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Suerte y perseverancia

Pequeña aclaración: Cada volumen es independiente del otro. Sigue su propia línea de historia y no se ve afectado por los volúmenes anteriores. Bueno, salvo por algún poder o habilidad que se viene arrastrando por el conocimiento y la personalidad del protagonista que va evolucionando. Volumen 1 Cross over entre nasuverso y Madam ou no Vanadis Volumen 2 viaje por Juego de Tronos, Señor de los anillos y Dark Soul 3 Volumen 3 Mushoku Tensei y Danmachi. Volumen 4 Naruto y muchos otros. -o- Kain, antiguo vástago del equilibrio. Renació en el mundo de Fate y vivió durante varios siglos. Sin embargo, al encontrarse con su viejo enemigo, el dios Hilden, lucho y perdió. Ahora su alma viaja a través del multiverso buscando el poder y la forma de volver a aquel mundo por la venganza. -o- Reglas del juego: 1.- No hay power up indiscriminados 2.- Todo se estudia y se gana hasta dominarlo 3.- El alma influye sobre el cuerpo, por ende, el cabello y los ojos siempre serán los mismo (ojos color lazuli y pelo blanco). 4.-La fuerza es proporcional al conocimiento adquirido, la técnica y la fuerza del alma. 5.- El nivel del mundo es proporcional al alma. Eso quiere decir que si el alma del protagonista es fuerte, irá a un mundo de mayor nivel.

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Capítulo 33 - Compromiso

Las apariencias engañan, o eso demostraba el departamento del cardenal. Por fuera el lugar parecía desprovisto de toda gracia, pero por dentro era de gran calidad. Un hombre en sus sesenta años, delgado, de mejillas lisas, frente arrugada y ojos con patas de gallo, los saludo. Se presento como Marcus Elgrande. Llevaba la típica túnica roja que utilizan los cardenales. Marcus con total calma les pregunto quiénes eran. Una vez aclarada la identidad, los invito a una sala de estar. Allí esperaron durante diez minutos. Era un lugar acogedor con una alfombra café que se extendía de muro a muro. No obstante, no había ese aire a riqueza. Todo estaba limpio pero parecía antiguo. Los mismos marcos de los cuadros habían empezado a perder sus colores. Incluso estaban pelados en las esquinas. Las mismas sillas en las que esperaban rechinaban con el movimiento. Por otro lado, el nuevo cardenal era alguien que apreciaba el pasado. Tenía una estantería llena de pinturas pequeñas. Se distinguían en el centro una pareja de jóvenes. Por otro lado, habían varios pedazos de "trabajos" resguardados detrás de una vitrina. Si Kain no supiera que sus hijos estaban en su casa. Diría que fueron hechos por ellos o alguien de su edad. Eran pequeñas molduras de greda que imitaban las figuras de animales.

Unos pasos se escucharon cerca de la sala de estar y Kain supo que era momento de dejar de husmear. Volvió a su silla y al instante siguiente entro Marcus con una niña. Ella tenía una mirada soñadora, un pelo rubio lleno de rizos y una sonrisa llena de inocencia. No debe haber tenido más de ocho años.

El cardenal Marcus le dijo a la niña -preséntate con las personas-

-Sí abuelito- dijo ella con una sonrisa amable -Miriam, mucho gusto- e hizo una reverencia

-Mucho gusto, Miriam- respondió Therese poniéndose en pie y haciendo una reverencia

-Muchos gusto- respondió Kain

-Ve a sentarte allá, al lado de mi silla- dijo el cardenal. La niña fue obediente e hizo lo que le pidieron. Termino al frente de la pareja. El cardenal por otro lado, trajo una tetera con varias tazas de té. A la niña le preparo una leche chocolatada. Después se sentó y dijo -mucho gusto maestro Kain-

-Kain esta bien. Vine porque Claire me lo pidió- respondió Kain

-Ya lo sé, yo se lo pedí. Le pongo en contexto. Mi nieta aquí, nació con un don. Nadie más que yo y Claire lo sabe. Me gustaría que ella sirva a dios, pero más quiero que ella pueda tener una vida plena. Su don es algo raro y por lo general, las personas con tal habilidad no viven mucho. Así que deseo pedir su ayuda-

-Soy bueno con la magia y combatiendo-

-La señora Claire me dijo que usted era un hombre de amplios conocimientos-

-Digamos que sé un poco mas que la media-

-Si la señora Claire confía en usted, puedo decir que usted tiene algún nivel de habilidad-

-Hablando de ver debajo del agua, tu madre es aterradora- le comento Kain a Therese, después miró al cardenal y le dijo -como es algo que pides para un ser querido, no me negare. Pero si en algún momento conviertes a tu nieta en un arma o algo que incite al odio, habrá consecuencias ¿entendido?-

-Lo entiendo, Kain-

-Bien, explícame de que va esto. Necesito toda la información posible-

El cardenal le informo de que su nieta tiene una designación especial. Ella es una miko. A lo largo de la historia han nacido varios niños con dones preciosos. Unos pueden hacer magia poderosa, otros tienen la fortaleza física, otros pueden indagar en la mente de otros y así sucesivamente. A todos ellos se les llama miko. Todos ellos llevan vidas llenas de gloria y sufrimiento. No obstante, ninguno puede pasar más allá de los treinta. Así que la principal razón para llamar a Kain, es averiguar si puede hacer algo, como extender la vida útil de Miriam o saber definitivamente si no hay salvación.

-¿Cual es el poder de la niña?- pregunto Kain

-Leer la mente. Pero no se preocupe, ella no puede ver nada sino se lo permiten- dijo Marcus

-Tranquilo, no me molestaría que ella husmee en mi mente. Lo que me preocupa es que ella vea algo que le aterre. El campo de batalla no es algo lindo-

Kain tomo una profunda respiración y dijo mirando a la niña -Miriam, mis ojos van a prenderse como la luz del fuego, pero no te asustes ¿bien?-. La niña asintió y Kain encendió su vista espectral. El cardenal frunció su ceño y Therese dio un salto del susto. Miriam por otro lado, miró con curiosidad. Kain por su parte examino a la niña. Asintió varias veces, entendiendo que la energía de Miriam funcionaba con mayor fuerza que la de una persona normal. La mayor parte de lo que se generaba, se iba a sus ojos y a su cerebro. Esto a su vez revelaba el mecanismo y función de su don. Al final, para que ella pudiera leer la mente de otros, tenía que utilizar sus ojos. Estos funcionaban como el conector o intermediario entre ambas mentes. Su cerebro procesaba la información y buscaba lo que quería saber.

Kain apago su vista espectral y se quedó pensando por un momento -por ahora, no creo que pueda ayudar demasiado- dijo -pero puedo bloquear su habilidad para que no envejezca más de lo necesario. Por ahora no tengo una solución en concreto-

-Explícame con mayor detalle, por favor- dijo el cardenal

-¿Entiendes la estructura de las venas?-

-Sí, no puedo decir que soy un medico, pero algo he estudiado-

-Bueno, algo así pasa con el mana. Puedes llamarlo venas de mana. A través de ellas, se mueve el mana por todo el cuerpo. Las venas de Miriam generan más mana del normal. Haciendo que Miriam tenga que utilizar su vitalidad para que su don funcione. Si no es ningún inconveniente para ti, podemos bloquear su habilidad por el momento. Su don seguirá ahí pero no consumirá su vitalidad ¿me entiendes?-

-¿Y si ella necesita ocupar su don?-

-Dirás, si tu necesitas usar su don- dijo Kain y le dedico una mirada fría -siempre se puede desbloquear, pero ten en cuenta que cada vez que se reactive su don, la niña sufrirá de jaquecas y cansancio extremo. Yo no te recomiendo que ella ocupe su don mas allá de media hora o cuando mucho, una hora ¿entendido?-

-Entendido. Lo dejo en tus manos-

-Bien- asintió Kain -solo necesito que ella se coloque algo con lo que me pueda mostrar su estómago. Es el lugar más discreto para colocarlo. A menos que ella se case en el futuro, nadie debería ser capaz de ver la marca-

-¿Qué marca?-

-Digamos que es una inscripción que bloquea las habilidades-

-Entiendo. Miriam, ve y colócate algo con lo que puedas mostrar tu estomago-

-Sí abuelito- contesto Miriam

El resto del procedimiento se llevo sin mayor percance. La niña se durmió una vez que su habilidad se sello. El cardenal estaba asustando, pero Kain espero hasta que la niña despertó. Eso dejo tranquilo al cardenal. Después de eso, venían los chequeos mensuales. Kain programo una reunión con el cardenal y con Miriam una vez al mes. Tenía muchas razones y una en especial, era que las venas de mana de una miko, eran similares a las de su madre. No obstante, había una gran diferencia. Mientras su madre tenía la versión malograda e incompleta. Miriam tenía la versión completa, estable, pero perniciosa. Su madre tenía el detrimento de tener que tener sexo seguido, pero su vida jamás estaría en peligro. Mientras siguiera teniendo sexo con regularidad, todo estaría bien. Por otro lado, Miriam tendría una vida normal. Jamás sería forzada a nada que ella no quisiera. Jamás utilizaría su don si ella no quería. Pero su vida útil sería drenada a diario. Ahora, había que encontrar el equilibrio o una forma de que ella pueda apagar y encender su habilidad a voluntad. De esa manera podría pasar la barrera de los treinta.

-o-

Después de una larga conversación y un buen almuerzo, Kain y Therese hicieron su camino de vuelta a casa. Como a eso de las tres de la tarde, el día estaba helado y casi habían desaparecido las personas en la calle. El viento corría fuerte levantando las hojas de los árboles. A lo lejos se escuchaban los truenos. No obstante, la pareja siguió caminando. Solo serían unos cuarenta minutos a pie. Therese estaba acostumbrada, incluso le toco realizar patrullas bien entrada la noche. Cosa que en esta época es poco aconsejable. Si ahora hacia frio, solo cabe imaginarse como será a las tres o cuatro de la mañana. Kain por otro lado, no le afectaba el clima gracias a su experiencia más reciente en la tundra de hielo. Cosa que transformaba las calles de Millishion en un clima tropical. Así que no se molestó en tomar un carruaje para que los acercara. Bueno, para empezar no se veía ninguno en la calle. Al parecer, el frio había ahuyentado a casi todos los transeúntes.

-Kain- dijo Therese mientras caminaba a su lado. Ella se balanceaba sobre sus pies, como cuando eres niño y juegas sobre las piedras.

-¿Qué pasa?- pregunto Kain

-Bueno, tú sabes, esa mujer, Cristina. La que trabaja con Victoria ¿Cuál es tu relación con ella?-

Kain levanto la comisura de los labios. Aunque no hay nada entre ellos, esa mujer es muy coqueta. Sobre todo cuando él está solo. Kain no sabe si la mujer lo hace porque necesita un hombre ahora que su marido paso a mejor vida, o solo busca un camino a su conocimiento. Son nobles después de todo, verán la conveniencia frente a lo que quieren. Si tienen que arrancarse un brazo para lograr lo que quieren, lo harán. Así que lo único que puede ver Kain es a una mujer tratando de comprar a un profesor de magia para su hija o algo por el estilo.

-Ninguna- dijo -ella solo trabaja para Victoria-

-¿Y tú?¿tú sabes? Ella se ve bien ahora- continuo Therese, ella camino balanceándose sobre sus pies.

-Sí se ve bien- respondió Kain. Miró de soslayo a Therese que a su vez, giro su rostro ruborizado hacia el lado -¿a dónde quieres llegar?-

-Yo, bueno, me preguntaba si la ibas a convertir en tu esposa-

-Oh ¿y eso porque? Jajajaj-

-No te rías, es una pregunta seria-

-Bien, bien, no me rio. Pero no, no la convertiré en mi esposa. Ya tengo cinco y no es como que una cara bonita me sirva para todo. Con cada una de mis esposas he pasado por cosas. He compartido momentos de mi vida. Las he ido conociendo poco a poco. Además, si me sirvieran todas las caras bonitas, entonces estaría lleno de esposas. ¿Tú crees que esos viejos corruptos no me han lanzado a sus hijas y nietas a la cara?-

-¡No puedes aceptar eso!-

-¿Y porque no puedo?-

-¡Porque no!- dijo Therese y detuvo su andar. Miró a Kain, apretó sus puños y con un claro ceño fruncido, comenzó a caminar por delante. Sus brazos se movían como dos péndulos. Kain solo pudo gesticular una sonrisa. Therese era algo especial. No es como que no haya tenido una relación así antes. Estaba Eliana, que dentro de todo la vio crecer. Pero era un mundo aparte. Ella era una diosa y Kain era en parte inmortal. Los dos tenían un sistema biológico normal, así que llegado su momento, paso lo que tenía que pasar. Después de todo, eran los únicos en el mundo pintado. Por otro lado Therese creció bajo la guía de sus esposas. Con Catalina y Lilia a su lado.

Kain corrió detrás de Therese y la tomo de la mano. No iba a jugar al idiota, así que la miro a los ojos. Therese solo se paró ahí, al lado de Kain. Inclino su rostro hacia abajo como una niña enfurruñada. Lo que más destacaba eran sus mejillas rojas. No es como si le molestara que le sostuvieran la mano. Kain se la tomaba, pero ella a su vez, se la acariciaba con su pulgar. Poco a poco fue levantando su rostro. Estaba roja, como un tomate, pero su sonrisa iluminaba su cara. Ella estiro sus pequeños labios para que Kain la besara. Incluso le ayudo afirmándose de su chaqueta y parándose sobre las puntillas de sus pies. No obstante, Kain no la beso. Ella abrió los ojos para ver qué pasaba. Kain solo le acaricio el pelo y la cara.

-¿Sabes lo que estás haciendo?- pregunto Kain -¿entiendes que no soy seguidor de Millis?¿Qué tengo varias esposas y no voy a dejar a ninguna de ellas?-

-Sí sé que eres un hombre lujurioso. Pero Catalina me dijo que cuando uno se enamora, lo único que puede hacer es rogarle a San Millis de que no sea un mal hombre. Y por lo menos, yo no puedo ver que seas un mal hombre-

-No sé si sentirme alagado o herido. No soy tan lujurioso-

-Fú- bufo Therese indignada -mis hermanas no dicen los mismo-

-Bueno, cuando aprendas del sexo entenderás que tus hermanas, no están tan agraviados como te lo hicieron ver-

-Eso- dijo Therese aún más roja -primero tienes que hablar con mis padres. Antes de eso, no pasara nada-

-Esta bien- dijo Kain y la atrajo a su cuerpo. Therese se zambullo en el agradable calor corporal y Kain continuo -primero hablaremos con tus padres. No creo que Catalina me perdone si hago mi movimiento antes de eso-

-Yo tampoco. No podemos tener una boda bendecida por San Millis, pero al menos, al menos esto debes cumplir-

-Señor, se puede mover de la vereda- dijo una voz rasposa. Kain levanto la mirada y vio a un viejo chico bigotudo. Iba con una carretilla cargada de productos.

-Lo siento- dijo Kain. Se movió a un metro del camino y el viejo paso con su carretilla a cuestas. Solo iba con una camisa, pantalones y unas ojotas, pero parecía estar bien con el frio. Una vez que paso, Kain pudo ver como los músculos de la espalda se le delineaban de tanta fuerza que hacía. Kain negó con su cabeza y siguió abrazando a Therese.

-Vamos- dijo Kain

-Vamos, pero me debes algo- dijo Therese

-¿Algo como esto?- respondió Kain y le robo un pequeño beso de los labios

-¡No! No estaba preparada. Tienes que avisarme-

-Esta bien, esta bien. Hay mas de donde salió ese- Kain soltó una risita, abrazo a Therese y le pregunto -¿ahora sí?-

-Sí- sonrió ella -ahora esta bien-

Los truenos comenzaron a sonar mas seguido. El viento empezó soplar con mayor intensidad y las gotas de lluvia a caer. Sin embargo, a pesar de todas estas cosas. Una pareja de jóvenes se besaba en la calle como si el mundo no existiera. Como si nada los pudiera incomodar.

-o-

Una vez que volvieron a la casa los esperaban una toalla y una plato de consomé. Kain por su parte estaba bien, pero Therese tiritaba como un pollito. Así que fue la primera en tomar una ducha con agua caliente. Para Therese, después de Kain y Catalina, esta era una de las cosas que más amaba de esta casa. En la distinguida mansión Latreia no existía este pequeño lujo. Era un artefacto casi divino. Imagínate tú, tener un aparato que te bañe con lluvia tibia. En este caso caliente para apalear el frio. Por mientras que Therese se quitaba el hielo de la lluvia. Kain estaba siendo interrogado en la cocina. Solo estaban cuatro de las cinco poderosas. De ellas solo Lilia y Catalina hablaban.

-¿Por qué esa niña se ve tan feliz?- pregunto Lilia

-Mujer, no te hagas la desentendida. Tu la animaste durante todos estos años- dijo Kain levantando sus hombros -debes tener alguna idea-

-Por supuesto que tengo idea. Fú, eres un hombre sin remedio-

-Sí, claro- respondió Kain. Atrajo a Lilia a su cuerpo frio y húmedo y la abrazo -este es tu castigo-

-Por dios, suéltame, suéltame, estas helado. Por dios Kain, voy a tener que cambiarme de ropa. Eres un hombre sin remedio- dijo Lilia y al final se rindió. Acepto el abrazo y lo beso.

Catalina tosió con disimulo y les dijo -creo que tienes una explicación que dar. Por supuesto, es a mi, su prima mayor-

-Claro, a la mujer que le contaba nuestra intimidad-

-¿Cómo pudiste?- pregunto Lilia con incredulidad

-Solo le dije un poquito- dijo Catalina

-¿Solo un poquito?- pregunto Kain -ella me llamo hombre lujurioso. Después vamos a tener una larga conversación. Las cosas de la cama se quedan en la cama ¿Quizá con cuanta gente haz compartido nuestras cosas?-

-¡Oye! Eres tu él que debe dar respuestas, no yo-

-Bien- dijo Kain asintiendo. Soltó a Lilia y les dijo a todas -por ahora, funcionaremos como prometidos. Primero hablare con la generalísima Latreia- Catalina le pego un manotazo por llamar así a su tía, pero Kain continuo de todos modos -y después celebraremos una comida para la familia-

-Prepárate orejas largas- dijo Catalina -lo mas suave que te vas a ganar es una cachetada y si te va mal, puede que pierdas un diente o dos-

-¿Qué hace la diferencia contigo?-

-Yo soy un sobrina. Ella por otro lado, es la hija. Mi tía no se lo va a tomar muy bien. Mi tío Carslile puede ser un general, pero comparado con mi tía, es un gatito-

-Bueno, veremos que pasa. Pido tu asistencia para que me la quites de encima cuando me este golpeando-

-Veremos-

Reida que llevaba a Ivania en sus brazos soltó un suspiro y le comento a Maaya, que también llevaba a Sakura -gracias a dios mi hija estaba casada en aquella época, de lo contrario este hombre…-

-Puede ser, yo me alegre de no tener primas- dijo Maaya -claro que tuve que cuidar a Haruki de no ser influenciado-

-Lo hiciste bien-

-¡Oye! Te estoy escuchando- dijo Kain -fú, cuando gritan mi nombre mientras me abrazan no se quejan de mi "iniciativa"-

Maaya soltó un suspiro y dijo -debe ser algo heredado-

-¿También lo sabes?- pregunto Rieda ignorando a Kain

-Sí, debe ser la influencia de la sangre-

-Tambien opino lo mismo-

Kain cruzo los brazos y se molesto como si lo estuvieran calumniando. Era solo un poco mas activo que el hombre promedio. ¿Qué tenía de malo aprovechar su juventud y energía?. Lilia estiro su mano y le acaricio el rostro. Kain soltó algo de su mal humor y le tomo la mano. Se la beso y le acaricio su pequeña mano. En comparación, la suya era como una jarra de cerveza, mientras que la de Lilia era como una tasa de té. Dos mundos aparte pero unidos por asares del destino. La paz hubiera podido durar un poco mas, hasta que Therese salga del baño, pero se escucho fuerte y claro grito.

-¡No, no quiero. Tu no!- grito uno de sus hijos desde el segundo piso.