webnovel

Capitulo 14 Bandidos

El aire fresco del exterior, la calidez del sol, las flores y las gotas de agua de las fuentes que se encontraban por todas partes. Las gotas de agua llegaban a mi rostro, pero no sentía felicidad al ver un ambiente tan agradable y tranquilo. ¿Por qué no estoy sintiendo alegría?

No estaba feliz de ver un lugar tan hermoso como este enorme jardín.

"Quizás es porque no es mi jardín", pensé.

Podría ser la respuesta, pero ¿sería eso siquiera posible? No me sentía cómodo en este lugar y no experimentaba ninguna emoción alegre por estar aquí.

"Vamos a sentarnos ahí", mencionó Luna.

Nos sentamos frente a una fuente. La banca parecía de mármol, pero al observarla más detalladamente, noté que no lo era; simplemente estaba pintada de blanco, imitando el mármol.

Miré a Luna. Ella parecía querer decirme algo.

"¿De qué quieres hablar?", pregunté.

"Eh... Yo no tengo nada que..."

"Tu rostro dice lo contrario", la interrumpí.

"Bueno, es que sabes que mañana llegaremos a la ciudad y me preguntaba si..." Dejó la pregunta en el aire.

"…"

"Suspiro"

"Dilo de una vez, no te pongas nerviosa".

"Yo... Está bien. En la ciudad imperial hay una academia llamada 'Laosa'. Es una academia de magos, así que me preguntaba si te gustaría ir."

Una academia... Esto lo he visto en alguna parte, por supuesto, en la historia de mi vida pasada. Los protagonistas usualmente empiezan en una academia mágica, aunque a veces lo hacen después de unos capítulos. Entonces, es ese tipo de academia.

Si es así, sería muy bueno para seguir creciendo en el camino del mago, pero...

"No es una academia de nobles."

Ese es el problema. Siendo una academia, sería más que obvio que solo sea para nobles.

"Tienes razón, pero hay una forma de que puedas entrar."

"¿Cuál es?"

"Salvaste a Gloriana, ella es la princesa del reino. El Rey te recompensará por lo que hiciste, así que intenta usar esa recompensa como un pase para la academia Laosa", mencionó Luna.

Ciertamente, es una buena idea, pero ¿qué pasa si no es así y me rechazan la petición? Además, soy yo quien puede elegir la recompensa. Si es así, podría pedir otra cosa, como vivir lejos de la sociedad y recibir entrenamiento de Encrid, un mago antiguo de una era desconocida. Entonces, ¿qué sentido tendría entrar a una academia?

"Acepta lo que te ofrecen, niño," dijo Encrid repentinamente. "Si no lo haces, no te enseñaré mis conocimientos."

"..."

"Suspiro"

"Está bien, pero ¿y si rechazan mi petición?" pregunté a Luna, dejando de lado a Encrid.

"Descuida, salvaste a la princesa. Por lo tanto, el rey te preguntará qué recompensa deseas, y ahí es donde pides la entrada a la academia Laosa," mencionó Luna.

Sinceramente, Luna daba mucho miedo. Su inteligencia es muy superior a la de otros niños comunes. Me atrevería a decir que es una genio.

"Entonces, ¿qué tal si..."

De pronto sentí una mirada dirigida hacia mí, una sensación muy conocida. Miré a mi alrededor y, efectivamente, era Edmund. Venía hacia nosotros, aunque trataba de ocultarlo. Sus pasos eran rápidos, pero podía sentir una amenaza emanando de él.

"Al menos debería intentar ocultar su enojo," pensé.

Edmund finalmente se acercó y habló en un tono calmado tratando de ocultar su enojo.

"¿Se están divirtiendo?"

"..."

Me miró, pero intentaba ocultar su ira hacia mí. Era muy claro que ni siquiera podía disimular esas emociones, pero como ex asesino, sabía que estaba tratando de esconder su enojo.

No me podía engañar. Era muy obvio, incluso Luna se daría cuenta de lo que Edmund estaba tramando.

Miré a Luna. Ella tenía el ceño fruncido.

"¿Necesita algo, señor Edmund?" preguntó Luna con el ceño fruncido.

Ella ya se había dado cuenta de lo que estaba sucediendo por su mirada.

"N-no, si necesita algo, solo dígamelo."

"No es necesario, pero si pudiera dejarnos hablar a solas con Asher..."

Su rostro se contrajo y una vena apareció en su frente. Estaba más enojado, quizás porque Luna, una noble, me estaba defendiendo de él.

"C-claro, señorita Luna," dijo mientras rechinaba los dientes, tratando de esconder su ira.

"¿Qué fue...?"

Levanté la mano e interrumpí antes de que algo saliera mal. Luna parecía estar más enfadada, así que...

"Gracias por su amabilidad, señor Edmund," dije tratando de calmar el ambiente. Aunque todo era por mi culpa, era lo único que podía hacer.

No podía permitirme tener mi primer enemigo ahora. Si logro entrar en esa academia, todos los nobles serán mis enemigos, pero es mejor evitar conflictos con aquellos de mayor estatus.

Por eso intervine antes de que algo saliera mal.

Finalmente, Edmund se alejó, pero estaba tan enojado que lo podía ver incluso desde su espalda. Me parecía muy estúpido de su parte venir solo para molestar y acabar más molesto él mismo. Es muy absurda la mente de un noble, o quizás haya algo más.

"Suspiro"

"…"

Cuando miré a Luna, ella me observaba fijamente, tratando de preguntarme algo. Parecía muy inquieta, así que hablé.

"¿Qué quieres?" pregunté.

"…"

"¿Cómo puedes usarla...?" mencionó Luna.

"…"

"…"

¿A qué se refiere con cómo puedo usarla? ¿Qué quiere decirme con eso? No tengo ni idea, pero cuando iba a preguntar, ella habló.

"¿Cómo puedes usar magia a tan corta edad, y sobre todo, qué es esa magia de color negro y morado que vi?" preguntó.

"B-bueno, ¿me creerías si te dijera que tampoco lo sé?"

"..."

"Está bien, si no quieres decírmelo no hay problema... Pero debes confiar más en mí," dijo refunfuñando.

Suspiré.

Yo también quería saber qué tipo de magia tenía, pero lo único que sabía era que era magia de la oscuridad. Para mí, era algo normal, pero ¿cómo lo verían las demás personas? ¿Qué significaría para ellos? ¿Me verían con otros ojos o simplemente como algo normal? No lo sabía, pero lo dejé así y regresé a mi habitación sucia y polvorienta.

***

—Cambio de escena.

Sonido sordo.

Dejamos la mansión del Duque esta mañana. Estábamos cerca de la ciudad Mengrana, la ciudad imperial del continente Agrona.

"¿Cuánto falta?"

"Llegamos en cinco horas, no estés impaciente," respondió Luna.

Cuando salimos de la mansión, sentí un mal presentimiento, pero no sabía cuál era. Mis instintos me decían que algo podría ocurrir en cualquier momento, por lo tanto, cerraba los ojos de vez en cuando para ver el maná en los alrededores y detectar el maná de los caballeros o quizá de algún monstruo cercano. No sabía qué significaba esta habilidad, pero Encrid me había respondido.

[Detección de maná]

Una habilidad que permite a los magos ver el entorno a su alrededor hasta cierta distancia. Con esta habilidad, los magos son capaces de ver a sus oponentes desde largas distancias y poder crear un plan. O algo así es lo que Encrid explicó. Fue un poco difícil de comprender, pero ahora ya soy capaz de entender esta habilidad.

"Realmente eres mi descendiente, niño," comentó Encrid.

"…"

"Fuiste tú quien dijo que yo era tu descendiente..."

"Pero tu talento en la magia es demasiado, incluso para mí. Usar detección de maná sin saberlo es..."

Dejó de hablar cuando el carruaje se detuvo con fuerza. Voces de los caballeros resonaron desde muy cerca cuando Josephine abrió la puerta y gritó.

"Princesa, quédese aquí, afuera hay bandidos."

"Q-qué... ¿Por qué hay bandidos justo cuando estamos cerca de la ciudad?"

"Esto es imperdonable. Descuide, princesa, la mantendremos a salvo."

Josephine cerró la puerta rápidamente cuando desenvainó su espada. En ese momento se escucharon estruendos de choques de espadas, gritos y demás cosas. Fue un caos total.

"¿Qué debemos hacer? No creo que podamos estar seguros aquí dentro," pregunté.

"Niño, siento el maná de alguien y es muy fuerte," alertó Encrid.

sonido sordo.

De pronto sentí como si el mundo entero temblara. Una sensación desagradable se apoderó de todo el lugar; se sentía como si algo me estuviera aplastando, algo que nunca había sentido antes. Miré mis manos, que temblaban con mucha fuerza. Miré a las dos niñas; ellas estaban en un completo shock, sus ojos estaban sin vida, como un vacío que las invadió. Era un miedo muy fuerte.

"¡¡Bom!!"

Una explosión resonó cuando una luz amarilla llena de fuego pasó justo al lado de la puerta. Miré por la ventana del carruaje, me asomé y había muchos muertos. ¿Quién fue el culpable de esto? Mi rostro empezó a enfurecer; no quería ver más sangre.

Simplemente odiaba ver la sangre. Ese color rojo me molestaba tanto que nunca quisiera verlo jamás, pero ahí estaba: la sangre de varios caballeros. Traté de ver a los alrededores y Josephine estaba luchando con alguien que parecía un mago. Estaba cubierto por un manto negro con capucha; no podía ver su rostro. El maná de él... simplemente es fuerte.

De eso estaba seguro. Es un mago. Él estaba peleando contra Josephine, pero ¿qué tan fuerte es ese mago?

"¿Qué debo hacer, Encrid?"

"..."

"Responde, es mejor que hables rápido."

"Sí, sí, ya te escuché. Solo estaba pensando... Tengo una solución, pero espera y mira si ese caballero pierde."

"¿Por qué debería de hacer...?"

"Solo espera. Cuando yo te diga, usa todo tu maná y dámelo."

Miré el combate entre Josephine y ese misterioso mago, pero ¿realmente Encrid tenía una solución? No es que desconfiara, pero él solo es una espada y nada más. No podía saber si realmente podía ayudar en algo o hacer algo en su forma de espada, pero confié en él y esperé a que el combate concluyera.

Observé sin pestañear y miré fijamente por la ventana del carruaje.

***

—Cambio de escena—

—Perspectiva de Josephine

"Chispas"

Sonido sordo

"Es un mago de tres círculos."

Miré al mago frente a mí. Definitivamente es un mago de tres círculos, un enemigo muy fuerte para mí. Pero aún así, no debo dejar que se acerque a la princesa. La prioridad de un caballero es proteger a la realeza, especialmente a los descendientes como la heredera al trono.

"Estallido"

Varias ráfagas de maná estallaron a mi alrededor. Con mis pasos rápidos lograba esquivarlas, pero algunas ráfagas de maná me rozaban todo el cuerpo. No es nada doloroso, pero es muy peligroso seguir así. El mago frente a mí está cubriendo su cuerpo y su rostro, escondiendo algo que no quería revelar.

Rápidamente corrí hacia él con mi espada de casi dos metros. Moví la espada con fuerza en línea horizontal, pero en ese momento el mago contrarrestó con una onda sonora.

"Estallido"

Retrocedí varios metros hacia atrás. Miré, pero varias lanzas de gran tamaño se dirigían hacia mí. Lanzas de seis metros se dirigieron hacia mí. Me levanté y empecé a correr. Una tras otra, golpeaba las lanzas con mi espada, pero era muy pesado y difícil de contraatacar.

"Mierda, es fuerte, pero no ha mostrado sus verdaderas habilidades."

Seguí avanzando y, en un instante, el mago desapareció y reapareció justo a mi lado, cargando un torrente de maná en su mano. Me golpeó en el costado.

"¡¡Bom!!".

La explosión resonó, envolviendo todo el terreno en una cortina de polvo. Salí disparado por los aires y caí al suelo con la mitad de mi cuerpo en llamas. A pesar de no poder mover un brazo, me levanté con fuerza, empuñé mi espada y miré al mago. Una sonrisa se marcó en su rostro mientras apretaba mi único puño funcional y mis dientes rechinaban de enojo. Me abalancé rápidamente hacia él.

Aunque seguía sonriendo, en ese instante el mago volvió a desaparecer y apareció frente a mí. Pronunció unas palabras.

"Los caballeros siempre serán débiles contra un verdadero mago".

Su mano se llenó de maná y una esfera blanca de energía apareció: un hechizo eléctrico. Era un mago formidable.

"¡¡Bom!!".

La esfera de rayos impactó justo en mi pecho. Mi armadura se derritió y me quemó con intensidad. Las ondas de energía se propagaron varios metros mientras me estrellaba contra el suelo, creando un gran cráter que irradiaba rayos blancos por todas partes.

"Hahahahaha…"

Grité. El dolor era insoportable. El hierro y los demás materiales de mi armadura se fundían en mi cuerpo, dejando al descubierto mi abdomen y pecho con quemaduras extremas. El golpe había sido devastador, quemando todo a mi alrededor.

"Los caballeros son débiles, no entiendo por qué..."

De pronto el mago dejó de hablar cuando una oscuridad nos invadió. En ese momento estaba cerca de desmayarme cuando una voz desconocida habló.

"Jajaja, finalmente puedo moverme."

Solamente dijo eso cuando vi su rostro: cabello negro, ojos oscuros y un atuendo completamente oscuro. El sujeto emanaba un maná extraño con dos simples colores, negro y morado. Parecía que la oscuridad invadió el mundo entero con solo su presencia, y finalmente cerré los ojos y terminé desmayado…