webnovel

Capítulo 21:

Habían pasado cuatro horas desde que Shanex había salido del hospital, el héroe miraba atónito todo el caos y destrucción que todavía había en las calles a pesar del tiempo que había pasado entre el incidente y ese momento. Mucha gente entraba y salía de la ciudad; los que salían por haberlo perdido todo y los que entraban para comprobar que su familia y seres queridos se encontraran a salvo. Debido a la cantidad de heridos el hospital estaba completo y se había creado varios puestos a lo largo de toda la ciudad para atenderlos, el hecho de que Shanex y sus amigos hubieran ingresado en el mismo hospital había sido un milagro, seguramente provocado por Keja y Arfast o por el hecho de que intentaron enfrentarse al culpable de tanto caos y destrucción.

Shanex se detuvo al ver que delante de una casa casi derruida por completo se encontraban dos niños pequeños, ninguno de ellos mayor de 7 años, ambos miraban con lágrimas en los ojos la casa, lo que llamó la atención del héroe y fue inmediatamente a preguntarles qué estaban haciendo.

—Mamá nos dijo que saliéramos, pero ella todavía no lo ha hecho —contestó el mayor de los niños.

—Han pasado varios días desde el ataque ¿Habéis hablado con vuestra madre? —preguntó el chico, intentando saber si la mujer todavía estaba viva o los niños solo guardaban esperanzas por ser aún muy pequeños para comprender lo que había ocurrido.

—Sí, y también con muchas personas mayores, pero ya no nos hacen caso —contestó el mayor de los niños de nuevo. Shanex comenzó a pensar qué era lo que quería decir el niño con que ya no les hacían caso, tras un momento de reflexión se dio cuenta de que, a pesar de que los niños decían la verdad en que su habían hablado con su madre, probablemente su madre se había muerto mientras ellos iban a buscar ayuda y cuando los adultos habían llegado no recibían respuesta de la madre y asumían lo mismo que él o pensaban que los niños se lo habían inventado.

—Veréis…

—¿Vas a salvar a nuestra mami? —preguntó el menor de los niños, interrumpiendo lo que Shanex estaba a punto de decirles.

—No puedo salvarla porque…

—Voy a hacerlo yo —interrumpió Arfast, apareciendo de la nada y colocándose delante del héroe, a continuación, giró la cabeza y fulminó a Shanex con la mirada antes de volver a dirigir la vista hacia los niños.

—¿¡En serio!? —preguntaron los dos niños, alegrándose al momento por la noticia.

—Claro que sí, poneos detrás de mí, puede ser peligroso —pidió la acompañante de la heroína. Los niños le hicieron caso inmediatamente y la chica se preparó, colocando las manos en unas dagas que mantenía envainadas en su cintura. Arfast cerró los ojos y empezó a concentrarse mientras agarraba con fuerza la empuñadura de sus armas, poco a poco estas se estaban iluminando con una luz dorada—. ¡Swift Unsheated!

Arfast quitó las manos de las dagas y se cruzó de brazos para mirar a Shanex, otra vez con el ceño fruncido, mientras lo hacía los escombros que impedían el paso hacia dentro de la casa empezaban a partirse y cortarse a gran velocidad formando una entrada segura. Los niños fueron corriendo hacia el interior de la casa sin preocuparse de que pudiera ser peligroso.

—¿Por qué ibas a decirles que su madre está muerta? —preguntó la chica retóricamente, esperando que el héroe recapacitara en lo que estaba a punto de hacer.

—Es mejor que dejar que vean el cadáver de su madre como has hecho tú ¿Acaso eso es lo que hace tu heroína? —preguntó Shanex, devolviendo la mirada de odio con la que Arfast lo estaba mirando.

—Keja trae esperanza a la gente.

—¿De qué sirve la esperanza? Su madre no va a volver a la vida por mucho que esperen que esté viva —argumentó el héroe, usando a los niños como ejemplo para que Arfast no pudiera rebatirlo.

—La esperanza es lo que te permite seguir adelante, si la pierdes no habrá nada que te haga querer vivir —aseguró la chica.

—Hay muchas otras cosas en la vida que merecen la pena.

—¿Las hay?¿Crees que sirven de algo sin la esperanza?¿Familia? Se morirá tarde o temprano ¿Podrías vivir tranquilo sabiendo que todos ellos morirán dentro de unos minutos? Ya te lo digo yo, no, vives con la esperanza de que todos estén sanos y vivan una vida larga y feliz ¿Amor? En el caso de que tengas pareja ocurre lo mismo que la familia, incluso peor, porque también tienes que añadir la esperanza a que no te deje, te engañe o te utilice, y suponiendo que estés enamorado de alguien y aún no le hayas pedido salir, esperas que no se vaya con otro antes de que consigas afianzar el terreno para declararte y que acepte; con el dinero esperas que nadie te lo robe o que puedas adquirir cosas que te puedan hacer feliz y el poder te llena de deseos que esperas cumplir usándolo y al mismo tiempo esperas que nadie más poderoso aparezca para arrebatártelo todo —explicó la chica, intentando refutar la afirmación del héroe.

—Tú análisis es una forma muy superficial de ver la vida.

—Ya te lo he dicho con el ejemplo de la familia, nadie querría vivir sabiendo que perderá a su familia pronto, que nunca encontrará el amor, que será pobre o le quitarán todo lo que tiene y todo su poder no sirve de nada.

—Existen más cosas a parte del amor, el dinero, la familia y el poder.

—Y todas ellas siguen sin funcionar si no tienes algún tipo de esperanza en ellas, da igual cuanto lo intentes, no puedes prescindir de la esperanza y…

Los niños salieron corriendo de la casa, ambos estaban preocupados y asustados, Arfast dejó de hablar y les preguntó lo que pasaba, recibiendo una petición de ayuda por parte de los niños, quienes decían que su madre se encontraba en problemas en la despensa. La chica cogió al mayor de los niños en brazos y le pidió que la guiara por el interior de la casa, a continuación, entró a gran velocidad. Tras evitar varios obstáculos sin detenerse, Arfast consiguió llegar a la entrada de la despensa.

—Este lugar es enorme —pensó la chica en alto, mientras tomaba en alto. Arfast dejó al niño sobre el suelo y entró a la despensa, la madre de los niños estaba allí, aparentemente inconsciente y encima de ella tenía una viga de madera.

Arfast se acercó y colocó sus manos debajo de la viga, de nuevo, la chica cerró los ojos e inspiró con fuerza, la viga empezó a temblar y poco a poco la chica comenzó a levantarla a pesar de que el objeto la superaba por mucho tanto en tamaño como en peso. Cuando por fin consiguió levantar lo suficiente la viga, la chica se colocó directamente debajo de ella y se dio la vuelta para sujetarla con la espalda mientras usaba los brazos para apartar a la madre de los niños de debajo; en el momento en el que la madre de los niños estaba a salvo Arfast trató de moverse y salir de debajo de la viga, pero tras un pequeño movimiento tosió un poco de sangre y sus piernas cedieron quedándose de rodillas con la viga encima de ella, no siendo aplastada únicamente por la fuerza que aún hacia con las piernas y los brazos.

—Esto me pasa…por usar habilidades especiales —exclamó la chica mientras poco a poco perdía las esperanzas de sobrevivir y al mismo tiempo se reía por lo irónico que era ese destino.

—No pierdas la esperanza.

La viga encima de Arfast comenzó a sentirse más ligera, la chica no era capaz de ver quien era la persona que la estaba ayudando, pero, estaba segura de que se trataba de Shanex, y se sentía como una idiota por el comentario que le acababa de hacer el héroe. Tras salir de debajo de la viga, la chica tosió unas cuantas veces sin mirar a Shanex, echando un poco de sangre por la boca y entonces trató de hablar con él.

—Shanex, yo siento…Espera, ¿Quién eres? —preguntó al darse cuenta de que la persona que la había salvado no se trataba del héroe sino de Bardisen.

—Me llamo Bardisen, soy un compañero del héroe, lo estaba buscando y no pude evitar ver como entrabas a esta casa y venir a ayudar —contestó el guerrero, antes de desviar la mirada hacia la madre de los niños—. ¿Sabes algún hechizo de curación?

—No, pero…

—Perdona mis modales ¿Estás bien? —interrumpió el chico, dándose cuenta de que no le había preguntado cómo se encontraba.

—Sí, pero…

—Vamos, tenemos que salir de aquí cuanto antes, esta mujer necesita un mago o atención médica —volvió a interrumpir, cogiendo a la mujer en brazos y poniéndose en posición para que Arfast se subiera a su espalda.

—Puedo caminar yo sola —dijo la chica, antes de dar un paso y darse cuenta de que si daba unos cuantos más acabaría de nuevo en el suelo—. Aunque, si tenemos que salir rápido supongo que te retrasaría si lo hiciera ahora mismo —comentó, fingiendo que lo estaba haciendo por la situación, antes de dar unos dolorosos pasos y subirse a la espalda del chico, agarrándose con fuerza y cuidado al cuello de este.

Bardisen caminó fuera de la despensa, el niño que había llevado hasta allí a Arfast ya no estaba, lo cuál preocupó a la chica en el momento.

—¿Has visto al niño que estaba aquí?

—Lo he mandado volver a la entrada —contestó el guerrero, manteniendo una velocidad moderada por culpa del peso que estaba soportando en ese momento.

—¿Puedo preguntarte una cosa? —preguntó la chica, recibiendo una respuesta afirmativa de Bardisen—. ¿Por qué no vino a ayudarme Shanex?

—¿Querías que hubiera venido él en mi lugar? —preguntó de vuelta el chico.

—No, no es eso, es solo que, me parece raro que haya sido su compañero el que viniera a buscarme en su lugar.

—Bueno, puede deberse a muchos motivos, aunque supongo que es porque estaba seguro de que tú podrías con ello sola —respondió maquillando el hecho de que estaba seguro de que el motivo por el que su amigo no había ido a ayudar a la chica era porque no creía que la madre de los chicos estuviera viva.

—Aún así tú viniste —comentó Arfast, perdiendo la poca fe que tenía en el héroe.

—Creo que es mejor estar ahí cuando no se necesita ayuda que no estar cuando se la necesita de verdad —admitió el chico, actuando más como un héroe que el propio héroe al que acompañaba, provocando que la decepción que tenía la chica con Shanex aumentara.

Finalmente, los dos salieron de la casa, Shanex se encontraba junto a los hijos de la mujer en la puerta; en cuanto vio que la mujer todavía estaba respirando, aunque con dificultades, no pudo evitar sentirse culpable por asumir directamente que había muerto en lugar de ir a comprobarlo.

—¿Está bien? —preguntaron tanto los niños como el héroe al mismo tiempo.

—Es difícil saberlo, tenía una viga encima de ella y no sabemos cuanto tiempo llevaba allí debajo, lo primero que deberíamos hacer es ir al hospital, allí puede haber un mago que la cure y si no, los médicos pueden encargarse de ella —contestó Arfast, manteniéndose en la espalda de Bardisen y llamando la atención de los tres.

—¿Qué haces ahí? —preguntó Shanex desconcertado.

—Se hizo daño levantando la viga, era más rápido llevarla que dejar que caminara por su cuenta —contestó Bardisen, creyéndose por completo la mentira de Arfast—. En fin, voy al hospital ¿Vas a venir conmigo o vas a seguir llorando porque Morgja es más único que tú? —preguntó, yendo a hacer daño por lo molesto que se encontraba por la actitud de su amigo.

—¡No estaba llorando porque Morgja fuera más único que yo! —gritó el héroe, enfadándose por el comentario de Bardisen.

—Claro, sécate las lágrimas y vamos, seguimos teniendo que hacer el viaje del héroe.

Bardisen dio la espalda a Shanex y comenzó a caminar hacia el hospital cargando todavía con la madre de los niños y Arfast; enseguida, el guerrero comenzó a ser seguido tanto por los hijos de la mujer como por el héroe, este último algo avergonzado por no haber podido defenderse de lo que su amigo había dicho.