webnovel

Capitulo 19 Gremio

"Goteo... Goteo..."

Habían pasado seis meses desde que comencé a entrenar. Cada día se repetía igual que el anterior; nunca terminaba de hacer lo mismo. Al principio fue mentalmente agotador, pero después de solo un mes, mi cuerpo se acostumbró al entrenamiento excesivo.

Fue difícil al principio, pero luego se volvió más fácil.

Después de estos seis meses, mi cuerpo había cambiado considerablemente. Mis músculos eran más grandes y mi abdomen estaba completamente marcado. Mis antebrazos, piernas, espalda y todos los músculos habían sido entrenados diariamente. El entrenamiento fue duro, pero los resultados fueron muy buenos.

"¿Cuándo comenzaré a obtener logros de caballero?"

Aunque entrené sin parar todos los días desde las 3:00 AM hasta las 9:00 PM durante seis meses, no servirá de nada si no obtengo logros de caballero. Lograr estos méritos depende de mis acciones y de cuán desafiantes sean los problemas que resuelva. Por ejemplo, si una mazmorra que ningún otro caballero ha logrado limpiar es despejada por mí, recibiré un logro por completarla.

Oriana me explicó sobre las mazmorras. En este mundo, están clasificadas por niveles del grado 9 al 1, donde el grado 9 es el menos peligroso y el grado 1 es el más mortal. Es como un juego, pero esta clasificación se usa para medir el peligro real de las mazmorras.

"Estás aquí. Tengo buenas noticias y malas", anunció Oriana mientras entraba a la casa donde me quedaba todos los días para entrenar.

"¿Cuáles son?", pregunté.

"La buena noticia es que tu entrenamiento ha terminado. La mala es que tu búsqueda de logros comenzará mañana."

"¿Qué tiene de malo? No suena mal...", reflexioné.

"No lo digo porque sea malo. Lo digo porque estarás arriesgando tu vida", explicó Oriana.

"..."

Era de esperarse. Obtener logros como caballero no es una tarea simple; es una aventura donde la vida pende de un hilo en cada momento. Este mundo es nuevo para mí, y he estado en este campo de entrenamiento durante medio año.

Entiendo, aquí está la versión mejorada de los párrafos:

---

Es molesto admitirlo, pero no quiero dejar el campo de entrenamiento. Aunque me he fortalecido, no significa que tenga la fuerza de un caballero.

"¿Dónde empiezo?", pregunté mientras miraba a Oriana.

"Mañana te daré todos los detalles", respondió Oriana antes de girarse y salir por la puerta.

Estaba sentado en la mesa, perdido en mis pensamientos.

"Mañana... todo comienza", murmuré para mí mismo.

"No deberías estar preocupado", intervino Encrid.

"No lo estoy", respondí automáticamente.

"Entonces, ¿qué te preocupa?", preguntó Encrid.

"Obtener logros de caballero puede parecer sencillo, pero las dificultades... simplemente no estoy seguro de lo que enfrentaré", confesé.

"Podrías darme tu maná", sugirió Encrid de repente.

"¿Pero si hago eso...?", dudé.

"Hazlo. No hay problema. Nadie vendrá a estas horas de la noche", aseguró Encrid.

Era cierto. Eran al menos las 10 de la noche. Normalmente, Oriana venía por la mañana con noticias, pero esta vez era diferente.

"Está bien", acepté.

Mi maná comenzó a fluir y se dirigió hacia el tatuaje. No entendía por qué Encrid quería asumir una forma humana; quizás era para relajarse un poco.

"Hua, se siente muy bien tener un cuerpo", resonó la voz de Encrid mientras la oscuridad llenaba la habitación. Lentamente, la oscuridad se condensó en un solo punto, formando una figura humana. Finalmente, el cuerpo de Encrid apareció sentado frente a mí.

"..."

"¿Qué?", preguntó Encrid.

"Nada", respondí.

"..."

"Pareces... extraño", dije después de un momento.

Encrid ciertamente tenía una apariencia peculiar. Su rostro simplemente decía una palabra: "extraño". Aunque sus ojos eran inexpresivos y sin color, parecía una persona vacía, carente de emociones, pero definitivamente peculiar.

"No lo soy."

"Creo que no me puedo llevar bien contigo."

"..."

"Suspiro."

"Así es." menciono Encrid.

"Sonido sordo."

"Asher, olvidé algo que decirte..."

En ese momento, ocurrió un gran problema. Oriana entró en la habitación. Ella intercambió miradas con Encrid, pero él no reaccionó. Parecía congelado, aunque no podía estar seguro. Miré a Encrid, quien simplemente bostezaba tranquilamente, sin preocupaciones, mientras Oriana estaba a solo tres metros de distancia de donde él estaba sentado.

Oriana parecía simplemente congelada, incapaz de moverse. Observé su cuerpo y su sombra; parecía estar retenida por otra sombra. Rápidamente miré a Encrid.

"¡No hagas eso!, ¿quieres que me maten?" murmuré, tratando de evitar un gran problema.

"..."

"Suspiro."

"Está bien."

Miré rápidamente a la sombra, que soltó a Oriana. La observé detenidamente, pero ella solo parecía asustada; sus ojos mostraban signos de agotamiento y sudor, y sus dedos temblaban. Retrocedió rápidamente y sacó una espada de su cintura.

"¿Q—quién demonios eres?"

"Eh, solo soy un amigo de este mocoso."

Ella me miró brevemente, frunciendo el ceño, pero su expresión no cambió; seguía sudando y temblando, aunque guardó su espada.

"No hay problema", dije.

"..."

"S—Solamente vine para decirte... que me esperes en el campo de entrenamiento a la misma hora..."

"Está... Bien, te puedes ir si quieres", dije con sarcasmo.

Me sentía muy nervioso. No sabía qué estaba pensando, pero su expresión ni siquiera cambió en lo absoluto cuando finalmente salió del lugar, lentamente, no sin antes mirar a Encrid por un breve momento antes de marcharse.

"Ella es rara..."

"..."

"Sí, pero con el tiempo te acostumbras."

Era la verdad, pero realmente, ¿qué le pasaba a ella? Simplemente vio a Encrid por unos segundos y se fue sin más. ¿Por qué no se mantuvo alerta o algo así? Encrid podría ser un enemigo para Oriana, entonces, ¿por qué no intentó siquiera pelear con él en el momento en que desenvainó su espada?

No sabía, pero quizás Oriana sintió algo que yo no puedo sentir. Quizás se dio cuenta de que Encrid era un oponente al que ni siquiera podía tocar.

Es confuso.

"¿Por qué no hizo nada?"

"No lo sé, pero solo la paralicé con mi sombra, eso es todo."

"¿Será posible que... los Caballeros rango Monarca de la Espada puedan sentir el peligro, un peligro del que no pueden escapar?"

No sabía, pero el tiempo pasó rápido y ya era de mañana.

***

—Cambio de escena.

Me encontraba esperando a Oriana en el centro del campo de entrenamiento. Me había dicho que llegara a la misma hora, pero ¿por qué tarda? ¿Será por lo de ayer en la noche?

Aunque me quedé sorprendido al ver por primera vez su rostro asustado. Debió ser alguna emoción, pero realmente estaba asustada así de simple.

"Sonido sordo."

Miré a lo lejos. Oriana venía con una espada enfundada en la mano, también traía lo que parecía ser un traje negro y algo blanco que no podía ver claramente. Finalmente, se acercó a mí.

"Toma, póntelo rápido y te diré los detalles."

Hice lo que me dijo y tan rápido como me dio el traje, me lo puse. Finalmente, observé la cosa blanca: era una máscara, pero ¿para qué me serviría?

El traje era elegante, parecía uno militar de cuero, similar a una chaqueta larga que llegaba hasta las rodillas y unos pantalones que podrían ser considerados jeans negros si les pusieran una marca. Completé el conjunto con unos zapatos deportivos que parecían de cuero, pero al examinarlos de cerca, confirmé su material.

Miré la máscara blanca y pregunté:

"¿Para qué una máscara?"

"Cuando estás buscando logros como caballero, debes mantener tu identidad oculta."

Y ¿para qué? No veo ningún motivo para ocultar mi rostro o que alguien conozca mi identidad. Debe de haber algo más.

"Toma esta espada, está hecha de acero."

Agarré la espada y observé la funda negra, con garabatos delineados en los bordes. El mango de la espada era perfecto: grueso y muy bien afilado. Con un metro de largo, aunque yo medía al menos 1.65 metros de alto, esta espada era mucho más grande que mi propia estatura. Se sentía más que perfecta.

"Te diré los detalles. Habrá un caballero esperando en la salida del castillo. Él te guiará al gremio de logros, donde comenzarás tu primera misión."

"¿Eso es todo?"

"Sí, a partir de hoy no te veré hasta dentro de seis meses. Debes regresar cuando hayas obtenido los diez logros de caballero requeridos."

"..."

Diez logros parecen muchos, aunque los logros no son tan fáciles de conseguir como suena. Cada uno requiere una tarea significativa.

"No es una tarea tan sencilla como parece."

"Entonces regresa al castillo y ve hacia la salida."

Oriana se volteó y caminó con pasos apresurados. Giré mi mirada y vi a lo lejos la puerta de teletransporte.

***

—Cambio de escena.

Salí por la puerta de teletransporte y me dirigí hacia la salida del castillo. Finalmente llegué y abrí las puertas. Detrás de ellas había un caballero, era Josephine. Me miró con el ceño fruncido, pero rápidamente ignoré su falta de respeto.

"Así que me guiarás hacia el gremio de logros."

Josephine chasqueó la lengua y frunció el ceño, dejó de mirarme y solamente agitó la mano. Lo seguí y salimos del gran jardín del castillo, aunque era muy pequeño en comparación con el resto del castillo.

Caminé justo detrás de Josephine. Él simplemente miraba su camino con ojos fríos y mantenía el ceño fruncido. Realmente estaba enojado.

"No estarás aquí por seis meses", resonaron sus palabras cuando lo miré.

"Es mucho tiempo."

"..."

"Sí."

Él simplemente respondía y hablaba con muy pocas palabras. Caminamos durante los siguientes minutos por las calles adoquinadas, pasando por puestos de comida, tiendas y posadas. Luego vi algo que sentía que había extrañado: un casino. Había un cartel que decía "casino" justo sobre la entrada.

¿Por qué había un casino aquí? No lo sabía, pero quizás en el futuro necesitaría venir a uno de estos lugares, especialmente si necesitaba dinero.

"Espera, no tengo dinero, entonces ¿cómo..."

"Aquí... Toma 100 monedas de oro."

"..."

Josephine me arrojó un pequeño saco de tela del tamaño de mi mano. Sonaba con cada sacudida que le daba, así que lo abrí. Un brillo dorado emanó del saco: eran varias monedas de oro.

"Esto son 100 monedas de oro."

El peso no se sentía, pero para una persona común, sostener esta cantidad de oro sin duda pesaría mucho.

"Recuerda esto: no confíes en nadie durante tus misiones. Cada misión que realices dependerá del lugar donde estés. Toma este mapa de los pueblos más cercanos."

Él me miró, sacó un mapa de su cintura y me lo entregó. Cuando examiné el contenido del mapa, estaba muy detallado, con nombres de lugares y zonas peligrosas marcadas con colores diferentes. Había dos colores en el mapa: uno rojo y otro amarillo opaco. El amarillo marcaba los pueblos, mientras que el rojo señalaba un bosque.

"Bosque Seco, es un nombre raro", comenté, aunque el mapa no especificaba qué peligros había en ese lugar, simplemente indicaba que era una zona peligrosa al estar marcada en rojo.

"Llegamos. Un último consejo, este es de parte de la señorita Oriana: cuando entres al gremio, no mires a los demás y dirígete al mostrador", dijo Josephine antes de marcharse. Observé su espalda mientras se alejaba. Estábamos frente al gremio, un edificio imponente de dos plantas con el nombre del gremio sobre la entrada.

[Gremio Zajard]

¿Por qué se llama Zajard? Creí que sería un gremio de logros como me habían dicho, pero esto es diferente a lo normal. Tenía un nombre diferente y por un momento dudé si este era el lugar correcto o si Josephine se había confundido.

"Sea lo que sea, entraré y como mencionó Josephine, evitaré mirar a los demás."

"Suspiro"

Respiré hondo, me ajusté la ropa y mantuve la mano en el mango de la espada mientras daba los pasos y finalmente entré. Había varias mesas ocupadas por hombres con armadura, otros con solo espadas, y algunos llenos de cicatrices sin armas visibles. Sin embargo, mi atención se centró en ciertas personas.

Uno de ellos emanaba una gran cantidad de maná, lo que indicaba que era un mago. Vestía una túnica blanca y sostenía un gran bastón con una piedra verde flotando en un círculo alrededor del bastón. A su lado, había un caballero. Luego, había otro individuo diferente a los demás: tenía orejas largas y cabello rubio largo, era una mujer con atuendo de cazadora. Estaban hablando con una mujer que parecía ser la encargada del mostrador.

Con pasos rápidos, me acerqué y hablé.

"Hola, estoy buscando una misión..."