webnovel

Capítulo 20:

Shanex se encontraba sentado en la habitación en la que tenían hospitalizada a Leanorah; ni ella ni Bardisen se habían despertado desde la pelea contra Ysslan, y eso preocupaba al héroe. Shanex había pasado los últimos dos días turnándose entre las habitaciones de sus compañeros con la esperanza de que alguno de ellos se despertara, lo que a su vez le había dado mucho tiempo para pensar en todo lo que le había ocurrido recientemente y si de verdad merecía la pena continuar con su viaje para enfrentarse al Jeval.

El héroe se puso en pie para ir a la habitación de Bardisen y comprobar si su amigo recobraba el sentido, en el momento en el que colocó la mano en el pomo de la puerta, escuchó la voz de Leanorah y regresó de vuelta a su lado; la chica parecía estar hablando en sueños.

—Morgja, diles algo a nuestros hijos —murmuró la chica. De nuevo, Shanex se puso celoso y no pudo evitar pensar en alto "Incluso en sueños estás obsesionada con él". El héroe tomó aire con fuerza y se sentó de nuevo en la silla para los visitantes con la esperanza de que el hecho de que la chica estuviera soñando fuera un indicativo de que se iba a despertar en breves.

Tras un par de minutos en los que Leanorah estuvo hablando en sueños, de una forma que permitía a Shanex imaginarse perfectamente lo que estaba soñando, la chica se despertó. Justo en el momento en el que Leanorah abrió los ojos intentó recostarse sintiendo un dolor punzante en el hombro izquierdo.

—¿Dónde estamos? —preguntó la chica en cuanto giró la cabeza hacia Shanex y lo vio.

—En el hospital, hace dos días que perdimos contra el Jeval —informó el héroe, desanimándose un poco al mencionar su derrota.

—Así que no fue un sueño…Vaya…La brecha entre nosotros es muy grande, casi parece imposible acabar con él —comentó la chica, siendo imposible para ella no comparar el poder que poseía el monstruo con el suyo.

—Sobre eso, no sobrevivimos por pura suerte —mencionó el héroe, dándose cuenta enseguida de que el hecho de que Keja si que había sido un golpe de suerte—. Bueno, en realidad sí que lo fue, lo que quiero decir es que no fue simplemente porque sobrevivimos al ataque e Ysslan no quiso rematarnos, nos salvaron.

—¿¡En serio!?¿¡Quién!? —preguntó la maga, entusiasmándose por saber más de la persona o personas que habían sido capaces de enfrentarse al Jeval.

—Sus nombres eran Arfast y Keja, y esta última es…Es la heroína, o por lo menos dice serlo —respondió el héroe, resistiéndose por un momento a considerar que la mujer poseía el mismo destino que él.

—¿Cómo que es la heroína? No lo entiendo.

—Yo tampoco, no sé si dice la verdad, pero, lo que sí sé es que su poder es real, no solo ha podido enfrentarse al Jeval, según su compañera si no fuera porque tuvo que protegerla lo hubiera matado en múltiples ocasiones, y siendo honestos me lo creo, nada más abrir la puerta de su habitación no pude evitar caer de rodillas; está rodeada de un aura que ni yo puedo resistir.

Leanorah se quedó sin palabras y comenzó a mirar hacia delante de ella, a primera vista sin pensar en nada, pero, tras unos instantes volvió a mirar a Shanex con una expresión seria.

—¿Qué vamos a hacer?¿Quiere decir esto que nuestro viaje ha terminado? —preguntó la chica, dando al héroe todo el poder para decidir si continuarían su viaje para acabar con el Jeval o si por otro lado regresarían a sus hogares y le dejarían todo el trabajo a Keja y Arfast.

—No lo sé —contestó el héroe, dirigiendo su vista al suelo para comenzar a llorar—. He estado toda mi vida estudiando y entrenando para enfrentarme al Jeval, y ahora descubro que no ha servido de nada, hay otras personas mucho más capacitadas para acabar con él y yo ni siquiera he podido aguantar uno solo de sus ataques —explicó, haciendo una corta pausa para tomar aliento—. Es muy frustrante ¿Sabes? Descubrir que todos tus esfuerzos no han servido de nada, que toda tu vida has seguido el camino incorrecto y que todas las oportunidades que has tenido y rechazaste para poder hacer lo que se esperaba de ti nunca volverán ¿Qué harías tú en mi lugar? —preguntó, volviendo a dirigir la mirada hacia la chica.

—Te entiendo, sé perfectamente qué es hacer a un lado todo lo que quieres y te importa para intentar cumplir lo que se espera de ti —comentó Leanorah, poniéndose en pie mientras se sujetaba el hombro para intentar apaciguar el dolor—. No poder alcanzar las expectativas es algo que todos hemos sufrido, Bardisen, yo…

—Morgja ¿Verdad? —preguntó el héroe, intuyendo que la chica iba a mencionar al chico.

—No, Morgja sí ha sufrido por culpa de las expectativas que sus padres tenían puestas en él, eso no lo niego, pero siempre se ha resistido a ellas, es el único de nosotros que ha antepuesto sus deseos a los de los demás —corrigió la chica, poniéndose pensativa sobre lo que acababa de decir—. Tal vez, si hubiéramos hecho lo mismo todo sería muy distinto, pero en este momento no estamos hablando de lo que pudo ser, estamos hablando de nosotros.

—¿Nosotros? —preguntó Shanex, ilusionándose un poco por el hecho de que Leanorah evitara hablar de Morgja para hablar de ellos.

—Sí, tú, Bardisen y yo —aclaró, rompiendo por completo las ilusiones que el héroe se había hecho—. No te voy a mentir, a una parte de mí le gustaría fingir que el Jeval acabó con mi vida para irme a vivir a un pueblo tranquilo apartado de la ciudad y todas las responsabilidades de un noble, pero, ya hemos llegado muy lejos en este camino "incorrecto" que hemos decidido tomar los tres juntos, así que yo digo que sigamos nuestro viaje, salvemos a todo el mundo que podamos y hagámonos más fuertes para poder acabar con el Jeval antes de que lo haga esa presunta heroína —explicó al mismo tiempo que intentaba animar a Shanex y hacerlo ver que lo que habían hecho durante toda su vida no había sido un error—. Así que no llores ¿Sí? —dijo a continuación, colocando la mano sobre la cara del chico para pasarle el dedo pulgar por debajo del ojo y secar así sus lágrimas. Shanex miró fijamente a Leanorah, la chica estaba sonriendo mientras lo miraba de vuelta, lo que hizo que su corazón comenzara a acelerarse y sus mejillas se pusieran rojas.

—Norah te qui…

De repente, la puerta de la habitación se abrió; era Bardisen, el chico parecía estar en mucho mejor estado del que estaban Leanorah en ese momento y Shanex en el momento en el que se había despertado. Nada más entrar y ver que sus amigos estaban despiertos y en buen estado, el guerrero se precipitó contra ellos y los abrazó con fuerza.

—Menos mal que estáis bien, no sé lo que habría hecho si os hubiera perdido —exclamó Bardisen, casi llorando por el pensamiento de poder perder a sus mejores amigos, Shanex, que en el instante en el que el guerrero abrió la puerta se había enfadado por haberlo interrumpido en el momento en el que había decidido declararse a Leanorah y conseguido la valentía por hacerlo, se calmó enseguida y devolvió el abrazo de su amigo, mientras que Leanorah estaba igual de alegre que el guerrero por verlo en perfecto estado.

Bardisen se separó de sus amigos y los miró fijamente, a pesar de la felicidad que habían sentido durante el abrazo del guerrero, esta solo duró un breve periodo de tiempo antes de que los dos chicos recordaran la dura situación en la que se encontraban; Bardisen se dio cuenta de la expresión de sus compañeros y preguntó inmediatamente que es lo que les ocurría. Shanex procedió a contárselo sin ninguna intención de ocultar nada de lo que había ocurrido, tal y como se lo había explicado anteriormente a Leanorah. Después de la explicación del héroe Bardisen se quedó pensativo, aunque no parecía estar ni triste ni decaído por haber sido completamente superados por una persona que se autoproclamaba heroína.

—¿Y si sí que es la heroína? —preguntó el guerrero, seguro de lo que decía.

—¿Cómo va a ser la heroína? El héroe legendario soy yo —contestó Shanex, molestándose por la pregunta de su compañero.

—Lo llevo pensando un tiempo, pero, ¿Y si hay más héroes a parte de ti? Al fin y al cabo hemos tenido noticias de otra persona que se hace llamar héroe, y teniendo en cuenta que si hubiera sido mujer la hubieran llamado heroína, puedo decir con seguridad que esa tal Keja no es la persona de la que hemos oído hablar.

—Vale, Keja no es el otro "héroe" que hay por ahí salvando a la gente, pero eso no quiere decir que sea la heroína de verdad o que haya más, nunca he oído hablar de que eso ocurriera —refutó Leanorah, intentando que Shanex no perdiera el ánimo por ser el héroe que le había subido momentos antes.

—Ahí quería llegar, es cierto que nunca hemos oído hablar de que en algún momento, pero, tengo dos posibles teorías, la primera es que se desconocía, es decir, el potencial y destino de una persona se mira cuando nace en un hospital ¿Y si alguien tuvo un hijo en su casa y nunca se comprobó? Eso haría que hubiera dos héroes sin que nadie se enterara, y solo el que consiguiera matar al Jeval sería considerado héroe, el otro simplemente caería en el olvido, ya sea porque no fue capaz de acabar con el monstruo o puede que ni siquiera lo hubiera intentado por el pensamiento de no ser nadie especial —explicó el guerrero, siendo bastante lógico y realista, pero no lo suficiente convincente para hacer ver a Shanex y Leanorah que lo que decía tenía cierto sentido.

—Lo que dices no se sostiene, nacen suficientes niños en los hospitales como para que se hubiera dado el caso de que dos héroes se hubieran identificado, aunque fuera en hospitales distintos —comentó Shanex, tratando de refutar la primera teoría que Bardisen había propuesto.

—Bueno, tienes razón, pero eso me lleva a mi segunda teoría, y debo decir de antemano que lo siento —dijo a continuación el guerrero, extrañando a sus amigos por esa repentina disculpa—. Mi segunda teoría es que no se han identificado dos héroes al mismo tiempo porque nunca han existido dos héroes al mismo tiempo, esta es la primera vez que pasa, y antes de que me digáis algo, tened en cuenta que Morgja es la primera persona en la historia que se ha identificado con una luz blanca —desarrolló, haciendo que Shanex se diera cuenta de por qué Bardisen había pedido disculpas y Leanorah se quedara igual de confusa que al principio. Ninguno de sus compañeros pudo decir nada en contra de la segunda teoría del guerrero, a pesar de que era improbable, era igual de improbable el caso que el guerrero había puesto de ejemplo.

—Necesito tomar el aire —indicó Shanex, antes de irse de la habitación vencido por el tema que estaban tratando.

—Shanex —llamó Leanorah, antes de ser detenida por Bardisen.

—Déjalo, tiene muchas cosas que procesar —pidió a continuación, tratando que la chica recapacitara en su idea de seguir al héroe para hablar con él y hacerlo sentir mejor.

—No lo entiendo ¿Por qué se pone así?¿Tiene algo que ver con el motivo por el que has pedido disculpas?

Bardisen suspiró con fuerza, agotado por la falta de percepción que podía llegar a tener su amiga; el guerrero se dio la vuelta y fue directo al asiento en el que Shanex se había sentado mientras esperaba a que Leanorah se despertara.

—No tiene sentido que te lo diga, si no lo entiendes es que no has pensado suficiente en el asunto.

Mientras tanto, Shanex ya había salido del hospital, el lugar estaba a menos de diez minutos del lugar en el que se había enfrentado a Ysslan, en el momento en el que el chico se dio cuenta, no pudo evitarlo y volvió a caer de rodillas como en el momento en el que se topó con Keja; todo delante de él estaba destrozado, y sobre los escombros yacía la cabeza cercenada del monstruo que había atacado la ciudad con el Jeval, y si miraba detrás de ella al fondo también podía divisar parte de su cuerpo, lo que quería decir que su cabeza había salido volando por la fuerza y el poder del ataque que lo había decapitado.