Yahiko escucho el terrible rugido de una bestia furiosa y volteó para mirar a los lejos mientras seguía corriendo. El cielo estaba pasando de ser azul a naranja, pero a lo lejos se veía una gran luz, como si alguien hubiera encendido una enorme hoguera de cientos de metros. Sin embargo, su rostro se puso pálido cuando noto que el fuego venía en su dirección. Así que aumento su marcha.
Al mismo tiempo, los cuatro clones de Kain que habían logrado retener a los cuatro anbus, entendieron de donde provenía ese rugido bestial.
-Ese idiota- dijo uno de los clones, parado frente a un anbu -espero que Yahiko estés lejos - después boto su guardia y el anbu aprovecho de apuñalarlo. El clon de Kain se abrazó con fuerza al cuerpo del anbu y le dijo -que mal por ti, vas a morir-
El anbu no entendió a que se refería, pero cuando notó que la luz del día se volvía más fuerte miró hacia tras y vio un mar de llamas acercándose. Se sintió sobrepasado por la simple vista y se dejó caer de rodillas.
El clon de Kain sonrió al verlo derrotado y dijo -es bueno que entiendas cuando es tu perdida-
Entonces ambos fueron golpeados por el mar de llamas. El clon desapareció, pero el anbu fue arrastrado por las llamas y convertido en carbón. Ni siquiera tuvo tiempo de sentir dolor.
-o-
-Vamos, vamos- dijo Naomi Yamanaka
-No lo sé- respondió Akane Uchiha en un tono malhumorado, caminaba rápido, pero Naomi la seguía sin importar qué.
En ese momento eran alrededor de las ocho de la tarde, las sombras de la casa y locales comerciales en el distrito Ino-Shika-Cho eran largas y el sol se veía naranja en el horizonte. Todos los transeúntes quedaban mirando a las dos chicas que parecían estar peleando, sin realmente estarlo. La joven de cabello negro y ojos purpuras iba por delante, vistiendo una ropa moderna y estrafalaria para el sentido común de la mayoría. Ninguna mujer decente utilizaría esa chaqueta similar a un kimono corto que solo le cubría el torso hasta la cadera y dejaba a la vista la piel de sus brazos. O tampoco llevaría esos pantaloncillos hasta los muslos que dejaban ver una hermosa piel clara. Usaba "zapatillas shinobi" hasta las rodillas y largas medias que le llegaban hasta los muslos que impedían mostrar demasiada piel. Sin embargo, ya de por sí, la mayoría de los ancianos pensaba que era una muchacha descarada.
Por otro lado, la joven rubia que iba a su cola, de larga cabellera arreglada en una coleta que le llegaba hasta la cadera, iba vestida con un kimono verde claro. También usaba esas "zapatillas shinobi" pero solo hasta la mitad de la canilla.
-Vamos, Akane-san- insistió Naomi en tono suplicante -tu ya tienes a Sakumo. Ayúdame con Kain-kun-
Akane sintió que le hervía la cara como si estuviera dentro de un horno y se detuvo. Después se dio la vuelta, puso sus brazos tensos y extendidos hacia abajo, con los puños apretados y grito -Sakumo y yo no somos así-
Naomi abrió los ojos grandes, impresionada por la declaración poco convincente. Su boca decía una cosa y su cara otra. Naomi se tapó la boca y se comenzó a reír de forma disimulada. Después miró los alrededores y Akane la siguió en el movimiento. Tenía por lo menos cincuenta personas congeladas a su alrededor, todos la miraban con un rostro lleno de incredulidad. Era una mocosa de diez años ¿Qué puede saber del amor? Se preguntaron los hombres y mujeres mayores.
Al mismo tiempo, Akane se puso a un más rojas y se dio media vuelta para salir a caminar. Sabía que había sido una mala idea haber ido a la casa de Naomi Yamanaka. Sin embargo, le entusiasmo cuando Naomi le dijo que quería probar sus "zapatillas shinobis". Sin embargo, en medio de su escape y pensar en las consecuencias de su gentileza, Akane escucho una fuerte explosión a lo lejos. Sonó como si hubiera sido bajo tierra, pero al levantar la mirada y mirar a lo lejos, noto que el humo se elevaba a la distancia. Junto con ella, el resto de las personas que transitaban en el distrito Ino-Shika-Cho miraron a la distancia y todos calcularon que el epicentro del fuego se originó en el Bosque de la Muerte. Un lugar tenebroso en donde los animales crecían a niveles desproporcionados. Por sentido común todos sabían que nunca deberían acercarse a tal lugar. Además de ser un área restringida en la cual probaban a los futuros chunin. Solo alguien que comenzaba a ser fuerte podía pisar ese lugar sin morir en el intento.
Por otro lado, Akane con la mano derecha cerrada, la acerco a su corazón y sintió una leve preocupación. Tuvo una corazonada y salió corriendo lo más rápido que pudo. Naomi Yamanaka la noto y salió corriendo a su cola. Salieron del distrito Ino-Shika-Cho y bajaron por la avenida principal con destino a la casa de Hashirama Senju. Sin embargo, cuando llegaron a la gran puerta Torii que estaba a la entrada del terreno, un grupo de la policía militar los detuvo.
-Hola señor Ryunosuke- dijo Akane jadeando del cansancio.
Un tipo enorme, de 1,90 mts, parado a la izquierda de la puerta Torii agacho su mirada y miró a la niña. La reconoció como la hija de su compañero de escuadra, Itachi -¡Oh! ¿Pero si no es Akane-chan? ¿Qué te trae por aquí? Estamos un poco ocupados ahora, así que dudo que puedas ver a tu padre-
-No es eso- dijo Akane, puso su mano derecha en su pecho y tomo una gran respiración. Después de calmarse, levantó su rostro una vez y continuo -quiero ver a Kain-
-Va a ser difícil- dijo el compañero que estaba en el lado derecho de la puerta. Ryunosuke y Akane miraron al tipo. Al mismo tiempo llego Naomi corriendo y se puso al lado de Akane. Apoyo sus manos en sus rodillas mientras jadeaba tratando de recuperar el aliento. El tipo continuo -ese muchacho no estaba en la casa cuando nos mandaron a proteger el lugar. Itachi-san ya pregunto por él y mandó a varios escuadrones a buscarlo por toda Konoha-
Ryunosuke miró a Akane e hizo una sonrisa incomoda -así están las cosas Akane-chan-
Akane agacho la mirada y después pregunto -¿Puedo pasar a ver a Naori-sama? Soy su discípula-
Ryunosuke levantó la mirada para mirar a su compañero y este negó. Después Ryunosuke miró a Akane y negó también -lo siento, Akane-chan. Se nos ordenó que mantuviéramos una férrea vigilancia en la casa del dios shinobi y no dejáramos pasar a nadie-
Akane agacho la mirada y asintió cabizbaja. Después miró a Ryunosuke y le dijo -muchas gracias-
-Está bien, ve a casa, se está haciendo tarde. Yo creo que tu viejo tendrá que hacer turno extra esta noche, así será mejor que no lo esperes-
Akane asintió sabiendo que, si habían mandado a su padre a proteger la casa de Hashirama Senju, la cosa era más seria de lo que se podría imaginar. Así que después se dio la vuelta, avanzando de vuelta por la avenida principal con dirección al municipio de Konoha, al final de la calle. Al mismo tiempo, Naomi le hablaba, pero Akane estaba ensimismada en sus propios pensamientos. Todo hasta que Naomi le dio una fuerte nalgada que la hizo gritar.
Akane se dio la vuelta y le pregunto enojada -¿Por qué me pegas?-
-Porque me ignoras- respondió Naomi en un tono malhumorado y se cruzó de brazos.
Akane lo pensó por un momento y después asintió -lo siento- dijo y siguió caminando. Después doblo de forma involuntaria por donde siempre Kain la llevaba para tomar un "atajo". Al mismo tiempo, Naomi notó a Akane demasiado absorta en sus pensamientos. Soltó un suspiro y la siguió para evitar que le pasara algo.
Avanzaron por el distrito Sarutobi y pasaron por fuera de la casa del viejo Orochi. Akane la recordó como algo que le dijo Kain como un comentario y se acercó a la reja de madera de baja estatura. Solo debería medir un metro de altura. El patio estaba cubierto de pasto un tanto descuidado, pero según Kain, tenía su razón de ser.
Akane apoyo las manos y al instante siguiente escucho un siseo. Miró hacia todos lados y vio como por detrás de la reja, empezaban a subir varias serpientes multicolores. Saco sus manos de inmediato y dio dos pasos hacia atrás. Frunció el ceño y quedó mirando la casa. Sin embargo, la mirada de las pequeñas serpientes, no la asustó.
-Hola- grito Akane, hizo un cono con sus manos y continuo -¿hay alguien en casa?-
-Oye- dijo Naomi en un tono bajo -es tarde y esta casa parece ser de un anciano. Mejor lo dejas, se podría enojar-
-Déjame sola- dijo Akane también en voz baja -yo sé lo que hago-. Después tomo aire y siguió llamando para ver si alguien salía. Al mismo tiempo, Naomi pensó que Akane se había golpeado la cabeza. Molestar a los ancianos shinobis tan tarde era una mala idea. Ya recuerda ella cuando llamo a su abuelo tarde en la noche y el anciano salió de su casa solo para darle dos palmadas en el trasero y enviarla a dormir a su casa. En aquella época solo tenía dos años y quería dormir con su abuelo y su abuela ¿Qué maldad había en eso? Se preguntó muchas veces.
Al rato siguiente un anciano de piel tan pálida como su cabello abrió la puerta corredera de la entrada. Se puso unas sandalias de madera y camino hasta la reja.
-¿Qué sucede mocosa?- pregunto el viejo Orochi -¿Te mordió alguna serpiente o te sientes enferma? Si es urgente lo vemos ahora mismo, pero si no lo es, vuelve mañana-
Akane hizo una pequeña sonrisa, porque a pesar de que el rostro del anciano se veía malhumorado, Kain siempre dijo que era un hombre de gran corazón. Siempre ayudaba a los civiles con medicinas y tratamiento y jamás les pidió nada a cambio.
-Lo siento por molestarlo tan tarde. Soy Akane Uchiha, discípula de Naori-sama- dijo Akane
-¿Le paso algo a Naori?- pregunto el anciano en un tono bajo y una mirada preocupada
-No, para nada- dijo Akane negando con sus manos y haciendo una sonrisa -eso solo que hoy fui a ver a Kain y no lo pude encontrar ¿Sabe si le paso algo?-
El viejo Orochi asintió y miró a la distancia. Vio la larga nube de humo que se extendía por cientos de metros y ascendía en el aire. Entonces asintió y dijo -él está ocupado, no te preocupes. Solo anda haciendo un encargo para mí. Ahora si no tienes nada más que preguntar, me voy- y se dio la vuelta para volver a la casa.
Akane lo vio irse y quedó pensando en porque el anciano miró a la gran nube de humo negro que se elevaba en la distancia. Después negó y siguió caminando mientras ignoraba a Naomi.
-Akane-chan- dijo Naomi a su cola -¿Por qué molestaste a ese anciano?-
-Es uno de los maestros de Kain- dijo Akane -pensé que podría saber algo-
-¿Quizá donde estará Kain? Quiero abrazarlo-
Akane se detuvo y se dio la vuelta para mirarla con el ceño fruncido -Kain no es un animalito lindo para que lo abraces- dijo malhumorada
-Lo sé, pero es agravada, cabe entre mis brazos- dijo Naomi con una sonrisa simple y divertida
Akane hizo un puchero y le dio la espalda al mismo tiempo que hacia un bufido.
-Akane ¿Por qué no me dices lo que le gusta a Kain?- preguntó Naomi en un tono mimado -tu ya tienes a Sakumo-
-Ya te dije que Sakumo y yo no somos así- dijo Akane con las mejillas rojas como tomate. Siguió caminando y dijo -solo me preocupa que trates a Kain como un juguete-
-¿Te crees su onee-chan?-
Akane se puso más roja y apresuro su paso -no es así, yo no soy su onee-chan- dijo
Naomi se largó a reír y la siguió a la cola. Akane se enojó, pero de todas maneras le contesto un montón de cosas.