En la primavera del año 408 del Dragon Blindado. Kain Dragonroad fue nombrado santo de Millis. Después de una fugaz purga de los fieles que fueron corrompidos por el cardenal. La iglesia una vez más santificada, estudio la posibilidad de reconocer a Kain como un santo. Ya que al haber sobrepasado la limitación de los mortales, ser protegido por San Millis y a su vez proteger al papa, demostró ser el escudo que necesitaba la sagrada nación. Con el apoyo incondicional del papa y una facción radical disminuida. Kain Dragonroad fue nombrado el primer santo en los últimos cuatrocientos años.
En un lunes soleado de la segunda semana de primavera, llego esta noticia en forma de carta. Marta, la joven sirvienta, recibió esta información de un hombre vestido con una brillante armadura. Ella miro el sobre, aprecio sus delicados bordes dorados y después de despedir al caballero, fue corriendo al patio trasero, donde se encontraba el señor de la casa. Este último estaba disfrutando del refrescante clima junto a sus hijos y esposas. El día estaba agradable, pero no podías descuidarte contra un sol intenso. Sobre todo cuando tenías bebés tan pequeños. Ellos estaban a la sombra del árbol de cerezos. Jugando sobre una frazada extendida en el pasto. Por otro lado, Kain estaba acostado de lado, a unos cuantos centímetros de ellos, les acaricia sus cabezas y les movía los juguetes. A los bebés no les gustaba eso último. Se enojaban porque sentían que Kain les estaba quitando sus juguetes. Ellos decían un "no, no, no, tu no" y Kain se reía mientras los hacia rabiar. Sus esposas por otro lado, los miraban desde sus sillas, junto a la mesa de vidrio. También se reían y de vez en cuando comentaban que tenían cuatro bebés en vez de tres.
-Señor- lo llamo Marta desde la distancia. Ni siquiera había abierto la puerta de la cocina que conectaba con el patio, pero ya lo estaba llamando en un gran tono. Ella juzgo que por tipo de sobre que recibió, debería informarle inmediatamente. Así que en el apuro, abrió la puerta de un empujón. Este ruidoso movimiento sobresalto a los niños. Kain los abrazo y voltea su rostro para mirar quien fue. Frunció su ceño, pero viendo que era Marta se relajó. Después se dedicó a tranquilizar a sus hijos y al final le pregunto -¿Por qué estas tan apurada?-
Marta algo avergonzada de su actitud, agacho la mirada y camino hasta él mientras tendía el sobre -lo siento señor, pero esta carta la dejo un alto funcionario. Dijo que era importante y que solo usted la podía ver-
-Bien- respondió Kain -puedes pasársela a Lilia. Como ves, estoy ocupado en estos momentos-
-Sí señor- Respondió Marta. Ella hizo lo que le pidieron y volvió a sus deberes.
Kain por otro lado siguió mirando a sus hijos y Catalina con el sobre a su alcance, lo empezó a revisar. Era blanco de bordes dorados y en su centro llevaba el sello del papa. Miro a Kain que jugaba con sus hijos sobre la frazada. Ella levantó la carta, la meneo como si fuera una campanilla y pregunto -¿puedo abrirla?-
Kain sonrió y le respondió mientras sus hijos se subían sobre su pecho -adelante, debe ser algo molesto-
Catalina sonrió con curiosidad, trato de rajar la carta por el borde, pero no funciono. Después lo trato de abrir con un cuchillo, incluso le aplico magia, pero el sobre no se rompió ni se consumió. Al final, ella miro a Kain y le dijo -ábrela Kain. Debe ser de esas cosas que solo el destinatario las puede abrir -
-Mujer- dijo Kain mientras estiraba sus brazos para que sus hijos no se cayeran de su pecho -no ves que estoy ocupado, espera-
-Vamos, los gorditos no se van a ir a ningún lado, deja de ser un padre idiota-
-No digas eso, los niños te escuchan y pueden aprender-
Catalina torno los ojos al cielo y le respondió -mueve tu culo y ven a abrir la maldita carta-
Ahora no solo Kain la miro enojado. Lilia y Victoria que estaban a su lado también la miraron enojadas. Catalina entendió el mensaje y no tuvo mas remedio que disculparse.
-Ok, ok- dijo Catalina -no lo volveré a decir. Ahora Kain, ven y abre la carta-
Kain sabiendo que no se salvaría por mucho que trate de ignorar a esta mujer, se levantó dejando atrás a sus hijos. Ellos empezaron a gritar, Kain-hijo empezó a gatear persiguiéndolo, pero fue atajado por Lilia. Después Victoria hizo lo mismo y por último Catalina, que sostuvo a Ars en sus brazos. Todos se sentaron y Kain abrió la carta por el borde. De él saco un papel blanco, con bordes y letras doradas. Él empezó a relatar con voz solemne los designios escritos en el papel y tuvo una respuesta inmediata.
-Pufff un santo- dijo Catalina mientras estallaba en una carcajada escandalosa
-No te rías mujer- la reprendió Kain mientras él mismo apenas se podía aguantar la risa
Victoria que sostiene a Elías. Se limpiaba las lágrimas de tanto reírse y añadió -vaya lugar está hecho Millis. Para que mi Kain sea reconocido como un santo-
Por otro lado, Lilia solo asiente con una sonrisa mientras ve como el pequeño Kain le acaricia el rostro.
-Ahora que las cosas están calmadas, quisiera aprovechar de viajar a Asura ¿Qué dicen?- les pregunto Kain
-Los niños están pequeños ¿no acordamos que nada de viajes?- le pregunto Lilia en un tono estricto
-Es verdad- intercedió Maaya mientras salía de la casa y camina hasta Kain -en Asura está cambiando el clima. En esta época están en otoño-
-Sí- respondió Kain -pero cuando lleguemos a Asura ya será primavera-
-Es un viaje largo, Kain- dijo Catalina
-Ok, lo dejo- respondió Kain mientras levanta las manos en señal de rendición
Catalina empezó a hacer memoria y le pregunto -¿no me dijiste que tenías una forma de hacernos viajar, pero sin tener ir a través del continente central?-
-Sí- le responde Kain. Se afirmo el mentón, miro al cielo como si estuviera contando algo, después se enfoca en su familia que estaba expectante esperando su respuesta y les dijo -tengo la forma. Pero el primer viaje tiene que ser a pie-
-Eso tiene que esperar Kain, él ya viene- le dijo Maaya
-¿Qué pasa Kain?- pregunto Lilia -¿hay algo que no nos hayas dicho?-
-Bueno, sí, hay algo, pero no es importante. Tranquila, no es peligroso-
-Eso espero-
Catalina viendo el ambiente tenso, se metió entre ellos y dijo -dejando eso de lado. Yo creo que sería bueno que decidiéramos quien va a acompañar a Kain-
Victoria sonrió con complicidad, le guiño un ojo y le contesto -yo tengo que reorganizar la empresa-
-Yo tengo que ayudar a Lilia con los bebés- dijo Catalina
-Yo, por supuesto, tengo que cuidar de mi hijo, no lo puedo dejar solo- dijo Lilia
-Yo- dijo Maaya. Pero fue atajada por Catalina y le dijo -muchas gracias Maaya, yo sabía que podía confiar en ti. Trata de tener mucha diversión, con un hermanito menor los niños maduraran más rápido-
Maaya miro avergonzada a Lilia y Victoria. Después dejo caer su mirada sobre Catalina y esta última emitió una sonrisa amigable, le guiño un ojo y le susurro -esta es tu oportunidad. A mí también me costó saltar la barrera, pero no están terrible. Un poco doloroso al principio, pero el sucio elfo tiene muchas técnicas que te gustaran-
Maaya con la cara roja como un tomate, le grita -lo último era innecesario-
Mientras las tres madres, juegan y bromen a la inocente Maaya. Kain tomo a sus tres bribones y volvió a la frazada. Cuando la tarde se volvió más fría, los bebés fueron enviados adentro de la casa. Solo Elías reclamo, como queriendo jugar más. Por otro lado, Kain-hijo ya está dormido y Ars iba cabeceando en los brazos de su madre. Por otro lado, Kain-padre se quedó en el patio trasero. Coloco un buen vino en la mesa y lo acompaño con dos copas. Se sentó junto a Maaya, que reposa su cabeza sobre su hombro y ella le empezó a relatar como estaban las cosas en Millis.
-¿Cuánto disminuyo la facción radical?- le pregunto Kain
-Solo un treinta por ciento- le respondió Maaya -murieron los más influyentes. El papa quería realizar un movimiento más contundente, pero la abuela lo detuvo. Tuvo que amenazarlo con removerlo de su cargo-
-¿Ella puede?-
-No, pero puede cortarlo en dos-
-Que persuasiva- dijo Kain entre risas
-Y que lo digas. Kain, ser designado como santo es una gran atadura. Tienes que tener cuidado-
-Lo sé amor- le respondió Kain con un beso -aunque solo es un título honorifico, representa una carga. Pero con esto ya tengo la influencia necesaria para atacar la esclavitud-
-El mundo no está preparado- le recuerda Maaya
-No, por ahora no, pero en un futuro próximo lo estará-
Maaya asintió a sus palabras. Le dio un beso apasionado y le pregunto -¿realmente quieres ir a Asura?-
-Mi hermano vive allá- dijo Kain mientras ponía una mirada nostálgica -ustedes ya deben saberlo. Quiero ir a verlo, mostrarle a mis hijos. Conocer a los suyos, a lo mejor tomar un par de copas, reírnos un rato ¿Quién sabe? Solo quiero verlo. ¿Me acompañaras?-
Maaya no respondió, pero con un rostro rojo como un tomate, asintió. Ella estiro sus manos y le acercó el rostro. Rozo su nariz con la de él, le dio un beso, uno largo y apasionado. Después se sentó sobre los muslos de Kain, como queriendo continuar con su beso pero se detuvo cuando escucho que alguien abrió la puerta. Catalina apareció en un hermoso vestido azul cielo con las intenciones de sorprender a Kain. No obstante, se detuvo en cuanto los vio en lo que estaban y dijo mientras cerraba la puerta -lo siento por interrumpir-
Kain sonríe, le gusto todo lo que vio, sobre todo ese collar de perlas que se introducía en esos enormes senos. Catalina ha ganado algo de peso, pero eso no le quita su belleza ni por asomo. Al contrario, para Kain se ha vuelto un carne jugosa y lujuriosa. "Mas tarde revisare" se dijo mientras trataba de recomponer su cerebro de esa estimulante visión. Maaya por otro lado, volvió a su silla, tosió tratando de llamar la atención de Kain y le dijo -antes de pensar en salir, tienes que estar preparado-
-Ya lo sé, mujer- le respondió Kain. Tomo la botella de vino, sirvio dos copas, le acercó una a Maaya, tomo una él y le ofreció un brindis. Chocaron las copas generando un melodioso tintineo y Kain añadió -será una interesante experiencia-
-Kain, esto no es broma- le advirtió Maaya
-No es broma, lo digo en serio. Cuando dos monstruos viven en un mismo lugar, tarde o temprano terminan luchando por el territorio. Esperemos que no sea una lucha a muerte-
-No lo digas- le dijo Maaya asustada
-Lo siento linda, pero es la verdad. No te preocupes, no abandonare este mundo, tengo muchas cosas que proteger-
-o-
Durante toda la cena Kain ha estado mirando a Catalina. Esta terrible mujer, lo tienta con la mirada y lo seduce con sus movimientos. Kain entre que come y trata de disimular su mirada. Pero poco le dura, porque es jugado por Catalina y regañado por Lilia. Esta última le advirtió que controle lo que tiene entre las piernas y sus modales. De lo contrario tendrá que comer en la cocina. Kain solo agacho la cabeza algo avergonzado, mientras Catalina se reía y comía de buena gana. El vino y la carne le parecieron más sabrosos que nunca. De repente se calmó y pensó en su antigua yo. La que iba y venía de la casa de su tía. Se juntaba a tomar con algún conocido, pero nunca se podía emborrachar en público. Era demasiado peligroso, sobre todo para una Forli. Recordó sus días de comer sola o con su tía. Esas noches de insomnio donde recordaba sus pérdidas. Esas tardes de beber en su habitación hasta olvidar su dolor. -Eso- dijo en su mente -son cosas del pasado-
-¿Qué pasa Lina?- le pregunto Kain
Catalina salió de sus pensamientos, puso una sonrisa juguetona y le dijo -nada, come tu comida orejas largas- y siguió bebiendo. Se empino demasiado la copa y dejo caer un poco de vino en su escote, pero lo único que hizo fue reír. Se limpio con una servilleta y continuo comiendo.
Después de la cena, llego la noche y los bebés se fueron a dormir. Según la distribución de turnos, hoy le toca a Lilia y Victoria cuidarlos. Ellas llevan a los tres granujas a su habitación, les dan un baño y los acuestan. Los bebés son algo juguetones, conversan y discuten desde sus cunas. Lilia y Victoria esperan durante una hora a que se duerman. Los ven jugar, tirarse juguetes desde sus cunas, pero al pasar el tiempo se cansan y por fin caen rendidos. Es un alivio para las madres que ahora los bebés duerman de corrido.
Por otro lado, hoy es día de Kain y Catalina. Ambos hacen su camino a la habitación, cierran la puerta y se miran mutuamente. Kain estira sus manos, la toma de las caderas y la comienza a besar. Catalina se ríe mientras se cuelga del cuello de Kain. Ella le acaricia su cabello, juega con sus largas orejas y entrelaza su lengua con la de él. Al cabo de unos minutos se detiene, se miran el uno al otro y sonríen. Kain se separa de Catalina, se dirige a la cama y se sienta en el borde. Por otro lado, Catalina camina hasta su cómoda, se quita su vestido azul y deja ver su figura. Kain deleita su mirada en ese momento. Pasa sus ojos por las caderas y sube por la espalda. Catalina levanta sus brazos para arreglarse el cabello y esto le permite a Kain ver los bordes de los enormes senos que sobresalen a los lados.
Después de arreglarse y quitarse el maquillaje, Catalina camina hasta Kain. Solo lleva puesto su ropa interior y su collar de perlas. El resto está todo a la vista. Su estómago ha adquirido algo de volumen, ya no es tan delgada como antes, "pero a quien le importa" pensó Kain. Ella se ganó enfrente de él y Kain estiro sus manos, alcanzo sus caderas y la atrajo. Apoya su rostro contra el abdomen y le dijo -hoy te veías muy hermosa en ese vestido-
-Gracias- le respondió Catalina con una suave sonrisa, ella le acaricia el pelo. Kain levanta su mirada y su visión fue cubierta por dos montículos de carne. Él se levantó, la abrazo y se continúan besando. Al instante cayeron en la cama y se perdieron en entre el amor y la lujuria.