O Parte XXVII: ¡Ceremonia de Entrada!

Al principio no me había dado cuenta, pero después de estar con ellos me di cuenta que… ni si quieran hablan quechua.

Fue lo que pensó la ñusta Vera, al sentarse ha convivir con los miembros de la tribu, la anciana le había presentado a su hijo, el jefe de la tribu, y este se había encargado de presentarla a la tribu,

Por suerte para Vera, ella hablaba un poco su idioma, podía reconocer las palabras como tribu, saludo, enfermedad y peligro, por lo que no estaba completamente a ciegas para relacionarse. En la tribu, todos le dieron la bienvenida y bailaron con ella al son de un festival. Danzas y músicas fueron la manera de darle la bienvenida, en cierta manera era un ritual antiguo para despojar de espíritus malignos al nuevo integrante de la tribu, la ceremonia continuó incluso en la noche dando la oportunidad a la ñusta de observar la bella vista de una tribu iluminada.

La ñusta bailó, cantó y festejó con la tribu, para alguien como Vera este tipo de festividades eran más común y familiar, por que en su aldea también se hacia este tipo de festividad.

Tres días fueron suficientes para que la ñusta se sienta como en casa, sin embargo, aún le resultaba algo difícil comprender el idioma, pero no fue problema para lograr hacer a dos amigos, Maco y Mia. Ellos se habían conocido en la ceremonia de entrada a la tribu.

Mia era una chica con un cabello de cascada de un color negro azabache, sus ojos eran redondos y lindos, su rostro era limpio y alargado, haciendo que pareciera que aun era muy pequeña para ser mayor de edad pero esto no era así, debido a que Mia tenían 21 años. Ella era muy activa y curiosa, casi siempre su mirada reflejaba la curiosidad, por lo que también se ganó un apodo en la tribu, la wuawua o la niña.

Para Vera, Mia, era una chica muy tierna y es por eso que se volvieron amigas tan rápidamente, todo lo contrario de Maco, quien era muy callado y asustaba a Vera.

Maco era un miembro de la tribu muy misterioso, no solo por que la mayor parte del tiempo no se le veía sino por su particular gusto de asustar a las personas, por lo que la tribu lo llamaban el no-hombre, debido a que pensaban que era mitad espíritu. Sin embargo esto no era así, Maco era una persona tan poco interesante que tu mente lo borraba de tu vista, viéndolo como una información poco útil y desechable, haciendo que solo cuando el hablara lo pudieses ver.

Maco comenzó a seguir a Vera, por lo que esta se había asustado mucho por su presencia, pero pronto comenzó a acostumbrase a él.

La ñusta pasaba sus días con Mia y Maco, yendo a visitar a Ymac en las tardes para ver si había despertado.

Un día mientras estaba practicando pronunciación con Mía, Maco la asustó, cuando este habló por detrás de ella.

— ¡No me asustes así! — gritó la ñusta, casi poniéndose de pie.

Maco solo estaba parado a su lado, cuando dijo.

— Lo siento. La amiga que dijiste, ya ha despertado, deberías ir a verla —

La voz de Maco era casi un susurro, no, casi un lamento, pero aun fue escuchado por Vera.

— ¡Espera, dilo de nuevo! — exclamó sorprendida.

— Su amiga ya ha despertado, deberías ir a verla —

Volvió a hablar Maco, haciendo un corte para respirar.

Fue entonces que Mia, también lo escuchó.

—¡¡¡Quiero ir!!! ¡Quiero ir! ¡Quiero ir! ¡Quiero ir! —dijo insistiendo.

Vera no podía soportar entristecer a Mia por lo que acepto que la acompañara, y se decidieron ir a la cabaña de la anciana.