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Algunas cosas toman tiempo

La muerte de Annabeth lo quebró. Y muchos temían que para siempre. Busco el refugio en las profundidades del mar. Pero él sabía que no podía esconderse del mundo y de sus amigos por siempre, tenía que seguir adelante. Y tal vez no sería de la forma en que él pensó que sería, pero si fue la más adecuada para ayudarlo a terminar de sanar, para volver a ser el de siempre.

EscritorDeFics · ภาพยนตร์
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34 Chs

Audiencia ante el consejo I

Había pasado un tiempo desde que habían intentado hacer que Artemisa expusiera su caso ante el consejo, asi que Zeus convoco a una reunión para solucionar la inactividad de Artemisa, ya ni siquiera se hacía cargo de su dominio sobre la luna… Y eso era inaceptable. Asi que o bien se nombraba a otra persona bajo ese dominio o Artemisa ponía las cosas en claro. Asi que de manera extraña para cualquiera estaba Artemisa en el centro mirando con nostalgia su trono.

—Artemisa te hemos llamado porque como ves no podemos dejar este problema quede en el aire —Artemisa gruñía con furia porque la estaban forzando de varios modos a hablar de algo que para ella era pasado y sin importancia, o al menos eso era lo que ella pensaba, pero no podía evitar sentirse intimidada, por el interrogatorio.

—Padre no hay ningún problema —Artemisa tenso sus nervios para mentir groseramente, pero no podía dejar que la vieran perturbada, tenía una reputación, además que las cosas podrían salirse de control.

—¿Estas segura? —Pregunto Zeus, mientras Poseidón solo observaba a su sobrina. Ese había sido un tema del que no había hablado con Perseo. Pero al parecer él tenía algo que ver con el estado estoicamente extraño de Artemisa.

—Arte… —Atenea empezó tratando de sonar pacificadora, pero a la vez amable, pero fue rápidamente cortado por la mano en alto de Artemisa.

—No tengo nada que decir —dijo finalizando Artemisa, pero a parecer nadie le prestó atención, porque todos se miraban entre sí.

—Esto no está llevando a ningún lado —Apolo dijo con fastidio mientras su mente buscaba la manera de llegar a Artemisa, no podía seguir recluida en su palacio por lo siglos de los siglos.

—Por fin dices algo con inteligencia —Artemisa se burló de su hermano, esto solo hizo sonreír a Apolo con ligereza, se preocupaba mucho por ella, más de lo que ella pensaba. Saber que algo la afligía era simplemente inaceptable.

—Sabes que no podemos dejarte simplemente tomar tu lugar en el consejo —Zeus lo dijo con cuidado, todos miraron con detenimiento a Artemisa, quien miraba con fiereza al rey del Olimpo.

—Ese derecho me pertenece… a nadie más —la voz de Artemisa podía cortar el aire por la fiereza con que salió cada palabra desafiante.

—El consejo es capaz de revocar un puesto… eso lo sabes —Zeus sabía que tenía pleno apoyo… al menos de la mayoría para optar por esa medida, pero no era su intención.

—No se atreverían… ¡como pueden ser asi! —Artemisa estaba furiosa y brillaba en su luz color plata, procedente de su dominio sobre la luna. Pero aun asi era una diosa olímpica a la cual no se le podía ignorar… al menos por ahora.

—No queremos Artemisa… pero… —Apolo trató de hacer entrar en razón a Artemisa, pero parecía que nada podía.

—Pero ¡¿qué!? —gritó enfurecida, pero no por eso el consejo se echó atrás en su determinación de arreglar el problema llamado: Artemisa…

—No nos das muchas opciones —Trató de razonar Atenea, pero parecía que nada podía calmar la ira de la diosa de la luna.

—¡Opciones para que! Ya me despojaste de dos de mis dominios… ¿¡que más quieres!? —más que furia en ese momento fue frustración por parte de una Artemisa que quería despedazar a los responsables de su desdicha.

—Esa fue tu decisión —Zeus no quería prolongar esto más tiempo, pero necesitaba que Artemisa se calmara. Hera había decidido no intervenir en este caso porque ya de por si Artemisa y ella no estaban en las mejores relaciones… por lo de Leto y eso…

—Te equivocas… ustedes me empujaron a aceptar esa decisión —Artemisa señalo amenazadoramente al rey de los dioses tratando de hacerle saber que no olvidaría lo que estaba haciendo ahora mismo.

—¡Bueno es suficiente! —Gritó Zeus haciendo tronar su rayo en medio de la sala. —Dile a Hermes que traiga a Percy —Apolo se disponía a gritar el nombre de Hermes, pero fue detenido por la cara de pánico de Artemisa. Ella no quería a Percy delante del consejo… No quería a nadie que se metiera con algo que era solamente asunto suyo.

—¡No! ¿Qué clase de confabulación es esta? —Artemisa estaba nerviosamente enfadada. Quería simplemente desaparecer. Pero por otro lado no podía dejar que Percy apareciera en la sala y dijera todo lo que le acontecía… seria su fin… aunque primero se encargaría de acabar con Percy. Maldecía en su mente al ex héroe semidiós por ser parte de esto. Ella no había podido hacer nada al respecto… simplemente pasó… simplemente estuvo allí en ese momento.

—¿Que temes Artemisa? —Apolo pregunto seriamente… algo que incomodo un poco a Artemisa, nunca lo había visto asi.

—Yo no le temo a nada —un poco de confianza hizo que Artemisa se pusiera rígida y erguida.

—Entonces deja hablar a Percy —Atenea le hizo la seña a Apolo para que fuera por su amigo mensajero. Pero un susurro suave y desesperado salió de Artemisa.

—No es necesario —casi nadie pudo escucharlo, salvo Hestia que estaba prestando mucha atención a la diosa interrogada. Pero no dijo nada al respecto. Artemisa estaba muy mal si tenía casi que rogar para que su secreto se mantuviera oculto. Tendría que averiguar por su parte.

—¿Que dijiste?" Apolo pregunto de manera recia. Artemisa levanto la cabeza, pero si mirar a su hermano a los ojos.

—Nada… simplemente no creo que él pueda decir nada al respecto… ¡este no es su problema! —Artemisa apretaba las manos sabiendo que él tenía mucho que decir, pero trató de cubrirse lo más posible.

—Pues lo es ahora que es un dios del Olimpo y miembro del consejo —Artemisa abrió los ojos con asombro, no se había enterado de nada, solamente que ya no era diosa de la caza y las doncellas, pero aparte de eso no sabía nada, se había recluido en su palacio durante meses.

—¿Que Percy es que cosa? —pregunto con el asombro fresco entre sus facciones.

—Eso es lo que pasa cuando te escondes del mundo —Apolo se dejó caer sobre su trono un poco frustrado de que esto siguiera siendo un círculo y que no llevara a nada que hiciera que Artemisa recuperara su posición.

—No me escondo… simplemente no tengo nada que hacer… me quitaron todo —la voz de Artemisa sonaba amargada. Y todos pudieron notar eso. No querían llevar este caso asi, pero si Artemisa no colaboraba no había otra forma, más que acorralarla.

—Bueno… ¡basta! Percy es ahora un dios y como tal debe colaborar con las investigaciones… no permitiré que lo intimides con tus amenazas —Zeus mismo se levantó de su asiento

—Padre esto es un ultraje —Artemisa dijo con dolor real de ver como se le empujaba a hablar de lo que no quería… a recordar lo que no debía y darles lo que ellos querían.

—¿¡Enserio!? Bueno entonces vamos a llegar hasta el fondo con esto —Zeus dijo determinado para luego llamar al dios mensajero.

—Hermes

La cena estuvo tranquila, una que otra charla espontanea, pero nada fuera de lo común. Solamente la mirada pasiva de Poseidón sobre Percy que se le notaba un tanto serio, más que de costumbre. Tritón había tratado de animar la velada con algún que otro relato de sirenas intentando seducir marineros, pero no había dado resultado… Percy estaba absorto y algo perturbado por haber tenido que salir al mundo exterior, pero como su padre decía, era necesario ponerse en contacto con sus demás dominios.

Luego de la cena solo quedaban Poseidón y Percy en el comedor real… el ambiente tranquilo no hacía que el momento fuera incomodo, pero Poseidón estaba ardiendo por preguntarle por las cazadoras, y Percy se dio cuenta de eso cuando le hizo una ligera inclinación para que preguntara lo que tenía que preguntar.

—Percy ¿cómo te fue con las cazadoras? —la cara de fastidio de Percy era innegable y eso era lo que preocupaba a Poseidón. Tal vez había sido un paso muy apresurado en su afán de hacer volver al viejo Percy. Tal vez las cazadoras solo habían arruinado sus ganas de salir nuevamente.

—¿Cómo crees? son cazadoras… estoy empezando a arrepentirme de ser el patrón de esa clase de héroes —Obviamente Percy no estaba feliz después de la experiencia que acaba de tener. Tenía dos problemas a la hora de reaccionar. Volverse un dios despiadado que no soportara las ofensas o dejar que siguieran pensando que era Percy el semidiós… y no sabía cómo reaccionar. Su razón le decía que tendría que haberlas dejado por su cuenta para que se dieran cuenta de lo necesitadas de ayuda que estaban… pero por otro lado estaba el prestigio de Thalia… ella estaba al frente.

—No digas eso… ya sabes son chicas con un pasado difícil —cuando su padre habló de pasado Percy se tensó… el pasado aún estaba allí asechándolo, él lo sabía, a pesar que tratara de encubrirlo con entrenamiento y una capa de falsa felicidad. Su pasado era doloroso como para recordarlo… pero aún estaba allí.

—Como todos papa… pero yo no voy por la vida amargándole la vida a los demás —Percy dijo con frialdad como un sistema de autodefensa.

—Mmmm… —Poseidón susurro dejando la duda en el aire. No es que Percy fuera una carga, era simplemente que Poseidón quería que se liberara de esa carga. Si persistía en aferrarse a esa carga terminaría por aplastarlo.

—Te he amargado la vida —no fue una pregunta sino una declaración dolorosa de que estaba haciendo la vida de su padre infeliz a causar del dolor que estaba dentro de él. Poseidón le sonrió con tranquilidad tratando de animarlo un poco.

—Yo no diría eso… pero tu pena se ha vuelto mi pena —Percy sonrió ligeramente. Su padre había sido una fortaleza desde que apareció en su vida. Y tenía a su mama… Sally… él sabía que ella debía estar preocupado por él… pero también sabía que si volvía a casa tendría que revivir todo lo que paso… tendría que contarle hasta el más pequeño de los detalles… no porque ella lo presionara o lo obligara, sino porque simplemente era natural abrir su corazón con ella. Pero eso serio como un suicidio emocional para él. Mama tendría que esperar un poco más…

—Padre… —Percy trató de emitir alguna clase de disculpa, pero en ese momento apareció Hermes. Tanto Percy como Poseidón hicieron una pequeña venia respetuosa, a la cual el dios mensajero respondió alegremente.

—Saludos Hermes —dijo Poseidón chasqueando los dedos para cambiar su atuendo a la típica túnica griega, supuso que era momento de otra divertida reunión del consejo.

—Reunión en el Olimpo ahora —Hermes expreso mirando únicamente a Percy. Percy parpadeo pensando en que podría ser tan importante que era necesaria su presencia, él estaba en algo asi como una licencia para familiarizarse con sus dominios… no se esperaba que él se presentara en las reuniones. Poseidón no se molestó en esperar, sino que rápidamente se desvaneció en una brisa con rumbo al Olimpo.

—Supongo que si sigues aquí Hermes es porque tengo que —resoplo Percy con algo de fastidio… no quería tener que estar en una de esas reuniones…

—No exactamente… tu presencia en el Olimpo tiene otro propósito —Percy lo miro con algo de intriga frunciendo el ceño y luego pensó en lo que había hecho con las cazadoras, no creo que lo tomen como una falta contra las leyes antiguas. O tal vez si…

—Vamos entonces… cuanto antes terminemos más rápido podré volver a mi entrenamiento —con esas palabras Hermes los dirigió a la entrada de la sala de tronos. Tenían que esperar hasta que fueran llamados, ya que en su interior Artemisa estaba siendo interrogada por el consejo, aunque eso Percy no lo sabía.

—Será que alguna vez podremos entrenar… ya sabes soy el dios más rápido… no creo que te vendría mal —Hermes dijo con tono juguetón y con una falsa arrogancia.

—Claro… pero tendrías que ir a mis dominios… no estoy apegado al mundo exterior por ahora —Hermes entendió a que se refería Percy y no intento cuestionar sus motivos, él había visto a Percy crecer como héroe al lado de Annabeth, habían hecho todas las misiones juntos, aun caer al tártaro y había visto también como lo había llevado Annabeth cuando se separaron con la idea de Hera. Asi que era más que entendible para el cómo lo estaba tomando Percy.

—Entiendo… —dijo de manera amable Hermes mientras tomaban asiento a la espera de su llamado para estar ante el consejo.

—¿De qué se trata esto? —Percy tenía curiosidad de porque no podía estar dentro en la reunión, pero no le importaba demasiado, siempre y cuando eso le evitara las grandes y aburridas reuniones.

—El consejo tiene unas preguntas que necesitan respuesta… solamente eso —empezó a ponerse un poco nervioso, si necesitaban interrogarlo ¿era porque estaba en falta? ¿Había hecho algo malo?

—No iras a ponerme cadenas y llevarme como un prisionero —Percy trató de no parecer nervioso asi que lo dijo en un tono juguetón, al cual Hermes devolvió una sonrisa.

—No… no creo que haga falta —Percy rio ligeramente, mientras Hermes sacaba su Ipad para ver que nuevos mensajes había. Siempre estaba al tanto de sus negocios. Mientras tanto Percy no dejaba de admirar la belleza del Olimpo y eso le hacía recordar… y eso no era bueno.

—Bueno entonces esperaremos —dijo mientras convoco una botella de agua para poder refrescarse un poco, a ver si eso lograba despejar su mente.

—No creo que tengas que esperar mucho —Hermes dijo sin despegar sus ojos de su Ipad. Asi que Percy simplemente se perdió en sus pensamientos. Tenía planes… tenía una idea para poder hacer mejor su labor de dios. Pero aún tenía meses por delante de entrenamiento. La espada ya había sido dominada, la lanza igualmente, le faltaba usar los cuchillos, el arco, y otras más que habían llamado su atención. Asi que tenía mucho entrenamiento por delante. Como media hora después se escuchó la voz de trueno de Zeus.

—¡Hermes! —Hermes salió de su estado de trance metido en su Ipad y respiro hondo para ponerse de pie y arreglarse la túnica griega que llevaba puesta.

—Creo que esa es nuestra llamada —Percy suspiro y empezaron a avanzar hacia la sala de tronos. Se le congelo un poco la sangre cuando se encontró con la mirada fría de Artemisa. Ya sabía de qué iba esto. Sería difícil responder las preguntas… Sería difícil.