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Capitulo 15 Castillo de la familia real

"Estruendos"

"Dame todo tu maná, niño".

Hice lo que me dijo. Mi maná empezó a moverse en una sola dirección, y esa fue el tatuaje en forma de luna de color negro. El maná llegó a ese lugar; todo mi cuerpo se puso sudoroso y experimenté un poco de mareos con ganas de vomitar. Sentía que me sacaban toda la energía necesaria para mover cada músculo de mi cuerpo. Era como si algo tratara de extraer todo de mí y me dejara sin nada.

El maná se terminó y, como si fueran casi dos piscinas de maná, todo ese maná fue absorbido simplemente por moverlo al tatuaje en forma de luna. De pronto, sentí que todo el lugar se oscureció, una oscuridad que incluso era más fuerte que la misma luz. Sentí como si tuviera los ojos cerrados, pero realmente los tenía abiertos. Luego, una voz resonó fuera del carruaje. Rápidamente abrí la puerta con algunos tambaleos por la falta de maná.

Salí del carruaje. Una oscuridad sin fin se mostraba a donde quiera que mirara. No podía ver nada, simplemente oscuridad infinita. Esto me trajo recuerdos de cuando sentía ese frío y la oscuridad al borde de la muerte; era parecido, pero al mismo tiempo no lo era. Sentía que esta oscuridad me perteneciera. Cuando miré hacia donde Josephine estaba en el suelo y el mago encapuchado, vi a una tercera persona, y ese era Encrid.

"Es igual a cuando lo vi por primera vez".

Tenía esos mismos rasgos faciales: cabello negro, ojos negros pero con tonos morados que resaltaban. Una altura aproximadamente de 1.80, muy alto para personas comunes, un cuerpo como si fuera entrenado por varios años sin el consumo de esteroides, con un traje completamente oscuro.

"Jajaja, finalmente puedo moverme".

Fueron las palabras que dijo cuando apareció. Parecía un psicópata, pero no lo era, simplemente estaba alegre por tener un cuerpo humano. Eso era simplemente una diversión para él, poder moverse libremente sin estar en forma de tatuaje y luego una espada.

"Ahora tú eres un problema para mi descendiente y sus futuras esposas".

Mi rostro se arrugó cuando dijo esas palabras. Quería golpearlo, pero no estaba en su forma de tatuaje para simplemente pellizcarlo.

"Este imbécil siempre está con esa mala broma".

Pensando, miré fijamente para ver qué pasaría después. Ver que Encrid es así de fuerte con tan solo darle todo mi maná, que se podría considerar muy poco para otros, simplemente lo hace ver como una cantidad de maná exponencial. Mirando, podía saber que ese mago encapuchado estaría en serios problemas.

¿Q—quién eres?" preguntó el mago, pero su voz era tan frágil que incluso daba pena.

"Un insignificante mago de tercer círculo me está preguntando algo que no se debe hacer."

"L—largo, maldición. Ese cabrón no me dijo nada de esto…"

El mago trató de correr, pero por alguna razón le era imposible. Sin embargo, cuando escuché esas palabras al final, me di cuenta de que había sido enviado, por lo tanto, me acerqué a él.

"¿Quién te envió?"

Levantó la mirada, lo miré fijamente con una profundidad inconmensurable, lo observé fríamente tratando de infundirle aún más miedo. De hecho, incluso diría que este mago es insignificante, pero apenas soy un mago de primer círculo, y no sonaría bien decir eso. Así que simplemente lo miré fijamente y volví a hacer la misma pregunta.

"¿Quién te envió? Si no contestas, morirás muy dolorosamente."

Admito que no quiero derramar sangre nuevamente, pero siempre hay personas como esta que intentarán matarte cueste lo que cueste. Por lo tanto, aunque quiera una vida nueva sin arrepentimiento, aún así se debe asesinar en este lugar. No lo podía evitar, pero si es por la seguridad no solo mía, sino también de incontables familias que posiblemente fueron asesinadas por este mago.

"Te preguntaré una vez más: ¿quién te envió?"

"…"

Él se miró nervioso, pero sus labios se abrieron cuando mi mirada se intensificó aún más.

"Fue—fue el Duque Edmund Blackwood. Él me envió y me dijo que debía matar a alguien llamado Asher Frostblade. Solo sé eso, por favor, déjame…"

Iba a hacerlo primero, pero Encrid se interpuso y la cabeza del mago voló por los aires. Realmente iba a hacerlo, pero…

"Vaya, incluso no te importa matar a personas. Niño, me empiezas a interesar aún más."

"Oye… Tu cuerpo creo que no está bien."

"…"

Él miró la mitad de su cuerpo; se estaba evaporando lentamente. Simplemente nos miramos con una expresión de "¿qué está pasando?".

"Creo que el tiempo se me acabó. Bueno, es hora de que regrese a tu brazo como un tatuaje", dijo con sarcasmo, y con eso terminó evaporándose. Luego miré mi brazo y, efectivamente, ahí estaba de vuelta el tatuaje y la oscuridad desapareció dejando ver la luz del sol.

Luego miré el cuerpo sin vida del mago. Miré su brazo y tenía tres círculos blancos en forma de rayo, pero en círculo. Si un mago tiene cierto elemento, la forma de ese elemento se graba y se forma en un círculo que rodea el brazo del mago. Por lo tanto, por la forma de rayo que tiene...

"Este mago es del elemento eléctrico".

Hay elementos fuertes y también elementos débiles, pero cada uno tiene sus ventajas, incluso mejores que los elementos fuertes. Es como un ciclo que se repite con un fuerte y un débil, pero el débil siempre tiene un truco que hace que se compare con el fuerte.

Finalmente miré a Josephine; estaba tumbada en el suelo, desmayada y con graves heridas.

"Suspiro".

Caminé y me acerqué al carruaje. Miré por la ventana desde afuera; Gloriana y Luna estaban en un sueño.

"¿Desde cuándo ellas...?"

"Fui yo, no puedo dejar que me vean así de fácil, pero ellas despertarán en cuatro horas", dijo Encrid.

Caminé más adelante y ahí estaba un hombre de mediana edad sentado mientras sostenía una cuerda. El hombre estaba desmayado. Miré a los alrededores y todos estaban en el suelo.

"Esto me llevará un largo tiempo".

***

—Cambio de escena.

Habían pasado casi cinco horas. A lo lejos se podía ver un muro enorme que, en vez de rodear la ciudad, parecía que no lo estaba haciendo. Eso significa que la ciudad Mengrana es tan grande que no es posible ver el muro dando la vuelta. Era completamente un muro recto a mi vista, pero en realidad ese muro es redondo y cubre toda una ciudad.

Había terminado de montar a todos los caballeros a sus caballos y estuve atento a que ningún caballo se separara del camino, por lo que fue muy frustrante.

El hombre de mediana edad que dirigía y controlaba a los caballeros que empujaban el carruaje está desmayado, por lo que tomé la iniciativa de hacer su trabajo. Todo lo hice yo solo hasta ahora.

"Mmm, ¿qué pasó?"

Miré por una pequeña ventana detrás de mí. Luna se acababa de despertar.

"Te desmayaste", respondí.

"¿Qué haces ahí, y el señor Edgar?"

Miré a mi lado y vi al hombre de mediana edad dormido igual que todos los demás. Luna se refería a este hombre que estaba a mi lado.

"¿Hablas de este señor Edgar? Está desmayado también, de hecho, todos lo están".

"Q—¿qué fue lo que pasó?"

Los minutos corrieron rápidamente y le expliqué la situación. Obviamente, no mencioné a Encrid e inventé una historia.

Un hombre desconocido apareció de la nada y luego derrotó al mago que nos atacó. Luego hizo un hechizo que desmayó a todos los presentes, y el hombre me dejó a mí a cargo de llevarlos a la ciudad y luego se fue.

Una historia corta pero completamente inventada. No sabía por qué Encrid quería ocultarse, pero hice lo que pude para evitar alguna información sobre él.

"Entonces, ¿eso fue lo que pasó?"

"Así es, cuando los caballeros despierten, les explicas lo que pasó".

"Está bien".

Finalmente pasó el tiempo. Una hora después, ya casi estábamos en la entrada de la ciudad. Había un grupo de más de veinte caballeros y, al ver su fuerza, pude más o menos hacer una suposición de su capacidad. Llegué a la conclusión de que todos estos caballeros podían derrotar a magos de tres círculos fácilmente.

Los caballeros habían despertado y estaban en un estado de confusión, al igual que el hombre que estaba a mi lado. Se había despertado, por lo tanto, regresé al interior del carruaje. Luna y Gloriana estaban completamente despiertas y seguían hablando, pero yo solo observaba por la ventana. Finalmente, el carruaje se detuvo.

Varios caballeros que estaban en la entrada de la ciudad avanzaron y hablaron con los demás caballeros, especialmente con Josephine, que resultó ser el líder de estos caballeros. Aunque él era un poco débil en comparación con los demás, parecía que lo respetaban.

Josephine se acercó a la puerta del carruaje y la abrió.

"Princesa, llegaremos al castillo en unos minutos, así que puede estar relajada", dijo Josephine.

Me miró con una fría mirada, pero lo ignoré. El carruaje continuó avanzando cuando entramos en la ciudad.

Los paisajes de una ciudad medieval eran tan increíbles que no despegaba la mirada. Cuando miré al frente y saqué la cabeza para mirar mejor, vi un castillo tan enorme que, a simple vista, definitivamente era inmenso. Entonces, ¿cómo sería estar dentro de todo ese castillo? Sería incluso más decorativo que la mansión de Edmund.

"P—¿por qué es tan grande?"

"Porque la familia real merece un lugar así de grande", respondió Luna.

"Pero eso... es demasiado grande".

"No me digas a mí, pregúntale al anterior Rey que decidió hacer un castillo así de grande", dijo Luna.

"¿Te refieres al mago de noveno círculo Belgir Mengral?"

"¿Cómo sabes su nombre? Pensé que solo las familias de magos y la misma familia real sabían de él".

"..."

Entonces, ¿por qué ese libro tenía esa información? ¿Acaso lo debí haber traído? Pero lo dejé a propósito ya que solo era un libro en esas habitaciones de esclavos, pero nunca pensé que fuera un libro que contenía información oculta de la familia real.

Entonces, ¿quién escribió ese libro y con qué propósito? Ahora no entendía nada.

"Bueno, solamente lo leí en un libro que había encontrado".

"Está bien, después de todo tampoco me quieres decir lo de tu magia".

"..."

"Suspiro".

No es que no quiera decirlo, simplemente no sé qué es esta magia. Aunque sé quién tiene la respuesta, es posible que por el momento no me responda, por lo que esperaría un tiempo antes de preguntar el origen de esta magia de la oscuridad.

"Sonido sordo".

Se escucharon rejas abriéndose. Cuando miré por la ventana, estaba justo en la entrada del castillo. Era tan enorme que no podía ver el final, simplemente inmenso.

El carruaje se detuvo en lo que parecía ser la entrada directa al castillo. Josephine abrió la puerta y guardias formados en filas se inclinaban justo en la entrada. Gloriana, como se esperaba, salió primero.

"Le damos la bienvenida a la princesa Gloriana".

Todos saludaron al mismo tiempo. Miré a Luna, que estaba a mi lado.

"¿Y yo por dónde entro? Creo que no sería buena idea entrar por aquí, ¿o sí?".

"Jajaja, descuida, solamente mantente cerca de mí. Tenemos que entrar al salón real, es donde el rey y la reina están".

"..."

Me sentía muy inseguro de si realmente debía entrar. Justo en este momento, todavía tenía la oportunidad de salir del carruaje y dirigirme directamente a la salida sin ningún problema, pero debía entrar; mis instintos decían que debía hacerlo.

"¿Hay magos ahí dentro?"

"Por supuesto, ¿crees que nadie protege al rey y a la reina? Son magos de hasta séptimo círculo y el director de la Academia Laosa, un noveno círculo".

"..."

Simplemente me sorprendió. Dentro de este enorme castillo hay un mago de noveno círculo. Podría ser mi oportunidad de poder siquiera entrar a esa academia, pero, ¿y si no es así? ¿Qué pasaría si todos ahí dentro se enteran de que soy un plebeyo? Siendo el rey, debería ser neutral con los títulos y posiciones de las personas, ¿verdad?

"Suspiro".

Finalmente salí del carruaje. El silencio invadió, pero rápidamente los caballeros gritaron de alegría.

"Que sea bienvenida la señorita Luna Hazard".

Solamente dijeron eso y entramos por unas grandes puertas de roble. Detrás de esa puerta, un pasillo decorado con cosas incluso más valiosas que la mansión del Duque Edmund. Todo estaba decorado con objetos más valiosos que aquella mansión, y todo esto en un pasillo de unos cincuenta metros de largo. A cada lado del pasillo había puertas. El lugar en sí es demasiado grande y esto apenas es un pasillo pequeño en comparación con todo el castillo.

Finalmente salimos del pasillo y dos grandes puertas se abrieron causando un sonido. Había doce pilares en cada lado del lugar, una alfombra roja que conducía al final del gigantesco salón. Al final de la alfombra había cuatro asientos, que parecían ser los tronos del rey y la reina.

El rey y la reina estaban en el centro, con dos tronos que parecían de oro puro y dos tronos de plata al lado de los tronos de oro.

El silencio invadió la gran sala cuando Gloriana habló alegremente.

"Padre, ya llegué".

"Hija, ¿estás bien? Esos sucios secuestradores no te hicieron nada, ¿verdad?"

"..."

El rey se levantó y corrió a abrazar a Gloriana. Definitivamente, Gloriana es alguien muy especial para este rey. Sin embargo, no estaba la reina; todos los tronos estaban vacíos, a excepción del rey, que acababa de dejar su trono solo para abrazar a Gloriana.

"Bueno, no me importa, pero..." Miré a Gloriana y ella logró verme en un instante.

"Padre, él fue quien me mantuvo a salvo".

Con esas palabras, el rey me miró. Sus ojos recorrieron todo mi cuerpo y parecía no estar para nada afectado hasta que habló.

"Eres un plebeyo, pero mantuviste a salvo a mi querida hija".

Creí que me hablaría al igual que Edmund o el caballero Josephine, pero el rey mantuvo su mirada tranquila y serena. Luego empezó a caminar y se me acercó y dijo:

"Pídeme lo que sea, te lo daré con gusto", dijo amablemente.