Vanessa
—Ella es la escritora de la que te hablé— le dije al Director.
—¿La de la historia erótica?
—Esa misma.
—¿Por qué no lo dijiste antes? Quiero que me la presentes.
—Espera. Tengo que pedirte un favor, Edward.
—¿Un favor?
—Tu insistes en que sea Adrián el que haga el papel, pero no podrá hacerlo si no práctica antes. ¿Qué tal si permite que actúe con la escritora la escena del beso? Sin grabar ni nada, solo una pequeña práctica. Quiero que le ayude a la concentración de Adrián.
—¿Esa es la chica que me dijiste que le gusta?
—Se llevan muy mal, pero un empujoncito no vendría mal. Ayúdame a convencerlos a los dos, ¿Si?
—Me suena estupenda la idea. Yo sí quiero grabar. Eso es algo que no se da todos los días. Eso de romances de amor y odio son fascinantes. Es más, hablaré para que escriba un historia así. Estoy seguro que vendería mucho.
Adrián
—No es tu problema. ¿Por qué la trajiste? — encaré a Jared.
—Soy su nuevo representante. Ella trabaja para mí. Por si no lo sabías, tenemos un contrato los dos, ¿Cierto, Srta. Ruby?
—Así es — afirmó mirándolo.
—¿Por qué con este idiota?
—Que grosero. ¿No sabes tratar a una persona? — dijo Ruby.
—¿Qué está sucediendo, Adrián?— Susan se acercó a nosotros, y me giré hacia ella.
—Perdóname por hacerte esperar, Susan. Tan pronto saque a este tipo de aquí, continuáremos con la grabación.
—No sé ni para qué vinimos a este lugar, Sr. Jared. No tenemos que aguantar este mal trato— comentó Ruby.
—Totalmente de acuerdo. Después de usted— le hizo seña a Ruby, y ella se iba a ir con él.
Iba a irme detrás de él, pero Vanessa me agarró el hombro.
—Todo se va a solucionar. Cálmate—sonrió, y se fue detrás de Ruby.
Ruby
—Srta. Ruby, ¿Cuánto tiempo sin verla? — al ver a Vanessa, me puse feliz.
—Sra. Vanessa.
—Disculpa a Adrián, está algo frustrado porque no puede hacer la escena de la película. Ya sabes lo bipolar que se pone.
—Bastante bipolar, diría yo.
—¿Cree que puedo pedirle su ayuda?
—¿Ayuda para qué, Sra. Vanessa?
—Con Adrián. Quiero que grabe esa escena, pero llevamos dos días en lo mismo, y ahora que estás aquí, opino que usted podría animarlo.
—¿Yo? Yo soy la persona menos indicada.
—Es solo una pequeña práctica. Sólo deberá actuar esa escena que no le sale.
—¿Y de qué es la escena?
—De un beso forzado— comentó un hombre algo mayor, uniéndose a la conversación.
—No es cierto. No bromees con ella, que la vas a preocupar— Vanessa sonrió nerviosa.
—Lo siento. Mi nombre es Edward, soy el director. Es un gusto conocerla.
—Mi nombre es Ruby. El gusto es todo mío, Sr. Edward.
—Como bien escuchó de mi amiga Vanessa; solo será una pequeña escena. ¿Podríamos contar con su ayuda? No debe decir nada, él es quien actuará. Solo debe dejarse llevar por el momento y listo.
—Bueno, si puedo servir de algo, está bien.
—Esa es la actitud. Déjame hablar con Adrián.
—Voy con usted — añadió Jared, caminando con Edward.
Adrián
—¿Hacer esa escena con ella, director? ¿Por qué? — pregunté.
—¿Cuál es el problema, Adriancito? ¿No sabes besar a una mujer? ¿Necesitas ayuda también para eso?— preguntó Jared riendo.
—Tú cállate, imbécil.
—Yo puedo hacer la escena, y así vas tomando notas.
—Ni en tus sueños. Sé muy bien tus intenciones, y no dejaré que te le acerques.
—Uy, que miedo. El Chihuahua me salió bravo. Deja la pendejada y ponte a hacer tu trabajo. Todo el equipo está aquí perdiendo el tiempo contigo. Si continúas fracasando, será mejor que el papel lo interprete yo, y tú te quedes detrás de las cámaras.
—Te crees que la gran cosa, y siempre andas detrás de mí para quedarte con lo mío.
—¿Con lo tuyo? Soy mucho mejor que tú, y te lo he demostrado un montón de veces. Llevo más años que tú en esto, tú sólo eres un novato. ¿Quieres demostrar de qué estás hecho? Haz la escena y no seas tan cobarde, o ahí entraré yo, y te robaré el tiempo de brillar. Esa es la diferencia entre tú y yo, tu le das vueltas al asunto, en cambio yo voy directo a lo que voy. Al menos tienes la oportunidad de besar a mujeres lindas, así como Susan y como Ruby. ¿Por qué lo piensas tanto? ¿No me digas que tiras para el otro bando?— esbozó una sonrisa maliciosa.
—Lo haré, director.
—Ve al frente.
Caminé al frente y Ruby se acercó. Me sentía más nervioso que con Susan.
Concéntrate, Adrián. Si no haces esto, ese imbécil tomará tu lugar y no puedes permitir eso; además no es para tanto. Ya he besado muchas mujeres antes, ¿Por qué tengo que ponerme nervioso con ella?
Estaba callada y se veía tranquila, no es normal eso en Ruby. ¿Realmente sabe lo que está a punto de pasar?
No me había dado cuenta de lo bajita que es, y al percatarme, no sé porque terminé riendo.
—¿Y tú de qué te ríes?— Ruby arqueó una ceja.
—No me hagas caso.
—¿Puedes darte prisa? Quiero irme como pediste.
—Yo no te dije eso a ti, se lo dije a ese imbécil.
—Ah, entonces ¿Querías que yo me quedara?
—No.
—Pues me voy. Arréglate como puedas— dio la vuelta para irse.
—No vas a ninguna parte. Siempre quieres hacer lo que te da la gana— le agarré la mano, evitando que se fuera.
—Sí, porque no sé ni porqué tengo que ayudarte. Al final de cuentas, puedes hacer las cosas solo. La gente presumida y grosera, pueden hacer las cosas por ellos mismos, sin depender de nadie.
—Yo te amo… — murmuré.
—¿Eh?— se quedó confundida.
—Y cuando estoy contigo, siento que puedo contra todo.
—¿Qué mierdas estás diciendo? ¿Estás loco?
La sujeté por la cintura y la besé. Aproveché ese momento de valentía con todos sus insultos y lo usé a mi favor. Su beso se sintió mejor que el de cualquiera otra mujer que hubiera besado antes; aunque no fue mucho el tiempo que duramos, la suavidad de sus labios, me atrapó por completo. Ella me empujó y me dio una bofetada.
—¿Y luego la pervertida soy yo? ¡Idiota! — se veía realmente molesta.
Se fue caminando y vi a Jared que aplaudió hacia mí dirección.
—Tremendo. Lastima que a la actriz no le agradó mucho tu beso. Creo que te hace falta aprender a besar, pero en lo demás te doy un 10 — Jared sonrió, y se fue detrás de Ruby.
¡Maldito imbécil!