En un lugar oscuro y silencioso, Shin abrió los ojos con somnolencia sin lograr ver nada a su alrededor.
Shin abrió la boca para hablar pero por mucho que intentara producir algún ruido todo lo que podía escuchar era el silencio absoluto. Ni siquiera podía escuchar sus latidos ni ningún otro sonido.
'¿Qué está pasando?'
Shin intento moverse pero todas sus extremidades parecían estar atadas a algo.
Shin trato de recordar todo lo que había pasado antes de despertar y se dio cuenta de que había sido tragado por la esfera de almas que el demonio le había lanzado.
'Maldita sea, nunca debí tomar esa espada…'
Hablando de espadas, Shin trato de sentir si aún estaba sosteniendo la espada y efectivamente sintió como estaba agarrando su empuñadura.
'Esa mujer…roba mi cuerpo y por su culpa ahora estoy en este lugar'
Shin no sabía que había pasado con Astheria, se suponía que el ataque del demonio era para atrapar a la mujer usando las almas atrapadas en los espejos.
Dejando de pensar en la mujer, Shin cerró los ojos y comenzó a analizar su situación.
Por algún motivo su cuerpo se sentía liviano, todas las heridas que el demonio le había infligido durante su pelea contra Astheria parecían haber desaparecido. Incluso podía decir que se sentía como si acabara de despertar de una larga siesta.
Shin intento pensar en que hacer pero su conciencia parecía estar desvaneciéndose como si estuviera a punto de dormirse. Intento mantenerse despierto pero tenía tanto sueño como si no hubiera dormido en días.
Y como si fuera un instante, Shin abrió los ojos y se encontró con un familiar techo blanco.
Rápidamente se levantó y comenzó a jadear pesadamente.
"N-no puede ser"
Shin tartamudeo con nerviosismo mientras miraba a su alrededor.
En algún momento de su vida, Shin comenzó a despreciar el color blanco después de estar rodeado de tantas cosas blancas.
Para Shin el color blanco no simbolizaba la libertad, simbolizaba todo lo contrario. Shin relacionaba el color blanco con ataduras que lo retenían de su libertad.
Por eso al verse rodeado de paredes blancas que tanto detestaba comenzó a sentir ansiedad.
Después de todo se encontraba en el lugar que menos quería estar, se encontraba en la habitación del laboratorio donde había crecido.
Shin se levantó de su cama y miro a su alrededor.
"E-esto no puede ser real"
Shin comenzó a temer que todo hubiera sido un sueño, que toda la libertad que había ganado al llegar a Grigarm no fuera más que un sueño.
Por más de que Shin hubiera sufrido y de que su vida estuviera en constante peligro, si le dieran la oportunidad de volver diría siempre que no.
Por eso Shin estaba asustado, no quería perder su libertad.
No fue hasta que se escuchó una voz en la habitación que Shin salió de su estado de confusión.
"Es una vista extraña"
Shin se dio la vuelta para mirar a la persona que había hablado. Frente a la ventana había una mujer alta que vestía un vestido negro que resaltaba sus curvas y combinaba con su pelo y ojos blancos.
Por mucho de que la mujer fuera hermosa, en este momento Shin no estaba de ánimo para admirar a la mujer. En todo lo que podía pensar Shin era salir de este lugar.
"¿Quién eres?"
La mujer sonrió ante la pregunta de Shin.
"Ya me conoces, tome tu cuerpo prestado por un tiempo…aunque no salió tan bien"
Los ojos de Shin se abrieron por completo.
"¡Tú eres la culpable de esta situación!"
La sonrisa de la mujer se torció por un segundo ya que no esperaba esa respuesta de Shin sin embargo rápidamente comenzó a disculparse.
"Yo…lo siento, en ese momento no pude hacer nada"
Shin frunció el ceño sin aceptar las disculpas de la mujer.
"¡En primer lugar nunca debiste tomar mi cuerpo!"
La mirada de disculpa de Astheria desapareció y rápidamente señalo a Shin.
"¡Es tu culpa por ser tan débil!"
Shin no se dejó intimidar de la mujer y la enfrento.
"¡No era yo quien estaba encerrada en una maldita espada!"
La mujer camino hacia Shin y replico:
"!Sin esa maldita espada nunca hubieras salido del laberinto!"
Por unos minutos Shin estuvo peleando contra Astheria pero ninguno de los quería aceptar la culpa por lo que la pelea solo se alargó cada vez más.
No fue hasta que la habitación comenzó a temblar que ambos dejaron de hablar y miraron por la ventana.
"¿Eso es normal?" pregunto Astheria señalando el gran agujero en el cielo.
Shin miro con incredulidad a la mujer.
"¿Cómo puede eso ser normal?"
Astheria lo miro y se quejó:
"Esto esta generado a partir de tus recuerdos, por lo que no sé qué es normal para ti. ¡Hasta donde yo se podrías estar loco!"
Shin le lanzo una mirada furiosa a la mujer pero no tuvo tiempo de replicar a su comentario cuando el agujero en el cielo comenzó a expandirse rápidamente devorando todo a su paso.
Shin y Astheria solo pudieron ver desde la ventana como el cielo cambiaba de un color azul a un color rojo oscuro y no se dieron cuenta el momento en el cual la habitación blanca en la que se encontraban había cambiado por una habitación destruida llena de cenizas muy diferente a la habitación limpia donde habían estado hace un par de segundos.
Ambos miraron a su alrededor con sospecha y como si fuera un acuerdo silencioso ambos decidieron dejar sus diferencias de lado para entender lo que acababa de pasar.
"¿Dónde estamos?" pregunto Shin mirando a Astheria quien negó con la cabeza.
"No lo sé…dudo que esto sea una de tus recuerdos"
Shin se acercó a la ventana de la habitación y miro el paisaje.
"Definitivamente no es uno de mis recuerdos" Shin negó rotundamente.
Al otro lado de la ventana había cientos de islas flotando sobre un gran vacío y escombros flotando entre las isla como puentes rotos que las conectaban.
Shin dejo de mirar por la ventana y se acostó sobre la cama en mal estado.
Astheria noto que Shin se había acostado y no pudo evitar mirarlo con extrañeza.
"¿Qué crees que haces?"
Shin se acomodó en el colchón sucio y respondió sin mirar a Astheria.
"A lo mejor cuando despierte estaré en el cielo en vez del infierno"