estaba tranquilamente festejando mi cumpleaños con mi mejor amigo, una cosa llevo a la otra y terminamos borrachos, no se puede decir que tuve una vida de mierda pero al crecer y madurar me di cuenta que ciertas diferencias con mi madre y hermana me hicieron salir de casa, mis hermanos viven bien al igual que mi viejo, pero lo último que esperaba era renacer como un bebé, mis fobias qué aun no pude superarlas se activan cuando les da la gana, mi país cambió enormemente y el resto de latinoamerica, grandes artistas de mi patria no están o ni siquiera sacaron temas que antes tenían, pero ahora dios me dio un don con mi voz y tal vez de síndrome de savant cuando se trata de música no podré olvidarla, mi temperamento y forma de contestar me causaron gigantescos problemas y espero que en esta vida siga igual, algunas cosas en mi familia cambiaron, otras no tanto, pero eso se quedó atrás cuando mi vida comenzó cuando empecé a tocar la guitarra, soy tadeo ledesma, esta es mi historia de como me convertí en un puto rockstar. no hace falta decir que bandas increíbles como starset, skillet, three days grace, Linkin Park, fall out boy, thousand foot krutch, Marilyn manson, todos esos rockeros no existían y voy hacerles honor a su nombre por cambiarme la vida cuando era solo un niño, y el primero en revivir será hollywood undead. y como rockstar lo primero que haré es decir que todos son unos negros de mierda.
-¿conduzco o espero?- preguntó su padre.
Pero antes de que su hijo respondiera, vio como un joven golpeaba la ventana del lado del niño.
Ante esto, se bajo y fue al hombre.
-dígale ya a su hijo que se disculpe con mi esposa.- dijo con enojo pero no llamando la atención a nadie.
-si mi hijo reaccionó seguramente fue por culpa de tu señora.- dijo Marcelo usando su cuerpo para ocultar a Tadeo.
-¡¿Cómo que fue culpa de mi mujer?!- grito con enojo.
-baja un cambio. Podemos hablar tranquilamente.- dijo el hombre frunciendo el ceño.
-¡¿Cómo mierda no me voy a enojar con tu hijo de mierda.- pero fue interrumpido por la mano gigante de Marcelo.
Lo agarro por la ropa y lo llevó a la acera, gracias a su entrenamiento y propia genética, pudo mover con facilidad el cuerpo de un hombre.
El hombre obviamente intento resistir pero parecía un niño pequeño llevado del brazo a su habitación.
La mujer había llegado y había ido a reclamarle al padre por las acciones de su hijo.
-haber que paso.- exigió el padre am dúo.
-fui a pedirle el carrito a su hijo cuando de la nada me golpeó y cuando mi marido fue a agarrarlo también lo golpeó y corrió.- dijo la mujer con enojo.
-bueno, les pido disculpas por mi hijo. Que tengan buen día.- dijo simplemente Marcelo mientras se iba.
El dúo solo abrió los ojos sorprendidos al ver como el falcón se alejaba.
-¿Qué paso realmente hijo?- preguntó el padre.
-sentí una mano tocarme el hombro y por instinto arremetí.- dijo el niño.
-¿y fue lo mismo con el verga ese?- preguntó de nuevo e insultando al hombre.
-si.- respondió Tadeo.
-no pasa nada, pero cuando te hagas más grande vas a tenerte que defender solo.- dijo el hombre.
-y si.- remarcó el niño lo obvio.
El fue a la casa, Leila al verlos también ayudó poniendo las cajas dentro de la casa.
Al sacar las compras, la madre guardo las cosas en la heladera.
-Tadeo me olvide comprar carbón, toma y compra dos bolsas.- dijo el padre mientras le daba diez pesos al niño.
El niño agarro la plata y fue a un negocio que estaba a una cuadra de su casa.
Y como siempre titán acompañó a todos lados cuando podía a su dueño.
Pero el camino de vuelta se encontró una situación, dos oficiales de policía provincial iban con un perro.
Aunque titán estaba amaestrado muy bien por su padre no pudo evitar erizarse el pelo de su espalda.
Tadeo le ordenó sentarse y este cumplió.
-oficial ¿puede hacerse más para allá así paso con mi perro?- preguntó Tadeo al hombre que sostenía el perro.
El hombre miró para un costado noto al niño y su perro, él solo asintió y se movió.
La oficial compañera al notar al lindo perro de Tadeo quiso acariciarlo pero este le mostró los dientes a la vez que gruñía.
Ella retiro su mano y vio como pasaba por al lado de los dos agente con el perro.
Titán se puso muy al lado de Tadeo por si el ovejero alemán intentará hacerle algo a su dueño.
El ovejero alemán se puso tenso al notar al dogo argentino, incluso gruñía.
Pero titán no le respondió del mismo modo.
De unos segundos tensos finalmente el grupo se separo lo suficiente, Tadeo bajo las bolsas de carbón y abrió la puerta.
Obvio era que titán entro primero.
Tadeo dejo las bolsas en la entrada de la puerta trasera y se fue a la cocina a comer algo.
Se preparo una pava de agua caliente, su yerba y azúcar, su mate de calabaza y unas galletas rumba.
Y puede que haya sacado un pedazo de pan para titán.
Se saco los pantalones jogging de color azul oscuro qué tenía puestos y se puso unos cargo cortos de color negro.
Mantuvo su prenda superior y sus zapatillas oscuras como siempre.
Prendió el televisor ya que ahora estaba por jugar boca juniors, su club favorito.
Pero como siempre lo hacía sufrir, su madre le dio la vida pero boca su ganas de vivirla.
Como era la tercera semana de marzo, hoy había superclásico, por eso había asado un domingo.
Aunque mayormente nunca había excusa para comer un asado.
Entonces de la nada comenzó a pensas Tadeo en voz alta.
-ahh… por eso me encontré con la policía ahora.- dijo Tadeo.
Al escuchar la pava silbar, Tadeo fue por ella.
Poco después comenzó a almorzar su mate y galletas rellenas.
Estaba escuchando la previa del partido, es decir, dos horas antes de que comience oficialmente.
Tadeo al mismo tiempo notó que había movimiento en la calle y obvio que titán ya había comenzado a ladrar.
Lo hacía desde la ventana pero luego comenzó a mover la cola y comenzó a girar sobre su eje.
Tadeo fue a ver quien era y notó que era su hermana, hacía mucho que no la veía.
Un año o menos de uno, aunque ella los visitaba cuando Tadeo no estaba.
El abrió la puerta y la saludo como si fuera un amigo, iba a cerrar la puerta pero notó a alguien más.
Marco, el idiota que si hizo el malo con Tadeo.
No era de esperar que le cerrará la puerta en la cara, el joven se molesto mucho.
Pero antes de que pudiera decir algo, se quedó callado ante la mirada de su esposa.
Aunque era muy conflictivo notó que esa cualidad se quedaba chica ante Florencia.
Ella saco el carácter de su padre, y al ser una de las dos mujeres, se crío con sus hermanos que eran diez veces más conflictivo qué su marido.
Y ni hablar si se metieran con su hermanito.
Cuando su esposa descubrió que se había hecho el malo con su hermanito ella le dejo los puntos en claro.
Y él le prometió que pediría disculpas, entonces se agacho al nivel de Tadeo y quiso hablar pero no pudo.
-me chupa la pija.- dijo simplemente Tadeo mientas iba al living.
Esto hizo calentar al hombre y Florencia solo suspiro con cansancio.
El hombre comenzó con el pie izquierdo y siempre se lo iban a reprochar.
El niño vio a su hermana y al pelotudo de su marido ir al fondo de la casa para hablar con su padre.
El niño lo siguió con la mirada y el hombre también.
Tadeo termino su almuerzo, su fue al baño a limpiarse los dientes y hacer sus necesidades y un baño de agua fría.
Al terminar era hora de irse a tocar en el café Bella Vita de Alessandro.
Le dijo a su padre y este asintió, le dijo a su hija que colocará las cosas ya para cocinar cuando volviera.
Mientras conducía el padre le preguntó a su hijo.
-¿Qué te guardo?- y el niño respondió.- chorizo, carne, pollo y mucha papa-.
El hombre asintió, al llegar le acaricio la cabeza y se fue, era obvio que Alessandro lo estaba espera do afuera.
-¿Cómo andas pibe?- preguntó a Tadeo.
-con las piernas.- dijo de forma burlona.
-…-
El hombre al escuchar esto se mordió el labio inferior con enojo mientas hacia una mueca de molestia.
-prefiero tu personalidad anterior.- dijo él.
-nno.- dijo el niño.- ¿ya llegaron el resto?- preguntó de la nada Tadeo.
-solo tus representante o creo suponer.- dijo encogiéndose de hombros.
-El negro y el turco.- dijo Tadeo confirmando su identidad.
-Ahh entonces si, llegaron unos minutos antes.- dijo mientras le agarra el estuche de la guitarra y lo hacía pasar.
-¿querés algo?- preguntó Kenji mirando a Tadeo apenas se sentó en la barra.
-no nada, gracias igual.- dijo el niño.
El japonés asintió mientras limpiaba las tazas hasta que estén relucientes.
De la cocina, había al menos cinco hombres horneando y haciendo facturas y bizcochos grandes.
Los otros cinco estaban limpiando las mesas y el piso del restaurante, poco después fueron al segundo a hacer lo mismo.