Afueras de la cuidad Solé...
En una gran edificio lujoso del país Versas; en la suite más prestigiada, se encontraba un hombre autoritario y dominante en una pequeña oficina.
Dicho hombre emanaba un aura fría, con su vista misteriosa, sobre unos documentos que observaba con cautela.
*Toc Toc Toc*
- Vers l'avant (adelante).
Un joven que vestía muy formal, procedió entrar, sosteniendo una carpeta roja.
Se detuvo a una distancia considerable y anunció: - Président, j'ai reçu une nouvelle qu'un objet inconnu est tombé dans la ville Sola, dans la forêt des ténèbres (Presidente, recibí una noticia que un objeto desconocido cayó en la ciudad Solé, en el bosque Darkness).
El hombre autoritario sin levantar su vista, solo espetó: - Vous avisez d'aller à l'enquête, qui ne bougent pas sans ordonnance de moi. Je prendrais (Avisa que iremos a investigar, que no se muevan sin una orden mía. Retírate.)
El joven asistente, asintió y con un gran paso, colocó la carpeta en el escritorio y se marchó.
Ese hombre con un aura de superiodad y con una mirada fría con unos ojos color ámbar, observó dicha carpeta y lo tomó entre sus manos.
Hojeo la información que contenía la carpeta y una sonrisa siniestra se dibujo en su rostro marfil.
Se levantó de la silla y se ajustó su corbata. Camino a pasos sigilosos, hacia la gran ventana que mostraba una maravillosa vista de la cuidad metropolitana de Ville Gold.
<<Serez-vous vous? (¿Serás tú?)>>, pensó. Contemplo el gran paisaje, sin dejar de sonreír malevolamente.
***
Después del desayuno largo y extraño que tuvo con Lou, Mey simplemente se encerró en su habitación. Caminando de un lado a otro por la angustia que tenía. Las horas ya habían transcurrido. Lou se encontraba en la sala de estar, viendo la TV.
<<¡Ah Dios Mio! Este ser es todo un completo extraño, ¿qué haré...? Ah y sobre todo ¿dónde va a dormir?... Esto es de lo peor. >>
Mientras que Mey se lamentaba por su dura realidad, Lou quién veía la TV, él solo tenía una cosa en mente: "investigar donde colisionó y encontrar una pista de sus otros dos compañeros."
Se levantó del esponjoso sofá y se dirigió al cuarto de Mey.
Sin preámbulos, él se adentró, dejando a Mey, perpleja por su acción.
- ¿Qué ha... - no pudo terminar su pregunta al atisbar que Lou de un movimiento veloz, se sacó la sudadera.
Mey no pudo evitar ese avistamiento, observando ese torso esculpido con esas marcas que lo hacían parecer más misterioso y difícil de quitar la vista.
- Voy a salir. - mencionó Lou.
Mey parpadeo un par de veces y ladeo su rostro hacia su armario.
Era difícil aún para ella ver la piel desnuda de un hombre. Se ruborizo y con timidez, le preguntó: - Er... ¿A dónde... Irás?
- Revisar el lugar donde me encontraste. - contestó Lou.
<<Este hombre es imprescindible>>, pensó ella. Respiro hondo y profundo para hablar.
Mey: - Hum... ¿para qué?. - inquirió.
Lou, no quería dar explicaciones, así que dijo: - Guiame hasta allí.
Al escuchar la respuesta de él, con esa voz ronca y firme, ella suspiró derrotada al no obtener una respuesta coherente.
- Ahhh. Bien, pero vístete, eso está mal. No lo olvides. Sabes que no puedo comprender como funciona tu cerebro. Eres desconcertante. - expresó con cierto nerviosismo.
Quería saber porque se había desvestido delante de ella pero sabía que él no daba ningún explicación.
Lou no dijo nada y de nuevo se colocó la sudadera, sintiendo cierta incomodidad. Por supuesto, él aún no se podía adaptar a la naturaleza humana.
- Iremos pero será rápido, ya que si no quieres que nadie te vea. Es cuestión de tiempo para vengan a inspeccionar el lugar. - explicó ella en breve mientras se colocaba una bufanda.
Ambos salieron de la habitación.
Mey iba al frente mientras que Lou lo seguía sin hacer ruido.
Pero antes de salir por la puerta trasera, se detuvo, para girarse y atisbar que Lou no tenia calzado. <<Ah eso es un problema>, pensó. Hacía frío allí afuera y aparte de eso el suelo era difícil de caminar.
- Oye, no tienes calzado, te vas a lastimar los pies... - le advirtió.
Lou: - No hay problema.
Mey solo se mordió sus labios y abrió la puerta, avanzando por el camino que llevaba más adentro del bosque Darnkness. Solo rogaba que el guardabosques estuviera descansando.
Eran las tres de la tarde. El ambiente era frío y con una luz brillante del sol. Los dos caminaron en un profundo silencio.
15 minutos después...
Ambos llegaron al lugar exacto donde Mey encontró a Lou. Era un terrible panorama, los pedazos de escombros eran demasiados.
- Aquí es donde te vi. Así que has lo que tengas que hacer. - dijo Mey.
Se hizo a un lado para que Lou inspeccionará más de cerca. Lou enseguida contempló todo ese desastre y esos pedazos de metales que pisaba.
<<Este hombre, ¿no le duelen sus pies al caminar? ¿Qué es lo que busca?>>, se preguntó Mey. Sólo dejó que Lou siguiera observando y se abrazó así misma por el aire frío que resoplaba.
....
Los minutos seguían corriendo y Mey se había cansado por estar de pie. Asi que se puso en cuchillas. Preguntándose porque Lou se tomaba demasiado tiempo revisando el lugar.
Por otra parte, Lou no dejaba de observar minuciosamente a su alrededor.
Enseguida esa mirada enigmática se acerco a un lugar en específico.
Se inclinó y cogio un pequeño cubo platinado, el cual apenas estaba con unos rasguños en su exterior. Lou con sus grandes manos partió en dos el cubo platinado y en su interior sobresalió un pequeño pendiente en forma de cilindro y de un color plata brilloso. Lo observó y se lo incrustó en un santiamén en su oreja izquierda, casi cerca de su lóbulo. Con esa acción, él se levantó y se dirigió de vuelta a donde Mey se encontraba impaciente.
- Por fin... - musitó Mey incorporándose.
Pero de repente una expresión de sorpresa se dibujo en ella. Su vista curiosa repaso esa mancha de sangre en la oreja de Lou, el cual había manchado hasta su sudadera.
Dio un paso al frente y cuando quería preguntar como fue que se colocó ese pendiente, se detuvo sobresaltada. Ahora atisbando sobre los ojos grandes de Lou.
Ese color que le llamó la atención; un color violáceo que ella distinguió por los rayos de sol.
<<¡Oh! Increíble... Nunca había visto un color así... Que ser más extraño. Sin embargo ahora, se ve distinto con ese pendiente.>>
Parpadeo un par de veces y con ápice de preocupación, dijo señalando a la oreja de Lou: - Estas sangrando.
Lou se toco su oreja donde la sangre brotaba con lentitud.
Mey: - Umm, vámonos. - expresó con voz baja.
Ella no quería permanecer más en el espeso bosque; mucho más porque Lou no se inmutaba para nada.
Ambos caminaron hacia el camino estrecho devuelta a la casa.