Llamada telefónica:
—Me vas a decir, ¿Por qué subiste esa historia?— le pregunté a Ruby.
—Lo sabía, sigues siendo un acosador. Eso era lo que quería confirmar.
—¿Eso significa que querías que te robara un beso ese día en el baño, pervertida?
—¿De todo lo que escribí, eso fue lo único que te pareció importante?
—Responde mi pregunta.
—No lo tomes personal, no lo hice por ti. Solo quise hacer una historia diferente, así que no te alteres. ¿Todo el tiempo eres un amargado? Te pondrás viejo antes de tiempo.
—Tú me pones así.
—Que gran privilegio.
—Tienes tanta suerte de que no estoy allá, o te haría tragar cada una de tus palabras.
—Oh, yo creí que dirías otra cosa.
—Maldita pervertida.
—Lo siento, he pensado en voz alta.
—¿Siempre eres así?
—No, solo contigo.
—¿Debería alegrarme o preocuparme?
—Ambas. Tengo que colgar. Adiós.
—Espera.
—¿Qué?
No sabía qué decirle.
—Olvídalo. Adiós — colgué la llamada.
Ruby
Eso es extraño, no estaba insultándome como normalmente hace. Es tan bipolar, que ni él mismo se soporta. Me gusta escucharlo molesto, de alguna forma se ha vuelto divertido.
Tengo que arreglar mis cosas y preparar la maleta. Solo faltan dos días para el viaje.
Adrián
—¿Qué fue lo que pasó ahí dentro, Adrián?— me preguntó Vanessa.
—No estoy preparado.
—Si no haces esto bien, le darán el papel a otra persona. ¿Eso quieres?
—No, es solo que no puedo concentrarme.
—Le diste un beso de lengua a esa mujer, y ella está toda pendeja allá dentro. Parece que le gustó, pero en el guión el beso tenía que ser tierno, no de la forma que lo hiciste. Parecía más que ibas a cogértela ahí en medio de todos.
—No seas tonta. No pensaba en eso.
—Todos se quedaron sorprendidos, incluso el director. Al parecer, dejará la escena así.
—¿Qué?
—Sí, a pesar de los errores que has cometido, ese beso arregló todo. Se vio muy real, en especial la conexión que se vio entre los dos.
—Yo no sentí ninguna conexión.
—Entonces ¿Por qué la besaste así?
—Ya no me hagas más preguntas. Me duele la cabeza. ¿Será que nos podemos ir? Quiero descansar.
—Esta bien.
Ruby
2 días después:
Ya había preparado todo, y antes de irme al aeropuerto, me despedí de mi amiga Lucia. Le dejé encargada la casa mientras regreso. Estaba nerviosa, hace mucho no subía a un avión.
El vuelo fue todo tranquilo. Según busqué mi maleta, le marqué al Sr. Jared.
Llamada telefónica:
—He llegado.
—Ya la veo— colgó la llamada.
Vi a Jared, y casi se me salen las babas. Por Dios, que hombre tan atractivo. Dichosos los ojos que ven semejante hombre. Era alto, tez blanca, ojos verdes y el pelo un poco largo. Estaba vestido con un gabán negro, y su perfume podría poner a alucinar a cualquier mujer.
No pude disimular mucho. Jamás había visto un hombre igual, solo en fotos y en el porno. Ahora entiendo los celos que le tiene Adrián a Jared. Adrián no tiene los brazos tan anchos como Jared, pero se ven bien. ¿Cómo puedo andar comparando? Ya quisiera él tener un parecido con Jared.
No podía creer que me reconoció. Se paró frente a mí y extendió su mano. Le di la mano y sonrió. Estaba teniendo un sueño mojado, pero despierta.
—Buenos días, Srta. Ruby. No pensé que sería más hermosa en persona.
Acabo de morir y resucitar.
—Ni yo tampoco. Quiero decir, no pensé que sería más guapo y alto en persona — pensé en voz alta, rio.
—¿Cómo le fue en el viaje? — cogió mis maletas, y no me dejó moverlas.
—Muy bien, algo agotador.
—Lo supuse, es por eso que ya le tengo su habitación lista y una deliciosa cena preparada.
Me ayudó a subir a su auto para luego subirse él. Tras de guapo, caballeroso. Es demasiado perfecto para ser real.
En el camino estuvimos hablando de la presentación. Está pautada para mañana. Mientras manejaba, le sonó el teléfono y respondió.
Jared
Llamada telefónica:
—¿Ya estás con ella?— preguntó Vanessa.
—Así es.
—Necesito que traigas a la Srta. Ruby al teatro, Jared— me pidió.
—¿Estás segura?
—Sí, eso quizá le ayude a Adrián a concentrarse. Nada le está saliendo bien.
—¿Y por qué tendría que ayudarlo?
—Te lo estoy pidiendo de buena forma, no seas tan orgulloso.
—Vamos a ver. No te prometo nada— colgué la llamada.
Ruby
—¿Extrañas a tu amigo?— me preguntó Jared repentinamente.
—¿Qué amigo?
—Adrián.
—Él y yo no somos amigos.
—Yo pensé que sí.
—No, no lo somos.
—Eso es un punto a mi favor.
—¿Qué quiere decir con eso?
—Nada importante, Señorita— sonrió dulcemente, y siguió manejando.
No entendí su comentario, pero sonó jodidamente sexy.
Me trajo a un teatro y no entendía la razón por la cual se detuvo aquí.
—¿Y este lugar?
—Voy a presentarte al director, y de paso, para que ayudes a un sujeto.
—¿Ayudar a un sujeto?
—Lo sabrá cuando entre.
Subimos las escaleras, y entramos a un cuarto donde habían muchas cámaras y personal. Vi en el mismo medio a Adrián y quedé sorprendida. ¿Qué hace él aquí?
Adrián
—Es solamente acostarnos en la cama, y fingir que estamos haciendo algo— comentó Susan.
—¿Y besarnos otra vez? Ya sabes lo que sucedió hace dos días, y no quiero que vuelva a suceder.
—Pero lo hiciste bien ese día.
—Yo no considero eso — miré en dirección al director, y me pareció ver a Ruby.
Hasta alucinando estoy con esa mujer. Como se ve que me ha embrujado.
Seguí viendo a su dirección, y fue cuando me di cuenta que estaba acompañada de Jared. Entonces no estoy alucinando.
Caminé rápidamente hacia ellos. Me sentía molesto de que estuviera con ese idiota aquí.
—¿Tú qué haces aquí?— le pregunté a Ruby.
—Que forma tan grosera de tratar a una dama— añadió Jared.
—Tú no te metas, Jared.
—Ni yo misma lo sé— respondió Ruby.
—No te quiero con éste idiota — la hale del brazo bruscamente para alejarla de él.
—¿Y a ti qué te pasa, idiota? — me gritó molesta.
—¿Qué sucede, Adriancito? ¿No te enseñaron a tratar a una chica? — Jared arqueó una ceja, y sonrió malicioso.