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Capitulo 20 Grupo de cuatro

"Sonido seco."

Una pila de papeles de color naranja y amarillo cayó sobre un escritorio lleno de lápices y libros junto a una lámpara. Detrás del escritorio había un asiento, y más atrás, unas cortinas de terciopelo de color crema.

"No dejo de pensar en aquella noche..."

Fue el primer pensamiento de Oriana cuando se sentó en el asiento, mirando la pila de papeles frente a ella con el ceño fruncido.

Oriana seguía sumergida en lo que pasó aquella noche; de hecho, fue la noche anterior. Ella estaba regresando tranquilamente, pero sentía una sensación diferente en esa casa donde Asher estaba. Sentía que había un ser tan poderoso que nadie lo podría derrotar. Luego cerró los ojos y suspiró; había entrado cuando su cuerpo quedó congelado y su mirada se fijó en un sujeto con ropa oscura, cuyos ojos emanaban un brillo púrpura.

Esa noche, Oriana se había quedado sin palabras y sumergida en sus pensamientos. Una sensación que nunca antes había sentido le ocurrió por primera vez en esa misma noche.

"Mierda... ¿Quién...?"

Sus palabras simplemente no salían. El rostro vacío, sin expresión, como el de una persona completamente muerta en emociones, y una mirada tan oscura, fue todo lo que había visto del sujeto que vio la noche anterior.

"¿Por qué... por qué sigo con miedo...?" Seguía pensando en la noche anterior.

"¿Quién era...? ¿Cómo conoce a ese mocoso...?" Eran preguntas que quería responder, pero no pudo hacerlo en la mañana.

Oriana quería saber quién era esa persona que estuvo hablando con Asher la noche anterior, pero simplemente sus palabras no podían salir. Ella quería saber, pero no pudo preguntar y por lo tanto cambió de tema en sus pensamientos y le explicó a Asher los detalles del gremio y otros asuntos.

Pero ella no podía dejar de pensar en ese sujeto.

Cómo se llamaba, quién era, si era un mago o un caballero, qué tan fuerte era.

Fueron sus preguntas hoy en la mañana, pero simplemente no pudo sacarlas de su boca y, como siempre, tenía que revisar unos documentos en su oficina.

Los documentos eran la pila de papeles que estaba frente a ella en ese momento, pero solamente jugueteaba con sus dedos mientras miraba la puerta que estaba a unos metros de ella. Simplemente no dejaba de pensar.

"Toc, toc."

Alguien tocó la puerta. Ella se sorprendió, pero luego dejó sus pensamientos y habló.

"Pasé."

La puerta se abrió y Josephine entró a la habitación.

Ambos se miraron y, finalmente, Josephine fue el primero en hablar.

"Ya fui a dejarlo al gremio."

"Está bien, ¿tienes algo más que decir...?"

"No."

Fueron palabras cortas, pero antes de que Josephine saliera, Oriana habló.

"¿Cómo te sentirías si estuvieras frente a alguien tan fuerte que nadie lo podría detener?"

"..."

Josephine miró de reojo antes de salir, su curiosidad lo inundó.

"... Sentiría miedo, desesperación y no dejaría de pensar en él."

"..."

Oriana respiró profundamente, se encogió de hombros, pero luego se recompuso.

"Está bien, te puedes ir."

"Clank."

La puerta se cerró y nuevamente el silencio se apoderó de la habitación. Oriana continuó con sus pensamientos.

"Eso es miedo, qué ridículo..." Finalmente miró los papeles frente a ella, agarró un lápiz de tinta y empezó a escribir.

***

—Cambio de escena.

—Perspectiva de Asher Frostblade.

Caminé con pasos decididos y finalmente hablé en el mostrador.

"Hola, estoy buscando una misión." La mujer que estaba frente a mí respondió.

"Por supuesto, primero firme esto y luego deje su huella aquí."

La mujer me dio un papel y un lápiz de tinta. Firmé, no sin antes leer el contenido del documento. Decía unas cuantas cosas sin importancia, como que si moría en cualquier misión otorgada por el gremio, este no se haría responsable. Cosas así decía casi todo el papel. Era innecesario para mí, pero lo terminé firmando.

"Debe poner su huella aquí."

La mujer me dio un pequeño frasco lleno de carbón. Con mi pulgar, lo llené un poco de carbón y luego presioné firmemente en el papel.

"Bien, le mostraré las misiones disponibles."

Rápidamente, la mujer se alejó y entró por una puerta. Pude ver poco, pero había varias personas corriendo con sacos, carritos parecidos a los de las minas, y algunas mujeres que cargaban papeles.

"Es un gran alboroto ahí dentro."

"Lo es, ¿no?"

Una voz habló justo a mi lado. Cuando miré, era una mujer alta, de unos 1.90 metros de altura. En comparación con mi estatura, ella definitivamente estaba en otro nivel. Su rostro era muy hermoso, tenía el cabello rubio y largo, llegando hasta su cintura. Vestía un atuendo parecido al de un cazador, pero diferente en ciertos detalles. Sin embargo, había algo particularmente distinto, algo que los humanos no suelen tener: unas orejas largas y puntiagudas.

"Es humana, pero... sus orejas son diferentes," pensé mientras miraba las orejas de la mujer.

"Mmm, parece que nunca has visto a un elfo, ¿verdad?"

Un elfo. ¿Qué demonios era eso? Nunca había escuchado esa palabra antes.

"¿Un elfo? ¿Qué es?"

"Me duele que digas 'qué es', más bien 'qué ser es'."

"..."

Seguí sin entender, pero creo que comprendí a lo que se refería.

"Eres muy pequeño para estar aquí."

"Tengo que ser un caballero en seis meses."

"..."

Ella me miró con confusión. Cualquiera lo haría, un niño tratando de ser un caballero a los diez años. ¿Quién creería en eso?

"Ser un caballero no es fácil."

"Lo sé muy bien."

"Entonces..."

"Aquí tiene las misiones disponibles."

La mujer de antes trajo una pila de papeles. Miré uno de los papeles y básicamente tenía lo siguiente:

[Derrotar a una manada de lobos]

[Limpiar una mazmorra de grado 8 en el pueblo de Mirbel]

La lista seguía. Cada papel tenía una sola misión. Seguí rebuscando hasta que una mano me sujetó del antebrazo.

"¿Por qué no vienes con nosotros?"

Era la mujer de cabello rubio que había estado hablando antes.

"La misión es en el pueblo de Nortil, un pueblo lejano, pero la misión otorga un logro."

"..."

Un logro en esa misión. Definitivamente debía ir con ellos, pero no los conocía y las dos personas al lado de esta mujer ni siquiera prestaban atención a sus palabras. No sabía sus nombres tampoco. ¿Por qué me estaba ayudando si no nos conocíamos? Y tampoco podía confiar en ella, sobre todo por las palabras que me había dicho Josephine de no confiar en nadie.

¿Debía irme y elegir mi propio destino, o debía aceptar?

"No muestras signos de tener algo pensado," Encrid habló.

"¿Puedo confiar en ella?"

"Sí, pero ten cuidado con el caballero que está después del que tiene una túnica y se cubre el rostro con una capucha."

"¿Te refieres al que parece un caballero?"

"Sí, siento hostilidad de parte de ese sujeto. Ten cuidado, pero con esta elfa, puedes confiar siempre en los elfos."

Él también está hablando sobre eso llamado elfo. ¿Soy el único que no sabe qué es un elfo?

Miré al caballero. Parecía fuerte, pero no sabía nada de él. Luego miré al mago. Era definitivamente un mago, vestido con una túnica y una capucha que ocultaba su rostro. El bastón que tenía parecía sacado de una fantasía. Aparte de los ancianos, ¿quién más lleva un bastón con forma extraña y una piedra de maná flotando en él? Un mago, eso era.

"Puedes confiar en ellos dos."

"No confío en el caballero," susurré para evitar que el caballero escuchara mis palabras.

"Mmm, digo lo mismo de ti. Estás usando una máscara y ocultas tu rostro."

Era verdad. Estaba usando la máscara blanca, pero no era porque quisiera, sino porque fui obligado a usarla. Aunque no sabía por qué, decidí usarla. Quizás por alguna razón Oriana me dio esta máscara y por lo tanto la usé.

"Está bien, pero ¿de qué trata la misión?"

Tenía curiosidad. Una misión en la que hay un logro como recompensa. Cualquiera querría saber de qué trata la misión.

"Iremos al pueblo de Nortil. Últimamente, el maná de los demonios ha estado circulando por ese pueblo. Los cultivos y las personas se están enfermando. Nuestro objetivo es descubrir qué pasa y resolverlo."

La información era muy llamativa, pero algo no estaba bien en mis pensamientos.

Un demonio, una raza muy popular en las historias que leía en mi vida pasada. Un ser que, aunque sea un demonio de rango más bajo es tan fuerte como un monstruo de rango alto. Pero esa raza existe en este mundo.

"Ya que aceptaste, debo presentarme y presentar a los miembros del grupo también."

"El caballero que no suele hablar mucho se llama Dik, ella se llama Clara, es una maga de segundo círculo, y yo me llamo Alicia, una elfa."

"Entonces soy el siguiente. Me llamó Asher Frostblade."

Un caballero, un mago y una raza que es desconocida para mí, una elfa. Un grupo de tres, no, ahora es de cuatro incluyéndome. Pero, ¿por qué los otros dos ni siquiera me miraron o intentaron detener a Alicia para que no me uniera a su grupo? Algo no cuadraba bien, pero en el que realmente no podía confiar era en Dik, el caballero que estaba al lado de Clara, la maga que estaba justo al lado derecho de Alicia.

"Bien, entonces, primero iremos a cenar algo."

Bueno, eran casi las 4 de la mañana. ¿Quién se despierta a esta hora? Obviamente, personas de gremios como este y caballeros. Es natural que nadie comiera algo a estas horas.

***

—Cambio de escena.

Entramos a un restaurante. No estaba lejos del gremio, por lo que Alicia nos guió hasta allí.

Entramos y pedimos los platos de comida. Tenían nombres raros.

[Carne asada de Hazzard]

[Sopa de Alacartron]

Y todo el menú tenía nombres extraños. La lista seguía y seguía, por lo que decidí preguntarle a Alicia. Era la única que hablaba, pero Clara solo observaba en otras direcciones, mientras que Dik mostraba una expresión fría, aunque sí miraba el menú.

"¿Qué puedo pedir?" Me salió una pregunta. Los nombres eran extraños y no sabía qué tipo de carnes, vegetales o sopas eran estas, pero había algo que sí reconocía.

[Whisky]

Es la bebida alcohólica que solía beber. Su buen sabor refrescante cuando llegaba a mis pupilas gustativas. Solo podía decir "es refrescante". Definitivamente era muy refrescante.

Pero no lo podía beber. Es una bebida para adultos, y yo tengo el cuerpo de un niño, por lo que no me era posible.

"Mira, puedes pedir esto, es un almuerzo simple," dijo Alicia, señalando el menú.

Era un almuerzo simple con carne de un animal que conocía bien y una bebida de limonada. Algo sencillo, pero familiar. Aunque tenía curiosidad por los demás platillos, sería mejor dejarlos para otra ocasión.

"¿Por qué... ella no suele hablar tanto?"

"No es eso, ella es... tímida, solo te diré eso."

Tenía curiosidad. La única conversación larga y entretenida que había tenido era con Alicia. No confiaba en Dik y Clara simplemente miraba su platillo de comida frente a ella. Parecía muy fría, pero sentía algo familiar en ella. Era el maná, aunque no era maná de oscuridad, era similar.

"Un maná oscuro, quizás. Oscuro y oscuridad son dos palabras diferentes, pero su significado es igual. Pero en este caso, aunque es parecido, no es tan fuerte como el maná de la oscuridad que tengo, pero es similar, menos fuerte."

"Un mago de maldiciones," dijo Encrid cuando pensaba en Clara.

"¿Mago de maldiciones?"

"Así es, su maná es parecido al nuestro, pero es débil. No es un tipo de maná que causa destrucción como el maná de la oscuridad. Este maná de maldiciones es diferente al nuestro."

Como si Encrid supiera lo que estaba pensando, respondió a mi duda. Un mago de maldiciones. Parecía complicado de entender, pero es diferente a un mago de la oscuridad.

"Asher... ¿no comerás?"

Miré mi plato de comida frente a mí, luego a Alicia que me había hablado, y moví la cabeza.

"Iba a empezar."

***

—Cambio de escena.

Llegar a Nortil, un pueblo muy lejano de la ciudad Mengrana, tomaría alrededor de una semana entera. Si este mundo tuviera vehículos, tardaría tres días manejando a 160 kilómetros por hora. Pero en este caso, sería en tren.

"Nunca pensé que este mundo tendría trenes."

Miré el gran tren frente a mí. Era uno de esos trenes a vapor que funcionaban con carbón. El diseño del tren era similar a los trenes más antiguos de mi vida pasada.

Entramos al tren y los asientos eran cómodos, a pesar de tener una fachada de un tren tan antiguo. Lo primero que había pensado era "será un viaje incómodo". Creí que los asientos serían duros, pero cuando los probé eran simplemente tan suaves.

"Chillido."

Esperamos a que el tren partiera. Finalmente, empezó a moverse y los sonidos de las ruedas de metal chocando con las vías de acero del tren resonaban tan fuerte que molestaba.

"Llegaremos en cuatro días," dijo Alicia, y finalmente el tren empezó a moverse…