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Capitulo 1

Ya era de día, los rayos de sol empezaban a entrar por la ventana, apenas había abierto los ojos cuando sentí que llamaban a la puerta.

— Señorita Kane.

Escuche mi apellido, cosa a la que no le di mucha importancia. Todavía estaba medio dormida, asi que no reconocí la voz de quien me estaba hablando. Sabia que era un de las instructoras por el tono y la manera en la que me había hablado, pero la imagen no me venia a la cabeza. Varios segundos después, al ver que no reaccionaba la instructora volvió a repetir mi nombre, esta vez mas bruscamente. Pero antes de que terminase de decir mi apellido escuche otra voz.

—Ya me ocupo yo, Señora Dein— dijo Lirbana, entrando a mi habitación. Ella era la única amiga que había conseguido hacer aquí. —Vamos Adalia, es la tercera vez en la semana que tengo que venir a salvarte.

— No hacia falta que intervinieses, lo tenia todo bajo control —dije sarcásticamente mientras me despegaba de las sabanas—

—Quedan 15 minutos para que se acabe el tiempo de desayuno, vístete y arréglate rápido si quieres comer algo antes de que empiecen las clases— me regañó—.

—Si, si, ahora voy. Puedes ir yendo tu si quieres, Lir. — le dije al fin levantándome de la cama—

—Esta bien pero no tardes —dijo mientras salía por la puerta de la habitación—.

Fui al armario a elegir la ropa que me pondría ese día. Elegí una camiseta negra de manga corta, y unos leggins también de color negro. No me gusta mucho ser el centro de atención asi que siempre suelo vestirme con colores secos, que no resalten mucho. A parte de que los leggins son mucho mas cómodos que unos tejanos. Me mire en el espejo que había en el armario, mi pelo estaba algo desordenado, asi que me peine un poco y salí de mi habitación.

Me dirigí a la cafetería, donde vi a Lirbana sentada en una de las mesas. Cogí un zumo de naranja y un par de galletas y fui a donde se encontraba Lir.

—Solo te quedan 7 minutos, come rápido— dijo cuando me senté—.

—No hace falta que — hice una pausa para comerme una de las galletas— seas tan controladora Lir, se cuidarme sola. Ademas no creo que pase nada por llegar un par de minutos tarde a clase como siempre.

—No, no puedes estar llegando tarde a las clases y menos ahora que solo falta una semana para la Elección de Guerreros. Tienes que esforzarte e intentar ser elegida por uno de los 8 hermanos para después poder combatir en las guerras contra otros reinos —dijo— .

Rodé los ojos al oír aquello.

—Sinceramente no tengo interés alguno ni por ir ni por ser elegida, si fuese por mi ni siquiera iría a la ceremonia, pero por desgracia es obligatorio.

Durante la ultima semana, todo, absolutamente todo el mundo había estado hablando sobre eso. Por los pasillos solo se escuchaban conversaciones sobre como seria la ceremonia y sobre quien serán los elegidos para combatir junto a los 8 dioses. Obviamente eso también había llevado a diferentes discusiones por ver quien tenia un poder mas fuerte, y que por ello, iba a ser el elegido.

—¿Cómo no vas a estar interesada? ¡Es el evento que mas importante de seguramente toda tu vida! No puedes pasar de el asi como asi.—Me dijo con un tono que indicaba que estaba algo enfadada—

—Eso es en tu caso Lir, eres capaz de crear flores del tamaño de un edificio, crear jaulas de espinas de rosas e incluso convertir flores en cuchillas, tienes un poder increíble. en cambio yo simplemente tengo esta porquería de llamas azules que ni siquiera es fuego normal. ¿Crees que alguien me tomaría en serio? La mayoría de este sitio dicen que mi poder es inútil y ni siquiera voy a los entrenamientos grupales. —hice una pausa para respirar— si fuese por mi ni siquiera estaría en este sitio.

Lirbana me miro algo sorprendida, no era la primera vez que le decía algo asi, pero le sorprendió de la manera en que se lo dije.

—Esta bien, supongo que no puedo entrometerme en tu decisión, pero supongo que al menos me animaras un poco ¿no? —dijo sonriendo—

—Claro, para eso estoy, si no , ¿a quien tendrías que impresionar? —dije riéndome—

—Sabes, a veces eres muy estúpida— dijo riéndose a la vez que miro su reloj— solo quedan tres minutos, será mejor que vayamos dándonos prisa — dijo mientas se levantaba—

Me levante detrás de ella y nos dirigimos a nuestra primera clase del día, Historia. en menos de dos minutos ya estábamos entrando por la puerta de la clase del Señor Harris, uno de los profes mas aburridos de todo el lugar. Realmente la asignatura de historia no estaba tan mal, es decir, los hechos, las guerras, la historia de nuestros antepasados, todo eso realmente es interesante, y prestaría mucha mas atención si el profesor no fuese tan lento. Era sofocante escuchar su voz de buena mañana, estaba sentada al final al lado de una ventana, asi que decidí simplemente quedarme viendo las nubes durante toda la clase, era algo que me gustaba mucho hacer, me ayudaba a desconectar de la situación en la que me encontrase.

Tras una larga hora que parecieron tres, finalmente el timbre sonó, lo que indicaba que la clase había terminado, deje las cosas en mi pupitre y me dirigí al asiento donde estaba Lir.

—¿Nos vamos?—Preguntó—

—Si no hay mas remedio...— Dije suspirando—

— Deja de ser tan dramática y vamos — dijo aguantándose la risa—

Salimos por la puerta y fuimos al campo de entrenamiento, nos tocaba entrenamiento físico. Simplemente nos ayudaba a mantener nuestra forma física y que al pelear tuviésemos mucha mas agilidad, fuerza, resistencia y ayudarnos a mejorar la pelea cuerpo a cuerpo. En parte estaba bien, pues ayudaba a desconectar de las clases normales.

Bajamos las escaleras y fuimos hacia el patio donde daríamos la clase. No tenia mucho, simplemente era un descampado con un circuito para mejorar la preparación física.

Nos sentamos es las gradas, esperando que llegase la profesora, quien no tardo mucho en aparecer.

—Buenos días clase— dijo la profesora—

—Buenos días Señora Martin— respondieron todos al unísono—

— Hoy practicareis pelea cuerpo a cuerpo por parejas, estamos a una semana de la Elección de Guerreros, es el momento en el que mas os tenéis que esforzar.

Ahí estaba otra vez el mismo tema, no había momento en el día que alguien no lo mencionase.

— Hare yo las parejas para que sean equivalentes— Dijo mirándonos—

Comenzó a hacer las parejas, iba por orden de lista asi que no tardaría mucho e decir mi nombre. A Lirbana le había tocado con un chico con el que se llevaba bien, no tendría ningún problema. Aun asi me hubiese gustado que me tocase con Lir, la verdad no hablaba con casi nadie de los que habían en clase.

— Señorita Kane —la voz de la señora Martin me saco de mis pensamientos.

—¿Si? — contesté—

—Usted irá con la señorita Lennon, pueden utilizar aquel lado del campo — dijo indicando una parte algo alejada—

No puede ser, ¿por qué con Kaira? Era la persona que peor trataba a los demás, sin excluirme a mi, claro. Durante meses se había estado burlando de mi y de mi poder, y aunque no solo hacia eso conmigo, al parecer yo era un blanco fácil.

Me levante y vi que Kaira hizo lo mismo, la mire a los ojos y pude ver una mirada de satisfacción. Trate de ignorarla mientras nos dirigíamos hacia la zona que nos había asignado la profesora. Durante el camino no dijo nada, cosa que me extraño, llegamos al lugar y no tardo mucho en abrir la boca.

—¿Que, no piensas decir nada? —dijo con superioridad.— Supongo que tienes miedo, alguien como tu seria incapaz de vencerme ni siquiera en una pelea a puñetazos.

¿No podía estarse un rato callada?

—No Kaira, no te tengo miedo — dije mirándola de frente— y claro que podría ganarte a una pelea, lo único que no suelo pelear contra gente con la que se que voy a ganar, asi de simple.

La verdad no me apetecía seguir con esa conversación.

— ¡Ja! Estas de broma ¿no?, ¿acaso crees que alguien sin poder ni talento como tu podría ganarme a mi? Seguramente no llegarías ni a darme un golpe —dijo de manera arrogante—.

—¿Y porque no lo probamos? Si tan segura estas de que no puedo darte ni un golpe no debería preocuparte en absoluto combatir contra mi, ¿verdad? —dije sarcásticamente—.

—Claro que no me preocupa, pero yo nunca pelearía contra ti. Eres demasiado débil como para enfrentarte a mi. De un par de golpes te dejaría inconsciente y solo queda una semana para la Eleccion, no quiero dejarte sin oportunidades, aunque tampoco es que tuvieras muchas —rió de forma burlona—.

La fulmine con la mirada. Es verdad que yo no tenia ni ganas ni motivación para ir, pero no soportaba que fuese ella quien lo dijese, y mucho menos que me menospreciase de esa manera. Quería simplemente callarle la boca, pero sabia que si la golpeaba de forma innecesaria me metería en un buen lio, asi que me aguante las ganas.

—Mira rubita — la mire directamente a los ojos— a mi no me trates como si me tuvieras pena, soy perfectamente capaz de derrotar a una creída como tu y no lo hago simplemente por que no me da la gana. A personas como tu les sobra el poder y les falta educación, asi que aprende a callarte la boca cuando es necesario. — le solté a pocos centímetros de su cara—.

—Uhh, parece que alguien se a enfadado — dijo burlonamente— ¿Qué harás? ¿Me lanzaras una de esas llamitas azules tuyas? No creo que ni alcances a darme —rió—. Oye Adalia, ¿nunca has pensado en cambiarte el nombre? Lo digo porque te pegaría mas uno tipo, buena para nada. —dijo mientras reía—

Exploté

Le lance una llamarada azul directa a la cara de Kaira, por desgracia falle y solo le di en una parte del pelo, y uno de sus mechones empezó a arder.

Sabia perfectamente que teníamos prohibido usar nuestros poderes a no ser que un instructor nos diera permiso, pero no iba a estar aguantando las provocaciones de Kaira. Se que en parte a conseguido lo que ella quería, provocarme, pero aun asi ella había salido peor de aquella situación.

—¡¿Que crees que estas haciendo?! ¡Mi pelo, no puede ser! —Intento apagar el fuego con agua, cosa que no resultó, y a la vez me extraño, pues normalmente el fuego si se apaga con agua.

—¡Señorita Kane! — vino corriendo la profesora— ¿Qué hace? ¡Sabe muy bien que esta completamente prohibido usar sus poderes sin el permiso de algún profesor! ¡A mi oficina ahora mismo! —dijo cortante—.

Asentí con la cabeza y me dispuse a ir a la oficina, no sin antes girarme y sonreirle de forma malévola a Kaira.

—¡Esto no se quedara asi Adalia!, ¡me las pagaras por lo que le has hecho a mi pelo! —gritó—

Seguí caminando dándole la espalda, sabia perfectamente que esto no traería cosas buenas, aun asi, fue divertido ver la cara de desesperación de Kaira.