lecciones

Los rayos del sol que entraban por él las cortinas del balcón dieron directamente en mis ojos, porque me fue imposible mantener el sueño después de sentir esa luz.

Al abrir mis ojos, y reconocer nuevamente el paisaje, dieron por finalizadas cualquiera duda que pudiera rondar mi cabeza sobre lo que me había sucedido, no era más que un sueño.

Aún más extraño es que no recordaba mi sueño, no era algo que me frustrara, pero, era como si cerrara los ojos al acostarme sobre la cama en la noche, mi cuerpo y mi mente necesitaban descansar obviamente.

Tome asiento sobre la cama, para poder observar algún cambio, pero el cuarto seguía igual, mi cuerpo ya no sentía dolor y mi mente no tenía campanas retumbando.

En una de las esquinas de la habitación había un mueble con varios cajones, que no había inspeccionado, por las faltas de deseo, sobre todo, ahora si sentía la necesidad de conocer este mundo al perfecto.

Al abrir el primer cajón solo vi ropa sencilla, como camisas ligeras y unos pantalones muy delgados y llamativos.

Después de estirarlos unas cuantas veces, recién reconocí que eran el diseño de la ropa interior en esta época, y para ser sinceros a simple vista se veían bastante incómodos.

Intente entonces en el segundo cajón, esta vez encontré algunos libros, eran de anatomía, ahora no me eran demasiado útiles, además de que no creía que hubiera diferencia alguna entre el cuerpo humano de los que se encuentran en este mundo a los de mi vida anterior.

Los demás libros eran libros sobre anatomía y operaciones complicadas, supondré que eran intereses que el dueño anterior del cuerpo tenía, sabiendo los problemas que sucedieron con su cuerpo y el de sus hermanos.

La habitación no tenía muchas cosas, el resto de la mueblería eran dos mesas de noche, una a cada lado, una mesa con su silla al otro lado de la habitación, un juego de mesa y dos sillas para el balcón y por último un gran baúl a los pies de la cama.

Al ser el mueble más cercano al levantarme de la cama, pude comprobar que eran ropas de cama.

Decidí salir para encontrarme con Alzur para obtener respuesta a algunas otras preguntas que rondaban mi cabeza, no sin antes cambiar mis ropas, con los disfraces que se usaban en esta época.

Fue difícil sacarme la ropa y aún más difícil vestirme con la nueva, en el proceso entendí ahora un poco más a los señores que necesitaban de ayudantes de habitación.

Después de casi unos 40 minutos ya se podía decir que estaba presentable para poder ir al encuentro de Alzur.

-------------------------------------------------------------------------------------------

Se podía decir por las luces del sol que todavía nos encontrábamos en las últimas horas matutinas.

Alzur se encontraba acompañado de Bagdur y como manda la fama de buen anfitrión que se había ganado, su mesa tenía una buena cantidad de alimentos, tal vez de todos un poco.

Esto claramente era para su invitado, ya que él no solía comer mucho antes de retirarse a sus laboratorios.

Con tantos bocadillos que probar, Bagdur en verdad no hablaba más que para hacer pequeños comentarios.

Era el hechicero quien entretenía a su invitado, con observaciones de sus últimos descubrimientos, que como eran obvió poco le importaban al brujo, pero era lo suficientemente cortes como para hacer como si le interesará.

Pero entre las palabras, el brujo no pudo escuchar un ruido de pasos, era una persona que no quería enmascarar su llegada, así que debería ser un huésped de la casa.

La puerta a la que segundos antes el brujo había dirigido la mirada se abrió.

Alzur dirigió una mirada suave a quien entro.

Alzur: "Ya era hora, muchacho, has estado durmiendo durante casi dos días".

Tarantir, quien en verdad no sintió el tiempo pasar, se quedó quieto, estaba mirando a Alzur mientras razonaba la noticia soltada.

Mientras tanto, el brujo soltó la jarra de cerveza para pasar un pedazo de carne que se resistía a ser tratado.

Bagdur: "Estás criando un vago, me ha hecho esperar un día entero para conocerlo como un príncipe, a lo mejor y lo haré recoger mierda para que aprenda a ser cortes"

Acto seguido el brujo volvió a hidratarse con vino, Tarantir vio al brujo, primero reconoció lo que cualquiera haría, era un tipo bastante grande, y segundo fueron las cicatrices que marcaban su rostro.

Que habían logrado su objetivo práctico de intimidación, aunque a Tarantir nunca se le hubiera ocurrido enfrentarse a él, quería seguir viviendo, por lo menos un poco más, en este cuerpo.

Alzur: "cálmate Bagdur, no es necesaria la intimidación temprana"

El mago tomo las palabras de Bagdur como las de un niño que intenta mostrar superioridad sobre otro, siendo el primero en intimidar .

Alzur: " Este muchacho aquí parado es Tarantir, mi hijo, y ese oso con forma humana que se sienta a la mesa no es otro que Bagdur, uno de los mejores brujos que está torre ha producido".

Al dejar hablar el mago miro a Tarantir y no dijo nada, pero en esta situación lo propio era que saludara.

Tarantir: "Es mi placer conocerlo, mi señor brujo".

El silencio se hizo de la sala, para después ser abruptamente interrumpido por una carcajada que tenía a Bagdur como centro.

Tarantir no pudo evitar ponerse rojo, sabía que al no saber cómo hablar en esta época, tarde o temprano cometería algún error, pero no esperaba que fuera tan pronto.

Bagdur: " De verdad estás criando un principito aquí, en primer lugar no soy señor de nada y en segundo pocas veces es un placer conocerme".

Dijo Bagdur mientras volvía a llenar su jarra.

Alzur: "Parece que tienes problemas para reconocer las situaciones y escoger el tipo de lenguaje a utilizar, es esperado, nos encargaremos de eso durante nuestras lecciones".

Tarantir: "lecciones"

Tarantir no pudo evitar repetir en voz baja, pero totalmente audible para las dos personas sentadas a la mesa.

Alzur: " Si, lecciones"

Dijo alzur de forma tajante, pero tampoco dio espacio al silencio antes de continuar.

Alzur: "Tal vez te cueste entenderlo del todo, pero tú eres en esencia una existencia que está muy sobre el estándar de lo que es normal, y recibirás una educación y preparación de acuerdo a esa misma medida".

Apto seguido estiró el brazo en dirección a Bagdur.

Alzur: "Bagdur fue uno de los brujos que pudo aprender de mi todo sobre el manejo de la espada y usarlo para perfeccionarlo aún más con sus mutaciones, será tu maestro y me ha asegurado que cuando termine, serás uno de los espadachines más capaces que camine en este mundo".

Bagdur entendió la indirecta, era también para meterle presión a él, pero no le preocupaba, no había tiempo límite para completar esa misión.

Alzur: " Pero también me aseguraré de que seas capaz de utilizar la magia, a gran nivel, por suerte para ti, has demostrado ser una excelente fuente".

Los deseos de Alzur no parecían ser diferentes a lo que cualquier padre desearía para su hijo.

Tarantir lo sabía bien, se quedó callado mientras recordaba con poca lucidez todo el esfuerzo que hicieron sus padres y él para que lograra terminar la academia técnica a la que había ido en su anterior vida.

Sabía que había tenido mucha suerte en su vida anterior, y parece que su nuevo padre haría el mismo esfuerzo por él, estaba bastante conmovido, pero aún no lograba ser capaz de entristecerse tanto como para crear lágrimas en sus ojos.

Sus pensamientos se vieron interrumpidos cuando Alzur se paró de su silla.

Alzur: "Por ahora confió en que las mutaciones no dejaran que mueras a manos de Bagdur, ahora me retiro, tengo varias cosas que atender, no se diviertan demasiado".

Ni siquiera espero a que ninguno intentara responder, el hechicero ya había traspasado la puerta que llevaba hacia un largo pasillo.

Tarantir se quedó mirando esa dirección, pero cuando Bagdur choco su tarro contra la mesa, después de tomar un sorbo, lo obligo a voltear hacia él.

Ese sorbo de la jarra parecía ser el último, ya que seguido el brujo se levantó de la mesa y entonces las suposiciones sobre su altura fueron corroboradas por Tarantir.

El mismo se describiría como un hombre alto, pero ese hombre era más alto, ¿acaso era su mutación?, había tal vez varias opciones para justificar su altura, pero no eran importantes.

Lo verdaderamente importa era el entrenamiento que recibiría de ese tipo.

Bagdur: "Te daré media hora, después de eso más vale que estés abajo delante de la caballeriza, no me hagas subir a buscarte"

No había ni siquiera que dudar de que había sido una amenaza directa, pero Tarantir estaba tranquilo, no creía que el tipo fuera a hacer uso de la fuerza sin motivo, y además no pensaba llegar tarde.