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Ruptura.

Con una profunda decepción que era ampliamente reflejada en su pecoso rostro, podía vislumbrarse a una solitaria jefa de clase quien había salido de la escuela caminando en dirección a cumplir en solitario un deber encargado por sus maestros. Pero en esta ocasión poco le importaba ya a ella el cumplimiento de dicho cometido. De hecho, dicho encargo en realidad no había sido más que una estratagema que había ideado para estar mas cerca de su compañero de clase. Una que parecía imposible de fallar. Y sin embargo, lo hizo.

Mientras caminaba por aquellas calles desiertas y empinadas, Hikari no dejaba de repasar una y otra vez en su cabeza los detalles de todo lo acaecido después que Touji regresó al aula, donde ese muchacho no parecía ser para nada el mismo que había visto hacia tan solo unos pocos instantes atrás. En su lugar, el chico que vio entrar al salón era completamente diferente; pálido y demacrado, como si hubiera sido devastado en el interior de su ser mientras aparentaba estar blindado con una extraña coraza de total ausencia emocional, poco característica en él. Como si de un momento a otro ese chico hubiera sido abstraído completamente de la realidad ignorando por completo a todo y a todos, incluyéndola a ella. Y eso la preocupaba profundamente, al punto de experimentar dentro de sí un profundo dolor con cada paso que brindaba al rememorar el cómo terminaron las cosas.

Flash-Back:

La clase correspondiente a la jornada vespertina ya había empezado cuando la puerta del aula se abrió bruscamente a fin de dejar entrar a Susuhara, quien parecía mucho mas serio que de costumbre.

-Lamento llegar tarde profesor-. Se disculpó aquel alumno en una actitud demasiado respetuosa, algo poco usual en aquel estudiante, quien usualmente tenia maneras algo mas toscas de expresarse.

-Descuide, ya había sido advertido que se presentaría más tarde-. Respondió el viejo maestro.

-Profesor. Desde la dirección dijeron que debía entregarle esto para que lo revisara-. Señalo Touji mientras le entregaba un sobre sellado con el membrete característico de la dirección.

-Muy bien. Puede regresar a su puesto-. Ordeno el maestro mientras ajustaba la distancia de sus anteojos antes de abrir el sobre dándole primero una rápida lectura y luego, una más detenida. Ello, antes de respirar hondo y llamar al recién ingresado.

-Susuhara.

-¿Si señor?

-Puede usted tomar sus cosas y retirarse-. Diría el maestro a la vez que firmaba el documento adjunto que venía en el interior del sobre. Ello mientras el aludido en silencio tomaba su maletín escolar para guardar raudamente sus cosas dentro de el; todo ello mientras el resto de sus compañeros observaba con silente incredulidad la extraña fortuna que aparentemente había beneficiado a ese chico. En especial la delegada de clase, quien le deslizó al aparente afortunado una susurrante interrogante.

-¿Pero qué te paso?

-Nada que en verdad importe-. Respondió de forma tajante. Máxime si se considera el timbre empleado, uno excepcionalmente frio que el nunca antes había utilizado con nadie, menos con ella.

-Pero que paso con el encargo.

-Jefa de clase, tendrás que encargarte sola de el-. Sentencio abstraído y sin miramientos ese muchacho a la par que tomaba su bolso y salía de ahí.

-¡Espera!-. Grito Hikari levantándose de su puesto, esperando así retener aunque fuera por un instante la atención de su compañero, mientras olvidaba por completo que se encontraba en medio de la clase. Pero todo fue inútil. Sin miramientos Touji abandonó aquel salón y ella terminaría quedando ahí de pie, con su corazón expuesto a todas las observaciones, así como a los cada vez mas indisimulados cuchicheos que se desataron con mayor fuerza en aquella aula, mientras el maestro infructuosamente intentaba imponer orden en aquel salón que, a esas alturas, había devenido en un incontrolable pandemónium.

Final del Flash-Back.

De manera automática, dado que en lo mas hondo de su ser aún estaba profundamente desilusionada por como terminó esa situación que había comenzado de forma prometedora, fue que Hikari finalmente arribando a la puerta del departamento de Rei Ayanami. En verdad, ya no tenía ánimo alguno de entregar el boletín escolar, mucho menos de entablar conversación o dialogo con alguien; sobre todo si ese alguien se trataba posiblemente de la chica mas rara que hubiera conocido jamás.

Sea como fuere, debía cumplir los deberes y mantener las apariencias, por lo que la delegada se armó de valor antes de tocar el timbre que estaba junto a la puerta, ignorando que desde hacía ya largo tiempo que este no funcionaba. Al no recibir respuesta, la delegada volvió a intentarlo una y otra vez con cada vez mayor desgano, ello hasta que finalmente se dio cuenta que por mas que tocara nadie contestaría.

Fue así como, sin ánimo para nada mas, cogió el boletín y forzosamente lo encajó de mala manera en el ya mas que saturado buzón de correspondencia para luego largarse raudamente de aquel lugar que le parecía cada vez mas gris y depresivo, sin importarle ya en lo absoluto si la destinataria alguna vez repararía en dicho informativo entre tantos avisos y cartas que atoraban aquel buzón.

Después de todo, y a esas alturas, para la pecosa muchacha de coletas ya nada le importaba.

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Ya más tarde, siendo de noche, los dos pilotos que moraban en la residencia Katsuragi se encontraban solos. Originalmente Kaji debía quedarse cuidándolos hasta que regresara Misato. Sin embargo, no transcurrió demasiado tiempo desde su llegada antes que su tutora llamara para avisar que llegaría más tarde. Por su parte, Kaji tuvo que ausentarse justo poco después de terminar la cena, aduciendo que estaba imposibilitado de quedarse con ellos debido que tenía que trabajar muy temprano al día siguiente. Por ello, y pese a las múltiples insistencias hechas por Asuka en tal sentido, aquel hombre se marchó. De ahí que ambos estuvieran en esos momentos solos en su departamento, ella viendo los mas recientes clips musicales de moda exhibidos en uno de los múltiples canales temáticos de suscripción que tenían en aquel hogar. Shinji, por su parte, no había tenido más opción que levantar la mesa y retirarse a la cocina para limpiar la vajilla usada en la cena. En principio, nada diferente de lo que se había transformado en la rutina normal de aquel departamento desde hacía ya bastante tiempo. Sin embargo, tal convencionalidad estaría a punto de cambiar cuando, de imprevisto, el timbre sonó.

-¡De seguro ha ser Kaji, quien cambio de idea!-. Diría la chica pelirroja con gran entusiasmo, levantándose presta dispuesta para recibir de vuelta al hombre de coleta. Todo ello mientras en la cocina Shinji sonreía para sus adentros por tamaño esfuerzo de atención hecho por Asuka; ya que, de no haber sido así, ella nunca se habría dignado a levantarse y tendría que haberse visto forzado a efectuar un aro en sus deberes para atender aquel llamado.

Sea como fuere, Asuka se dirigió a abrir la puerta. Pero en vez de encontrarse con el hombre a quien ella tanto anhelaba, vería frente de ella a un hombre de porte imponente y estiloso vestir sobrio; quien ya estaba entrando en una edad madura, lo que era delatado por su cabellera rubia algo descolorida y unas leves e incipientes arrugas que comenzaban ya a formarse cerca de sus ojos. Expresiones que eran acrecentadas gracias a la severidad de su rostro que impactó profundamente a esa muchacha, al punto de dejar su sorprendido rostro petrificado mientras su voz de súbito pareció negarse rotundamente a salir por causa de la sorpresa de reconocer frente a si al propietario de aquel rostro; el mismo al cual ella, luego de dubitativos esfuerzos, finalmente consiguió denominar por el nombre que le dio desde la primera vez que le vio, nombre que prodigó en el mismo idioma primitivo que le enseñaron en su más tierna infancia.

-Padre.

-Gusto en vernos-. Le respondió en idéntico idioma extranjero. Una respuesta que la muchacha no supo corresponder.

-¿Puedo pasar?-. Volvió a inquirir ese sujeto, empleando un tono muy lejano al de una solicitud o un permiso, no obstante el tenor aparente de las palabras empleadas. Uno que descoloco a esa chica, quien inconscientemente hizo espacio bajo aquel umbral para dejar pasar a aquel hombre quien en completo silencio ingreso en aquella morada.

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Mientras la puerta de ese departamento violentamente se cerraba, en otro lugar mucho más lejano y hondo, un hombre de coleta pasaba otra larga jornada nocturna hurgando una vez más en los recónditos antecedentes de los sistemas de NERV.

No habían sido estos originalmente sus planes; pero repentinamente aquellos debieron alterarse cuando recibió durante la cena un discreto mensaje de texto que, luego de decodificarse mediante una aplicación especializada, le permitió descubrir que, tal como teorizó la noche anterior con Carol, efectivamente algo o alguien más estaba de alguna manera interviniendo en la situación que investigaba. Por lo que necesitaba saber que o quiénes eran aquellas figuras que podían pasar por encima de NERV. Hasta el momento sabía que, fuera de todo lo que prescribieran los respectivos reglamentos, el único ente que verdaderamente estaba en condiciones de ocupar ese sitial era una entidad difusa que respondía al estrambótico nombre de "Consejo para el Proyecto de Instrumentalización Humana". Una pomposa denominación que era brindada a un selecto y reservado comité que, por lo que había podido averiguar, agrupaba a los responsables de encabezar el desarrollo de un plan de evolución artificial que permitiría a la humanidad sobrevivir a un eventual tercer impacto, ello en caso que NERV fallara y que, hasta entonces, parecía haberse relacionado íntimamente con dicha organización. Y todas las pistas que tenía disponibles parecían apuntar de manera inequívoca hacia esa dirección. Salvo por un detalle.

Por sus investigaciones, Kaji sabía que técnica y oficialmente dicho proyecto se había abandonado hacía casi tres años, declarándose desde entonces en receso. Simultáneamente, y gracias a una resolución internacional también reservada, la Organización de las Naciones Unidas habían creado una agencia pública a cargo del Consejo de Seguridad de la ONU dedicada a las labores de investigación y desarrollo de unidades Evangelion, ello a fin de evitar así desconfianzas entre las naciones. Entidad que, entre otras cosas, asumiría parte de los objetivos del comité antes mencionado. Dejando en exclusiva a NERV todo lo relativo al combate y la estrategia militar.

Pero la idea tras la agencia en cuestión tendría efímera existencia. De un momento a otro, la idea de mantener una agencia civil pública e internacional paralela a NERV sería brusca e inexplicablemente desahuciada, y no paso demasiado tiempo para que todo rastro de ella terminara siendo minuciosamente eliminada, hasta el punto de llegar a parecer que esa otra agencia oficialmente nunca llegó a existir más allá que como una propuesta que nunca prosperó.

Tal revelación le sorprendió al descubrir que NERV no parecía tener el monopolio de la producción de Evas. Pero la pregunta clave era ¿Quién lo había hecho y por qué? Podría parecerle una interrogante meramente retorica; máxime cuando, tras largas horas de hurgar en los sistemas, solo encontró otra referencia de dicha agencia en un escueto memorándum que en pocas líneas informaba sobre un extraño e inexplicable incidente en una recóndita isla ubicada en el océano ártico que involucraba a alguien a quien llamaban como "la piloto de la unidad provisional clasificada", sin dar mas detalles relativos a esa piloto, la "unidad provisional" o el misterioso "incidente".

Pero lo que hubiera acaecido al borde del polo norte terminó siendo algo claramente conveniente; máxime cuando, solo semanas después, comenzaron a acaecer los ataques de los ángeles, volviendo todo el poder a entregarse derechamente y sin intermediarios a NERV, salvo por una pequeña y preexistente comisión de coordinación que cumplía funciones meramente burocráticas; la misma a la que Carol fue asignada.

Todas las implicancias parecían más que obvias, y no era para menos. Con Gendo Ikari a la cabeza, Kaji sabía perfectamente bien que NERV podía llegar a ser una organización que, con tal de defender sus prerrogativas no tendría asco alguno en jugar sucio. Ya sobre esa organización existían severas sospechas que ya había hecho cosas semejantes en el pasado y que, incluso, las habría hecho en mas de una ocasión. ¿Por qué tendría problemas en volverlas a hacer?

"Quizás porque el mas obvio sospechoso del crimen no siempre termina siendo el culpable de este". Pensó para sí el agente. Máxime cuando ese trabajo sucio habría sido demasiado evidente si NERV lo hubiera hecho por si mismo. Pero además cabía considerar que si la ONU hubiera querido dividir las competencias de NERV o, más aun, eliminarla, fácilmente podía hacerlo con una resolución del Consejo de Seguridad o, incluso, con una orden especial del Secretario General que revocara su estatus. De hecho sabía que, en secreto, una situación análoga había sucedido en, a lo menos, una ocasión. Si la ONU podía recrear o reformular NERV sin problemas, ¿Qué sentido tendría dilapidar ingentes cantidades de tiempo, hombres, esfuerzos y recursos en una agencia paralela comisionada a propósitos parecidos?

Ciertamente no podía descartar del todo a NERV, pero si permanecía siguiendo tan obvia suposición tal vez podía estar ignorando la existencia de alguien o algo cuyo poder y responsabilidad pudiera homologarse de par a par con la de NERV. O, peor aún, que ese algo o alguien la estuviera realmente controlando. Quizás él podría estar exagerando, era posible, pero en esos momentos aquella posibilidad era probablemente lo único que podía explicar porque la segunda rama en Norteamérica pudo desaparecer así como así sin que una sola lágrima se derramara públicamente en todo NERV. O que previamente hubiera acaecido aquel extraño incidente semejante en un, hasta ahora, ignoto lugar al que los aparentemente pocos reportes sobrevivientes se referían con la denominación de "Betania"

"Y sin embargo, quien quiera que hizo esto está ahí en las sombras, actuando impunemente a nuestras espaldas, riéndose descaradamente de nosotros". Pensó molesto ese hombre, volviendo al asunto que en esos momentos demandaba su atención mientras se afanaba en buscar referencias comparativas entre lo que decían los papeles por un lado con la realidad que parecía desmentirles por otro al visualizar en los innumerables archivos de NERV cada vez mas referencias que llevaban al Comité para el Proyecto de Instrumentalización, que se involucraba en lo relativo a la selección de los candidatos a pilotos de Evangelions por medio de la Organización Marduk, entidad que hasta ahora parecía de farsa; pero que, a la luz de los antecedentes, quizás podía tener vida propia. Todos estos enigmas daban vueltas en la mente del agente mientras revisaba otra vez en su teléfono móvil las imágenes y datos enviados por Carol relativos a varios jóvenes de ambos sexos, todos los cuales parecían tener edades semejantes a las de los pilotos de NERV. Uno de los cuales era el mismo muchacho que le había enseñado Carol la noche anterior; ahora con documentación oficial adjunta que le identificaba y acreditaba como "Candidato a piloto N° 4, NERV USA".

"Dos Evas conocidos, varios pilotos desconocidos, y muchas mas incógnitas de las que quieren o pueden responder". Sentenció para sus adentros aquel hombre al comprobar que no había registro alguno sobre esos jóvenes. Todo lo que NERV tenía para ofrecerle era un código que invariablemente se repetía.

"707".

"O NERV no está contando toda la verdad, o en realidad nunca la han manejado. Pero al final alguien nos la contará. Lo quiera o no". Concluyo formulándose a si mismo una promesa mental aquel hombre, decidido a proseguir con su tarea, costara lo que costara.

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-¿Vives aquí?-. Demandó saber imperativamente aquel hombre en su idioma nativo con un tono que mas bien sonaba a incredulidad luego de observar con profundos ojos escrutadores aquel sitio.

-Si. Vivo aquí-. Respondió también seriamente la aludida en el mismo idioma del hombre, que también era su idioma natal.

-¿Dónde se encuentra vuestra tutora?

-¿Hablas de Misato?

-Así es.

-No está aquí.

-¿Dónde se encuentra?

-Trabajando.

-¿Y a que hora llegará?

-Pues, no sabría decirte.

-Bien, entonces quiero hablar inmediatamente con el otro adulto responsable.

-Ella es la única responsable, y no se encuentra.

-O sea que estas sola en estos momentos.

Dicho requerimiento nunca alcanzó a ser respondido por esa muchacha, ya que en esos instantes el tercer elegido apareció desde la cocina, al sentir a lo lejos una conversación extraña que no lograba entender, por mas esfuerzos que este hiciera.

-Asuka, ¿Qué son esos ruidos que escucho desde…?-. Intentó inquirir el muchacho mientras se dirigía a la sala de estar, cuando sus palabras tuvieron que ser interrumpidas ante la visión de aquel hombre desconocido quien estaba de pie en aquel salón.

-¡Oh! Discúlpeme. Muy buenas noches señor-. Intento rectificar empleando el tono más cortes que halló. Desafortunadamente, el adusto hombre no pareció capaz de comprender sus palabras, limitándose a observar con no poca perplejidad a ese chico, generándose de esta manera un tenso silencio en aquel lugar.

-¿Podrías dejarnos a solas?-. Pidió la segunda elegida con voz sorprendentemente seria y comprometida, ello mientras el rostro del hombre adquirió un semblante aun mas severo; lo que asusto un poco a Shinji y le hizo entender que en esos momentos su presencia podía ser cualquier cosa, menos oportuna.

-Gusto en conocerlo señor-. Diría apenado el chico, antes de regresar a la cocina. Una vez hecho esto, el rostro de Asuka volvió a plantar cara a esa presencia paterna que ahora se encontraba mas seria que antes.

-¿Quién es el chico?-. Demando saber inmediatamente ese hombre.

-Es otro de los pilotos.

-¿Otro piloto?

-Así es, el tercer elegido.

-¿Con que el tercer elegido?-. Preguntó el hombre con incredulidad para luego volver a preguntar. -¿Y que hace aquí?-.

-Vive aquí.

-¡Ha de ser una broma!-. Señalo ese hombre con incrédula severidad que incomodo notoriamente a la aludida durante algunos instantes antes que ella se recompusiera.

-No. En verdad vive aquí-. Comento la pelirroja intentando minimizar tanto como pudo la situación. Pero ni bien termino de hablar cuando el hombre estallo.

-¡¿Y desde cuando ustedes se encuentran en esta situación?! -. Señalo profundamente molesto el padre demandando una pronta respuesta para esa pregunta.

-Desde hace poco mas de medio año, más o menos.

-¡¿Y vuestra tutora ha permitido esto todo este tiempo?!

-De hecho, la idea fue de ella.

-Es verdaderamente inaceptable. ¡Inaceptable!-. Señalo el hombre remarcando cada sílaba de la última palabra, mientras ella sentía vergüenza ajena por tamaño comportamiento. Pero el embarazo de esta situación que parecía ridículamente graciosa pronto muto en sorpresa cuando ese hombre tomo asiento y soltó una frase que llamo la atención de esa chica.

-Entonces fue afortunado que viniera. En verdad la situación es peor de lo que imaginaba.

-Como siempre, exageras todo-. Señalo la colorina con cierto toque de molestia en su voz.

-No dirás eso una vez que seas informada de las resoluciones adoptadas desde Alemania.

-¿De Alemania? ¿A que te refieres con eso?-. Demando saber con inquietud. Pero en vez de responderle, abrió un maletín y extrajo una carpeta en cuyo interior se encontraban una serie de documentos legales que Asuka pronto tomo y examino. Examen que hacía que su semblante se tornara progresivamente severo a medida que avanzaba en la lectura de los documentos hasta que llego a la resolución final, que terminó descolocándola por completo, haciéndola gritar de furia ante la determinación que ahí se señalaba.

-¡No puede ser!... ¡Esto no puede ser!

-Pensaba enseñarle primero estos documentos a vuestra tutora. Pero dado que no se encuentra, y ante estas circunstancias, creo que sería mejor que lo supieras de antemano -. Respondió el hombre con un carácter impertérrito, rayano en la intimidación.

-Debe ser un error… ¡De ninguna manera puede ser posible!

-Mañana estos documentos serán formalmente notificados al alto mando, y una vez que acusen recibo de estos volveré tomar la responsabilidad completa sobre ti.

Después de esas palabras, todo indicaba que se desencadenaría una explosión de furia e ira de parte de la chica. En cambio, un silencio que duro eternidades fue lo único que campeo en el ambiente; ello hasta que, tan intempestivamente como surgió, este desapareció.

-Hasta que finalmente lo conseguiste-. Espeto la muchacha con rabia y amargura contenida en sus palabras mientras arrojaba aquellos papeles sobre la mesa. Reacción para la cual no hubo respuesta, lo que la hizo proseguir. –Pero no importan lo que digan esos papeles. Ni siquiera pienses que regresaré a Alemania, mucho menos contigo. No lo hare.-.

-Y no lo harás.

Ante esta respuesta, la pelirroja se sorprendió profundamente. Por lo que aparecía en los papeles todo indicaba que debía subordinarse ahora directamente a las órdenes que impartiera la rama alemana. Pero no regresaría a Alemania, ¿Qué podía significar esa orden? Aquello la inquieto, y lo hizo saber.

-Si con esto no he de regresar a Alemania entonces, ¿Qué significa todo esto?

-Que una vez que todos los trámites estén completos se hará efectivo oficialmente el regreso de la custodia. Seguirás aquí piloteando el Eva 02 y cumplirás con todos tus deberes, los que seguirán inalterables mientras no haya orden contraria. Pero en todo lo demás pasarás a estar bajo mi supervigilancia y cuidado. Mas detalles te serán entregados en su oportunidad. Por ahora te conformarás con saber esto.

-Bien, ahora que te has enterado de la situación, debo retirarme-. Concluyo el hombre luego de un largo silencio, poniéndose inmediatamente de pie y tomando sus cosas para dirigirse hacia la puerta ante la impavidez de Asuka, quien todavía no sabía siquiera como reaccionar ante esta repentina situación.

-Ah, lo olvidaba-. Interrumpió el hombre mientras tomaba el pomo de la puerta principal antes de girarla. –Una vez que todos los trámites estén oficializados, empacarás tus cosas y serás trasladada a una residencia cuya ubicación te será oportunamente señalada.

Y antes que una aturdida Asuka dijera algo, aquel hombre agrego una última frase.

-Buenas noches-. Fue la impersonal y fría despedida del hombre quien, apenas dijo eso, abrió la puerta y desapareció de su presencia tan abrupta e inesperadamente como apareció. Ello mientras esa chica, ahora solitaria y aun impactada por lo sucedido solo pudo, luego de un prolongado mutismo, proferir un iracundo grito mezcla de rabia, pena e impotencia, antes de perderse raudamente a encerrarse violentamente en su cuarto.

Sobresaltado por el grito, Shinji salió de la cocina y se dirigió hacia el abandonado comedor donde ya nadie se encontraba, pese a que la luz todavía estaba encendida y la televisión silente de fondo aun transmitía. Al no encontrar a nadie, el muchacho no necesitó mas antecedentes para dirigirse hacia la puerta del cuarto de esa chica.

-¿Estas bien Asuka?-. Pregunto el muchacho luego de golpear la puerta de dicho cuarto. Y pese a no obtener respuesta, pudo sentir su presencia en el interior. Por lo que insistió.

-¿Acaso pasó algo malo? No me asustes. Por favor abre la puerta.

-Asuka. Sé que estas adentro y que no estas bien. Por favor, déjame entrar, quiero ayudarte-. Volvió a solicitar el muchacho intuyendo que dicho silencio se debía a la presencia de aquel desconocido. Pero en su lugar lo único que escucho fue el sonido de esa puerta activando la llave de la cerradura para que nadie ingresara a esa habitación, o a su miseria.

-Al menos dime si estás bien-. Imploró por última vez Shinji a ver si conseguía, aunque fuera, aflojar esa barrera. Pero solo un denso y hermético muro de silencio que aun así dejaba oír de fondo un dejo de lastimera respiración sería su única respuesta. Y aun así siguió esperando una señal de ella. Una que, por más que aguardó, nunca se concretó; fuera de una puerta que no abría y un lejano llanto ahogado contra una almohada que, lejos de mitigarse, se incrementaba cada vez mas.

Abatido por su incapacidad para ayudarla, así como por la falta de confianza de ella y, por sobre todas las cosas, profundamente decepcionado consigo mismo y con su cobardía de haber fallado a esa naciente confianza que parecía haber surgido solo unas horas antes al esconderse en los deberes de la cocina, en vez de haberse asomado para ayudarla cuando de sus gritos claramente se infería que ella mas la necesitaba; fue que Shinji regresó a la sala de estar, donde se desplomo sobre uno de los sillones, mientras se llevaba las manos a la cabeza, a la par que una y otra vez se reprochaba mentalmente a si mismo ante lo que consideraba su fracaso.

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Muy temprano a la mañana siguiente podía verse una situación bucólica en un pequeño villorrio campestre apenas poblado situado en las afueras de Tokyo-3. Aún así, todavía había cierto movimiento en el poblado, principalmente los fines de semana, gracias a gente adinerada que tenía casas de descanso por los alrededores, las que solían usarse para pasar el fin de semana en un grato ambiente campestre, liberados del mundanal ruido y sus problemas. Por ello la poca gente del poblado no se extrañó al ver pasar un vehículo en dirección a una de esas casas; así como tampoco prestaron mucha atención cuando cerca de una hora mas tarde un nuevo vehículo pasó por los mismos rumbos que el anterior.

Tal residencia, la más alejada del poblado, estaba rodeada por una cerca alta y grandes árboles, que dificultaban tanto la entrada como la vista al interior de la propiedad. En su interior había una gran casa de amplios prados y que contaba con una gran piscina al fondo. En el estacionamiento adjunto a la casa podían visualizarse dos automóviles, los mismos que habían visto pasar antes la gente del lugar.

Pero contra lo que podría parecer, dentro de aquella residencia había una acalorada discusión sostenida por medio de un moderno sistema de comunicación digital cifrada. Y todo, a causa de una confirmación que hizo estallar a una de las presentes.

-Es mentira, ¡Debe ser mentira!-. Reaccionó descontrolada aquella fémina, visiblemente alterada poniéndose de pie. Tanto, que estuvo a punto de emprenderlas contra la mesa donde estaban el notebook, así como los artefactos que hacían posible la conexión fluida y segura con los superiores de los allí presentes.

-Cálmate…–. Intentó decirle Kaji, quien prontamente se levantó de su silla, para sujetar y acomodar a una prudente distancia los dispositivos, antes que estos sucumbieran al embate de su enfurecida colega. 

-¿Que me calme? ¡Pides que me calme tras saber que ese pobre chico fue asesinado de esa forma tan cruel!-. Estalló Carol, mirando con fiereza a su compañero, quien solo pudo encogerse sobre si mismo al recibir el regaño de la mujer.

-El alterarse de esa forma no cambiará las cosas–. Respondió luego de algunos segundos del otro lado del monitor un hombre de unos 55 años, con rostro serio y escaso cabello rojizo ondulado, que era visible por el monitor del notebook, observando fijamente a Carol. -Sé bien que conocías al chico, y también sé que le tenías aprecio. Lamento profundamente la pérdida, pero en estos momentos no debemos perder el norte, menos la sangre fría. Desgraciadamente, estas cosas ocurren en nuestra línea de trabajo; y lo sabes.

-¡Sus palabras no le devolverán la vida a ese chico!

-¡El descontrol tampoco lo hará!-. Contesto el hombre con firmeza sin perder la calma. -Ahora, te calmarás y obedecerás las órdenes que impartiré. ¿Lo has entendido?-. Preguntó el hombre con tono algo mas suave, esperando durante varios segundos una respuesta que finalmente llegó a regañadientes.

-Lo tengo claro–. Respondió Carol mientras se sentaba de mala gana con el rostro contraído en una mezcla de rabia, pena e impotencia.

Luego de tan parca respuesta, pasaron otros largos segundos en los que ninguno de los presentes atinó a pronunciar palabra, manteniendo respetuoso silencio en respeto por lo que Carol debía sentir en ese momento. Sin embargo, no pasaría demasiado tiempo para que retornaran al asunto que les había congregado. 

-Bien, regresando a lo que nos convoca; la tarea a dilucidar es averiguar cómo esta gente logró llegar hasta el chico burlando todas las medidas de seguridad que los norteamericanos tenían para custodiarlo. Conociéndolos, esas medidas no debieron ser menores–. Señaló el hombre de coleta, quebrantando aquel largo y pesado silencio.

-Efectivamente-. Dijo el hombre tras la pantalla con rostro serio. –Una vez que fueron notificados que el muchacho sería piloto del EVA 04 se les encomendó montar un operativo para custodiar al chico y tenerlo a buen recaudo, antes de realizar la prueba de activación. Los agentes que lo custodiaban eran los mejores-.

-No fueron tan buenos si pudieron dar con ellos y matarlos de forma tan fácil–. Comentó Carol, con el seño arrugado los brazos cruzados y con crudo sarcasmo en su voz.

-Eso es lo que más me preocupa de todo–. Comentó el hombre en el notebook –Para que dieran con ellos pasando limpiamente todos los protocolos de seguridad y encontrando a los agentes con la guardia baja, esto necesariamente debió hacerse desde adentro-.

-Dicho así a priori, solo pueden caber dos posibilidades-. Planteó el hombre de coleta.

-¿Cuáles serían tus hipótesis?

-La primera es la mas obvia: Ha de haber un "Topo" dentro del aparato de inteligencia de los norteamericanos. Quien, o quienes, hicieron posible que una célula operativa de alguna potencia o grupo se insertara y operara clandestinamente en dicho país de forma exitosa.

-Es una posibilidad interesante. Sin embargo, ello se enfrentaría a un problema.

-¿Cual?

-Quien quiera que haya hecho esto ¿Por qué darían muerte a un piloto de Eva? La lógica indicaría que si el interés era capturar al chico sería, precisamente, para obtener la máxima información posible sobre el pilotaje o el funcionamiento de dichos ingenios. Información que dudo que se obtenga si el chico no sobreviviera al secuestro.

-Entonces, la otra opción posible es que los secuestradores nunca pretendieron capturarlo.

-¿Qué quieres decir con ello?-. Cuestionó sobresaltada Carol. Pregunta para la cual su colega solo pudo brindar, tras un largo y pesado manto de silencio, una respuesta que, no obstante el tenor las palabras empleadas, claramente podía delatar su significado.

-Que la neutralización siempre fue el propósito-. Dijo Kaji mientras mantenía su rostro frente al monitor, mirando de reojo a su compañera, a quien solo vio derrumbarse emocionalmente mientras su cabeza se iba al frente y terminaba apoyando su rostro con sus manos mientras de entre medio de aquellas manos se escapaba un ahogado lamento, seguido de un grito de maldición proferido en su idioma natal.

-Pero si ello fuere así, ¿Cuál sería el propósito?, ¿Y quien se beneficiaría de ello?-. Inquirió Carol mientras aún hacía grandes esfuerzos para contenerse y serenarse para; luego de algunos instantes, agregar con una voz que denotaba supremo esfuerzo en mantenerse lo mas serena y racional posible en sus conclusiones. –Además, sabemos que tanto las unidades como sus pilotos provienen de distintas nacionalidades, y en el programa de los Evas participan todas las principales potencias del mundo, obrando bajo el paraguas de NERV, órgano adscrito al sistema de las Naciones Unidas-.

-¿Podría tratarse de terrorismo?-. Le replico su colega.

-Es poco probable. El terrorismo busca causar pánico masivo en la población. Pero en un país como Estados Unidos, donde hay tiroteos masivos con muertos casi todas las semanas, se necesita algo mas que un ajusticiamiento en un estacionamiento subterráneo para inducir histeria colectiva-. Agrego el caballero que se encontraba al otro lado del monitor.

-Entonces, la única posibilidad que tendría sentido es que alguien orquesto el atentado contra el chico y su escolta. Alguien bien posicionado en las esferas del poder que tiene fácil acceso al aparataje de inteligencia, y que cuenta tanto con recursos como con la capacidad operativa para montar una operación compleja de forma tan limpia, y lo que es peor, sin dejarnos ningún indicio de sus autores o sus motivaciones–. Razonó Kaji.

-¿Acaso sabes algo sobre esto?-. Preguntó ella, mirando interrogante a su compañero.

-No. Solo busco analizar fríamente los hechos posibles a fin de ponerlos en perspectiva–. Respondió encogiéndose de hombros, logrando una mirada fiera de aquella fémina.

-Y tu razonamiento no se aleja tanto de lo que deducimos aquí–. Añadió el hombre en la pantalla del notebook, llamando la atención de los dos agentes. –Juntando todo lo que ustedes dos y Kensaki han logrado descubrir hasta ahora, sumado al incidente con los misiles nucleares, y ahora la muerte de ese chico, todo apunta a que estamos enfrentando la última de tus suposiciones–. Dijo seriamente el hombre, para luego guardar un momento de silencio a fin de dar más énfasis a las palabras que estaba por decir. –La situación es clara. Debe haber un gran "titiritero" que mueve los hilos desde las sombras, con amplio acceso a la información y los recursos para su cometido, y no tenemos la más mínima idea de quién es, ni qué es lo que se propone. Es nuestro deber descubrir la identidad de ese "titiritero", cuales son sus intenciones y, de ser necesario, neutralizarlo -.

-Si señor–. Respondieron Kaji y Carol, sabiendo que tendrían mucho trabajo por delante.

-Tienen todos los recursos de la organización a su disposición para realizar esta misión. Kolshinsky les proporcionará todo el equipo que necesiten por las vías habituales–. Añadió el hombre, a lo que ellos asintieron con la cabeza en conformidad.

-Señor. Aprovechando la ocasión, quisiera solicitar permiso para investigar personalmente la muerte de...

-Denegado–. Respondió secamente el hombre, cortando a Carol a media frase.

-Señor, yo...

-No importa lo que digas, o como lo digas. Sé lo que de verdad pretendes. Y sabes bien que no puedo consentirlo–. Dijo con firmeza el hombre, usando un tono que inequívocamente hizo entender que su decisión era firme e inapelable, por lo que no aceptaría discusión sobre el tema. Aun así, el hombre dio una pesada respiración antes de volver a mirar a la mujer por el monitor de notebook y continuar con lo que decía.

–Conozco perfectamente tu historial y sé que estuviste demasiado involucrada con ese chico, por lo que no es buena idea que realices esa investigación. La tentación de la venganza puede ser demasiado poderosa, y ese es un lujo que en nuestro trabajo no podemos permitirnos. Además, te necesito en Tokyo-3 apoyando a Kaji. Todo apunta a que los hilos se mueven mas hacía esa dirección, por lo que necesito tenerlos a los dos allá trabajando juntos en esto.

-Coronel. Usted puede pedirme eso, pero sabe bien que ellos no tomarán la muerte del chico de buena forma. Exigirán respuestas inmediatas a los norteamericanos, y nos exigirán que tomemos parte en este asunto. Mas que mal, ellos son signatarios de la carta de UNACO, y exigirán una investigación de nuestra parte–. Dijo Carol, con rostro serio.

-Lo sé perfectamente bien, no necesitas recordármelo; y pienso ocuparme personalmente de ese asunto en su momento…

-Con su permiso señor, no se si ellos tendrán paciencia cuando se enteren de esto…

-Mientras cuente con la confianza del Secretario General, el lidiar con gobiernos tozudos es parte de mi responsabilidad. Por ahora deberás concéntrate en la misión que tienes por delante. Desde hace días que Kensaki se encuentra aquí, encargándose de investigar la muerte del chico. No descansará hasta encontrar a los culpables.

-Si señor–. Respondió Carol con bastante desanimo, al saber que no tomaría parte en la investigación. Aún así, quedó un poco más tranquila al saber que Kensaki se encargaría de ello. Sabía cuan meticuloso era su colega en su trabajo y que de seguro daría con los responsables, tal vez mucho antes de lo que hubiera podido hacerlo ella.

-Contamos con ustedes. Cuídense y buena suerte–. Concluyo aquel hombre, antes de cesar la comunicación, dejando la habitación en un silencio que pronto se tornó insoportable para la fémina quien, molesta y a la vez afligida, raudamente se retiró de allí mientras daba un violento portazo tras de sí. Dejando en soledad a su colega, quien de veras hubiera querido ser capaz de decir algo capaz de confortarla, pero en el fondo de su ser sabía que, por el momento, ello no solo no habría ayudado en nada, sino que habría sido contraproducente. Ella necesitaba algo de tiempo para botar el dolor y la pena y así poder calmarse; por lo que lo mejor sería dejarla sola por el momento. Ya habría tiempo para prodigar palabras de consuelo y aliento que pudieran ser escuchadas.

Con un suspiro de resignación, Kaji comenzó a desmontar aquel equipo de comunicación, mientras se hacía a la idea que desde ahora estaría mucho mas ocupado que de costumbre.

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-Obviamente no tomó nada de bien la muerte del chico–. Comentó una vez terminada la transmisión Kensaki, el mismo hombre que días atrás se encontró con Kaji en aquella terraza de Tokyo-3.

-Era esperable. Le conocía desde pequeño y lo apreciaba mucho. Además, no olvides que participó en parte importante de su entrenamiento–. Comentó el hombre que había hablado con los agentes, quien estaba sentado tras un gran y fino escritorio de madera, apagando el monitor por el que había tenido la videoconferencia con sus agentes situados en tierras japonesas. y que respondía al nombre de Malcolm Phillpot.

Sentados frente a él estaba Kensaki, el compañero de equipo de Kaji y Carol, y un poco más atrás Sergei Kolshinsky; un ruso de más de 50 años, prominente abdomen, mano derecha del Coronel Phillpot y segundo al mando en la UNACO. Quien hasta ese minuto escucho todo presentando un rostro serio con los brazos cruzados, quebrantando el silencio para hacer una observación con un tono grave de voz.

-En todo caso, lo que dijo la agente no deja de ser verdad. Su gobierno no tomará de buena forma que uno de los suyos muriera en semejantes circunstancias, sobre todo mientras estaba al cuidado de otro gobierno signatario; y mas encima, profundamente aliado. Exigirán respuestas a los norteamericanos y, de paso, demandaran nuestra intervención.

-Eso sin mencionar que ya deben tener implantados a sus agentes trabajando. Y conociéndolos, dudo que con reales intensiones de hacer justicia–. Añadió Kensaki.

-Ese siempre ha sido su gran problema. Son demasiado viscerales para reaccionar–. Comentó Kolshinsky, negando con la cabeza.

-Yo me encargaré de calmar a su gobierno. De hecho, no me extrañaría que su representante ya esté en estos momentos presionando al Secretario General, para exigir que intervengamos–. Dijo Philpott, con un rostro similar al de Kolshinsky al pensar en cómo solían reaccionar en casos como estos. Tal como dijo el ruso, demasiado viscerales.

-Pues, supongo que debo ponerme a trabajar cuanto antes, antes que se adelanten y exterminen a todos los culpables antes de tener siquiera tiempo de interrogarlos–. Señaló Kensaki con una sonrisa, aunque su comentario no tenía nada de jocoso. Todos ahí sabían que los miembros a quienes se refería Carol buscarían sin piedad a los culpables de la muerte del chico, simplemente para hacerlos sufrir hasta matarlos.

-Entonces deberás trabajar de inmediato–. Dijo Philpott mirando con seriedad al hombre, tendiéndole un sobre que previamente extrajo de uno de los cajones de su escritorio. Por su parte Kensaki recibió el sobre y lo abrió para verificar su contenido. Encontrando una tarjeta de memoria con información de la misión, que debía destruir una vez revisado su contenido. También había la llave de una gaveta de equipaje de una estación de trenes, donde encontraría un bolso, dejado ahí la noche anterior por otro agente, que contendría una Beretta 92, la pistola reglamentaria de la UNACO, abundante munición, algo de dinero en efectivo y otras cosas necesarias para su misión, según los procedimientos estándares. Finalmente encontró un pasaporte y una visa, los tomó y los leyó.

-Akira Sato. Profesión: Ingeniero civil. Motivo de viaje: Negocios. Adscrito al programa de exención de visa. Nada mal. Siempre soñé con hacer negocios en un garaje de Silicon Valley y vacacionar en Disneylandia–. Dijo Kensaki con una sonrisa, guardando el sobre en uno de los bolsillos de su chaqueta, antes de ponerse de pie y encaminarse hacia la salida.

-Debes tener cuidado. Quienes están tras esto, no están jugando–. Señaló Philpott con gravedad.

-Descuide señor. Lo tendré–. Añadió el japonés, dedicándole una sonrisa. Ello mientras Philpott accionaba la puerta con un transmisor sónico que descansaba a un costado en su escritorio, y Kensaki dejó la oficina despidiéndose de los dos hombres con una inclinación de cabeza. Luego de esto, Philpott cerró la puerta, devolviendo el transmisor a su lugar en el escritorio.

-Mi instinto me dice que hay algo muy grande orquestándose tras todos estos acontecimientos; y este nunca me ha fallado–. Dijo luego de algunos segundos Kolshinsky con seriedad, usando el nombre de pila del hombre frente a él.

-¿Sabes una cosa, viejo amigo? Mi instinto me dice exactamente lo mismo, y eso último, me tiene bastante preocupado–. Terminó añadiendo el aludido, con rostro idénticamente serio.

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Continuará...

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¡Hola a todos!

Y aquí estamos otra vez con otro capítulo de esta historia que, a pesar de ser un fanfic de Evangelion, puede quizás dar la impresión que esta historia no se centra tanto en los jóvenes pilotos, sino que en los personajes adultos. Y si piensan así, puede que no estén tan equivocados.

A decir verdad, siempre he creído que Evangelion no solo es una de las mejores series de animación jamás realizadas, sino que es una producción que permite como pocas la posibilidad de abordar su historia desde una perspectiva más adulta (De ahí que próxima a cumplirse 30 años desde su estreno en televisión todavía se siga hablando y escribiendo de ella). Y se bien que el abordar esta historia desde dicha perspectiva es una opción mucho mas complicada (Yo mismo lo he notado a medida que escribo esta historia). Pero precisamente creo que esa es la razón que me motiva a escribir esta historia, ya que siento que los fanfics de Evangelion perfectamente pueden (y, quizás, deban) atreverse a innovar e ir mas allá de los típicos tópicos de hacer que Shinji se empareje con alguna de las "waifus" de turno de la serie. Quiero probar si resulta posible elaborar una visión más adulta de la historia y saber hasta dónde es factible llegar con ella.

Pero, ¿Todo lo anterior significa que los pilotos no tendrán aquí nada que decir? Pues nada más errado. Los elegidos no serán meros personajes de fondo. Van a tener algo que decir, y sus acciones (u omisiones) incidirán en la obra. Algo de eso ya hemos comenzado a leer aquí. Y prepárense, porque en los siguientes capítulos veremos hasta donde nuestros elegidos pueden llegar.

Finalmente, he de advertir que al final de este capítulo aparecen menciones a "UNACO", "Malcolm Philpott" y a "Sergei Kolchinsky". Y por ello debo decirles que tanto dicha organización, así como los personajes antes señalados NO son inventados por mí. Estos han sido extraídos de las obras de Alistair MacLean. En todo caso, si no saben quiénes son ellos o que hacen, no os preocupéis. Porque a medida que avance la historia se irán respondiendo tales interrogantes.

P.D.1: Todos los derechos que correspondan por los personajes o caracteres antes mencionados corresponden a quienes actualmente o en el futuro tengan su representación, propiedad u otros derechos. Por lo que su utilización en este y en otros capítulos del presente fanfic no significa de manera alguna reclamación de propiedad o de cualquier otro derecho o beneficio alguno sobre ellos y tampoco se persigue ánimo de lucro sobre ellos.

P.D.2: Evangelion, así como todos sus personajes y caracteres son propiedad de Gainax/Khara, o de quienes legalmente les sucedan o representen en el futuro. Este fanfic no tiene ánimo de lucro, y su publicación no significa reclamo alguno de propiedad o de cualquier otro derecho o beneficio sobre la serie y/o sus propietarios o representantes.

¡Nos estaremos leyendo!