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Lo que hace la paternidad

Ahora, solo en la habitación, Tarantir se dio cuenta de que en verdad si tenía hambre, decidió servirse de algunas frutas que fueron los primeros alimentos reconocibles.

También reconoció algunos jamones, queso, salchichas, en realidad la gran mayoría de los alimentos que se presentaban ante él, eran reconocibles.

Ya los había visto o comido en su vida anterior, había otros, en cambio, que no sabía exactamente de que animal o árbol procedían, así que espero a que algún comensal con mayor experiencia se lo explicara con mayor detalle.

Sobre todo porque en verdad no estaba comiendo tranquilo, sentía que el tiempo se le escapaba y cada cinco minutos tenía la necesidad de saber el tiempo transcurrido.

Al final no pudo llegar a la cuarta verificación, cuando decidió que ya había comido lo suficiente, aunque en verdad hubiera querido probar algunas cosas más.

Entonces se dio cuenta de que en verdad no conocía el castillo y la dirección que tenía que tomar para llegar a su cita.

Lo más lógico era tomar dirección a la salida que Bagdur y así fue, la siguiente habitación al otro lado de la puerta lo llevo a una sala con sillones verdes, pinturas y una ventana espaciosa, había mesas chicas que se suponía eran para té.

Logro localizar la siguiente puerta y se encaminó a ella, esta vez la habitación era una especie de descanso y una escalera que, por la forma de las paredes, era es espiral.

Decidió bajarla, ya abajo del todo se encontró con una cocina, bastante amplia, lo raro es que no había nadie en ella, se acercó a algunos de los utensilios y se dio cuenta de que parecían más obras de artes que otra cosa.

Las cucharas y ollas tenían grabados, los hornos deslumbraban que hasta parecían ser de algún material precioso.

Sus pensamientos fueron interrumpidos por un fuerte sonido, al voltearse en la dirección del ruido, noto que era una muchacha, no creía que fuera la cocinera, era más del servicio de limpieza, tal vez.

Ella se le quedó mirando atentamente hasta que él se cansó del silencio.

Tarantir: "Sabes como puedo llegar a la caballeriza"

La joven siguió sin pronunciar palabra alguna, pero aunque sea, proveyó con su mano la dirección que debía de tomar.

Ni siquiera pensó en quedarse a intentar preguntar el ¿Por qué de su silencio?, tomo rápidamente dirección hacia la puerta que le señalaron.

De allí todo fue más sencillos, tres habitaciones más y llego a la caballeriza, que tenía era en verdad un patio medianamente grande, donde en un lado se encontraban los caballos y alrededor algunas herramientas utilizadas para darles tratamiento.

Fue entonces que se dio cuenta de que en el patio se estaban empezando a armar algunas estructuras de madera, no estaban lo suficientemente trabajados como para adivinar de que se trataban.

Bagdur: "Que pena, en verdad me agrada cuando alguien me reta, pero eres inteligente por no hacerlo, aunque solo faltaba un minuto para eso".

La voz de Bagdur era tan grave que era imposible no alarmarse al escucharlo, Tarantir estaba empezando a enojarse, si la dinámica con Bagdur tomaba la de un matón y un estudiante sumiso, esto no acabaría bien.

Tarantir: "No me atrevería a faltarle el respeto a mi maestro, por lo menos no con algo que demostraría más mi irresponsabilidad, pero espero que el maestro no considere que si lo hago besar el piso sea una muestra de desprecio".

La frase dicha por Tarantir necesito de él mucho esfuerzo, había reunido toda su valentía para ello y en verdad estaba confiado en que las consecuencias no serian fatales.

Pero Bagdur no parecía querer hacer nada, estaba quieto mientras lo miraba.

Bagdur: "No, claro que no, si eres capaz de hacerlo te aplaudiré, pero también debes saber que hasta que eso ocurra va a pasar mucho tiempo"

Al finalizar la frase, no pudo evitar soltar una pequeña sonrisa, una sonrisa que en él era una amenaza a quien estaba dirigida.

Una espada voló por los aires, no fue lanzado con mucha fuerza, pero si la suficiente como para clavarse a los pies de Tarantir.

Bagdur: "Normalmente, para entrenar a un brujo se entrena a los niños con espadas de madera, pero tú no era un aprendiz de brujo y ya tienes una mutación, así que haremos de este entrenamiento algo más útil"

Tarantir recogió la espada, era una hermosa arma de acero, aunque en verdad no conocía demasiado de armas para poder criticar su calidad.

El sonido de una arma llamo su atención, era Bagdur que ahora tenía una espada igual en su mano, la imagen del brujo con su arma era amenazadora.

Bagdur: "No te contengas, para ti esta será una pelea de supervivencia".

Dijo al mismo tiempo que tiraba su funda a un costado.

Tarantir seguía confiado en que él no se atrevería a matarlo, Alzur no lo dejaría, pero poco sabia.

En este momento el sol estaba en su punto máximo y no había persona alguna a su alrededor.

No se dijo una palabra después de la última amenaza de Bagdur, corrieron unos 5 minutos más y entonces la tierra de bajo de los pies del brujo soltó una gran cantidad de polvo.

Bagdur se abalanzó en dirección de Tarantir, en solo unos segundos recorrió una gran distancia hasta tener a su oponente a unos pasos .

Tarantir ya había hecho bastante evitando correr en dirección contraria a su oponente, pero en verdad parecía que no estaba en posición de dar resistencia.

Un bloqueo mental o lo que tuviera fue arreglado, cuando el primer impacto de Bagdur vino, no uso la espada y felizmente no lo hizo, Tarantir se separó del piso aterrizando varios metros más atrás.

Se dio cuenta entonces de que el brujo no estaba bromeando, tal vez no era su intención matarlo, pero si causarle graves daños y él no estaba dispuesto a ser víctima.

Se levantó rápidamente del piso, trato de ignorar el hecho de que la tierra ya había causado heridas a su piel, al alzar la vista vio nuevamente a Bagdur aproximándose.

Entonces tomo la decisión de también ir a su encuentro, cuando calculo que estaba lo suficientemente cerca Blandió su espada en diagonal.

Bagdur hizo el mismo movimiento, decidió chocar la espada con la de su enemigo, y al impactar unas pequeñas chispas salieron sorprendiendo a ambos.

El impacto fue lo suficientemente fuerte como para casi causar que la espada resbalara de las manos de Tarantir, la fuerza de Bagdur era mayor e hizo que retrocediera sin posibilidad de defenderse.

En ese momento, Bagdur se movió ligeramente y causo un corte en el brazo de Tarantir y la cólera empezó a surgir en sus ojos.

Tarantir volvió a atacar, Bagdur forzaba a chocar su espada con los mismos movimientos que hacia su contrincante, en uno de esos intercambios pudo visualizar sus ojos mejor, ya no eran marrones.

El color de los ojos de Tarantir se habían vuelto rojizos y Azules al mismo tiempo, los colores fluctuaban como una tormenta en verdad.

Al mismo tiempo empezó a analizar mejor la situación con el joven, la fuerza y la velocidad que mostraba al inicio del enfrentamiento ya no eran iguales, necesitaba más fuerzas para rechazar los ataques, necesitaba ver cada vez mayor uso de su velocidad.

Entonces vio algo extraño y decidió a probar su teoría.

Utilizando una finta y dejando que uno de los ataques del inexperto Tarantir pasara por un costado suyo, decidió dar un tajo en toda la espalda, un corte que corrió en diagonal.

El corte en verdad no tenía profundidad, pero al comienzo causo que una gran cantidad de sangre empapara la ropa de Tarantir.

Él Sintió el corto y sintió la gravedad de la herida, no tenía forma alguna de curar su espalda y detener el sangrado.

Se sentía cansado, había estado enfrentado a Bagdur durante casi 20 minutos, resistiendo con todas sus fuerzas, ya no quedaba fuerzas en él, su mente se volvió borrosa y no pudo evitar caer al piso.

Se había desmayado y caído boca abajo en la tierra aplanada, al notar a su rival caído Bagdur se acercó.

Primero verifico que el joven todavía respirara, en verdad respiraba con normalidad, como lo haría una persona durmiendo.

Entonces, haciendo uso de una daga rompió la camisa de Tarantir dejando su espalda ensangrentada al descubierto.

Pero no había nada, nada más que la línea de sangre que dejaba ver, que hace algunos minutos había brotado de alguna herida, pero que ahora había desaparecido.

No lo creía del todo, así que se agachó y paso un dedo sobre la línea, solo para dar por correcta su primera conjetura.

Bagdur: "Sin daño alguno, curación inmediata, supongo que su desmayo es producto de su reciente recuperación"

Dijo en voz alta.

Alzur: "Es correcto, no necesitabas empezar tan fuerte el primer día, aunque es posible que sea mi paternidad quien esté hablando".

El hechicero parecía haber estado presente todo el tiempo , mirando desde un costado de la caballeriza, un hechizo de invisibilidad simple, seguramente.

Bagdur: "Si, es posible, pero es esta misma paternidad la que te llevo a crear un ser tan poderoso"

Bagdur dejo de analizar las desaparecidas heridas de Tarantir y lo cargo, al mismo tiempo que Alzur le guiaba el camino, el muchacho necesitaba volver a recuperarse.