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ch 8

Ocean Road 297 AC

Los ojos de Humfrey Hightower comenzaron a moverse al sentir los rayos del sol en ellos. Moviendo lentamente su cuerpo, el ultimo hijo varón del señor de Oldtown intentó levantarse, pero al hacerlo sintió varias punzadas de dolor en diferentes partes de su cuerpo.

"Aghh…" gruñó el caballero mientras apretaba los dientes por el dolor.

"Le recomiendo no moverse demasiado, Ser." Dijo una voz cercana a Humfrey.

El caballero miró en dirección de la voz y vio a un joven de unos catorce o quince años mirarlo con ligera preocupación.

"Necesito que se quede quieto, ya que debido al movimiento que ha hecho me temo que puede haber roto alguna sutura." Dijo el joven acercándose.

"¿Dónde estoy?" preguntó Humfrey mientras se volvía a acostar.

"Está a unos escasos metros de donde fue atacado, Ser." Respondió el joven mientras revisaba las suturas de sus heridas. "Parece que no se ha soltado ninguna sutura, Ser."

Humfrey asintió y luego recordó a sus guardias. "¿Mis guardias?"

"Me temo que usted es el único sobreviviente de aquel ataque." Respondió el joven.

"Ya veo…" dijo Humfrey con tristeza en su voz, después de todo él había conocido a esos hombres. Él había cazado y entrenado con ellos, por lo que tenía una especie de vínculo con ellos. Sin embargo, pese a la pequeña cantidad de tristeza que sintió, no se permitió llorar, pues no era algo que un caballero como él debía de hacer. Volviendo su vista en el joven, volvió a hablar. "Parece que le debo la vida, joven. ¿Podría saber el nombre de quien me ha salvado la vida?"

El joven lo miró y solo negó con la cabeza, pero aun así le respondió.

"Me llamo Jon." dijo el joven para luego comenzara a levantarse. "No se preocupe, Ser. Es solo cuestión de pocos días para que vuelva a estar como nuevo."

Tras aquellas palabras, Jon se fue y dejó a Humfrey solo para que siguiera descansando.

Jon salió de la carpa donde había dejado descansando al hijo del señor de Oldtown. Él sabía quién era el gracias a que le había leído la memoria con magia de la mente. Lamentablemente, él no era tan hábil como su maestro con esta magia, por lo que no pudo leerle muchos recuerdos, sino solo algunos. Con aquello, él pudo saber el nombre el caballero, su familia y como premio extra aprendió algunas cosas sobre el mundo conocido. Aprendió sobre varios lugares y sobre varias familias.

'Parece que este encuentro ya ha sido fructífero.' Pensó Jon mientras se acercaba a donde estaban sus compañeros descansando.

Ellos habían levantado un campamento a unos dos kilómetros de donde se había producido la emboscada. El llevó a Ser Humfrey mientras sus compañeros iban a levantar su campamento. Tras aquello, viajaron al sur unas pocas horas y luego armaron su campamento a las orillas de un rio, siendo ese el lugar donde ahora se encontraban descansado hasta que el caballero pudiese volver a montar.

'Según mis estimaciones, el podrá volver a montar mañana. Por lo que, mañana continuaremos con el viaje hasta Oldtown. Si bien hubiese sido más fácil el solo dejarlo en una posada para que lo atiendan, al llevarlo nosotros nos hará ganar unos puntos con su familia.' Pensó Jon mientras llegaba donde sus compañeros.

"¿Ya despertó el caballero?" preguntó Grenn mientras movía la cuchara en el perol donde se estaba cociendo un guiso de conejo con cebollas y rábanos.

"Si, pero aun esta aturdido por la medicina que le he suministrado." Respondió Jon sentándose junto a sus compañeros.

"¿Cuándo volveremos a viajar?" preguntó Pyp mientras comenzaba a partir las hogazas de pan que tenían.

"Mañana en la mañana."

"Genial… otra vez volveremos a cabalgar hasta que se nos escalde el culo." Dijo Edd mientras tomaba cuatro botellas de barro, las cuales contenían cerveza norteña en su interior.

Las palabras de Edd hicieron que todos rieran divertidos. Cuando se calmaron, continuaron conversando.

"Y Jon, ¿Cuál es el plan cuando lleguemos a Oldtown?" preguntó Pyp mirando a su líder de grupo.

Jon se llevó una mano al mentón y luego de pensar unos segundos, dio su respuesta. "Lo primero será buscar la forma de obtener información de «La Citadel»."

"¿Hablas del lugar en donde estudian los maestres?" preguntó Edd mientras recordaba las veces en que había visto a un maestre. Lamentablemente, su rama familiar era tan pobre que no podía permitirse pagar por tener uno.

"Si. Puede que ese lugar sea donde este la información que necesito. Por fortuna el caballero es hijo del señor de Oldtown, por lo que si juego bien las cosas, podremos tener entrada libre a la información que necesite."

Los tres jóvenes se miraron y preguntaron.

"¿Qué información necesitas de allí?" preguntó Grenn.

"Necesito información sobre cierto tipo de piedra" respondió Jon mirando a sus tres compañeros de viaje.

"Todo este loco viaje para… ¿buscar piedras?" preguntó Pyp.

"No, las piedras solo son un indicador de lo que tengo que encontrar." Respondió Jon. "Cuando tenga las ubicaciones de donde hay ese tipo de piedra, bueno, ya sabre a donde tendremos que ir."

"Ya veo, buscamos piedras y luego buscamos lo que sea que Edzard te haya pedido, ¿verdad?" preguntó Edd en uno de aquellos momentos en que no hablaba con sarcasmo o con pesimismo.

"Así es. Se que tienen curiosidad, pero quiero contarles todo cuando encontremos al último portador de esos collares."

La respuesta de Jon no calmó por completo a los chicos, pero estos terminaron aceptándola de todas maneras. Tras aquello, todos volvieron a sus respectivas tareas.

Oldtown 297 A.C

Los cascos de cinco caballos resonaban por el camino que llevaba a la ciudad de Oldtown. Los cinco caballos eran montados por Jon, Grenn, Pyp, Edd y Ser Humfrey. Ya había pasado más de una semana desde que el ultimo hijo de Lord Leyton despertara. El joven caballero se asombró mucho al verse curado tan pronto, pues solo un dia después de hablar con Jon, él ya estaba lo suficientemente curado como para poder cabalgar. Así que, sintiendo se mejor, el comenzó a cabalgar junto a los jóvenes que lo habían salvado de morir.

Inicialmente y pese a tener una deuda de vida con ellos, él no fue tan ingenuo como para confiar en ellos, pues podrían ser desertores de los bandidos que lo atacaron. Sin embargo, eso cambio cuando vio al lobo que acompañaba a Jon. Solo le bastó una mirada para comprender que ese lobo no era uno normal, sino que era un lobo huargo. Al momento de percatarse de aquello, a su mente llegó unas palabras de su hermana Malora, la cual era conocida como «La doncella loca». Esto se debía a que ella decía que tenía visiones de lo que podría pasar. Esas supuestas visiones hicieron que su padre se encerrara en el faro que era el hogar ancestral de su familia leyendo profecías y libros de magia.

'Aún recuerdo cómo se puso el Jon Snow al enterarse de que supe su identidad.' Pensó Humfrey mientras recordaba cómo es que aquello sucedió.

Flashback

Ser Humfrey Hightower terminó de ponerse su armadura con un poco de dificultad, pues ahora no tenía ningún sirviente para que lo ayudase. Afortunadamente, él tampoco había tenido un escudero por lo que sabia como ponerse su propia armadura el solo. La verdadera causa de la dificultad era que sus heridas, las cuales extrañamente habían curado muy rápido, aun no estaban curadas al cien por cien, por lo que aun dolían un poco. Cuando terminó de ponerse la armadura, salió cojeando un poco y vio a Jon con sus compañeros.

Las otras tres personas que estaban con Jon vestían armaduras completas de cota de malla con grebas, gorjales, hombreas y brazales de acero. Aunque, aparte de aquello, también llevaban armaduras de escamas sobre ellos, bueno dos de ellos, ya que el tercero tenía al igual que Jon una armadura brigantina.

Al ver aquellas armaduras hizo que la mente del caballero recordara a los bandidos que lo habían emboscado. Frunciendo el ceño, una loca idea se hizo presente en su mente.

'Podrían ellos ser desertores de ese grupo.' Pensó Humfrey mirando a los cuatro reunidos. 'Si, eso tiene que ser. De seguro ahora mismo están planeando capturarme y pedir un rescate por mi-'

Lo que el joven caballero estaba pensando fue interrumpido por algo que rozó su pierna. Mirando en dicha dirección, sus ojos se abrieron y dio un salto hacia atrás, pues allí, a su lado había un lobo. Luego de dar el salto, el cual lo movió menos de un metro de distancia, Humfrey llevó su mano hacia su espada. Sin embargo, al momento de tomarla, en su mente resonó las palabras de su hermana Melara.

"Hermano, estarás al borde la muerte pronto, pero tu fin no llegará, pues serás salvado por un lobo blanco."

Al recordar aquella frase, Humfrey miró al lobo con más detenimiento y pudo ver que era un lobo blanco con los ojos rojos como dos rubies. Sin embargo, al examinar más detenidamente al lobo también se dio cuenta de que este era más grande de lo que aparentaba por su edad.

'Lobos bestiales más grandes que los regulares… ¡Según las leyendas solo los lobos Huargo son tan grandes!' pensó Humfrey, pero sus pensamientos fueron interrumpidos cuando escuchó a Jon hablarle al lobo.

"¡Fantasma, conmigo!"

Los ojos de Humfrey casi se salen de sus cuencas cuando vio como el lobo le obedecía a Jon y se acercaba a él. Al ver esto, él se quedó en shock, pero al momento en que lo superó, decidió mirar mejor a Jon. Al hacerlo, vio claramente sus rasgos.

'Ojos violetas que casi parecen brillar como dos estrellas, un rostro alargado y cabello castaño. Ahora, también tiene un lobo huargo… ¡Por los siete infiernos! ¡Ese chico es el hijo bastardo de Lord Stark!'

El ultimo hijo de la casa Hightower sabia de aquello gracias a que el Guardian del Norte había enviado un cuervo al Rey Robert pidiendo ayuda para localizar a su hijo bastardo. Al leer sobre la petición de su amigo, el rey había enviado cuervos a todos los señores de los siete reinos para que enviaran información si es que veían al muchacho. Así que, gracias a eso, su padre el Lord de Oldtown también recibió dicho cuervo, pero al igual que muchos de los señores de los siete reinos desestimó la carta y no hizo nada, ya que a quien le podría importar el destino de un bastardo del norte. Si este problema hubiese sido sobre el hijo legitimo del Lord de Winterfell las cosas habrían sido distintas.

Así que, habiendo descubierto la identidad de su salvador, decidió confrontarlo para saber por qué estaba por estas tierras y no en las de su familia.

Fin Flashback

Luego de confrontar a Jon sobre su identidad, él se sorprendió al enterarse de que él no sabía lo que su padre había estado haciendo para poder encontrarlo. Tras decirle eso, el caballero de la casa Hightower vio como el joven bastardo ponía una sonrisa triste y le pedía unos minutos. Y así el vio como el joven se acercó a sus compañeros y comenzaron a hablar. El solo pudo oír unos gritos de sorpresa y unas pocas maldiciones, pero luego de eso no escuchó nada.

'Él me dijo luego de que aquel pequeño ajetreo se debía a que él les había dicho a sus compañeros de viaje su identidad.' Pensó Humfrey quien luego de descubrir la identidad de Jon decidió confiar en ellos, pues cualquier hijo del Guardian del norte de seguro era tan honorable como él. Así que, durante todo el trayecto desde ese dia estuvo pensando en que buena recompensa se les podría dar a todos ellos por salvarle la vida.

'Mis propuestas iniciales habrían sido un nombramiento como caballeros para todos y un poco de tierra, pero luego de verlos entrenar me he dado cuenta de los tres que están con Jon no poseen la habilidad marcial para ser caballeros, al menos por ahora. Sin embargo, Jon si puede recibir la caballería. Esa sería una muy buena recompensa, ya que el título de Ser le puede abrir las puertas de muchas oportunidades.' Pensó Humfrey, solo para ser interrumpido por Pyp, quien le hizo una pregunta.

"Ser Humfrey. ¿Qué tan lejos estamos de Oldtown?"

"No mucho la verdad. Podremos ver la ciudad cuando crucemos la colina que esta frente a nosotros." Respondió Humfrey señalando la mencionada colina.

Pyp, Grenn y Edd pusieron sonrisas en sus rostros y espoleando sus caballos, cabalgaron más rápido hacia la colina, con la esperanza de ver la ciudad. Si bien para dos de ellos era algo nuevo, para Pyp era algo que ya había visto. Sin embargo, eso no quitaba la emoción de ver aquelle enorme y bella ciudad.

"Parece que tus amigos están muy animados." Dijo Humfrey con una sonrisa.

"Si, pero supongo que su verdadera alegría es que podrán ir a un burdel y pasar una buena noche." Contestó Jon con una sonrisa.

Humfrey miró a Jon un segundo y luego soltó una risa divertida. Dicha risa fue acompañada por la de Jon.

"¡Jon, ven rápido!" gritó Pyp desde lo alto de la colina.

Al escucharlo, Jon hizo eso y espoleando su caballo, lo hizo correr hacia la cima de la colina.

Cuando el hijo ilegitimo de la casa Stark llegó a la cima, sus ojos se maravillaron con lo que vio.

La gran ciudad estaba completamente hecha de piedra, desde las casas hasta los caminos y puentes. Estaba protegida por altos y gruesos muros de piedra sólida, y desde la distancia a la que se encontraba se podía ver que por dentro las calles de la ciudad se convertían en una especie de laberinto de callejones, calles sinuosas y estrechas con varios mercados. Muchas islas se podían ver por la ciudad mientras un rio, cuya desembocadura formaba parte del puerto, dividía la ciudad en dos. Mientras escaneaba la ciudad con la vista, Jon finalmente vio el gran faro que era el castillo de la casa Hightower. El castillo de la casa Hightower se llamaba irónicamente Hightower y era una gran torre escalonada que parecía que también fungía como faro, pues una gran llama ardía en la parte superior de la torre.

'Esa torre parece tan alta como el muro.' Pensó Jon mientras desviaba su mirada de la torre y la enfocaba hacia el camino que seguirían. Es gracias a eso que vio que este camino llevaba a una entrada por donde se podía ver ingresar varias caravanas de comerciantes.

"Hermosa, ¿verdad?" preguntó Humfrey llegando al lado de Jon.

"Si. No parece tan grande como King's Landing, pero huele mejor. Así que, solo por eso ya es mucho mejor que esa ciudad." Respondió Jon con una sonrisa al sentir que sus preocupaciones se esfumaban, pues temía que esta ciudad apestase como la capital de los Siete Reinos. Al ver que eso no era así, sintió que tal vez podría disfrutar mejor de la ciudad.

Tras ese intercambio de palabras, el grupo de cinco jinetes, más el lobo huargo, siguieron el camino para ingresar a la ciudad.

En medio de un gran salón de piedra, el cual estaba, muy decorado con candelabros de plata, tapices de Myr y Volantis, junto con muchas otras decoraciones provenientes de las ciudades libres de Essos, había un trono de roble hermosamente tallado. Sentado en dicho trono se encontraba un hombre llamado Baelor Hightower.

Baelor Hightower era el heredero de Lord Leyton y desde que su padre se encerró con su hermana Malora, él era quien se encargaba de gobernar Oldtown. Él era un hombre de unos cuarenta años. Su cabello tenía unas cuantas canas, pero seguía siendo en su mayoría negro. Él tenía el rostro afeitado, mostrando que a pesar de las pequeñas arrugas que ya tenía, seguía siendo un hombre atractivo. Iba vestido con un jubón gris y pantalones negros con botas de ese mismo color.

El heredero de Oldtown se encontraba completamente preocupado y no era para menos, pues unos pocos días después de que se anunció que se llevaría a cabo un torneo en Oldtown, recibió un cuervo de su hermano menor el cual decía que el estaría regresando para participar en el torneo. Sin embargo, su hermano menor ya llevaba varios días de retraso en su llegada y eso le estaba preocupando, pero eso no era todo. Es que resulta que hasta hace un par de horas en esta misma sala habían estado dos personas más. Llevándose una mano a la sien, comenzó a recordar la conversación con ambas personas.

Flashback

"Ahhh. Sabía que esto llegaría tarde o temprano." Suspiró Baelor Hightower mientras miraba a la mujer frente a él.

La mujer frente a él era una mujer mayor con canas y de baja estatura. Su arrugado rostro tenía una mirada seria y molesta mientras lo miraba a él y al resto de los miembros de su personal doméstico. Ella iba vestida con una armadura de cota de malla recosida y remendada en algunas partes, lo que mostraba que había sido usada en batalla. El nombre de esta mujer era ni más ni menos que Maege Mormont, la tía del buen hermano de Baelor y la actual Lady de Bear Island. Bear island era una isla remota ubicada en la bahía de hielo y era el hogar ancestral de los Mormont.

"Ya le dije, Lady Maege. Mi hermana no está aquí." Dijo Baelor mientras miraba a la señora del norte.

"No me interesa saber dónde está su hermana, Lord Hightower. Solo quiero saber si sabe el paradero de mi estúpido sobrino." Contestó Maege mientras miraba al heredero de Oldtown.

Baelor negó con la cabeza, pues él no sabía dónde estaba Ser Jorah Mormont.

Ser Jorah Mormont era el buen hermano de Baelor, pues este estaba casado con su hermana menor Lynesse. La boda había sido permitida por su padre luego de la rebelión de los Greyjoy. Por lo que su hermana se fue a norte a vivir, pero eso no fue algo bueno. Veras, Lynesse siempre había sido una chica mimada que solo le gustaba despilfarrar el dinero en lujos innecesarios. Si bien su casa era rica, él y algunos de sus hermanos y hermanas no eran tan derrochadores como Lynesse. Sin embargo, su hermana era un caso aparte y es que ella podía llegar a gastar cincuenta dragones de oro en cosas banales de un solo golpe. Eso por supuesto hizo que el Lord de un lugar tan remoto vaciase sus arcas rápidamente, obligándolo a cometer un acto que hizo que su vida estuviese amenazada. Dicho acto fue el de vender a unos cazadores furtivos como esclavos.

Cuando la noticia del crimen de su buen hermano llegó a sus oídos, el comenzó a preocuparse, pues era posible que terminasen llegando a Oldtown, pero por fortuna eso no sucedió. Sin embargo, eso no quiere decir que eso hubiese sido algo bueno, ya que este acto destrozó la opinión que los norteños tenían de los habitantes del Reach. Esto haría que ellos posiblemente buscasen a otros proveedores de grano para el invierno. Esto podría afectar el negocio redondo y habitual que era vender grano al norte, lo que haría que varias casas del Reach pierdan un poco de ingresos.

"Lady Mormont." Dijo el hermano de Baelor, un hombre llamado Garth Hightower. "Se que puede considerar que la palabra de nuestra casa está comprometida por el parentesco sanguíneo que tenemos con la esposa de su sobrino, pero por mucho que Lynesse sea nuestra hermana, ella también es la esposa de un criminal. Puede que los actos de nuestra hermana hayan empañado el honor de nuestra casa, pero le juramos por los siete que ellos no están aquí."

Garth Hightower era el segundo hijo varón de Lord Leyton y era un caballero de cierto renombre en la región. Él era un hombre corpulento de cabello negro con ojos oscuros. Iba bien afeitado y vestía constantemente una armadura de placas, pues era el maestro de armas de la casa Hightower, así como uno de los generales que liderarían los ejércitos de la ciudad si hubiese la necesidad.

Pese a que Garth llamó a Maege, fue la joven que estaba a su lado la que le contestó. La joven era una chica de unos pocas más de veinte años la cual tenía el cabello negro y vestía una armadura de cuero con un lucero del alba en su cinto. La joven era alta, fácilmente llegando al metro ochenta.

"Parece que no entiende la problemática, Ser." Dijo la joven mientras miraba al caballero. "No es solo el honor de su casa es el que ha sido manchado. En estos momentos la Casa Mormont es vista con malos ojos en el norte. Muchos de los vasallos de la casa Stark murmuran sobre nosotros en voz baja-"

"Dacey, cállate." Ordenó con molestia Maege a su hija.

La joven miró a su madre y asintió.

Fin Flashback

Los pensamientos del heredero de Oldtown fueron interrumpidos cuando un guardia entró corriendo al salón

"¡Ser Baelor!" gritó el guardia mientras pasaba al lado de las dos damas del norte. Al llegar frente a su señor, él se arrodillo antes de volver a hablar. "Ser Baelor, vuestro hermano Ser Humfrey ha regresado, pero lo ha hecho sin su escolta."

Las palabras del guardia hicieron que Baelor se preocupara, pues algo debió de haber pasado para que su hermano regresara sin su escolta. Poniéndose de pie y caminando desde el trono que tenía la Hightower, Baelor comenzó a acercarse al guardia para preguntarle. Sin embargo, ni bien dio diez pasos, por la puerta ingresó un lobo blanco.

Baelor se detuvo en secó al ver a aquella bestia, pues era grande, muy grande.

'Ese lobo es muy grande (glup) mierda…. ¿Cómo es que los guardias han dejado que esa bestia entre?' pensó Baelor mientras instintivamente daba un par de pasos hacia atrás, pues en este momento solo vestía simple ropa y no armadura alguna.

Al ver que su señor podría estar en peligro, los guardias que estaban estacionados en la sala rápidamente sacaron sus espadas y raudamente se acercaron a su señor. Al acercarse, crearon un perímetro de protección en forma de una media luna. Tomando posiciones, los guardias se prepararon para un posible ataque. Sin embargo, para su sorpresa, el lobo se detuvo cuando estuvo en medio de la sala.

'¿Qué sucede? ¿Por qué no avanza más?' pensó Baelor mientras miraba al lobo más detenidamente. Al comenzar a hacer eso, él pudo ver bien el tipo de bestia que era. '¿Cómo en el nombre de los siete es que hay un lobo huargo tan al sur?'

El caballero Hightower sabía sobre los lobos huargos gracias a que por todo Westeros había llegado el rumor de que los hijos de Lord Eddard Stark tenían lobos huargos como mascotas. Sin embargo, el nunca esperó en su vida ver a uno tan de cerca. Afortunadamente, sus pensamientos fueron interrumpidos cuando escuchó el sonido de pisadas metálicas resonaron por el lugar.

El sonido de las pisadas llamó la atención de los presentes en la sala, quienes miraron hacia donde se originaba dicho sonido. El heredero de la Casa Hightower miró como su hermano menor ingresaba a la sala seguido de cuatro personas que vestían armaduras. El joven caballero cojeaba un poco y se podía ver que su armadura tenía algunos huecos en algunas partes.

"¡Humfrey!" gritó Baelor al ver a su hermano menor ingresar en el salón.

"¡Hermano!" respondió Humfrey con una sonrisa en el rostro.

Al ver a su hermano cojear un poco al caminar, Baelor se abrió paso entre el perímetro defensivo de sus guardas y rápidamente se acercó a su hermano. Cuando estuvo a escasos metros de él, le dio un fuerte abrazó.

"Por los siete. Cuando comenzaste a demorarte en volver nos preocupaste a todos. Y cuando el guardia me dijo que habías llegado sin tu escolta, temí que estuvieses muy herido." Dijo Baelor con preocupación cuando se separó de su hermano.

Humfrey puso una sonrisa en su rostro y decidió hablar. "Me temo que tus preocupaciones son ciertas. Estoy herido, de hecho, es posible que estuviera muerto de no ser estas personas, quienes me salvaron de la muerte." Dijo Humfrey mientras señalaba a quienes lo acompañaban.

Los ojos del caballero Hightower se abrieron con sorpresa y preocupación cuando escuchó a su hermano mencionar que era posible que hubiese muerto sin la intervención de aquel grupo de extraños.

"¿Qué quieres decir con eso, Humfrey?"

"Veraz hermano, estuve a punto de morir en una emboscada hecha por unos bandidos curiosamente muy bien equipados."

Las palabras de Humfrey levantaron las alarmas en Baelor, quien rápidamente miró a su hermano y con un gesto visual le pidió una confirmación. El ultimo hijo de Lord Leyton asintió con la cabeza, haciendo que Baelor soltaran gruñidos de ira, pues parecía que alguien se había atrevido a matar a su hermano.

"Parece que nuestra Casa tiene una deuda con ellos, la cual es más alta de lo que imaginamos." Dijo Baelor mientras miraba a los jóvenes ante él. "Humfrey, ¿Quiénes son?"

"El del cabello castaño y cuello grueso se llama Grenn, el de las orejas grandes es Pypar y el de cabello con canas se llama Eddison y es miembro de una rama menor de la Casa Tollet de Grey Glen en el Valle." Respondió Humfrey, dejando el nombre de Jon al final. Esta acción causó curiosidad en su hermano.

"y… ¿Quién es el último?" preguntó Baelor mirando a Jon.

"Es Jon Snow, el hijo perdido de Lord Stark." Respondió Humfrey con una sonrisa irónica en su rostro.

Al escucha le nombre de Jon, Baelor casi da un paso hacia atrás de manera instintiva. A su mente llegó el contenido de la carta que había sido enviada a cada castillo de Westeros por el Rey Robert. El al igual que muchos señores del Reach no habían buscado activamente al muchacho, pero si habían puesto uno que otro anuncio para así evitar que se dia que ellos no estaban cumpliendo la orden del rey. Pero parecía que el mundo esta llenó de ironías más que enormes, pues aquel joven que no buscaron era el responsable de salvarle la vida a su hermano menor.

Alejándose de su hermano, el heredero de Oldtown estuvo por hablar con él, pero fue interrumpido cuando un sirviente llegó. El sirviente llegó y tras dar una reverencia, habló. "Ser Baelor, Ser Humfrey. Vuestro padre solicita su presencia junto a la del dueño del lobo en la biblioteca de manera urgente."

Las palabras del sirviente llamaron la atención de Jon, quien girando vio que sus compañeros de viajes estaban tan sorprendidos por aquello. Así que, para hacer que estos tengan algo que hacer hasta que el vuelva, metió su mano a su bolsa y sacó nueve dragones de oro y les dio tres a cada uno.

"Chicos. Tengan esto y vayan a divertirse hasta cuando termine esto. Nos vemos en la posada por la que pasamos al venir."

Tras aquello, Jon se fue y comenzó a seguir a los hermanos Hightower, quienes comenzaron a guiar el camino.

El grupo de seis personas caminó por los pasillos y escaleras de la fortaleza hasta que llegaron al lugar donde el señor de Oldtown los estaría esperando. Cuando llegaron a las puertas de la biblioteca, ingresaron y pudieron ver quienes los esperaban.

Sentado en una mesa se encontraba un anciano. El anciano tenía una cabellera larga de color blanca como la nieve junto con una poblada barba muy bien cuidada del mismo color que su cabello. Sus ojos eran marrones claros, mientras que su vestimenta era un jubón blanco con pantalones de lino marrones y botas negras. Cabe mencionar que estas ropas contaban con exquisitos bordados en hilos de oro.

"Padre." Dijeron al unísono Baelor y Humfrey mientras miraban al anciano.

El anciano se levantó de su silla y se dirigió a su hijo menor. Poniendo sus manos sobre los hombros de su hijo, el señor de Oldtown le dio un fuerte abrazo. Luego de aquello, se acercó a Jon y mirándolo a los ojos, le habló.

"Muchas gracias por salvar la vida de mi hijo, Jon Snow." Dijo el señor de Oldtown.

Los ojos de Jon se abrieron como platos, pues no esperaba que el anciano lograra descubrir su identidad tan rápido.

"Parece que estas sorprendido por cómo se tu identidad, ¿verdad?"

Jon asintió en respuesta.

"Eso es fácil. Puede que no lo recuerdes, pero yo te conocí cuando eras un bebe. Te vi cuando estuve en King's Landing para el matrimonio del Rey Robert con la Reina Cersei." Dijo Leyton mirando a Jon de arriba abajo. "Además, te pareces bastante a tu tío, bueno, no en el rostro, ya que allí te pareces a tu padre, pero los ojos y la forma en la que caminas es similar a la de tu tío Ser Arthur. Eso hace que sienta lastima por los idiotas que se enfrenten a ti en combate marcial."

Tras aquellas palabras el anciano se volvió a sentar y dio una señal para que todos los que estaban parados se sentaran.

Cuando se sentaron, el anciano miró a Jon y luego a sus hijos, y pidió que contaran que había sucedido.

Al escuchar aquello, Humfrey comenzó a relatar lo que había pasado hasta el momento en que cayó gracias al ataque de las ballestas. Tras aquello, Jon continuó el relato, mencionando varias cosas sobre el ataque, incluyendo como lograron derrotar a los bandidos. Por supuesto que mintió un poco para evitar decir que podía usar magia, ya que no quería que lo llamen loco. Cuando terminó su relato, Jon le entregó la nota que encontró en el bolsillo del líder de los bandidos.

Cuando el señor leyó la nota, soltó un suspiro cansado.

"Parece que el objetivo original era nuestro señor, Lord Mace Tyrell." Señaló Leyton dejando caer la nota.

Las palabras del señor de Oldtown hicieron que Baelor se sintiera preocupado por la seguridad de su hermana, pero antes de que se moviese, Humfrey dijo algo que calmó al heredero de Oldtown.

"Hermano, sé que tú y padre están preocupados, pero aquella amenaza ya no está presente. Jon y sus compañeros han logrado eliminarlos a todos."

"¿En serio?" preguntó Baelor mirando a Jon.

"Así es, mis lores. Luego de aquel ataque, mis compañeros y yo procedimos a despojar de los objetos de valor a los bandidos. Luego, cuando vimos que su hijo estaba estable nos dirigimos a rastrillar la zona y encontramos una cueva con algunos bandidos más. Al parecer se trataba de su escondite, por fortuna no eran muchos enemigos y logramos eliminarlos a todos." Respondió Jon.

"Ya veo. Parece que nuestra casa tiene una deuda más grande de lo esperado con usted y con sus amigos." Dijo Leyton mirando más de cerca a Jon. "¿Hay algo más que pueda decirnos sobre el ataque?"

"No lo creo, mi lord. Aparte de los bandidos, sus armaduras y otras cosas, no pudimos encontrar nada más que pudiese dar claridad sobre el posible contratista." Respondió Jon.

"Bien…" dijo Leyton. "Entonces, puedes retirarte joven. Necesito hablar de algo con mis hijos, pero no te preocupes te llamaremos más tarde para darte una recompensa por salvar a mi hijo."

Jon asintió y luego se levantó de su silla para dar una reverencia y salir del lugar dejando a los Hightower solos.

Cuando Jon estuvo fuera de la habitación, los tres Hightower involucrados se miraron y fruncieron el ceño.

"¡Son una mierda! ¡¿Cómo se atreven esos malditos Florent a intentar matar mi buen hermano?!" gritó Baelor mientras golpeaba la mesa.

El señor de Oldtown y su hijo menor apretaron los dientes con ira.

"Esos imbéciles siempre hacen alarde de que ellos son quienes deberían tener Highgarden y no los Tyrell." Dijo con amargura Humfrey mientras apretaba los puños. "Tendremos que darles una respuesta ante este acto tan deshonroso."

"No haremos tal cosa." Dijo Leyton mirando a sus hijos.

"¡Pero, padre!" gritó Humfrey levantándose de su silla.

"Siéntate, Humfrey." Ordenó Leyton mirando a su hijo.

El joven caballero miró a su padre unos momentos y se volvió a sentar.

"Puede que los Florent hayan sido, pero no tenemos pruebas. Este papel no tiene símbolo alguno que pruebe la participación de ellos en tu ataque, hijo. Y no podemos acusar a otra casa de asesinato sin pruebas. Esto podría causar una guerra civil en el Reach y eso es algo malo para el comercio."

"Entonces, ¿Qué haremos padre?" preguntó Baelor mientras reprimía la ira que sentía.

"Seguiremos con los planes que teníamos. Seguiremos con el torneo tal y como estaba previsto." Dijo Leyton mientras se servía una copa de vino y bebía su contenido. "Ahora, hablemos de la recompensa del joven Jon Snow y sus compañeros."

Tras aquellas palabras, Baelor y Leyton miraron a Humfrey.

"¿Tienes alguna recomendación, hijo?" preguntó Leyton mirando a su ultimo hijo.

"había estado pensando en varias cosas, pero creo que sé que podríamos darle."

"Continua."

"Creo que un poco de oro no está de más para los cuatro. Pero creo que podríamos agregarle el título de caballero a Jon Snow." Dijo Humfrey.

"Ya veo, es una buena recompensa, pero… ¿Por qué solo Jon Snow tendría el título de caballero y no los cuatro?" preguntó Baelor.

"Es fácil, de los cuatro, el mejor espadachín es Jon, los otros son buenos, pero aún les falta mejorar un poco más." Respondió Humfrey. "Además, si le damos a Jon el título de caballero este podrá nombrar caballeros a sus amigos cuando sienta que el momento es el adecuado."

"Si eso tiene un poco de sentido." Dijo Leyton mientras llamaba a un sirviente y le ordenaba que le dijera a Jon que fuera al salón al llegar la noche, pues harían una pequeña fiesta en honor de él y sus amigos.

Jon se encontraba caminando por las calles de la ciudad de Oldtown en dirección a la Citadel. Sus pasos eran tranquilos, pues tenía bastante tiempo hasta el momento en que se llevase a cabo la pequeña fiesta en su honor y el de sus amigos. Así que, luego de saber que habría una fiesta en la noche, salió de la fortaleza y se dirigió hacia la ciudad.

'Parece que tengo buena suerte.' Pensó Jon con alegría mientras caminaba por las estrechas calles en dirección del lugar donde aprendían todos los maestres. Y es que, él había solicitado permiso a Lord Leyton para poder hablar con algún maestre para hacerle algunas preguntas sobre algo en específico. Cuando el anciano señor le preguntó sobre qué temas, el respondió que algo que tenía que ver con mitos, leyendas y lo sobrenatural. Tras decir aquellas palabras, el esperaba que el señor se riera de él, pero para su sorpresa escribió una carta y se la dio.

'Me dijo que solo entregara esta carta a un acolito.' Pensó Jon mientras seguía caminando. Sus pasos se detuvieron cuando estuvo frente a la entrada de la Citadel. La entrada a este lugar estaba flanqueada por dos criaturas con cuerpo de león, alas de águila y rostros humanos, uno masculino y otro femenino.

'¿Qué criaturas más raras?' pensó Jon mientras ingresaba a la Citadel.

Por dentro, la Citadel parecía una pequeña ciudad dentro de una gran ciudad. Había puestos de diferentes personas y varios edificios pequeños rodeando un gran edificio central.

"Supongo que me dirigiré a ese edificio." Dijo Jon mientras comenzaba a caminar hacia el edificio central. Si bien su plan inicial era el de ir de frente hacia el edificio central, lo que vio detrás de las puertas le llamo mucho la atención, y es que detrás de las puertas había varios puestos que vendían libros y mapas. Queriendo tener mapas para coleccionar y para usar cuando tuviese que hablar con personas que no conocían sobre la magia, comenzó a acercarse hacia uno de los puestos donde se podía ver varios mapas.

Al llegar, vio a un joven desgarbado con una túnica marrón con un pequeño eslabón de oro colgando en su cuello por una cuerda negra.

"Buenas, Ser." Dijo el joven con voz cansada. "¿Qué se le ofrece?"

"¿Cuánto por tus mapas?" preguntó Jon señalando los mapas que estaban visibles.

El joven miró a Jon y luego a sus mapas en venta. "Depende de que mapa quiere. Si es uno de alguna región de los siete reinos cuestan dos dragones de oro cada uno, si es sobre tierras de Essos, cuestan cuatro. Las cartas náuticas cuestan tres dragones con cien ciervos de plata."

Jon miró al joven y tomando un mapa comenzó a examinarlo. Al ver los detalles allí puestos, entiendo por qué costaban tanto. Así que, sacando varios dragones de oro, se llevó quince mapas y veinte cartas náuticas. Cuando las tomó, Jon se fue y pasando por un lugar discreto, guardó todo en su bolsa mágica. Tras aquello, estuvo por irse, pero vio algo que lo dejó helado. Y es que, en un puesto de venta de libros había un joven cuyo collar con el eslabón de oro tenía un dije similar a los que tenían Grenn, Pyp y Edd en sus respectivos collares.

'No me jodas, parece que encontré al último miembro de mi tripulación.' Pensó Jon con una sonrisa por la suerte que había tenido. Caminando hacia él, intentó saludarlo, pero para su sorpresa el chico comenzó a huir de él ni bien lo vio.

Al ver esto, Jon comenzó a seguirlo de una manera en la que no llamara la atención inicialmente. Él estuvo haciendo esto mientras caminaba a través de los cientos de personas que por allí vivían. Sin embargo, abandonó ese enfoque cuando vio que él se metió en un callejón. Así que, poniendo una sonrisa de lobo, Jon comenzó a correr hacia el callejón y cuando lo hizo vio que este no tenía salida. Por lo que, comenzó a caminar hacia él.

"¡P-p-por favor, no me hagas nada!" gritó el joven mientras intentaba en vano escapar.

Jon vio con ligera sorpresa como las piernas del joven comenzaban a temblar.

"Tranquilo, no intento hacerte daño." Dijo Jon mientras se acercaba al joven y comenzaba a verlo bien. El joven parecía tener su edad, pero se diferenciaban por el tipo de cuerpo, pues él era gordo. Su cabello era oscuro y sus ojos claros. Su cara era grande y tenía forma de luna. Su ropa era una túnica gris y en su cuello junto al dije que era similar al de sus otros dos compañeros, este tenía no un eslabón como vio inicialmente, sino que tenía tres eslabones. El primero, el que vio era de oro, el segundo eslabón era de cobre y el tercero era el más extraño, pues tenía unos patrones ondulados.

"¿D-d-de verdad?" preguntó el joven dejando de temblar.

"Así es. Solo tengo una pregunta para ti." Señaló Jon mientras se acercaba al joven y sacaba su collar para mostrárselo.

Los ojos del joven se abrieron como platos al ver el collar de Jon e instintivamente se llevó una mano al suyo propio.

"¿Conoces un lugar donde podamos hablar tranquilamente?" preguntó Jon.

El joven asintió y comenzó a guiar a Jon a un lugar donde podrían hablar con tranquilidad.

Jon y el joven que poseía el ultimo collar, el cual se llamaba Samwell, se encontraban sentados cerca al rio Honeywne. El lugar donde estaban se encontraba completamente vacío, por lo que ambos comenzaron a conversar.

"¿Así que quieres buscar tener una charla con un maestre?" preguntó Samwell mirando a Jon con asombro, pues nunca en su vida esperó encontrarse con el hijo perdido de Lord Stark.

"Así es. Lord Hightower me dio esta carta para que se la de a un acolito de la Citadel." Respondió Jon mostrando la carta, la cual fue tomada por Samwell. Esta acción tomó por sorpresa a Jon, quien estuvo tentado a pedir que se la devolviese, pero las palabras que dijo Samwell lo detuvieron.

"Parece que tienes suerte, ya que soy un acolito." Dijo Samwell con una sonrisa mientras leía el contenido de la carta. Cuando terminó, miró a Jon y volvió a hablar. "Parece que Lord Leyton deseaba que encontraras con el Archimaestre Marwin."

"¿Archimaestre?" preguntó Jon con confusión, pues nos sabía qué diablos era un Achimaestres.

Al escuchar aquellas palabras, Samwell miró a Jon y comenzó a contarle sobre la jerarquía de los maestres. Le contó sobre como cada eslabón de cadena significaban una maestría en una materia. También le contó que los archimaestres eran personas que dominaban una materia y eran reconocidos por llevar una máscara, un bastón, un anillo de un metal que se relacionaba con dicha materia. Para hablar de estas materias, Samwell mencionó que los eslabones de oro significaban conocimientos en el estudio de dinero, las cuentas, sumas y números, mientras que el cobre significaba conocimiento sobre historia, mientras que el eslabón extraño que poseía era de acero valyrio y significaba estudio de la magia o también conocidos como los misterios mayores.

"Ya veo. Asique supongo este tal Marwin es un erudito que conoce sobre una materia en particular." Señaló Jon.

"Así es, él es el archimaestre que tiene una máscara, una vara y un anillo de acero valyrio. Por lo que, él es el Archimaestre de los misterios superiores."

Al escuchar que a quien vería era un hombre que había estudiado sobre la magia, Jon sintió que tal vez podrían tener una conversación interesante. Sin embargo, sus esperanzas de aquello se esfumaron con las siguientes palabras de Samwell.

"Lamentablemente, el Archimaestre Marwin no está en la Citadel."

"¿Qué?" preguntó Jon desconcertado por las palabras de Samwell. "¿Dónde está?"

"El Archimaestre está de viaje y no volverá hasta dentro de unas semanas."

Jon sintió que aquella noticia le caía como un balde agua fría.

"Maldición." Dijo Jon apretando los puños.

"P-pero si lo que buscas es información sobre algo que tenga que ver con los misterios superiores, yo puedo ayudarte." Dijo Samwell.

Jon parpadeó y luego miró a Samwell.

"¿Estás seguro?" preguntó el aprendiz del último sangre de dragón.

"Así es. Si bien no estoy al mismo nivel que el Archimaestre, tengo conocimiento sobre los misterios superiores."

"Ya veo. Si eso es cierto, entonces te podré hacer unas preguntas."

"Bien. Supongo que esas preguntas están relacionadas con lo que te pidió Edzard, ¿verdad?"

"Así es." Respondió Jon mientras le contaba a Samwell sobre las piedras negras que estaba buscando.

El hijo de Lord Randyll escuchó atentamente las palabras de Jon y cuando este terminó, le dijo que si sabía sobre ello. Por lo que comenzó a contarle a Jon sobre los lugares conocidos que tenían este tipo de material. Cuando el joven acolito terminó de hablar, le dijo a Jon que se necesitaría un mapa para que pueda mostrarle la ubicación aproximada. Al escuchar aquello, Jon sacó los mapas que había comprado y se los puso al frete a Samwell, el cual, pese a estar sorprendido por lo que vio, comenzó a mostrarle a Jon los lugares donde se conocía que había ese tipo de piedra.

Una ligera bruma cubría el puerto de Oldtown y allí, atracado en uno de los tantos muelles que allí había, se podía ver el barco de Jon anclado. El barco era pequeño a comparación con las grandes naves que le acompañaban en el puerto, pero pese a su tamaño pequeño, este era el más poderoso de los barcos allí anclados.

"Ahhhh… Oye, Jon, ¿cuándo crees que aparezca ese sujeto?" preguntó Grenn desde la cubierta mientras miraba la tabla que unía el barco con el puerto.

"Pronto." Respondió Jon mientras también miraba el puerto de la ciudad. "Le dije a Sam que partiríamos hoy en la mañana y si es que quería venir con nosotros que llegase antes de que partamos."

"¿De verdad crees que vendrá?" preguntó Pyp mientras pelaba una manzana con una daga. "Digo, el mismo te contó que es un cobarde y que se mareaba en los barcos. ¿Por qué crees que aceptaría venir aquí?"

"Para escapar de su padre." Respondió Jon de manera tajante.

La respuesta de Jon hizo que todos lo que lo miraban suspirarán a la vez que se enojaban, pues Jon escuchó la historia de Samwell y él se las contó al resto de ellos. Las palabras que dijo Sam hicieron que todos, desde Grenn hasta Pyp, se enojarán bastante, ya que no podían creer que alguien intentaría matar a su propio hijo.

Y es que Samwell no era solo un plebeyo sin apellido, sino que se llamaba Samwell Tarly y era el hijo de Lord Randyll Tarly a la vez que su ex heredero.

Cuando Jon escuchó aquello, sintió curiosidad y le preguntó al gordito por su historia. La respuesta de Samwell fue algo que hizo que Jon sintiese la necesidad de romperle la madre al señor de Horn Hill, ya que las propias palabras del Tarly para describir su relación con su progenitor fueron:

«Para mi padre siempre he sido una decepción y un fracaso. Siempre quiso que sea un guerrero, pero yo soy un cobarde que no puede tolerar la sangre. Además, siempre quise ser un mago, pero cuando vi que no se podía quise ser un maestre. Sin embargo, mi padre me encadeno en un lugar oscuro y me puso una cadena muy ajustada en el cuello. Aquello hizo que no pudiese respirar bien y tampoco comer.»

Al momento en que Samwell contó esto, su cuerpo tembló ligeramente, mostrando que el tiempo que estuvo encerrado eso le causó un gran trauma. Si bien hasta allí todo parecía malo, lo siguiente fue preocupante, pues Samwell contó que su padre había iniciado una cacería y cuando estuvieron alejados, su caballo fue atacado por los guardias que su padre había asignado para él. Afortunadamente, ellos fallaron el primer ataque y eso le permitió huir.

El no supo cómo lo hizo, pero corrió y corrió hasta que logró huir de allí. Cuando se dio cuenta de que no estaba en casa, comenzó a preocuparse por su seguridad, pero mientras caminaba encontró el collar que usaba. Prosiguiendo con su relato, Samwell mencionó que terminó siendo encontrado por el Archimaestre Marwin, quien decidió apiadarse de él y llevarlo a la Citadel para que sirva como novicio. Y así, el joven Samwell había ingresado a la orden de maestres con el nombre de Samwell Flowers.

"Bueno, supongo que nuestro buen líder, que ahora es un caballero ungido, tiene razón." Dijo Edd con un poco de burla en su voz.

Las palabras de Edd hicieron que todos recuerden como en la pequeña celebración en su honor por salvar a Humfrey, el mismísimo hijo del Lord de Oldtown había convertido a Jon en un caballero. Aquello hizo que tato Grenn como Pyp y Edd pensaron que también obtendrían el título, pero para su mala suerte no lo ganaron, pero si ganaron bastantes monedas de oro. El no obtener el título, hizo que se deprimieran y tuvieran un poco de celos de Jon, pero aquellos sentimientos se esfumaron cuando Jon dijo que los nombraría caballeros cuando se vuelvan más fuertes. Tras aquello, Jon les contó sobre Samwell y los planes que seguirían. Al parecer ya sabía a donde debían de viajar y los lugares mencionados helaron la sangre de los tres jóvenes, pero a la vez los emocionó, ya que, si sobrevivían a esos lugares, ganarían gloria y riquezas.

"Así que nuestro primer plan es ir a los Stepstones, ¿verdad?" preguntó Grenn mientras miraba el cielo.

"Si. Gracias a los contactos de Lord Leyton sabemos que los piratas de esa zona se han vuelto más audaces y han comenzado a atacar los barcos que por allí pasan. Sobre todo, los barcos de Braavos, por lo que el Señor del Mar ha ordenado un ataque contra estos piratas."

"¿Cuánto tiempo crees que demoremos allí?" preguntó Edd.

"No mucho. Si bien las guerras como esa suelen demorar, el señor del mar no va a conquistar esas tierras, sino que va a limpiar un poco el lugar. Yo diría que un mes o mes y medio."

"Ya veo…" dijo Pyp mientras seguía mirando el puerto. Fue gracias a ello, que vio como una silueta se acercaba al barco anclado. Cuando dicha silueta estuvo lo suficientemente cerca, Pyp vio a alguien que tenía los mismos rasgos que Samwell. Así que, soltando un suspiro, puso una sonrisa. "Parece que Jon tenía razón, él vino."

Tras aquellas palabras, Pyp les pasó la voz a sus compañeros y estos vieron como Samwell caminaba con un poco de dificultad. Cuando el hijo de Lord Randyll estuvo en la cubierta, fue saludado por Jon.

"Parece que has aceptado."

"S-s-sí." Dijo Samwell con un poco de timidez.

"Bien, entonces te doy la bienvenida al grupo." Dijo Jon para luego sonreír.

Tras aquello, Jon los presento a todos y luego les dio órdenes para que tomaran sus pociones en el barco.

Cuando todos estuvieron en su lugar, Jon ordenó que levantaran el ancla. Grenn y Edd lo hicieron, pues eran los que se encargarían de eso, mientras que Pyp estaría en el «Nido de cuervo» para hacer de vigía junto al catalejo que allí había. Samwell seria quien ayudaría a Jon a mantener el curso.

Al momento en que el ancla subió, Jon asintió y tanto Grenn como Edd se acercaron a los mástiles y desplegaron las velas blancas. Al mismo momento que ellos, Pyp desplegó la bandera con la heráldica personal que Jon había elegido al momento de ser nombrado caballero. La bandera triangular era negra y en ella se podía ver un lobo blanco huargo corriendo mientras perseguía una estrella.

Y así, ya con todo el barco y la tripulación lista, Jon comenzó a guiar la nave para que saliera del puerto, para dirigirse a su primera batalla.