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Suerte y perseverancia

Pequeña aclaración: Cada volumen es independiente del otro. Sigue su propia línea de historia y no se ve afectado por los volúmenes anteriores. Bueno, salvo por algún poder o habilidad que se viene arrastrando por el conocimiento y la personalidad del protagonista que va evolucionando. Volumen 1 Cross over entre nasuverso y Madam ou no Vanadis Volumen 2 viaje por Juego de Tronos, Señor de los anillos y Dark Soul 3 Volumen 3 Mushoku Tensei y Danmachi. Volumen 4 Naruto y muchos otros. -o- Kain, antiguo vástago del equilibrio. Renació en el mundo de Fate y vivió durante varios siglos. Sin embargo, al encontrarse con su viejo enemigo, el dios Hilden, lucho y perdió. Ahora su alma viaja a través del multiverso buscando el poder y la forma de volver a aquel mundo por la venganza. -o- Reglas del juego: 1.- No hay power up indiscriminados 2.- Todo se estudia y se gana hasta dominarlo 3.- El alma influye sobre el cuerpo, por ende, el cabello y los ojos siempre serán los mismo (ojos color lazuli y pelo blanco). 4.-La fuerza es proporcional al conocimiento adquirido, la técnica y la fuerza del alma. 5.- El nivel del mundo es proporcional al alma. Eso quiere decir que si el alma del protagonista es fuerte, irá a un mundo de mayor nivel.

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Mundo Shinobi - PGM - 147

En medio de la noche, en el campamento militar de Konoha en la nación de la Escarcha, Hiruzen estaba de pie sobre una gran roca con dos shinobis a los lados sosteniendo antorchas. Todos los shinobis de Konoha lo podían ver claramente, Hiruzen era demasiado brillante, demasiado joven y feroz en el campo de batalla; él era lo que la mayoría de los shinobis soñaban ser. Un joven en sus veinte años que dirigía un ejército de forma inteligente mientras tenía la habilidad de un guerrero nato.

-Hoy, Konoha hará historia- dijo Hiruzen con voz potente que resonó en todo el campamento -avanzaremos, prevaleceremos y conquistaremos esa montaña hecha de roca y hielo. Nada nos impedirá llegar a nuestra meta. Una vez que logremos nuestra meta, será el principio del fin de esta absurda guerra. Recuerden, antes de rendirse, piensen en la familia que dejaron en Konoha, los amigos, los hijos, las esposas, los esposos, los familiares. Sean fuertes, porque ustedes son Konoha y Konoha es fuerte-

Todo el mundo grito a vivo pulmón como si fueran leones embravecidos, listos para una lucha sin cuartel. Hiruzen dio la orden de que todos se alistaran para el inminente avance hacia la fortaleza. Hiruzen se quedó de pie sobre la roca hasta que toda la multitud se dispersó. Él se dio la vuelta y miró el valle cubierto de un denso bosque oscuro y campos de nieve. Más allá había una profunda depresión y en su centro, una montaña hecha de roca que ascendía como un grueso pilar oscuro cubierto de trozos de hielo.

Hiruzen miró la cara sur de la montaña de roca y hielo y pensó en Danzo. Ambos habían acordado realizar un ataque en conjunto: Danzo escalaría la montaña junto a otros shinobis encubiertos, llegaría a la fortaleza en la cima de la montaña, se infiltraría y abriría las puertas desde el interior. Si todo salía bien, Hiruzen subiría por el camino principal y llevaría a las tropas. Una vez adentro de la fortaleza, solo quedaría la lucha y la victoria.

-Sarutobi-sama- dijo uno de los shinobis a su lado que sostenía una antorcha -creo que ya es hora de que usted se prepare-

-Sí- respondió Hiruzen con un rostro serio, le dio la espalda a la montaña de roca y hielo y dio un salto para bajar de la gran roca. Los dos shinobis que sostenían las antorchas caminaron iluminando el camino mientras Hiruzen avanzaba con las manos sujetas detrás de la espalda. Él paso por entremedio de los caminos formados entre las carpas mirando como todos los shinobis se equipaban con sus armas, kunais y protectores. Otros shinobis avanzaban corriendo mientras llevaban cajas de madera en sus manos. Dentro de las cajas llevaban medicinas, sellos explosivos, kunais y alimentos no perecibles.

Hiruzen miraba a los shinobis y se preguntaba cuántos de ellos iban a sobrevivir esta noche.

Al mismo tiempo que Hiruzen se dirigía a su carpa para prepararse para el combate, Danzo y otros diez shinobis vestidos con capuchas negras escalaban la montaña solo ayudados por cuerdas y ganchos. Habían alcanzado los cien metros de altura; un solo resbalón y caerían al vacío para después darse de frente contra enormes rocas cubiertas de escarcha.

Danzo escalo hasta una grieta donde había quedado su gancho, se sostuvo con una mano en la grieta y con la otra quito el gancho. Después miró hacia arriba y lanzo de nuevo el gancho. La cuerda atada al gancho paso rosando por el interior de su mano hasta que el gancho detuvo su ascenso y la cuerda perdió tensión. Se escucho por encima el choque del metal contra la roca hasta que el gancho se agarró de una saliente. Los otros diez shinobis en paralelo a Danzo hicieron lo mismo y una vez que estuvieron seguros de la posición del gancho, siguieron escalando.

Sería fácil subir utilizando chakra sobre sus pies, pero ninguno tenía ese nivel de reservas ni mucho menos sabía lo que les deparaba en la fortaleza. Así que tenían que ahorrar la mayor cantidad posible de chakra. Incluso si la nación de la Escarcha era un pequeño país vasallo y la fortaleza en la cima de la montaña era una bodega de suministros, podía haber un enemigo muy poderoso. Por ejemplo, uno de los guardaespaldas del Raikage. Esta información solo significaba un reglón dentro de una carta que recibió el fallecido daimio del País de la Escarcha, pero era más que suficiente para que Danzo se haya preparado para lo peor.

Danzo y el resto de los shinobis continuaron escalando mientras a la distancia se veían largas manchas oscuras extenderse sobre los bosques.

-Saru debe haberse empezado a mover- murmuro Danzo mientras colgaba de una cuerda, miró a los otros shinobis que venían con él y les dijo con voz de mando -apúrense, nos queda poco tiempo-

Todos los shinobis asintieron y redoblaron su esfuerzo hasta alcanzar la cima de la montaña de roca y hielo. Entonces se toparon con grandes murallas y las tuvieron que saltar para después ocultarse detrás de cajas de suministros y muebles que había en el patio trasero. Al mismo tiempo, quedaron frente a un castillo de cuatro pisos de altura con una estructura rectangular. Cada piso era dividido por un techo que caía en pendiente como el de las pagodas.

Según los informes, mapas y planos, la gran fortaleza de la montaña de roca y hielo tenía un gran punto débil. La parte posterior tenía una curvatura cóncava y desde la cima era imposible de revisar si alguien estaba escalando de ese lado. Nadie nunca se preocupó porque eran más de doscientos metros de superficie rocosa cubierta de escarcha y hielo. Aparte de ser difícil de escalar, nadie poseía tanto chakra para subirla. Y si alguien podía subirla, sería un kage, por lo cual y para ese momento, no había salvación.

Sin embargo, Danzo y sus ayudantes habían sido entrenados como anbus de raíz, fortalecidos a base de medicinas y embrutecidos a través de un terrible entrenamiento. Este esfuerzo solo se consideraba al nivel de un ejercicio.

Danzo avanzó sigiloso hacia castillo de varios niveles y techos de pagoda. Él se colocó bajo una esquina, tomo una postura firme y apoyo sus manos sobre su rodilla. El compañero que venía detrás puso su pie sobre las manos y Danzo lo lanzó al techo. Después siguieron el resto y cuando todos estuvieron arriba, alguien lanzó una cuerda y subieron a Danzo en completo silencio. Se movieron por los techos hechos de tejas de piedra recubiertos de nieve y escarcha. Ocuparon su chakra para evitar deslizarse y siguieron escalando hasta el techo superior del cuarto piso. Los diez shinobis escondidos en la sombra se posicionaron en el borde del techo y miraron la gran fortaleza de la montaña. Una enorme construcción hecha en pendiente con tres niveles en descenso hasta alcanzar los portones que protegían la entrada.

El nivel próximo a los portones estaban constituido por shinobis y las carpas donde estos dormían. Después seguía el segundo nivel donde había enormes bodegas con techos de doble pendiente en donde según los informes del daimio, estaban los suministros y el hospital. Por último, estaba el tercer nivel donde estaba el castillo en donde ellos estaban de pie. El lugar de residencia del guardaespaldas del Raikage.

-Recuerden lo que les dije, sin muertes o llamar la atención, solo preocúpense de realizar el sabotaje y de ajustar la explosión para que caían los portones- dijo Danzo -Hiruzen se hará cargo del resto-

-¡Sí!- respondieron ellos a coro y saltaron del edificio deslizándose en la oscuridad de la noche y ocupando las penumbras generadas por los edificios.

Por otro lado, Danzo se volteo y miró el techo del edificio; tejas de piedra cubiertas de nieve y escarcha. Frunció el ceño y pensó en ocuparse de lo más importante mientras desenvainaba su espada.

Al mismo tiempo, Hiruzen avanzó con sus tropas a través del bosque hasta donde se producía una gran depresión en el terreno. En el fondo de la depresión solo había un gran campo de nieve y rocas. Hiruzen miró a sus consejeros del lado izquierdo y derecho y les ordeno -manden a un Uchiha y Hyuga con cada capitán. Una vez que todos estén en su posición, iremos avanzando con sumo cuidado-

De esa manera, Hiruzen y sus tropas descendieron por una pendiente hasta llegar a la parte baja. Después siguieron avanzando y esquivando cualquier tipo de trampa que pudieran haber confeccionado los shinobis de Kumo. Las emboscadas fracasaron y cualquier intento de sabotaje fue descubierto antes de que pudiera suceder, todo gracias a los maravillosos ojos mágicos. No obstante, cuando llegaron al camino que bordeaba la montaña la situación se complicó.

Desde un nivel superior al camino, los shinobis Kumogakure dejaron caer grandes rocas que dentro de todo los shinobis de Konoha pudieron interceptar con el mínimo daño posible. No obstante, Hiruzen entendió que avanzar ahora sería más difícil y peligroso.

-¿Qué hacemos?- preguntó Izamu Nara que iba detrás de Hiruzen

Hiruzen tomo una profunda respiración entendiendo que Danzo no se demoraría en dar la señal para que él pudiera invadir la fortaleza -distribuye a los Akimichi a lo largo del camino para que puedan destruir o repeler las rocas-

-¿De verdad?- pregunto Izamu Nara con una sonrisa incomoda.

Hiruzen se volteó y le dio una mirada seria sabiendo que el astuto anciano lo estaba probando. Entonces al ver su expresión, Izamu entendió que la orden era seria.

Después de reorganizar a las tropas, siguieron subiendo por el camino que bordeaba la montaña a medida que repelían los ataques provenientes de la parte superior. Con el esquema planteado por Hiruzen, el avance fue tan exitoso que el enemigo envió algunas tropas para interrumpir el avance mientras destruían el camino hacia la cima. No obstante, una vez vencidos los enemigos, Hiruzen y otros miembros del clan Sarutobi con afinidad a la tierra, crearon un nuevo camino.

Desde lo alto de la cima, el segundo al mando de la fortaleza, grito -¡qué pasa con estos malditos shinobis, parecen imparables! Redoblen los esfuerzos y despierten a todo el contingente, no es momento para descansar. Tú- dijo señalando a un shinobi en sus veinte años de pelo plateado y tez morena -ve e informa al guardaespaldas del Raikage que la situación ha empeorado. No te preocupes, solo va a querer mi cabeza-

El shinobi tirito al escucharlo y verlo poner una mirada de resignación. Se fue corriendo y justo cuando iba subiendo por una escalinata al segundo nivel de la fortaleza, el portón de la entrada exploto y las enormes puertas de madera reforzadas con hierro, cayeron hacia adelante.

El segundo al mando no lo quería creer y negó cuando escucho los gritos embravecidos de los shinobis de Konoha.

Por otro lado, Hiruzen al escuchar la explosión, grito -ahora, escalen las murallas y aseguren la entrada-

Los shinobis gritaron en respuesta y utilizaron su chakra para correr por la muralla de roca solida en ascenso. Una vez que llegaron a la cima, se entablo una lucha que poco a poco perdieron los shinobis de Kumo.

Los shinobis de Kumo superados en número fueron retrocediendo hasta el segundo nivel y trataron de aguantar. Sin embargo, una vez que llego Hiruzen, todo se perdió.

-Katon- grito Hiruzen realizando una larga seguilla de sellos a una gran velocidad -Karyu Endan- entonces junto aire en sus pulmones hasta punto en que todos pensaron que iban a estallar y descargo una furiosa llamarada que lo consumió todo a su paso.

Todos los shinobis de Konoha festejaron pensando en que la lucha había terminado, pero cuando vieron algo salir volando del castillo en el tercer nivel de la fortaleza, perdieron toda alegría. Al mismo tiempo, Hiruzen corrió en dirección de lo que salió volando del edificio, ocupo chakra y se impulsó para saltar varias decenas de metros y atraparlo. Él descendió al suelo y miró lo que había atrapado. Como supuso, era Danzo, pero estaba cubierto de heridas y sangre por todos lados.

-Saru- dijo Danzo con un rostro cansado, movió sus brazos e hizo el esfuerzo para ponerse de pie -no necesito tu ayuda, ahora concéntrate-

-¿En qué?- pregunto Hiruzen sin entender

-En lo que viene-

Entonces, desde el edificio salió otra figura volando por los aires y cayó a tierra con gran poder. Dos metros de estatura, gran musculatura, tez morena y una bandana cubriendo su cabello rubio. Él era joven, debe haber tenido unos treinta años.