Víctor levantó a su madre como a una princesa —De todos modos, ¡vamos adentro! Violeta, mira a tu alrededor, algunos vecinos vieron lo que ustedes hicieron.
—Oh, eso está mal —Los ojos de Violeta brillaron peligrosamente.
—Solo haz que se olviden de todo —advirtió Víctor.
—Lo sé, Cariño —Violeta se rió con naturalidad y luego desapareció.
Víctor miró a Rubí, sus ojos brillaron por unos segundos, y pronto el hielo alrededor de Rubí comenzó a derretirse.
—¿Eh…? ¿Qué pasó? —Rubí miró a Víctor.
—Te congelaste... Literalmente —Víctor mostró una sonrisa gentil.
—... —Rubí quedó en silencio. Nunca pensó que su poder reaccionaría a sus emociones de esa manera.
—A veces mi esposa puede ser linda.
—… —El rostro completo de Rubí se puso rojo carmesí y luego se volvió hacia otro lado— ¿D-De qué estás hablando? No recuerdo que eso haya pasado.
—Oya, oya… —Sasha mostró una sonrisa como la de un gato— Quién diría que la fresca Rubí podría hacer esa expresión.
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