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Capitulo 2

Fui caminando por los pasillos del lugar hasta encontrar el despacho de la señora Martin. Entre y decidí esperar a que ella llegase. No me sentía realmente culpable, Kaira se lo merecía, no debería estar siempre tratando a los demás como inferiores. Es verdad que Kaira era una persona fuerte, era capaz de manipular el agua en sus 3 estados y manejarla a su favor, sin duda era de las mejores candidatas a ser elegida como guerrera, pero eso no quitaba lo mala persona que había llegado a ser.

El sonido de la puerta abriéndose me saco de mis pensamientos

—Señorita Kane, siéntese, tenemos asuntos de los que hablar —dijo señalando la silla que había enfrente de su escritorio.

Asentí con la cabeza y me senté.

—¿Sabe usted que esta completamente prohibido usar sus poderes a no ser que un adulto de permiso verdad?— Dijo de manera calmada.

— Si, lo se— afirmé.

—¿Entonces quiere explicarme el porque a agredido a la señorita Lennon usando su fuego?— preguntó mirándome a los ojos.

—Digamos que fue su culpa, ella me provocó. Empezó a insultarme y a insinuar cosas de mi— me justifiqué.

— Y decidiste que la mejor manera de arreglar eso era haciendo algo que va en contra de la leyes de este lugar, ¿no? Mira Adalia —me sorprendió que usara mi nombre— no es la primera vez que haces algo asi. Y se que tampoco soy la primera en llamarte la atención por saltarte alguna norma. Muchos profesores se han quejado de tu mal comportamiento y de que hay veces que ni te presentas a los entrenamientos grupales. — eso era verdad, no iba a rebatírselo— No puedes seguir así. —me miro con seriedad—.

—¿A que se refiere? —dije algo preocupada—.

—Entre todos los profesores, hemos llegado al acuerdo — hizo una pausa— de que no participaras en la Elección de Guerreros.— me sorprendí al oír aquello— Creemos que tu carácter es inadmisible, asi que se te quitara la oportunidad de participar como los demás alumnos— dijo con total seriedad.

Me quede pensando por unos segundos. Realmente eso no me importaba, yo ya había decidido que daría mi mínimo esfuerzo al participar ,ya que era supuestamente obligatoria, ademas, de esa manera me ahorraría hacer el ridículo. Supongo que el castigo no esta tan mal después de todo.

—¿Tiene alguna objeción señorita Kane?

—No, pero tengo una pregunta —dije ya levantándome de la silla.

— Adelante.

—Si no voy a participar, ¿será obligatorio que asista a la ceremonia? —si decía que no, al menos tendría un rato libre.

—La asistencia al lugar seguirá siendo completamente obligatoria. — Afirmó.

Mierda.

—Esta bien, ¿ya puedo irme? — pregunté.

— Si, puedes.— Asintió

Me dirigí a la puerta y salí.

La verdad, pensaba que eso acabaría peor, y casi que a sido un favor. Además había conseguido callarle la boca a Kaira, cosa que llevaba mucho tiempo queriendo hacer. Al fin y al cabo el día no estaba yendo tan mal.

Habían pasado 20 minutos desde el incidente, asi que supuse que la clase ya había terminado. Me dirigí hacia los casilleros para poder esperar allí a Lirbana, ya que ambas teníamos la taquilla prácticamente en el mismo sitio. Nos quedaba una clase mas antes del descanso para comer asi que fui a donde mi casillero y lo abrí. Estaba bastante desordenado, el orden no era algo que me preocupase mucho, y eso provocaba que a veces no encontrase mis cosas al buscarlas o que las perdiese y ni me diese cuenta hasta tiempo después.

Cogí la libreta y el libro que necesitaba para la siguiente clase cuando sonó el timbre y empecé a escuchar los pasos de varias personas, ya habían acabado la clase. Vi a Lirbana correr hacia mi con algo de preocupación en su cara.

—¡Adalia! ¿Que ha pasado en el entrenamiento?— dijo nada mas llegar a donde me encontraba.

— Bueno, Kaira empezó con sus comentarios de siempre y al final me harté y le dispare una de mis llamas— dije sin rodeos.

—Bueno, supongo que en parte se lo merecía pero, sabes que esta prohibido hacer eso— dijo con seriedad— ¿Que te ha dicho la profesora Martin?— preguntó.

— Que no podre participar en la Elección de Guerreros— dije con tranquilidad—.

—¡¿Que?! ¡No pueden hacer eso! ¡E-es imposible!— dijo alterándose.

—Tranquilízate Lir, no es tan importante, además, ya te dije que no me esforzaría en participar, asi que es casi mejor que no pueda participar. — expliqué de forma tranquila.

— Ya lo se pero... al menos hubieses tenido una oportunidad— suspiró— . Entonces, ¿tienes que asistir igual a la ceremonia?

—Sip, sigue siendo obligatorio estar presente— me encogí de hombros.

—Vaya, supongo que tu hubieses preferido no tener que ir.

—Iré y al menos podre darte algo de ánimos, no tengo otra cosa que hacer allí— dije rodando los ojos.

—En fin, que se le va a hacer, no tienes arreglo ¿eh? —dijo sarcásticamente— se esta haciendo tarde, ¿vamos yendo para clase?— preguntó.

—Okey —dije mientras nos dirigíamos a clase.

El resto del día paso bastante rápido, salvo por el incidente de esta mañana, había sido un día bastante normal. Cosa que lo hizo aburrido.

Ya era hora de irse a dormir, me despedí de Lirbana y me dirigí a mi cuarto, cerré la puerta y me senté en el borde de la cama. Pensé en lo que me había dicho la profesora Martin esta mañana. Es decir, ya sabia que mi comportamiento no era el mejor, pues tampoco tenia motivación alguna, pero llegar a privar a alguien de participar en la Elección, no se, me parecía algo excesivo. Aunque tampoco le iba a dar muchas vueltas, pues ya no se podía hacer nada al respecto.

Mire la hora; 11:48. Aun era muy temprano como para salir sin que me viese nadie, asi que para matar el tiempo decidí ponerme a leer, era algo que hacia prácticamente cada noche. Fui a mi estantería y elegí un libro, esta vez de fantasía, no me apetecía leer otra novela romántica. Me tumbé en la cama y comencé a leerlo.

Al cabo de un rato, que a mi me parecieron minutos volví a mirar el reloj; 0:53 a.m. Quizás era algo pronto, pero daba igual. Me levante de la cama, dejando el libro en esta, mire que no hubiesen luces encendidas y salí por la ventana, como hacia diariamente.

Mientras caminaba hacia el lugar recordé lo que pasó la noche anterior, aquellos pasos que parecían venir de al lado de donde yo me encontraba. Ayer no le di mucha importancia, pero igual debería tener cuidado hoy, no me conviene que me descubran saliendo fuera del horario establecido. Dejé mis pensamientos a un lado al ver que ya estaba en el claro.

Ayer no tuve tiempo de entrenar nada por aquel suceso, así que hoy intentaré trabajar un poco mas en la nueva técnica.

Empecé como siempre, lanzando llamaradas a piedras, simplemente para calentar. Tras varios minutos termine de rostizar aquellas piedras y me centre en practicar lo de las ultimas dos semanas.

Volví a hacer lo de siempre, imaginé en mi mente la forma que quería que tomase el fuego mientras tenia dos pequeñas llamas saliendo de la palma de mis manos. Una vez visualice bien la forma del arco y flechas, este se empezó a formar de las llamas ya creadas. Tardó unos pocos segundos en materializarse al completo. En una de mis manos se habían formado las flechas y en la otra el arco. Apunté hacia una montaña de piedras que había montado como diana, estire la cuerda y disparé. La flecha fue directa a la torre de piedras, haciendo que estallara en llamas. Rápidamente apagué el fuego que había en las piedras para que no se siguiese extendiendo.

Eso también era una cualidad de mi poder, al parecer el fuego que yo utilizo es capaz de prender cosas que son ignifugas y también puedo apagar el fuego que yo haya encendido, siempre y cuando no sea una gran cantidad y se salga de control, ahí ya me es mucho mas difícil conseguir apagarlo. Obviamente también se puede apagar con agua, pero se necesita mas cantidad de la que se usaría normalmente.

Me dirigí a donde la piedra para ver las marcas que le habían quedado. Justo donde impacto la flecha había un pequeño hoyo superficial, ahí es donde mas presión se ejercía. Lo de alrededor simplemente tenia marcas de haber estado en contacto con el fuego. Supongo que es porque no deje el fuego activo mucho rato.

Coloque de nuevo las rocas, intentando no quemarme con alguna de ellas y volví al lugar inicial. Repetiría el proceso hasta que me gustasen los resultados, que no es que no me gustasen, simplemente lo quería mejorar.

Volví a crear las pequeñas flamas en mis manos cuando oí algo, pasos, igual que ayer. Esta vez decidí ir a ver que o quien estaba fuera a esas horas.

Mantuve una de las llamas de mi mano encendidas para poder ver mientras caminaba por el bosque. No avance prácticamente nada cuando oí una voz detrás mío.

— Ese fuego azul tuyo es algo peculiar, ¿no?—. Me giré y me puse a la defensiva.

— ¡¿Quien mierda eres?!— dije aun con una de las llamas de mi mano encendidas.

Iba vestido con una especia de capa larga con capucha que prácticamente le cubría toda la cara, cosa que hacia imposible el poder reconocerlo.

— ¿Yo? No es necesario que lo sepas ahora— dijo calmadamente— fuego azul ¿eh?— dijo cambiando de tema— nunca había visto algo así.

Se acerco un poco mas a mi.

—Ni se te ocurra acercarte más— le amenacé.

— ¿O qué?— rió mientras se iba acercando.

Lancé una llamarada que esquivo fácilmente.

— Hmm —dejo de caminar y miró hacia el cielo— eres una chica interesante, pero me temo que me tengo que ir, nos volveremos a ver — dijo alejándose poco a poco, mientras hacia un gesto de adiós con la mano.

—¿Que? ¡No! Espera un momen... — ya se había marchado, había desaparecido en la oscuridad del bosque.

— Mierda— maldije en voz baja.

No sabia quien era aquel chico, solo sabia que si era alguien del centro la había cagado. Por la forma en que vestía no parecía ser de aquel lugar, y menos por la forma en que me habló.

Retrocedí mis pasos hasta volver a llegar al claro donde había estado entrenando. Ya eran las dos menos diez. Después de ese incidente no iba a arriesgarme a a que alguien mas me viese y pudiese informar a los superiores. Volví caminando hacia donde las habitaciones.

Al llegar al lugar vi un par de ventanas que tenían luz, lo que quería decir que había gente despierta. Con cuidado pase por aquellas ventanas hasta llegar a la mía. Fácilmente entré y cerré con sumo cuidado.

Volvió a coger el libro que había estado leyendo antes y continué mi lectura. Dudaba mucho que esa noche pudiese dormir después de aquel encuentro.