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Re: zero arco 3, 4, 5.

Pueden seguir aquí después del cp25 Luego subiré el Arco 1 y Arco 2. A partir del CP 329 comienza el arco 5.

delta_zero_1153 · Fantasy
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503 Chs

La Cazadora de Entrañas vs el Escudo del Santuario. Parte2

La batalla se intensificó de inmediato, extendiendo la destrucción por toda la lujosa mansión.

Choques de acero contra acero, chillidos de metal venían junto a montones de chispas, los golpes y cuchilladas destruían la mundana vida de la Mansión Roswaal iluminada por la luna.

Los cristales de las ventanas se quebraban y los trozos de vidrio se esparcían. El daño al suelo sacaba volando las alfombras, mientras que las pinturas que colgaban de los muros quedaban hechas pedazos.

_Mujer: Maravilloso. Eres excelente.

_Garfiel: ¡¡No me alegra 'scuchar eso de nadie que no sea Ram!!

Garfiel lanzó un golpe con su brazo derecho armado con un escudo, pasando a un lado de la mujer mientras ella lo esquivaba, el ataque impactó en el muro. Él la persiguió mientras escapaba, usando su atorado brazo derecho como eje para girar en el aire y atacarla con un poderoso revés con su brazo izquierdo.

_Mujer: Mala suerte.

_Garfiel: ¡'Sto aún no ha terminado!

La mujer lo esquivó. Pero antes de que pudiera batir su cuchilla, Garfiel torció su cuerpo nuevamente para liberar su brazo derecho del muro, realizando un ataque sobre ella. La mujer entonces abortó su ataque impulsando su brazo en la dirección opuesta a la que iba a lanzar la cuchillada, usando dicho impulso para dar una voltereta inversa por el aire — en cuanto el golpe de Garfiel pasó a un lado de los pies de la mujer, la habitación se quebró.

Revés por la izquierda.

Golpe directo por la derecha.

Patada recta por la izquierda.

Gancho por la derecha.

Patada circular por la izquierda.

Asestando golpe tras golpe mientras giraba, Garfiel no tenía piedad alguna contra la mujer. Ella no tenía otra opción que evitar el asalto de Garfiel y, sintiendo que sus pies habían alcanzado el final del pasillo, Garfiel levantó la cabeza.

_Garfiel: ¡¡'Stás acabada!!

Dando un paso al frente, Garfiel desató el poder de sus puños.

Los puñetazos destrozaban al aire, violentos reflejos plateados de luz de luna se veían a través del oscuro pasillo en busca de aquella mujer.

Estos eran los brazos de una bestia, tan poderosos que seguramente dejaría un cuerpo humano hecho trizas.

Con su espalda contra la pared, la mujer levantó su pierna para colocar también la planta de su pie derecho contra el muro.

Ella determinó que lo mejor sería contrarrestar los inminentes golpes, apuntando su cuchilla hacia Garfiel para que este se empalara en la hoja tan pronto se acercara. Metal impactando con metal, la cuchilla pasó entre los escudos.

Pero,

_Garfiel: ¡Como si ese truco fuera a funcionar!

Su plan era que la cuchilla pasara entre los escudos y atravesara a Garfiel con el impulso que él llevaba. Pero los músculos de Garfiel no eran tan débiles como para que los delgados brazos de una mujer cualquiera pudieran lograr algo.

Con la punta de la cuchilla kukri aún entre los escudos, Garfiel giró hacia un lado para romper la hoja.

Pero antes de que lo hiciera —

_Mujer: Entonces, ¿qué te parece si añado otro truco?

Usando como base de salto el pie que tenía contra la pared, la mujer giró hacia adelante.

En ese instante, el pie de la mujer golpeó la empuñadura de la cuchilla que estaba atrapada, abriendo una pequeña apertura entre los escudos.

Y con esa apertura,

_Mujer: Este es mi favorito.

_Garfiel: ¿¡—!?

Ahora completamente de cabeza, la mujer sostenía otra cuchilla más, en su mano izquierda. Esta era su tercera atemorizante cuchilla kukri. Quién sabe cuántas más podría estar escondiendo esta mujer.

La delgada hoja pasó con facilidad por la apertura que había entre la otra cuchilla y los escudos.

La mortal cuchilla no hizo ni un sólo ruido mientras avanzaba, apuntando al cuello de Garfiel. Incluso si se transformaba de inmediato, el ataque aun así alcanzaría uno de los puntos más letales.

Pero Garfiel eligió un método todavía más brutal para contrarrestar la hoja.

_Mujer: Precioso.

_Garfiel: ¡—tuz haragoz no e van a aregrarr! 

La mujer suspiró, extasiada. Garfiel impulsó su cabeza hacia adelante.

Sus afilados colmillos literalmente detuvieron la cuchilla que la mujer sostenía en su mano izquierda. La sangre goteaba de los cortes superficiales en las orillas de su boca, y el hedor metálico de la hoja perforaba sus fosas nasales.

_Garfiel: ¡¡'Sto apesta!!

Poniendo fuerza en su mandíbula, Garfiel hizo pedazos la cuchilla.

Él escupió los fragmentos en su boca mientras balanceaba su pie para atacar a la mujer que aún seguía cabeza abajo debajo de él. La fuerza de la patada destrozaría el cráneo de la mujer — para evitarlo, ella sacrificó su brazo.

Sonó como si un pedazo de ropa mojada hubiera impactado contra la pared mientras un color escarlata pintaba el pasillo.

Garfiel usó su manga para limpiar la sangre de su boca, y dio un profundo suspiro por su nariz mientras miraba.

La mujer estaba de pie a varios metros de distancia, habiendo escapado de un callejón sin salida, pero con varios huesos rotos desde la muñeca hasta el hombro —Su brazo izquierdo colgaba chueco y torcido.

_Garfiel: Eres bastante buena si 'scapaste de eso perdiendo sólo un brazo. Rayos, mi boca duele.

_Mujer: ...Juju, gracias. Ahh… duele. De verdad que duele. Me siento muy viva.

_Garfiel: ¿Eh? ¿No sólo cortar a otros, también te gusta ser cortada? Eso sí que es algo que mi asombroso ser no puede 'ntender. Pero, de todas formas, no tengo ganas de 'ntenderlo.

La sangre goteaba de la mujer mientras sonreía con ferocidad, brindándole a Garfiel un sentimiento visceral de disgusto. Él hizo chocar sus escudos — y entonces lo notó, detrás de la mujer,

_Garfiel: Oye, hermana. ¿Por qué demonios sigues ahí? Como acabas de ver, no parece que vaya a poder verme genial frente a ti todo el tiempo. Vete a hacer lo que se supone que deberías estar haciendo.

_Frederica: ...S-sí. En efecto, eso haré.

Mientras exhalaba, Frederica pudo de alguna manera asentir a las palabras de Garfiel.

Para ser exactos, no es que Frederica hubiera estado observando en silencio, es que no podía moverse.

Esas eran las dimensiones de la pelea entre Garfiel y la mujer.

Si Frederica se hubiera visto envuelta en la batalla, sin duda habría caído con los primeros golpes.

Así de superiores eran esos dos.

Frederica mantenía su atención en la espalda de la mujer mientras miraba hacia su destino — la habitación de Rem. Estaba a sólo unos metros de distancia, y ella estaba mucho más cerca de la habitación que la mujer, pero, simplemente no podía verse llegando a la puerta antes que ella.

Si tan sólo pudiera llegar a la habitación, podría cargar a Rem y salir por la ventana.

_Mujer: No necesitas estar tan en guardia, hermana mayor.

_Frederica: ¿...Eh?

_Mujer: Ahora mismo, estoy ocupada con tu hermanito. No sé a qué habitación te diriges ni lo que tengas que hacer ahí. De hecho, no me interesa.

_Frederica: ¡—!

La mujer ni siquiera volteó mientras le afirmaba a Frederica que no la atacaría.

Probablemente no estaba mintiendo. No parecía la clase de persona que engañaría al enemigo de esa manera y, de todas formas, no necesitaba hacerlo. Sobre todo, cualquiera escuchando notaría la sinceridad en sus palabras.

Ahora mismo, toda su atención estaba puesta en Garfiel.

De verdad que Frederica no podría importarle menos.

Pero la mujer emitía un aura tan horrorosa que podría encapsular la mansión entera. Emitía una sed de sangre tan punzante y violenta, que la atmósfera nefasta que la rodeaba inicialmente parecía una broma de mal gusto en comparación.

_Garfiel: Hermana.

_Frederica: —Yo creo en ti.

Frederica corrió por el pasillo, sofocándose en la espantosa aura de la mujer, para llegar a la habitación destinada —

— Luego de mirar a Garfiel una última vez, Frederica entró en la habitación.

Al ver esto, Garfiel suspiró profundamente.

_Garfiel: 'Stás tan segura de ti misma que incluso puedes ignorar a mi hermana… o eso me gustaría decir.

_Mujer. ¿De verdad crees que sería tan tramposa como para no darlo todo cuando me enfrento a un oponente tan exquisito? En este momento, soy toda tuya. — Ahh, qué irresistible.

Un seductor encanto y un sangriento horror eran emitidos por esta espeluznante mujer que sonreía. 

Sumergido en la ardiente y apasionada mirada de la mujer, Garfiel bajó su postura, agachando su cuerpo.

_Garfiel: Honestamente, me repugnas. Te voy a hacer pedazos, vas a quedar hecha jirones.

_Mujer: Prometo sacarte las entrañas intactas.

Con su brazo izquierdo aun colgando e inutilizado, el brazo derecho sano de la mujer preparó la cuchilla.

Ella también puso su cuerpo en una postura baja, tan baja que sus pechos podían tocar el suelo.

_Mujer: Soy la Cazadora de Entrañas, Elsa Granhiert.

_Garfiel: ...El Escudo Más Fuerte de Todos, Garfiel Tinsel.

En el instante en que terminaron sus presentaciones, Elsa hizo su movimiento.

La sonrisa de Elsa se convirtió en pura oscuridad mientras se desplazaba a gran velocidad, era tan rápida que ni siquiera daba la impresión de estar herida. En cuanto Garfiel escuchó el primer paso, comenzaron a escucharse estruendosos impactos contra los muros, una y otra y otra vez, de todas direcciones.

Elsa saltaba desde el suelo, desde los muros y desde el techo mientras se aproximaba a Garfiel. Se movía tan rápido que Garfiel no podía enfocarla, no se movía como ninguna criatura que hubiera visto antes. Algo que se acercara con movimientos tan de pesadilla no era humanoide ni bestia.

Y lo más sorprendente era que se movía claramente más rápido que antes de haber sido herida.

_Garfiel: ¡¡'Sto sí es interesante!!

Garfiel mostró sus colmillos, se rio, e hizo su movimiento.

Si el enemigo usaba movimientos complicados para acercarse, entonces Garfiel respondería de la misma manera.

Manos y pies sobre el suelo. Y tan pronto despegó el pie, explotó.

La bala humana llamada Garfiel salió disparada por el pasillo de la mansión.

Colocó los escudos frente a él, su embestida era tan feroz como la de un tigre, emitiendo una onda de choque tan potente que todos los pedazos de vidrio roto y los fragmentos de pared salieron volando.

No observó lo que resultó de ello, sino que rugió mientras enterraba sus brazos contra el suelo para poder frenarse. Inmediatamente se dio la vuelta y volvió a tomar una postura de bestia, y nuevamente su pie dejo un cráter en el suelo.

Terremotos sacudían la mansión, las alfombras sufrían toda la destrucción, volando en pedazos. Trozos de tela roja alcanzaban a Garfiel mientras se elevaba—

_Garfiel: ¡¡—!!

_Elsa: ¡¡Ajajajaja!!

Elsa bajó en picada del techo, batiendo su cuchilla, la cual impactó contra el veloz escudo de Garfiel. La onda de choque perforaba los tímpanos mientras la destrucción cubría cada vez más al pasillo iluminado por la luna.

Elsa se reía mientras saltaba, haciendo un salto mortal hacia uno de los lados. La fuerza del tajo había sacado a Garfiel de curso, enviándolo de cara contra el muro. Él atravesó el muro para aterrizar sin elegancia alguna en una habitación de huéspedes.

Montoncillos de polvo blanco cubrieron el área mientras Garfiel sujetaba la pata de la cama que estaba cerca de él. Sus bíceps crecieron mientras levantaba con facilidad la cama de 100 kg y la lanzaba fuera del agujero por el que él mismo entró. Más allá de todos los impactos, la cama que recién fue lanzada por los aires fue diseccionada por una cuchilla arrojada por la mujer de negro.

Garfiel la desvió con su escudo izquierdo y usó el derecho para golpear a Elsa directo en la cara. Pero ella se agachó, y el impacto apenas rozó su trenza. El extremo de su cabello negro hizo cosquillas en la nariz de Garfiel, y fue entonces cuando hizo caso al temor que recorrió su espalda e inmediatamente se lanzó hacia adelante. Apenas logró esquivar el corte que iba a rebanarle la ingle, su espalda fue la que resintió el golpe mientras atravesaba la puerta. La batalla se trasladó al pasillo.

Sin darle un sólo respiro, Elsa se movió a gran velocidad en busca de Garfiel. Garfiel lanzó una patada hacia su delgada cintura. Golpe directo, o eso hubiera querido. Elsa contorsionó su cuerpo de una forma extraña para evadirlo, esquivando la onda de choque de la patada moviéndose un poco para que tan sólo rozara su vientre. Garfiel estaba de pie con su pierna estirada mientras la hoja de la cuchilla kukri de Elsa rebanaba el aire, acercándose.

Éste no era como el ataque que ella había lanzado antes, cuando estaba acorralada. Si Garfiel intentaba atraparlo con la boca, la velocidad y fuerza de este le cortaría la cabeza por la mitad. La decisión de Garfiel fue instantánea, deteniendo la veloz cuchilla con su escudo derecho, dándole espacio a su escudo izquierdo para actuar, y luego alejarse.

Chillidos de metal. Montones de chispas rojas y amarillas. Unos ojos oscuros abiertos por la sorpresa, y el vientre expuesto de la mujer. Garfiel rugía azotando su pierna levantada contra el suelo. Él tomó una mejor postura y dirigió sus colmillos hacia el torso de Elsa, intentado abrirle las entrañas apropiadamente.

_Garfiel: ¡—!

Que hubiera detenido su embestida y usara el impulso para mover su cabeza fue una acción que sólo podía llamarse instinto.

Habiendo esquivado tarde, el oído izquierdo de Garfiel salió volando y entonces tomó acción evasiva a través de la sangre que volaba. Él puso su pie contra el muro, esquivando el ataque inminente lanzándose al techo. Esquivó, esquivó y siguió esquivando.

El brazo estirado de Garfiel atravesó el techo, haciendo que una parte del piso superior colapsara. Esto creó una apertura en la persecución de Elsa, la cual Garfiel usó para escapar. Sus manos y pies aterrizaron sobre una alfombra, Garfiel uso la palma de su mano para poner presión sobre el lugar de su cabeza de dónde provenía la sangre: donde debería estar su oído.

Él comenzó a respirar de forma irregular. Apretó los dientes por el dolor punzante. Entonces vio a Elsa atravesar el denso humo, acercándose, sonriendo.

_Garfiel: Maldita… 'stoy bastante seguro de haber dejado inútil tu brazo izquierdo.

_Elsa: Tienes razón. Dolió. Pero los humanos pueden sanar sus heridas.

_Garfiel: Llámame idiota, pero cuando un brazo destrozado sana ya no 'stamos hablando de humanos.

O más bien, trascendía la categoría de ser vivo.

Garfiel podía tener su Protección Divina de los Espíritus de la Tierra, pero necesitaba varias horas para hacer que un brazo destrozado volviera a ser utilizable. Y esto solo si se encontraba en una tierra rica en maná, y haciendo todo lo posible para descansar.

Que ella pudiera sanar durante la batalla, y tan rápidamente, era absurdo.

Subaru ya le había dicho previamente que ella no moría ni aunque la mataras, y ahora la especulación inicial de Garfiel se había confirmado.

_Garfiel: 'Sto acelera las cosas. Tú no eres humana. No sé si naciste como una, pero sea como sea, por lo menos ya no lo eres.

_Elsa: No lo pareces, pero eres sorprendentemente listo.

_Garfiel: Ya te dije que solo me hace feliz cuando Ram me halaga. Y de todas formas no 'ntiendo tu extraña curación.

Levantando un dedo, Garfiel declaró su especulación.

A pesar de todo y por sorprendente que pudiera sonar, a Garfiel le gustaban los libros. Sin nadie que pudiera rivalizar con él en fuerza en el aburrido Santuario, la lectura se convirtió en una importante actividad para él para matar el tiempo.

Los libros que a Garfiel le gustaban eran las novelas de aventura, mitos, folclore, cosas de ese tipo; pero, desafortunadamente, sus intereses no acabaron en campos que produjeran gran conocimiento.

_Garfiel: En los libros que mi asombroso ser ha leído, habían muchos monstruos, héroes y esa clase de cosas que no sabes si de verdad existieron. Y uno de ellos era igual que tú.

_Elsa: ...Me gustaría que no me igualaras con un fantasma de un libro de dibujos.

_Garfiel: No era un libro de dibujos, era uno de los que tienen puras letras. ...Aunque sí que tenía algunas imágenes, pero eso no importa. Y tampoco estoy seguro de que fuera un fantasma.

Elsa escuchó las palabras de Garfiel con una expresión indiferente.

Ella escuchó hasta el final de la historia, tenía una expresión que hacía difícil pensar que también podía poner expresiones tan perturbadoras cuando peleaba.

Incluso su rostro cambió de un tono rosado por el rubor y la sangre sobre su pálido natural.

_Garfiel: Después de todo, eres igual que una de esa viejas Brujas.

_Elsa: ...

Los movimientos que hacía con su cuchilla se detuvieron.

Los ojos de Elsa miraban con calma a Garfiel. Él le apuntó con su dedo,

_Garfiel: ¡—Eres una maldita vampira!

_Elsa: Pero yo no bebo sangre ni nada de eso.