ser varón de nuevo, eso puede ser tu primer deseo. Del mismo modo, puedes elegir la raza que deseas habitar en el nuevo mundo. Los deseos tienen la capacidad de otorgarte control sobre esos detalles, siempre y cuando los formules claramente."

Un alivio cauteloso se deslizó en mi interior. Saber que tenía cierto control sobre esos aspectos fundamentales de mi nueva vida me daba más confianza para proceder. "Entiendo," dije, asintiendo para mí mismo en la penumbra.

"Entonces, ¿has decidido cuáles serán tus trece deseos?" preguntó la voz, su tono animándome a avanzar.

Asentí de nuevo, aunque sabía que la presencia no necesitaba ver el gesto. "Sí, he decidido."

"Bien," respondió la voz, con una entonación que sugería una sonrisa invisible. "Cuando estés listo, comienza a formular tus deseos. Recuerda, cada palabra cuenta. Piensa cuidadosamente en cómo expresas cada deseo para que se cumpla tal como lo imaginas."

Tomé un momento más para organizar mis pensamientos, sintiendo el peso de la responsabilidad y la promesa de una nueva vida ante mí. Luego, comencé a hablar, mi voz resonando en el vasto vacío del limbo.

"Mi primer deseo es reencarnar como varón."

La voz asintió, o al menos así lo sentí. "Concedido. ¿Y tu segundo deseo?"

"Deseo reencarnar en un ser ligado a la magia y la naturaleza del nuevo mundo."

"Concedido," respondió la voz con su tono constante y sereno. "¿Qué sigue?"

Con cada deseo formulado, sentía una mezcla de anticipación y aprehensión. Sabía que cada uno de estos deseos tendría un impacto profundo en mi nueva existencia. Continué con mis deseos, uno por uno, con la voz del ser confirmando cada concesión.

"Mi tercer deseo es tener una salud robusta y duradera."

"Mi cuarto deseo es poseer un talento excepcional para la magia."

"Mi quinto deseo es tener una inteligencia aguda y una mente curiosa."

"Mi sexto deseo es tener una fuerza sin límite, pero que pueda ser controlada por mí mismo."

"Mi séptimo deseo es tener habilidades excepcionales en combate."

"Mi octavo deseo es tener la capacidad de aprender rápidamente cualquier habilidad o conocimiento nuevo."

"Mi noveno deseo es tener una conexión especial con la naturaleza y los animales."

"Mi décimo deseo es poseer la habilidad de hablar cualquier idioma y ser consciente de cuál idioma estoy hablando."

"Mi undécimo deseo es tener resistencia evolutiva, adaptándome automáticamente a cualquier enfermedad o veneno ingerido o adquirido."

"Mi duodécimo deseo es obtener conocimiento sobre tecnologías e invenciones tanto antiguas como futuristas."

"Y mi decimotercer deseo es tener una memoria perfecta para recordar todo lo que aprenda y experimente."

La voz permaneció en silencio por un momento, como si estuviera evaluando cada uno de mis deseos. Luego, habló con una satisfacción palpable. "Todos tus deseos han sido concedidos. Estás listo para reencarnar en el nuevo mundo. Utiliza bien estos dones y enfrenta los desafíos con valentía y sabiduría."

Un sentimiento de alivio y excitación me envolvió. Mi nueva vida estaba a punto de comenzar, y aunque la incertidumbre seguía presente, me sentía más preparado para enfrentar lo que viniera.

"Gracias," dije finalmente, con sinceridad.

"Buena suerte," respondió la voz, su tono lleno de una extraña felicidad "Tu viaje comienza ahora."

Y con esas palabras, sentí cómo la oscuridad del limbo se disipaba, dando paso a la luz y a una nueva existencia, llena de promesas y desafíos por descubrir.

"Puede que al principio parezca un poco ambiguo, pero deberías darle una oportunidad al libro. Estoy seguro de que te va a encantar."

Kn4nFHcreators' thoughts