Con un suspiro, Elsa saltó del suelo.
Su brazo izquierdo había sanado por completo. Blandió su kukri con ambas manos mientras se aproximaba a Garfiel. Él bloqueó la poderosa cuchillada levantando sus escudos, al mismo tiempo levantando su pierna derecha para patearla —simultáneamente, Elsa también dio una patada exactamente en la misma trayectoria, por lo que los ataques que impactaron primero fueron sus patadas, y ambos salieron volando.
_Garfiel: ¡No jodas! ¡¿Tu brazo de verdad sanó por completo?!
_Elsa: ¿Pero acaso no sanó también tu oído mientras ganabas tiempo? Estamos a la par.
Mentalmente, Garfiel le enseñó la lengua en burla.
Durante el tiempo en que estuvieron hablando, Garfiel usó la mano que ponía presión en su herida para sanarla con magia. Esperaba que la sección faltante de su oído se regenerara poco a poco, pero si sufría una herida igual a la de Elsa, entonces la magia sanadora de Garfiel sólo podría darle primeros auxilios.
_Garfiel: No lo negaste. ¿Entonces sí eres una vampira?
_Elsa: Son libres de llamarme como deseen. Yo no bebo sangre, y mis comidas son ordinarias. Cuando estoy bajo la luz del sol lo único que pasa es que los guardias se molestan, por lo que no es nada especial.
_Garfiel: ¿Así que, tu fascinación por las 'ntrañas es porque eres una vampira?
_Elsa: Eso es algo sólo mío. Simplemente me gusta ver las entrañas frescas y tocar los intestinos tibios.
_Garfiel: Eso es incluso más desagradable.
Elsa se deshizo de su estorboso manto negro.
Garfiel se dio cuenta de que la motivación de Elsa había crecido incluso más, por lo que chasqueó sus dientes. Entonces chocó sus escudos.
Garfiel: Hay todo un mundo aquí afuera… aunque es un poco complicado, será mejor que lo logres, Capitán.
Con eso, Garfiel rugió mientras levantaba sus escudos contra Elsa, quien se acercaba.
※ ※ ※ ※
—Él abrió la puerta, y lo que vino de la habitación fue el aroma del papel.
Quizás lo enfermizo del aroma se debía al peso de todos los días y años encerrado en este espacio. Aunque, si se consideraba la apelación de llamarla una habitación cuyo tiempo se detuvo, los días y los años no tenían nada que ver.
_Subaru: Estuve encerrado un rato en el Santuario, por lo que tuve tiempo para pensar las cosas. Así que también quiero escuchar tu respuesta.
_Beatrice: ¿—Cómo?
Sin el permiso de la bibliotecaria, Subaru entró en la Biblioteca.
Como siempre, el ambiente aquí era tanto melancólico como tranquilo. No había ventanas que dejaran entrar la luz del sol, o para ventilación. Quedarse aquí por mucho tiempo acabaría afectando el humor y la salud.
Y se notaba especialmente porque la expresión de la niña mirando a Subaru lucía completamente exhausta.
_Beatrice: ¿Cómo es que lograste volver a esta habitación, supongo? No recuerdo haberte llamado, de hecho.
_Subaru: Lo siento, pero llegar sin que me inviten es justo lo que yo hago. Jamás olvidaré aquella vez en la escuela secundaria cuando llegué sin haber sido invitado a la fiesta de cumpleaños de un amigo, acabó siendo muy incómodo.
Incluso el descuidado Subaru de entonces decidió ser más prudente luego de eso.
Aunque, desde que dijo "Bueno, ¡eso es todo amigos!" y se fue haciendo más ruido que cualquier otro, dejó de ser invitado a fiestas de cumpleaños.
_Subaru: Fue doloroso y mi corazón se podría romper en cualquier momento así que olvidémonos de eso.
_Beatrice: Eres tú quien comenzó a hablar de eso, parece. Eres así con todo, haciendo lo que te da la gana, de hecho.
_Subaru: Sip, hago lo que me da la gana. Así que no importa cuánto te disguste, estoy aquí.
Él vio cómo la chica contuvo el aliento.
Luego de muy respetuosamente hacer una reverencia con su cabeza de tal manera que ella lo notara.
_Subaru: Te voy a sacar de aquí, Beatrice. —Te llevaré de la mano bajo la luz del sol y jugaremos sobre la tierra hasta que tu vestido quede negro.
Beatrice estaba sentada sobre el taburete como de costumbre, sosteniéndose a sí misma.
Con el libro negro entre sus brazos como siempre; y sus vacilantes ojos miraban a Subaru.