webnovel

Puedes contar conmigo.

-¡¿En dónde demonios se habrá metido esa chiquilla?!-. Preguntó bastante fastidiada Misato, luego de aburrirse tanto de llamarla repetidamente a su teléfono móvil como de enviarle múltiples mensajes a ese aparato. Fracasando en todos sus intentos de obtener respuesta del otro lado de la línea al solo conseguir llamadas que se cortaban por la falta de respuesta y mensajes que nunca se registraban como leídos.

-No lo sé-. Respondió con sinceridad Shinji Ikari mientras salía de la cocina.

-¿Pero como no vas a saberlo?

-Pues cuando desperté no estaba en su cuarto ni en ningún otro lado. De hecho, lo único que encontré fueron los restos de su desayuno a medio terminar en la cocina-. Comento el joven piloto, mientras se sentaba a la mesa a comer su desayuno.

-¡Entonces será mejor que tomes el teléfono y llama de inmediato a todas sus amigas! Ella sabe que no puede hacer algo como esto; no puede levantarse e irse como si nada sin antes pedir permiso o dar al menos, un aviso. Menos ahora que la necesito para las pruebas del mediodía. Si no la llevo, Ritsuko me matará-. Terminó señalando aquella mujer antes se bufar un suspiro entremezclado de rabia y resignación.

-En verdad dudo mucho que saliera a donde alguna amiga-. Respondió el muchacho mientras comía una hogaza de pan tostado.

-¿Por qué lo dices?

-Porque no recuerdo que hubiera dicho que iba salir-. Señalo el chico mientras tragaba dicho pan.

-¿Me dices que Asuka simplemente salió así como así del departamento porque le dio la regalada gana?-. Cuestionó escéptica la tutora.

-De hecho, creo que todavía debe estar muy sentida por lo de anoche como para que ahora quisiera salir…

-¿Anoche? ¿Qué pasó anoche?-. Interrumpió Misato preguntando con gran interés.

-Vino un señor…

-¿Quién era ese señor?-. Interrumpió Katsuragi ahora con vívida atención.

-Un hombre adulto que vino a verla, uno bastante mayor hay que decir, pero que seguramente debía conocerla.

-¿De donde sacas eso?-. Pregunto la mujer tras el súbito silenció que Shinji hizo para tomar un sorbo de su tasa de leche.

-Del que ella le recibiera sin problemas y le hiciera entrar al departamento, para luego sentarse a hablar juntos por largo rato. No sé qué más paso, ya que cuando quise saber más, ella pidió que me retirara.

-¿Que Asuka pidió que te fueras?

-Sí.

-¿Qué clase de sujeto era?-. Volvió a preguntar Misato con aun más interés.

-No pude verlo bien. Pero parecía un señor maduro, impecablemente vestido y extranjero.

-¿Dices que era extranjero?

-Pues no parecía ser japonés. Además hablaba en un idioma extraño. Pensé que era inglés, pero no pude reconocerlo como tal. Pero sonaba muy semejante al que Asuka utiliza cuando se enoja demasiado y usa sus palabrotas.

-¿De dónde sacas eso?

-Pude escucharles hablar fluidamente en ese idioma por un buen rato. Pero más allá de eso y de fuertes discusiones que nunca entendí de que trataban no supe nada más.

- Shinji, ¿Estás realmente seguro de lo que dices?

-Sí. ¿Por qué?-. Pregunto algo dubitativo el muchacho.

-Olvida eso de llamar a las amigas de Asuka-. Sentencio severamente aquella mujer luego de prolongados segundos de silenciosas cavilaciones.

-¿Pero porque?-. Cuestiono el muchacho; sin embargo, su interrogante tardo algunos segundos en ser respondida por aquella mujer cuyo semblante se volvió inesperadamente severo. Situación que se mantuvo hasta que de sus labios salieron las siguientes palabras emanadas casi como si fueran una orden.

-Termina rápido tu desayuno y alístate prontamente. Iremos de inmediato a NERV.

-¿A NERV? ¿Y qué hay de Asuka?

-Si lo que pienso es correcto, ya debe estar allá.

-¿Pero porque iría allá?

-¡Tan solo haz lo que digo!

-Está bien, está bien-. Respondió resignado el muchacho ante la seriedad de dicha orden, mientras se apuraba en sus menesteres. Ello mientras una sombra de preocupación se apoderaba del rostro de la joven mujer. Y no era para menos. Después de todo, si sus pensamientos eran correctos una situación que hasta entonces parecía imposible bien podría haberse transformado en una realidad.

_________________________________

Pasado el mediodía, y en otra parte del cuartel central, se veía a la comandancia reunida en aquel gran salón de conferencias impertérritos terminando de examinar el completo y complejo set documental que ese aparecido dejo encima de aquel amplio escritorio para que los presentes lo examinaran. Y, a la luz de todos los antecedentes que se evidenciaban, todo indicaba que en definitiva las cosas cambiarían radicalmente desde ahora y en lo sucesivo.

-¿Y bien? ¿Acaso ninguno de los presentes dirá palabra alguna?-. Espeto en ingles con tono a medio camino entre la autosuficiencia y la extrañeza aquel hombre a todos aquellos que se encontraban en frente suyo. En especial, al Comandante Gendo Ikari, el único miembro del alto mando que estaba sentado exactamente al frente suyo.

-Pues hasta ahora toda la documentación parece estar en orden. Sin embargo, derivaré los antecedentes al departamento de asuntos legales para que los examinen con el debido detenimiento. Y hasta que no reciba dicho informe, no podré darle curso a la asignación que solicita-. Respondió Gendo de manera impertérrita al tácito desafío de aquel hombre en la misma lengua franca.

-¿Cómo que no le dará curso? La legalidad de los documentos fue debidamente visada por el mando europeo, así como por todas las entidades legales y administrativas pertinentes.

-De todas maneras, debemos cerciorarnos que la totalidad de los documentos estén perfecta y legalmente autenticados y validados en todas y cada una de sus versiones. Como sabrá, son los protocolos necesarios a seguir-. Se excusó el mayor de los Ikaris, sin alteración en su voz.

-Comandante Ikari. Todas las versiones de los textos tanto en alemán como en inglés y japonés son idénticamente legítimas y auténticas entre sí; y se hallan completamente ajustadas a todos los protocolos y normativas internacionales sobre la materia. En cualquiera de dichos idiomas encontrará que su contenido es idéntico, no hallará diferencias entre una y otra versión, por más que haya algunos que se esmeren en encontrar lo contrario-. Señalo ahora con molestia en su voz el hombre que estaba de pie, frente al Supremo Comandante de NERV.

-De todas maneras cotejaremos el conjunto documental únicamente a fin de estar completamente seguros. Debo insistir que esta decisión en nada se trata en contra de su persona, simplemente son las necesarias reglas procedimentales que estamos obligados a cumplir.

"Esto es inaudito". Mascullo susurrante y en su idioma nativo aquel hombre en una tonalidad baja que, sin embargo alcanzo a ser escuchada tanto por Gendo como por su segundo a bordo, quien se encargó de responderle a ese otro hombre nuevamente en la misma lengua franca que estaban empleando, a fin de tranquilizar las cosas.

-Puedo garantizarle que tan pronto como el departamento legal nos comunique que todos los antecedentes se encuentran debidamente en regla procederemos a hacer inmediatamente efectivo su derecho de custodia sobre la segunda elegida. Hasta entonces, podemos brindarle un alojamiento apropiado para usted en la ciudad mientras preparamos una residencia más apropiada para usted y su hija, Señor Langley.

-Agradezco sus atenciones, pero no será necesario. Ya tengo hechas reservaciones en un hotel y me quedaré ahí hasta que el derecho de custodia se haga plenamente efectivo.

-Bien. Entonces podemos preparar su futura residencia para los dos.

-Una vez más, vuelvo a agradecérselo aunque, otra vez, aquello no será necesario.

-¿A qué se refiere?-. Cuestiono Gendo por primera vez algo sorprendido, interrumpiendo de paso a su subordinado.

-Como vengo en comisión de servicio, será la rama Alemana la responsable de proporcionar la residencia. Y sobre los gastos, ellos serán asumidos por cuenta de la ONU.

-¿De la ONU dice?-. Pregunto Fuyutsuki.

-Así es. Creo que olvide enseñárselo, pero creo que esto ayudará mucho a que en lo presente y lo sucesivo podamos entendernos mejor-. Dijo el hombre ahora sonriente, mientras le enseñaba identificación diplomática debidamente emitida y visada tanto por dicha Organización como por el gobierno de Alemania. Ello, mientras Gendo y Fuyutsuki la observaban detenidamente por algunos segundos antes de devolverla en silencio.

-Bien, creo que será todo por el momento. Estaré atento a su llamado-. Respondió aquel hombre de forma bastante satisfecha dentro de su seriedad a la par que recibía de vuelta su documentación antes de marcharse de ahí cerrando la puerta tras de sí. Dejando a ese par de hombres solitarios y silentes durante algunos instantes antes que el Vice Comandante se dirigiera a su ex discípulo en el idioma natal de ambos.

-Siempre estuvo presente la posibilidad que el Comité jugaría sucio de sentirse desesperado, pero nunca imagine que fuera capaz de llegar hasta estos niveles.

-Sus fanfarronadas no deben preocuparnos. Por más que pretenda intimidarnos, él nunca fue más que un pobre y triste diablo con demasiadas ínfulas de importancia. Siempre fue un sujeto mediocre que, de no haber mediado fortuitas circunstancias, jamás habría llegado a ser alguien en la vida.

-A estas alturas, deberías saber que desde siempre el mundo ha estado pletórico de individuos mediocres e ineptos cuyo único talento se basa en su inconmensurable e inmejorable sentido del oportunismo. Tan solo eso les basto, nunca necesitaron de nada más para sobrevivir-. Comento el anciano profesor, como si se tratara de una reflexión en voz alta que tenía más bien la apariencia de estar dirigida más hacia sí mismo antes que para su superior.

-La mayoría de los hombres yerra al creer que la selección natural versa sobre la supervivencia del mas fuerte, cuando en realidad trata de la supervivencia del mas apto. Por eso, no es extraño que a veces quien aparenta ser el mas débil sea quien prevalezca, mientras que el imbatible termina cayendo inmisericordemente abatido. Esa injusticia no tiene sentido, a menos que consideremos dentro de la ecuación al sentido de la oportunidad-. Respondió Gendo a la tácita indirecta de su subordinado.

-Y precisamente por ello, deberíamos saber tener a este sujeto bajo control.

-Haremos que el departamento legal se entretenga latamente examinando los papeles de ese sujeto. Eso nos dará el tiempo necesario para que indaguemos en sus reales pretensiones.

-¿Piensa en emplear a nuestro joven especialista en ello?

-Para eso le tenemos aquí. Además, de paso, nos sirve para averiguar más a fondo cuáles son sus verdaderas intenciones.

-¿Y mientras ello se esclarece, que piensas hacer?

-Por ahora solo queda prepararnos para darle el gusto a nuestro recién llegado; que mientras tanto crea que puede hacer y decir lo que se le venga en gana. Después, ya veremos.

___________________________________

-Esto es muy extraño. Ni el Comandante ni el Vicecomandante suelen ausentarse de las supervisiones de pruebas, por triviales que sean, sin que nos den al menos algún aviso previo de ello-. Le comento con cierta extrañeza a Misato la Doctora Akagi, al reparar que ninguno de los mencionados se encontraba encabezando la realización de las pruebas.

-Seguramente tuvieron que ocuparse de algún asunto de última hora muy importante-. Respondió la aludida.

-¡¿Otro más?!

-Así es, tal como lo oye.

-De seguro sabrá esperar en la fila de importantes, como si no tuviéramos demasiadas cosas importantes de las cuales ocuparnos.

-Deberías saber que así es este trabajo.

-En todo caso, muy pronto también tendrás harto trabajo de ahora en adelante.

-¿Lo dice acaso por la pronta llegada del Evangelion 03?

-En parte. Pero también, por algo de lo que me entere más temprano esta mañana.

-¿A que se refiere?

-A que de manera inesperada el padre de Asuka llego de Alemania.

-¿Así es que el señor Langley se atrevió a regresar?

-Así es. Y al parecer, quiere retomar su custodia sobre su hija.

-¿Acaso se lo ha comentado?

-Aún no. Pero supe que más temprano apareció por estos lados a fin de hablar con el alto mando para luego solicitar una entrevista con usted acerca del porvenir de Asuka. Y no se necesita ser demasiado inteligente para intuir cuales son las intenciones de ese hombre. Mas que mal, hablamos de su padre. ¿Qué otra cosa podía ser?

-Tiene razón doctora. Pero si fuere así, ¡¿Vamos nosotros a permitir eso?!

-Todo dependerá de lo que determine en definitiva el Comandante.

-Me temo que esto no va a resultar en nada bueno.

-¿A qué se refiere con ello Mayor?-. Pregunto la doctora al no entender la situación.

-A que es difícil de entender porque este súbito interés para con su hija.

-¿No sería lo más lógico del mundo que esté ella con su padre y que este quiera estar con su hija?

-Claro que debería serlo, solo que en este caso hay que tener presente que Asuka nunca se ha llevado bien con su padre. Y ahora que está en plena adolescencia y mas encima con la responsabilidad de pilotear el Eva y luchar contra los ángeles, en verdad no sé que tan bueno pueda serle eso.

-¿Todo porque vería ahora restringida su libertad por un padre que viene a poner reglas a su vida? Misato, ¿sabes que eso es un conflicto típico de todos los adolescentes del mundo?

-Cierto. Tan solo que no todas las adolescentes del mundo cargan sobre sus hombros con la responsabilidad de pilotear un Eva y exterminar a los ángeles.

-Todavía sigo sin entender sus aprehensiones. De hecho, quizás lo que más necesite la segunda elegida sea una figura paterna. Créame, en verdad esa chiquilla necesita bastante disciplina, así como de alguien que sepa frenar sus excesivos ímpetus.

-Doctora, dudo mucho que un hombre que apenas vio a su mujer enloquecer encontró la excusa perfecta para abandonarla e irse con quien era su amante secreta desde hacía ya varios años pueda calificar en verdad como ejemplo de paternidad. Mucho menos cuando lo primero que hace tras la muerte de su esposa sea llevarse a su hija para encajarla a la fuerza con su nueva familia, como si no hubiera pasado nada en sus vidas. Como puede apreciar, un tipo como ese no creo que sea el más indicado para hacerse cargo de ella.

-Aun así, ese hombre no deja de ser su padre.

-No puedo negar eso. Aun así, no dejo de pensar que alguien con tales antecedentes debería tratar de hacer y merecer algo más de mérito para pretender la tutela.

-Dime Misato. ¿De casualidad quien habla en estos momentos eres tú, o acaso habla la chica traumada por su padre?

-Definitivamente la psicología nunca fue su fuerte.

-No soy psicóloga, y nunca he pretendido serlo. En todo caso, seguramente eso explicaría porque Asuka estaba acá desde tan temprano con una actitud poco usual para ella, como si tratara desesperadamente de evitar algo…

-O a alguien-. Interrumpió la Mayor.

-Si, puedo entender ese punto. Lo que todavía no entiendo es su actitud. En verdad, que este aquí escapando de alguien es algo que podría comprender de alguien como el tercer elegido, pero no respecto de ella.

-Al parecer los pilotos no solo deben ser adolescentes, sino que también deben ser hijos de padres desgraciados-. Dijo Misato con bastante molestia cargada en esas últimas palabras.

-Pues en verdad desconozco tales detalles. Tan solo espero que todos estos abruptos imprevistos no alteren todavía más el cronograma de las operaciones.

-Oiga doctora Frankestein, aunque sea solo por un momento ¿quiere dejar de ser tan inhumana? No hablamos de máquinas autómatas, sino de chicos que están en la edad donde deben definirse a sí mismos mientras pelean una guerra que en principio no les pertenece.

-Y sin embargo les necesitamos si queremos seguir vivos.

-Como fuere, pareciera que para trabajar en NERV es requisito excluyente tener pésimas relaciones familiares.

-¿Lo dice acaso por experiencia?-. Comento Ritsuko en un tono inusualmente irónico, muy cercano al del sarcasmo.

-Por supuesto, basta con revisar su experiencia para corroborar esa hipótesis-. Señalo la aludida, devolviendo el sarcasmo.

-Bien. Creo que será mejor que regresemos nuestra atención a lo verdaderamente importante-. Respondió algo mosqueada la doctora luego de un largo silencio incomodo, ello mientras volvía su atención a los resultados de la prueba. Aunque no sería durante mucho tiempo, por obra de Misato.

-Y hablando de cosas importantes. Hoy día arribará el Eva 03 desde los Estados Unidos, ¿Cierto?

-Llegará mañana cerca del mediodía. Lo recibiremos directamente en el campo de pruebas en Matsushiro. Y desde primera hora he de estar ahí, encabezando los preparativos para llevar a cabo la prueba de activación.

-¿Y cuándo planean llevarla a cabo?

-Si todo sale bien, deberíamos hacerla el lunes en la tarde.

-¿Y al menos tenemos al piloto?

-Así es Mayor. Ya tenemos al cuarto elegido.

-¿Estás hablando en serio?-. Señalo con bastante sorpresa la Mayor.

-Por supuesto. A estas alturas todos los datos y detalles ya debieron llegar a tu oficina.

-Y si ya lo tenemos disponible, ¿Por qué no está realizando la prueba con los pilotos?

-Porque aún no ha sido formalmente presentado.

-¿Formalmente presentado? Vaya, ¿Y desde cuando nos hemos tornado tan protocolares?-. Inquirió con algo de escepticismo Misato.

-Descuide. Él cuarto elegido será presentado una vez que llevemos satisfactoriamente a cabo la activación del Eva 03.

-¿Y al menos conocemos al afortunado?

-Puede que quizás lo conozcamos demasiado bien.

-¿A qué se refiere?-. Preguntó Misato no sin poca inquietud.

-Descuide, lo sabrá tan pronto finalice esta prueba. Pero por ahora puedo decirle una cosa.

-¿Qué cosa?

-Que mañana en la mañana tendrás la oportunidad de conocerlo en persona para que se ponga bajo su mando.

-¿Bajo mi mando en persona? ¡Oiga doctora! ¿Eso significa que yo…?

-Así es Mayor-. Interrumpió la falsa blonda. –Eso significa que usted viajará conmigo a Matsushiro, ya que juntas tendremos que estar presentes para recibir a la unidad tercera-.

-Un viaje de campo el fin de semana, y no precisamente de placer. En fin, supongo que no queda otra opción-. Suspiro resignada Misato antes de hacer un último alcance. – En todo caso, ignoro qué tan buena idea sea el dejar sola a Asuka en estos momentos-.

-Ella estará bien. Además, podrías dejar a Kaji momentáneamente a cargo de los chicos.

-Ni modo, tendré que hacerlo de esa manera. Como fuere, parece que este será otro fin de semana sin descanso para nosotros.

-Pues, cuando tienes el futuro de la humanidad en juego, hasta el descanso dominical se torna un lujo redundante.

-Definitivamente Dios ya no descansará más el séptimo día- Concluyó molesta Misato al darse cuenta que se vendría otro fin de semana sin descanso para ella.

_____________________________

Varias horas más tarde, y una vez finalizadas aquellas maratónicas pruebas, podía verse a una chiquilla que en verdad deseó que el experimento hubiera sido interminable, y no porque disfrutara pasar largas e interminables horas dentro del Evangelion; sino porque en esta oportunidad pudo experimentar la, para ella, extraña sensación de seguridad y confort al estar en su interior. Como si dentro del Eva nada mas importara que ella y su unidad.

Pero aquella ilusión desapareció apenas la prueba concluyó y, muy a su pesar, otra vez tuvo que vérselas de vuelta a la realidad. Ahora, Asuka Langley Sorhyu contemplaba el reflejo de su triste humanidad frente al gigantesco espejo de aquel solitario camerino mientras su mente divagaba hacia atrás, hasta el instante mismo en que todo lo que parecía haber obtenido hubiera sido sacudido por la imagen del regreso abrupto e inesperado a su vida de aquella presencia paterna. Justo cuando finalmente creía haber cumplido su anhelo de probar su valía no solo en la lucha contra los ángeles, sino que para dejar atrás, y para siempre, el recuerdo de esa figura severa y opresiva que nunca significo nada para ella mas que el símbolo de un pasado doloroso; esa figura regresaba. Y le detestaba.

"¿Pero cómo no detestarlo?". Se cuestionó ella para sus adentros. Y motivos para ello no faltaban. Después de todo, ese hombre nunca estuvo ahí con ella ni para ella, y por ello creía que su presencia o ausencia no le importaba. Ello, hasta el día en que mama murió, donde no pasó demasiado tiempo para que el regresara a casa con otra mujer, con la que después supo que había sido su verdadera amante por años; como si su madre y ella nunca hubieran sido de veras significativas. Por esa razón, y desde ese entonces, ella trocó su indiferencia con odio para con ese hombre; el mismo que había realizado el mismo trayecto que hizo ella solo para regresar violentamente a su vida.

Ante esa idea, ella gruño una maldición en su idioma nativo y con furia desgarradora se desprendió raudamente de su traje de conexión, aventándolo brutalmente por los rincones, para así ganarse prontamente bajo la rauda ducha, a fin de que las agudas y punzantes gotas de agua castigaran su desnudo cuerpo por haberse permitido acceder a la debilidad, todo ello mientras estas gotas procedían a confundirse con las lágrimas que rebeldes asomaban por sus ojos develando así la futilidad de su propósito.

Pero luego de pasar demasiado tiempo bajo la ducha, esta fue incapaz de depurar el dolor de aquella pelirroja. Resignada ante esta futilidad decidió, no sin poca dilación, dejarse de tonteras y salir de ahí. Pasara lo que pasara, una vez mas debía sobreponerse al dolor y desafiar la realidad. Debía demostrar una vez mas que gracias a su capacidad podía sobreponerse fácilmente a las adversidades y salir adelante, aun cuando para sus adentros sintiera que ello se tornaba en un objetivo cada vez mas difícil de lograr.

_____________________________

Mientras tanto, en otra parte del cuartel, y tal como había sido advertida, Misato estaba sentada en el sillón de su oficina recibiendo al padre de Asuka en un encuentro desde cuyo comienzo se advirtió tenso y difícil. Y el que dicho encuentro tuviera que realizarse mediante el empleo de una lengua distinta a la que ambos usualmente utilizaban en sus respectivas rutinas, no contribuía en lo absoluto a que dicho dialogo fuera menos áspero.

-Tengo entendido que, de alguna manera que desconozco, consiguió mi dirección personal y, mas aún, se dirigió anoche a mi departamento. ¿Puedo saber cómo consiguió mi dirección y que le motivo a dirigirse allá?-. Partió preguntando marcando cierta molestia aquella mujer.

-Pues, ¿A qué cosa podría deberse?

-No lo sé. Por eso quiero que lo explique.

-¿Acaso un padre no puede ver a su hija?

-No si está bajo mi tutela. Y no he dado autorización para ello.

-¡¿Perdón?!-. Pregunto perplejo aquel hombre.

-Por si lo ha olvidado, NERV tiene la custodia legal de la señorita Langley. Y en tal calidad el alto mando de esta organización me ha encomendado la responsabilidad en exclusiva de su persona tanto dentro como fuera de esta organización.

-Al parecer, veo que usted todavía no se ha enterado.

-¿Y de que tendría que enterarme?

-Que el mando en Alemania revocó dicha potestad y me ha restituido la custodia de Asuka.

-¿Ah sí? Pues todavía no he sido notificada de ello.

-No importa, seguramente la formalidad de la notificación se llevara a cabo prontamente, aun cuando en algunos estamentos de su organización puede que dicha idea no les asiente de la mejor manera. Pero he creído conveniente que desde ya usted se fuera enterando.

-Mientras no vea los papeles auténticos en mano, no tengo porqué creer sus afirmaciones.

-Tengo copias legalizadas de los instrumentos que solicita, por si quisiera examinarlas-. Respondió desafiante aquel sujeto mientras ladeaba su cuerpo para levantar un fino maletín de cuero donde, seguramente, debían encontrarse dichos papeles.

-Ni se moleste en entregarlos, si no se trata de los originales no me sirven. Y si aun así lo fueren, usted sabe muy bien que mientras no sea informada por la Comandancia de esa determinación, el cuidado de Asuka continúa bajo mi cargo.

-Como sea, soy su padre y tengo derecho a verla. Usted no puede negarme ese derecho natural-. Señalo aquel hombre comenzando a escalar levemente la voz.

-Sus derechos paternales no tienen primacía por sobre mis potestades. Hace ya demasiado tiempo atrás que ese tema fue debidamente resuelto como para volver a debatirlo ahora. No lo olvide.

-¡¿Por qué pretende negar mis derechos sobre ella?!

-Le recuerdo que fue usted renuncio a sus derechos.

-Y yo les recuerdo que fueron ustedes los que me obligaron a adoptar tan infame acuerdo.

-No me importan sus alegaciones o excusas, de todas formas le prohíbo terminantemente que se acerque a Asuka o a mi departamento. Si lo hiciere, me veré en la obligación de reportarlo al alto mando y, de seguro, ellos sabrán muy bien que hacer con usted y toda su colección de rimbombantes papeles.

-Usted, así como toda su organización pueden alardear todo lo que quieran. Pero al final, le advierto que no será usted quien termine saliéndose con la suya.

-¿Acaso me está amenazando?-. Cuestiono ahora desafiante la mujer.

-No señorita. Yo no soy como los mafiosos de su organización. Tan solo le advierto para que usted desde ya empiece a darse por enterada. Y en verdad no me importa mayormente lo que pueda decir; al final, sus palabras no podrán contra la porfía de los hechos. Y entonces, cuando ello ocurra, será cuando nuevamente usted y yo hablaremos-. Termino señalando dicho sujeto antes de levantarse de su puesto y encaminarse hacia la puerta para salir de ahí por sí mismo, sin decir ninguna otra palabra.

Una vez que aquel hombre se marchó y escucho sus pasos alejarse de ahí hasta perderse por completo, la rabia de Misato se liberó en forma de un refunfuño.

-"Yo no soy como los mafiosos de su organización. Y no la estoy amenazando", Ughhh… Pero que tipejo mas pedante y desagradable-. Se diría a si misma Misato con una fuerte expresión de ira en su lengua vernácula. Ello, antes de caerse desplomada sobre su silla, mientras miraba el abundante y generoso conjunto de papeles relativos al Eva 03 y al Cuarto Elegido que se encontraban frente a ella ocupando su escritorio.

-Y pensar que todo este show aún está lejos de terminar-. Se dijo Misato suspirando para sí misma, antes de abocarse ahora al estudio y análisis de todos los documentos que debía tener listos para el otro día.

__________________________

Luego de largo tiempo perdido en el interior del camerino de las pilotos, finalmente la segunda elegida salió de allí para transitar, a paso lento y utilizando para ello la ruta más larga posible, perdiéndose deliberadamente por aquellos eternos e intrincados pasillos hasta que finalmente, no pudo evitar llegar a un inmenso hall donde frente suyo estaban las múltiples puertas de los elevadores que debía tomar para subir los niveles necesarios para llegar a la superficie del geofrente y de ahí irse un rato, hacia quien sabe donde, a cualquier lugar donde la llevaran sus pasos; ojala, lo mas lejos posible de allí. Pero antes de acercarse por completo a cualquiera de esos elevadores sintió que alguien no muy lejano la llamaba.

-Asuka.

Para sorpresa de esa muchacha, no lejos de ella se encontraba esperándola de pie el tercer elegido. Una sorpresa que, en principio, no debía considerarse como tal, ya que esos dos casi siempre regresaban juntos al hogar común, por lo que frecuentemente uno de los dos siempre solía esperar al otro. Lo que en verdad sorprendió a esa muchacha fue ver la actitud de Shinji, quien estaba con bastante dejo de preocupación tanto en su ser como en su mirar, como si en verdad él hubiera sido capaz de estar ahí esperando impertérritamente por alguna otra razón distinta a la mera conveniencia o porque así debían ser las cosas. Era esta una idea completamente ridícula y así ella se lo hizo saber con un seco tono de voz.

-Si esperas a la chica modelo pierdes tu tiempo. No está en los camerinos y hace rato que debió haberse marchado.

-No esperaba a Ayanami-. Contesto con inesperada prontitud el muchacho para luego agregar. –De hecho, es mejor para nosotros que no esté-.

-¿Mejor para nosotros dices?-. Cuestiono Asuka con profundo dejo de sorpresa en su voz.

-Así es-. Respondió Shinji con inusitada seguridad en su voz que hasta a él mismo le sorprendió, cuando posteriormente repaso mentalmente la escena en retrospectiva.

-¿Entonces que quieres?-. Procedió a preguntarle con bastante escepticismo la pelirroja.

-Pues, quería aprovechar este momento para hablar.

-¿Hablar? ¡¿De qué?!

-De aquello que te ha estado molestando…

-¿Y de que estaríamos hablando?-. Cuestionó bruscamente la pelirroja.

-Pues, quería saber quién era aquel señor que fue anoche al departamento.

-¿Por qué quieres saberlo?-. Pregunto con agudo interés, como si la curiosidad de Shinji le fuera incomoda.

-Primero porque dejaste entrar a un desconocido, aún sabiendo que está prohibido.

-No era un desconocido-. Respondió la pelirroja con algo de molestia en su voz. 

-¿Entonces quien era?

-¡Eso no te importa! ¿Y que pretendes hacer acaso? ¿Acaso me acusarás con Misato, o me reportarás con tu querido padre?!-. Imprecó ya derechamente hastiada la pelirroja con toda intensión, cosa que pareció lograr a juzgar por la amargura que por momentos se forjo en el rostro del piloto.

-Puede que tengas razón y que en verdad nada de esto me incumba. Pero…-. Intento responder aquel muchacho con cierta amargura por la mención de aquel último personaje. Sin embargo, estaba decidido a no permitirse que tal amargura agriara su disposición y, tras algunos instantes de pausa donde logró armarse de paciencia, logró ignorar aquellas hirientes palabras y suavizar su ser para hacer frente a la aspereza de su contraparte y a continuar, ante el requerimiento de esa muchacha cuyo rostro, sin decir absolutamente nada, demandaba pronta respuesta para la declaración interrumpida de ese muchacho.

-… pero me he percatado que desde hace tiempo que no estás bien y desde anoche creo que estas peor.

-¡Y yo creo que todo eso que dices son solo tonterías!

-Tal vez lo sean, pero sea lo que fuere, eso me preocupa. ¿Qué te paso?

-¡No te importa saberlo!

-¡Claro que me importa! Me importa lo que te pasa.

-¿Y porque te importa? ¿A ver, dime? Porque te importa tanto lo que me pueda pasar-. Le imprecó con no poca molestia esa chica.

-Pues, porque se supone que eso hacen los amigos. Ayudarse cuando lo necesitan.

-Pues no necesito de tu ayuda. Quiero estar sola en estos momentos-. Señalo tajantemente Asuka a su compañero.

-Pero desobedeciste una instrucción y dejaste entrar a un extraño…

-¡Que no era ningún extraño!

-Entonces… ¿Acaso ese hombre es algún conocido tuyo?, ¿Algún familiar, tal vez?, ¿O alguien de tu pasado?-. Inquirió raudamente el tercer elegido.

-¡No tengo por qué contestar eso!-. Arguyo con mas molestia en su voz aquella muchacha. Ello, mientras Shinji suspiraba resignadamente ante la terquedad de su compañera de morada antes de pretender hacerle caso a la pelirroja y marcharse. No obstante, el tercer elegido quiso decirle unas últimas palabras a esa chica antes de pretender largarse de ahí.

-Si te hace sentir mejor, debo decirte que no tengo el mejor concepto respecto a mi padre. Lo detesto y, quizás, puede que en verdad lo odie. A estas alturas, de seguro que aquello debes saberlo bien. Pero aun así estoy consciente que debo tratar de salir adelante y dar día a día lo mejor de mí. No es nada fácil, y ganas de rendirme no me han faltado; pero como están las cosas, creo que no tenemos mas opción que resignarnos a aceptar lo que nos ha tocado; aunque no nos guste el destino que hayamos tenido.

-¿Qué quieres decir con eso?-. Pregunto ahora intrigada la pelirroja muchacha.

-En verdad nunca he sido bueno con las palabras. Pero lo que trato de decirte es que quiero entenderte y quiero ayudarte.

-¡¿Por qué quieres esmerarte en eso?!

-Porque creo que puedo hacerlo. Porque creo poder entender lo que te está pasando.

-Tú no puedes hacerlo, nadie puede…

-Al menos déjame intentarlo…

-¡Ya déjame tranquila!-. Demandaría con agresiva fuerza la pelirroja, lo que demostró abalanzándose con ímpetu sobre el muchacho. Pero en vez de amedrentarle mostrándose como alguien agresiva o amenazadora, Asuka tan solo lograría proyectarse a si misma lastimeramente, a tal nivel que cuando pretendió abalanzarse agresivamente contra el tercer elegido, un mal paso la hizo trastabillar y solo la oportuna reacción del tercer elegido logro sujetarla y evitar que ella terminara yendo de bruces al piso.

El agarre del tercer elegido, que sin ser rudo supo ser firme cuando mas lo necesitaba, sorprendió a esa chica quien en esos momentos parecía sentirse frágil y vulnerable. De ahí que, contra sus pretensiones iniciales, no se separó del sorpresivo e improvisado abrazo brindado por aquel improvisado héroe de su soledad.

-¿Estas bien?-. Preguntaría Shinji ante el silenció formado en aquel lugar luego de tal suceso. Sin embargo ninguna respuesta escaparía de esa chica, exceptuada una levísima sensación temblorosa en el cuerpo de esa muchacha que poco a poco parecía desvanecerse al sentir el calor y el apoyo de aquel muchacho que, sin ser el campeón que quería o esperaba, era el único que estaba ahí presto para ayudarla.

De pronto, aquella chica había perdido el valor para devolver la mirada a aquel que en vez de marcharse tal como se lo había pedido, se quedó a su lado, tal como ella en verdad necesitaba, apoyada en el pecho de ese muchacho sintiendo el latir de ese corazón que desbocado también parecía estar asustado, pero que a pesar de todo permanecía ahí junto a ella a fin de proporcionarle su apoyo y soporte. Como lo expresaban aquellos brazos que aun temerosos procedían a rodearla confortándola y cubriendo su debilidad, la misma que ella siempre pretendía acallar, pero que en esos momentos estaba incapacitada para negar.

Como respuesta ella intento decir algo, en verdad trato de hacerlo, pero las palabras nunca salieron de su boca, desfalleciendo antes de siquiera llegar a ser proferidas. Ante esto, Shinji tomo la iniciativa y, por medio de un ademan, la incentivo a que desistiera de decir cosa alguna y callara; que supiera aprovechar aquel confortante silencio y permanecieran así juntos durante un buen rato. Deseando fervientemente ese muchacho que aquel frágil instante pudiera ser capturado y conservado por una eternidad. Y así sería durante un largo tiempo, hasta que ese muchacho se sintió con el valor de dejar hablar a su corazón.

-No me importa que no puedas o que no te sientas capaz de decirme lo que te pasa. Y tampoco me importa cuánto pretendas negarlo. Quiero que sepas que siempre puedes contar conmigo. Yo voy a estar a tu lado, pase lo que pase-. Afirmo el tercer elegido con una determinación que resultaría inesperada tanto para esa chica como también para ese mismo muchacho. Para ella, porque por primera vez en mucho tiempo sintió que había alguien con quien ya no habría ninguna necesidad de fingir o actuar. Finalmente, parecía haber encontrado de entre todas las personas del mundo a ese alguien con quien podía liberarse y ser ella misma. Para él, porque sin proponérselo había podido confirmar aquella idea que siempre había rondado por su cabeza según la cual, detrás de esa mascarada de orgullo y autosuficiencia que siempre mostraba, se escondía una chica que era propietaria de tantos miedos y temores como los suyos. Solo que hasta ahora no sabía que todos esos miedos y temores eran tan parecidos a los que el mismo poseía. Pero sin saberlo, ese muchacho había confirmado la razón develada durante la jornada anterior y que explicaba el porque no solo podía, sino que también debía permanecer en aquella pesadilla llamada la lucha contra los ángeles, una razón que sobrepasaba con creces a las débiles razones que hasta ese momento había buscado y colectado para permanecer constante y no huir de ahí a la primera oportunidad que se le presentara.

Así en silencio, los dos jóvenes permanecieron juntos durante algunos instantes mas antes que ella rompiera esa improvisada unión y se incorporara con inesperado nerviosismo en su ser. Ante la visión de una Asuka confundida, aquel muchacho tan solo sonrió, mientras que ella intento recobrar la compostura tan rápido como le fuera posible.

-Creo que será mejor que vayamos de vuelta a casa. ¿Qué te parece?-. Pregunto con cierta timidez el tercer elegido.

-Pues, creo que estaría bueno. Después de todo, ¿Qué otra cosa podríamos hacer aquí?-. Contestó la chica con un brillo en los ojos y una leve sonrisa en sus labios los que develaban que algo había cambiado en ella para mejor. Como si toda la ira y confusión hubieran dado paso a la serenidad y la aceptación. Al verla así, Shinji experimentó todavía más seguridad tanto en sí mismo como en el rumbo que podían empezar a tomar las cosas para ambos. Fue así como, sin necesidad de decirse mas nada, ambos presionaron conjuntamente el botón del ascensor y esperaron pacientemente su llegada mientras disfrutaban el uno al otro de la mutua y silente compañía.

Sin embargo, y lo que Shinji ignoraba, es que su lucha bien podía haber comenzado demasiado pronto; mucho antes de lo él hubiera deseado. Cuando, una vez que los dos habían salido de las instalaciones del cuartel central para emprender conjuntamente los rumbos hacia su morada común, se vería lejos de su alcance a un desconocido hombre mayor observando por medio de unos discretos binoculares a ese par caminando juntos despreocupadamente por las afueras del cuartel. El mismo que la noche anterior se había aparecido abruptamente en el departamento de Misato y que ahora aparecía acompañado de otra desconocida presencia masculina.

-De seguro ese ha de ser el llamado tercer elegido-. Le señalo a ese adusto señor esa otra presencia quien, a juzgar por su voz y porte, era mucho mas joven.

-Pues así parece ser-. Respondió aquel señor.

-Vaya. Pensaba que el caso de la segunda elegida era excepcional. Parece que efectivamente los pilotos deben tener edades cercanas a los quince años. Seguramente debe ser una equivocación.

-No lo es. Ya se ha comprobado que su rango etario es el necesario para pilotear.

-En verdad parece ser un simple mocoso…

-Tal vez. Pero si nuestros informes son correctos, ese mocoso podría convertirse en un obstáculo. Máxime si consideramos sus antecedentes.

-Y si consideramos además lo bien que parece estar llevándose él con ella-. Comento el joven, comentario que al parecer no cayo para nada bien en ese señor.

-Eso es otra cosa que no me gusta.

-Bien. Pero por ahora solo nos queda esperar. Al menos, hasta que nos sea ordenado lo contrario, ¿No es así?

-No será por mucho, una vez que los asuntos dejen de dilatarse, entonces arreglaremos las cosas y pondremos todo en su lugar-. Terminaría de sentenciar ese adusto caballero, mientras abandonaban sus puestos y subían a un vehículo sedan oscuro en el cual harían discreto abandono de aquellas instalaciones para perderse rumbo hacia destinos ignotos.

____________________________

Mientras estos sucesos acaecían en el geofrente; en la superficie, por las calles de la ciudad fortaleza se veía a un chico deambular errantemente, sin considerar nada de lo que había a su alrededor. Su mente abstraída tan solo repasaba una y otra vez lo acaecido en la dirección de su secundaria.

Flash-Back:

Una blonda mujer se había presentado ante él como jefa científica de NERV señalando que tenía algo muy importante que decirle. Y aunque estaba algo inquieto por la seriedad con que dijo sus palabras, de alguna manera seguramente motivada por el largo silencio que se había formado, aquel muchacho finalmente logro recolectar la suficiente entereza "o estupidez", como para hacerle con tonalidad seria y algo pedante, una pregunta desafiante.

-Dice que tiene algo importante que decirme. Y bien ¿Que sería?

-¿Impaciente?-. Respondió la mujer a la desafiante inquietud de ese joven.

-Pues no voy a mentirle, no me está gustando esta situación.

-Dado que así están las cosas, me parece bien que dejemos las formalidades a un lado y vayamos derechamente al grano-. Señalo la científica mientras dirigía su atención hacia un portafolio de donde extraería una carpeta con datos para dejárselos a su disposición.

-¿De qué se trata esto?-. Preguntaría el muchacho apuntando hacia la carpeta, sin abrirla.

-Veamos: Touji Susuhara. Japonés, sexo masculino, edad: catorce años, sin prontuario ni antecedentes legales, alumno del curso 2-A de la primera escuela secundaria de Tokio-3. Hace algunos meses ingresaste de forma no autorizada al interior de una unidad Evangelion piloteada durante el transcurso de una de las batallas a fin de ser rescatado, poniendo así en riesgo el desarrollo de toda esa operación de combate. ¿Ese eres tú, cierto?

-Pues claro que soy yo-. Respondió el muchacho ya definitivamente molesto por esta situación, así como por los rodeos en que estaba incurriendo la mujer.

-Por si no lo sabes, lo que hiciste en aquella ocasión fue una acción completamente ilegal debiendo haberse iniciado por ello procedimientos tanto administrativos como, incluso, legales. De hecho, hasta consideramos seriamente iniciarlos.

-¿Ah sí? Pues no se ofenda señora, pero tengo entendido que la ley no permite demandar a menores de edad. Además, creo que ese hecho sucedió hace ya bastante tiempo, ¿no es así?-. Respondió el muchacho a la doctora en un gesto que no le gusto en lo absoluto, pero que decidió dejar pasar debido a que intuía que muy pronto ese joven engreído se vería forzado a tragarse todas y cada una de sus palabras.

-Te equivocas, tenemos las herramientas necesarias para procesarte, si así lo quisiéramos.

-Entonces, ¿Que detiene a su "poderoso equipo legal" de demandar a un simple mocoso?-. Insistió desafiante Touji a esa mujer que ya le estaba comenzando a caer muy mal.

-Si todavía no hemos llevado a cabo ninguno de los procedimientos legales es únicamente porque hemos descubierto algo muy interesante que puede ser conveniente tanto para nosotros como, especialmente, para ti.

-Bien ¿A qué se refiere?-. Pregunto incrédulamente ese muchacho.

-Aquella vez que ingresaste al Eva 01 tu intromisión debió haber provocado la completa imposibilidad del piloto para seguir manejándolo. Pero para nuestra sorpresa las alteraciones provocadas por tu intromisión resultaron ser bastante menores a las esperadas. Y ese antecedente puede resultar de gran utilidad tanto para ti como para nosotros, siempre y cuando estés dispuesto a colaborar con nosotros.

-Insisto, ¿De qué podría servirles?

-En palabras simples, y en vista de tu potencial, queremos que seas desde ahora el piloto de una nueva unidad Evangelion.

Apenas terminada esa mención, el muchacho esbozo una ligera sonrisa que pronto avanzó hacia una risa sardónica que profería mientras negaba con la cabeza, dejando con algo de intriga a esa mujer.

-¿Qué es lo gracioso?-. Pregunto la facultativa. Mientras que, por su parte, aquel muchacho siguió riendo durante un buen rato antes que él respondiera, ante la mirada ya fastidiada de aquella mujer.

-¿Sabe señora? Creo que pierde su tiempo. Usted está hablando con la persona equivocada.

-Te equivocas, sé bien con quien estoy hablando-. Le respondió muy seria, pero aun sin entender a razón de que se trataba la risa de aquel joven engreído.

-¿Sabe?, no fui el único que entro esa vez al Eva. Había además otro muchacho. Alguien que, seguro, estaría más que dichoso de ser piloto.

-Eso ya lo sabemos; así como también sabemos de quien hablas. Pero todos nuestros análisis han sido inequívocos. Tú eres mejor candidato a piloto que ese otro muchacho.

-De todas maneras, creo que tendrán que conformarse con llamarlo.

-¿Y porque tan seguro de esa determinación?

-Porque no estoy dispuesto para ser piloto de ese armatoste al que llaman Evangelion. ¿Lo entendió? No pienso prestarme para ser su conejillo de indias.

-En verdad es una lástima que tengas esa determinación. Todos los indicios indican que tendrías un buen futuro como piloto. Ello sin contar con los beneficios que obtendrías.

-No insista señora. Tendría que estar yo demente para subirme a esa cosa.

-Descuida, para esto no es necesaria la demencia-. Diría Ritsuko mientras abría la carpeta y extraía un juego de documentos para ponerlos sobre la mesa-. Solo necesitas firmar esta escritura y aceptes pilotear. Y a cambio podemos arreglar muchas cosas favorables para ti-.

-¿Y que podrían ofrecerme? ¿Mejorarán por arte de magia mis calificaciones? ¿Me garantizarán alguna beca para la educación superior? ¿O me dirán que su staff de abogados se olvidaran de mí? ¿Pues sabe qué? Puede tomar tranquilamente su contrato y metérselo bien hondo en buena parte, ahí donde nunca brilla el sol. ¡¿Me escucho?! ¡No me interesa!-. Termino fuertemente desafiante ese muchacho, levantándose de esa silla prestó para salir de ahí, sin esperar en lo absoluto la respuesta de la doctora.

-En realidad pensaba en ofrecerte algo mucho más concreto, algo que en verdad sabrías apreciar. Algo como, por ejemplo, mejorar la situación de tu hermanita. Sakura, creo que es su nombre, si la memoria no me falla ¿no es cierto?-. Terminó de señalar con toda intensión la falsa blonda. Todo ello, mientras aquel muchacho quedo estático en su sitio, esperando dar vuelta a la perilla de una puerta que jamás llegaría a abrirse.

Ante la mención de ese nombre, el ser de ese chico se tensó mientras su semblante se alteró profundamente. Y aunque no podía verlo, una leve sonrisa asomo por el rostro de Ritsuko al constatar que había dado con la tecla correcta.

-¡¿Qué tiene que ver ella en todo esto?!-. Preguntó profundamente intrigado el muchacho acerca de esto, sin darle la cara a esa mujer.

-Hemos tomado conocimiento que ella resulto gravemente lastimada durante la primera batalla. Y también sabemos que prácticamente eres el único que te preocupas de ella yendo a verla debido a que tus padres poco tiempo pueden pasar con ella a causa de sus trabajos, precisamente para costear los onerosos gastos de rehabilitación que necesita...

-¡Gastos que tuvimos que asumir por algo de lo cual no teníamos culpa!-. Interrumpió violentamente el interpelado. -¡Gastos por los cuales ustedes deberían responder! ¡Fue su culpa que ella saliera lastimada!

-Y precisamente por ello te ofrecemos esta ayuda. Que incluye completo reembolso retroactivo de absolutamente todos y cada uno de los gastos médicos de tu hermanita, más una generosa indemnización extra por todas las molestias. Además de su inmediato traslado a las dependencias hospitalarias de NERV donde recibirá tratamiento médico de vanguardia a cargo de un equipo médico multidisciplinario del mas alto nivel sin costo para ti o tus padres. Y finalmente, un generoso estipendio mensual que permitirá que tus padres ya no necesiten trabajar todo el día para mantener el hogar. Todo esto podemos hacerlo de inmediato, tan solo necesitamos que nos colabores.

Ante el silencio de ese chico que parecía prolongarse más allá de lo recomendable, aquella científica adoptó un semblante más serio en su voz para decirle a ese dubitativo muchacho. -¿Qué dices? ¿Insistirás en que nos olvidemos de esto y llamemos a tu amigo? ¿O podemos contar contigo'-. Cuestiono la mujer mientras volvía a hacer ademan de entregarle a ese muchacho aquel formulario preimpreso por el cual este aceptaba convertirse en piloto de una unidad Evangelion, ello mientras veía como volteaba todo dubitativo el mismo muchacho altanero de hacia solo segundos atrás. Formulario que ese muchacho cogió con un leve temblor en sus manos que reflejaban la difícil disyuntiva a la cual estaba en esos momentos sometido.

-Es muy fácil, no hay necesidad de pensar demasiado. Tú nos ayudas y nosotros te ayudamos. Así de simple-. Concluyo aquella mujer mientras le facilitaba un elegante bolígrafo, a fin de que este plasmara en el papel la voluntad que ellos esperaban.

Con angustia, miedo y con una apenas disimulada furia lo impensado sucedió de manera tan rauda que fue difícil creer que en solo un par de segundos toda la tensión acumulada desapareciera del ambiente de aquella sala. Todo gracias a la rauda y profunda marca que en una simple rúbrica estampó ese joven, sellando desde ese instante su destino.

-Felicitaciones Touji Susuhara. A partir de ahora eres parte de NERV-. Señalo la doctora con una satisfacción impostada en su voz que, a pesar de todo, no disimulaba la dicha de haber conseguido su cometido; todo ello mientras terminaba de examinar el documento para reincorporarlo en la carpeta. Y mientras hacía aquello, aquel muchacho comenzó a sentir dentro de si un gran vacío y una horrible sensación. Como si en lo más profundo algo le gritaba que había acabado de cometer el peor error de su vida.

Final del flash-back.

Un fuerte y abierto grito de maldición dirigido tanto a NERV como a su debilidad profirió aquel muchacho en medio de la soledad que había a su alrededor; grito que lanzo al recordar el instante en que, abandonando todas las convicciones que animaban su voluntad, firmo aquel documento en el cual había entregado su vida a manos de NERV. Ello mientras sentía su temblorosa alma desfallecer entre medio de la calle, lo que le obligó a aferrarse a un poste cercano para mantener dentro de si las pocas fuerzas que le quedaban. Aun así no dejaba de sentirse destrozado por dentro al punto de sentir profundas ganas de llorar. Pero no podía permitirse flaquear, menos ahí en frente de las eventuales presencias escrutadoras de las otras gentes. Por eso aquel muchacho huyo raudamente de ahí a fin de abandonarlo todo y perderse a algún lugar donde pudiera liberar esas tensas emociones que amenazaban con descontrolarse y desatarse ahí a la vista de todos. Fue así como corrió cual errática anima penitente por una larga eternidad hasta que la confusión y el dolor de su mente fueron sobrepasados por el cansancio que le hicieron detenerse sobre si mismo, adolorido y confundido al percatarse que había llegado a un sitio desconocido y aparentemente abandonado, donde lo único que se veía eran cuadras amplias e infinitas de tristes y monótonas edificaciones en bloque, cual de todas ellas mas derruida y decadente.

Ante este panorama, el chico intento deshacer el largo y agotador camino emprendido. Pero por mas que avanzaba, el panorama permanecía inmutable siguiendo esa muerta y vacía calle infinita que ascendía lomajes para luego descender siguiendo un tedioso ciclo que parecía interminable. Fue entonces cuando Touji se dio cuenta que andaba perdido sin saber de dónde había venido o hacia dónde ir.

Luego de quedarse detenido sin saber que hacer, reparo que no muy lejos de ahí había una esquina y, al llegar, vio una calle un poco mas empinada que las anteriores por la cual se encontraban las que parecían ser las mas derruidas de todas esas edificaciones. Tal vez, si subía por esa calle llegaría a alguna cima donde vislumbraría una panorámica de la ciudad y, quizás, podía orientarse para regresar. En verdad no parecía dicha ocurrencia ser una muy buena idea después de todo, pero las alternativas posibles eran eso, o quedarse perdido dentro de ese barrio que no parecía ser de los mejores.

Resignado, el muchacho pretendió subir aquella empinada calle. Pero antes de avanzar siquiera un paso, el implacable silencio que había en los alrededores se quebrantó por el sonido que delataba la llegada de otros tenues pasos que se acercaban. Y al voltearse para descubrir de quien eran esas pisadas, mayúscula fue su sorpresa al reconocer que estas pertenecían a una de sus compañeras de escuela quien, además, muy pronto lo sería también de labores. De ahí la perplejidad en su voz cuando la menciono.

-¿Ayanami?

Por su parte, la aludida no contestó. En vez de ello levantó ligeramente la mirada a fin de contemplar a aquel errático muchacho durante algunos segundos antes de romper el hielo con una pregunta en principio nada de extraña, salvo por el hecho de quien preguntaba parecía alguien poco dado a hacerlas.

-¿Qué haces?

Ante esa interrogante el intentó esbozar respuesta. Sin embargo, conforme pasaron los segundos y dado que ninguna respuesta plausible asomaba por su cabeza, se limitó a responderle mediante otra pregunta algo confusa de su parte.

-Pues sabes, en verdad esa es una muy buena pregunta. ¿Qué demonios hago aquí?-. Dijo con un fuerte dejo de resignación dirigido mas para sí mismo que para su contraparte.

Al pronto entender que no tendría respuesta, ella se apartó un poco y lentamente comenzó a retomar su camino. "Quizás, eso sea lo mejor", pensó el nuevo piloto. Pero la desesperación que le embargaba pensaba diferente, y no pasaron muchos segundos antes que esta obligara al muchacho a pedirle a gritos a esa muchacha.

-¡Espera!

Los pasos de la chica se detuvieron y en silencio volteo su presencia para observarle y, luego, preguntarle.

-¿Puedo decirte algo extraño?

Ante el hecho que la aludida no le respondiera directamente y solo se limitara a hacer un levísimo ademan de asentir ligeramente con su cabeza, el chico contesto. –Lo que voy a decirte puede parecerte extraño, y es que en verdad me encantaría saber cómo fue que llegue hasta aquí… pero no lo sé. En verdad no lo sé-.

-¿Por qué dices eso?-. Preguntó Rei, sin comprender aquella respuesta.

-Porque en verdad no se bien que rayos hago aquí.

-¿Estás perdido?-. Volvió a preguntar ella sin entender todavía.

-En verdad me gustaría estarlo. Al menos, podría tratar de arreglármelas para salir de esto-. Diría el chico en un pensamiento triste dirigido más para sí mismo que para esa extraña chica, cosa que la impactaría por la brutal honestidad que parecía haber tras esas palabras.

-¿Qué te preocupa?-. Volvería a preguntar esa muchacha para sorpresa de ese muchacho, quien en su secreta desesperación comenzaba a tener el anhelo, o quizás le pareció tener la impresión, que en esos instantes ella era menos fría e indiferente de lo que siempre había aparentado. Eso normalmente hubiera sido un motivo de perplejidad para el nuevo piloto, pero las preocupaciones que ocupaban ahora los pensamientos de Susuhara eran demasiado agobiantes como para que reparara con el detenimiento correspondiente las implicancias que podía significar aquellas locas ocurrencias. En su lugar, el chico solo atinó a decir lo único que pudo venir a su mente.

-Sea como fuere, debo salir de aquí-. Señalo el muchacho visiblemente incomodo, mientras hacía el ademan de retomar el rumbo que pretendía tomar, como si este pudiera en verdad llevarle hacia alguna dirección.

-¿Por qué me evitas?-. Pregunto algo desconcertada la joven muchacha.

-No es eso. No te estoy evitando. Es solo… es solo que…-. Intentó explicarse el muchacho, aunque al final tan solo consiguió complicarse y tensarse todavía mas hasta que finalmente dicha tensión comenzó a resultar notoriamente evidente en el ser de ese chico. Y cuando esta tensión terminó tornándose en inevitable, fue cuando el muchacho rompió su ya debilitada coraza y lo hizo al tenor de una demorosa y dubitativa pregunta que ese muchacho apenas pudo formular.

-Rei ¿Puedo hacerte una pregunta?-. La aludida por su parte se limitó a responder asintiendo con su cabeza.

-¿Qué te motivó a pilotear el Eva?

-No entiendo tu pregunta-. Respondió aquella chiquilla, para quien pilotear el Evangelion era la cosa más natural del mundo.

-Pero de seguro algo debió motivarte para subirte a ese armatoste-. Intento proseguir de manera algo dubitativa el muchacho.

-Es mi deber-. Argumento ella serenamente aún sin entender porque debía tener alguna razón para subirse al Eva. Nunca había experimentado la necesidad de una razón para ello; aunque quizás debía de existir alguna. Después de todo, ya en una ocasión Shinji le había comentado sobre aquello y, si la memoria no le fallaba, también había escuchado algo parecido de labios de la segunda elegida.

-¿O sea, subes al Eva solo porque es tu deber?-. Cuestiono incrédulo ese muchacho, a lo cual la peliazul respondió simplemente asintiendo con la cabeza.

"A quien tuve la genial idea de preguntarle". Murmuro descorazonado aquel chico empleando un tono que, sin embargo, fue percibido por ella y que la motivaron a cuestionar las intenciones del muchacho.

-¿Por qué tus preguntas?

-Por nada-. Dijo bruscamente Touji, tratando de dar por finalizado aquel intento de conversación. Pero antes de siquiera pensar en marcharse, Rei le interrumpiría haciéndole sin querer a ese chico la pregunta clave.

-¿Es sobre el Eva, no es cierto?

-¡¿Cómo lo supiste?!-. Señalo asombrado y algo asustado luego de algunos segundos aquel muchacho, sin darse cuenta en esos instantes que resultaba más que obvio que, con todo lo que le había hablado, fácilmente podía haberlo deducirlo.

-¿Por qué quieres saber sobre el Eva?-. Volvió a inquirir la chica.

-Ehhh… simplemente por curiosidad-. Intentaría él disimular todo nervioso, esfuerzo que muy prontamente se revelaría como inútil cuando la seria e imperturbable mirada de ella pareció develar el poco crédito que daba a su afirmación.

-Nunca pareció interesarte lo relativo al Eva.

-Bueno, puedo cambiar de opinión ¿no es así?

-¿Qué relación tiene el Eva con que estés perdido?-. Preguntó ella aun sin entender.

Algo bajo, apenas inteligible alcanzo a mascullar aquel muchacho antes de alzar un poco mas la voz para responderle con no poca hosquedad a la peliazul. -Definitivamente fue una mala idea preguntarte. En fin, supongo que debo hallar por mí mismo como salir de aquí-.

-¿A dónde irás?

-Lejos de aquí, ¡Hacia cualquier lugar que no tenga nada que ver con el estúpido Evangelion!-. Dijo ese muchacho mientras se alejaba corriendo velozmente varios metros antes que su ímpetu se calmara y se diera cuenta que no importaba en lo absoluto hacia donde pretendiera huir, de todas maneras no dejaría de estar perdido. Esta situación no dejaba de ser acuciante, máxime si al alzar su mirada hacia el cielo comenzaba a advertir que su clara tonalidad azul ya comenzaba a transitar hacia tonalidades más ambarinas. Definitivamente no podía continuar perdido en ese barrio poco recomendable, menos cuando la luz del día parecía pronta a irradiar sus últimos brillos. Resignado, e intuyendo que podía estar tomando una ruta equivocada, Touji devolvió la mirada hacia atrás, como si el deshacer sus pasos le permitiría recuperar la senda perdida. Pero dicha intencionalidad se vería contrariada al ver tras suyo a Rei quien, para su sorpresa, aún estaba allí. Como si estuviera esperándole o si, de alguna manera, hubiera intuido que todo terminaría de esta forma. Sea como fuere, aquel muchacho lentamente deshizo los pasos dados y reharía su camino hasta volver casi al mismo punto del cual había antes escapado. Y cuando ello aconteció, de inmediato supo que por mas fuerte que el corriera no conseguiría escapar de su realidad. De ahí que, con profundo pesar en el timbre de su voz, volvió a formular a aquella pálida presencia silente un requerimiento cada vez mas dubitativo.

-En verdad no sé como decirlo, pero tengo algo que necesito decírselo a alguien, o de lo contrario terminaré volviéndome loco.

-¿A que te refieres?-. Pregunto con no poca extrañeza esa chica.

-A algo que jamás de los jamases podría comentárselo a Asuka, nunca me creería, menos me escucharía. Y en verdad no me siento con el valor para preguntárselo a Shinji. Aunque sé que me perdono por lo de la vez aquella en que lo golpee injustamente. Aun así, o quizás precisamente a causa de ello, no me atrevo a preguntarle. Quizás, no quisiera preocuparlo con todas estas cosas que quizás no son mas que tonterías-. Diría el afligido muchacho ensayando una sonrisa triste ante una chica que, sin decir nada, parecía expresar un ligero dejo de preocupación en su mirar. Dejo que pasaría a ser mas manifiesto cuando el intento de sonrisa del chico prontamente desapareció de su rostro mientras se atrevía a dirigirse abiertamente a ella.

-Por ende, creo que solo me quedas tú para que puedas ayudarme con esta maldita ansiedad que me carcome. Sé que nunca hemos sido amigos ni nada por el estilo, y también sé que no está bien que te pida ayuda cuando apenas hemos intercambiado palabra alguna en todos estos años. Pero en verdad yo necesito, yo te pido que, por favor, tú me ayudes.

-No… no te entiendo.

-Dime Rei, ¿Cómo es ser piloto de un Eva?, ¿Qué se siente?, ¿Y como es que funcionan esas endemoniadas cosas?-. Preguntó un nervioso Touji, ya casi al punto de desfallecer. 

-¿Por qué quieres saber eso?

-Porque me ofrecieron ser piloto de Eva. Y aunque no quería yo, yo… yo acepté. Y acepté con miedo. De hecho, tengo miedo. En verdad tengo mucho miedo. Tengo tanto miedo como ni siquiera te lo puedas imaginar ¡Como nunca antes en mi vida!-. Terminó casi gritándole con desesperación a la peliazul aquel muchacho, al borde de las lágrimas. Tomando de sorpresa a esa chica que no sabía que podía hacer por ese muchacho, cuyo sufrimiento ya no podía resultarle indiferente.

________________________________________

Continuará…

________________________________________