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Suerte y perseverancia

Pequeña aclaración: Cada volumen es independiente del otro. Sigue su propia línea de historia y no se ve afectado por los volúmenes anteriores. Bueno, salvo por algún poder o habilidad que se viene arrastrando por el conocimiento y la personalidad del protagonista que va evolucionando. Volumen 1 Cross over entre nasuverso y Madam ou no Vanadis Volumen 2 viaje por Juego de Tronos, Señor de los anillos y Dark Soul 3 Volumen 3 Mushoku Tensei y Danmachi. Volumen 4 Naruto y muchos otros. -o- Kain, antiguo vástago del equilibrio. Renació en el mundo de Fate y vivió durante varios siglos. Sin embargo, al encontrarse con su viejo enemigo, el dios Hilden, lucho y perdió. Ahora su alma viaja a través del multiverso buscando el poder y la forma de volver a aquel mundo por la venganza. -o- Reglas del juego: 1.- No hay power up indiscriminados 2.- Todo se estudia y se gana hasta dominarlo 3.- El alma influye sobre el cuerpo, por ende, el cabello y los ojos siempre serán los mismo (ojos color lazuli y pelo blanco). 4.-La fuerza es proporcional al conocimiento adquirido, la técnica y la fuerza del alma. 5.- El nivel del mundo es proporcional al alma. Eso quiere decir que si el alma del protagonista es fuerte, irá a un mundo de mayor nivel.

AOoBeligerante · Anime & Comics
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Mundo Shinobi - La falsa paz - 90

Al mismo tiempo que Akane estaba siendo cuestionada por Naomi. Kain estaba tendido en el suelo, con los ojos cerrados y jadeando como si hubiera corrido durante horas. A los pies de él empezaba una línea de fuego que a cada metro que avanzaba se enanchaba un metro, como si fuera un abanico fuego que se extendía y abrazaba todo lo que estuviera en frente. Gracias a esto, se escuchaba el intensó crepitar del bosque en llamas. Se oían también lo animales corriendo y tratando de apartarse del intensó fuego que calcinaba la vegetación. A lo lejos se escuchó un gran chirrido y el resquebrajar de la madera. Un gran árbol se partió a la mitad y cayó al suelo generando un gran estruendo.

Al poco rato cuatro sombras se acercaron al lugar y saltaron para quedar a cinco metros de Kain. Podían ver al pequeño de cabello blanco en el epicentro de las llamas. Era un tanto surrealista, pero entendían quien había hecho ese horroroso jutsu, lo cual, les helo la sangre. Solo medía 1,30 centímetros, pero había hecho un jutsu de clase S, algo qué, si se desatará cerca de Konoha, la borraría del mapa.

Las cuatro sombras eran anbus, uno, el líder con una máscara de mono se acercó mientras le hacia el gesto de esperar al resto. Camino hasta Kain, el cual respiraba con dificultad y se agacho para quedar a unos centímetros de su cabeza. El shinobi extendió su mano y le iba a tocar la mejilla, pero se detuvo a unos centímetros cuando Kain levantó su mano derecha y se la sujeto.

-Llegas tarde como refuerzo, Saru- dijo Kain con una sonrisa y abrió sus ojos

Hiruzen sacudió su mano y se soltó del agarre de Kain. Después se puso de pie y dijo -los anbu no tienen nombre en sus misiones. Espero que tengas más cuidado con lo que dices-

-Lo siento, amigo- dijo Kain, se sentó, miró los alrededores captando a los otros anbus y se puso de pie -¿Y a que vienes?-

-Es obvio que voy a venir si veo casi un kilómetro de llamas arrasar parte del bosque- dijo Hiruzen en tono serio -¿Qué haces tu aquí?- pregunto de vuelta.

-Dame un segundo y te explico- dijo Kain, entonces le dio la espalda y miró hacia donde estaban el cuerpo de la serpiente y los ciempiés. Sin embargo, todo lo que vio fue un bosque envuelto en llamas. Tomo una gran respiración y miró hacia atrás.

-¿Puedo confiar en ti, Saru?-

-Ya te dije…- iba a decir Hiruzen, pero fue interrumpido

-Te lo digo porque voy a quedar muy cansado y necesitaré que alguien me cuide. Por eso te pregunto ¿Puedo confiar en ti? ¿Me protegerás, aunque te den la orden de matarme?-

Hiruzen se sacó la máscara de mono y sonrió para Kain -¿Quién te va a querer matar?- pregunto

Kain puso un rostro solemne y dijo -¿Crees que soltaría un jutsu así solo para entrenar?-

-Está bien, te lo prometo. Aunque me den la orden de matarte, te protegeré con todas mis fuerzas-

-Bien, primero que todo. Dile a tu escuadrón que revise la base de ese árbol- dijo Kain apuntando a espaldas de Hiruzen, al árbol gris a unos cinco metros de distancia -hay una cueva y también hay una prisión. Deben tener cuidado, ya maté al invocador, pero pueden seguir habiendo serpientes nativas de la zona. Hay cuerpos de shinobis de una aldea llamada Takigakure-

-¿Tú los mataste?- pregunto Hiruzen con un rostro serio y enojado

Kain negó y dijo -tenían una operación en cubierto. Algo salió mal y el capitán a cargo de la operación decidió matarlos a todos. Solo pude abrirme paso y tratar de huir con los rehenes-

-¿Quiénes eran…?- pregunto Hiruzen, pero quedo con la pregunta a medías. Alguien lanzó un kunai a la nuca de Kain y él saltó para desviar el arma. -¿Quién eres?- grito Hiruzen -sal de tu escondite-

Los cuatro anbus que acompañaban a Hiruzen saltaron y formaron un círculo alrededor de Kain.

Al instante siguiente aparecieron veinte anbus vestidos similar a los anbus de Hiruzen, todos llevaban máscaras de animales. Entre el escuadrón de Hiruzen y los otros anbus había treinta metros de distancia. Los anbus comenzaron a desenvainar sus espadas cortas. La preocupación de Hiruzen subió a su máximo cuando noto que estaban siendo rodeados y avanzaban en su dirección.

-¿Quiénes son?- grito Hiruzen, pero no tuvo respuesta. Los shinobis se acercaban como lobos acorralando a su presa mientras sus espadas parecían terribles colmillos. Sin embargo, ellos detuvieron su avancen cuando apareció otro escuadrón de quince anbus. Entre medio de ellos había uno sin un brazo y portando una máscara de búho.

-¿Qué significa esto?- grito el anbu búho

Entonces por fin, un shinobi con mascara de demonio hannya, salió al frente. Sus ojos furiosos y sus grandes colmillos destacaban en medio de la oscuridad producida por la capucha negra.

-Esta es nuestra jurisdicción, apártense- dijo el anbu hannya

El anbu con máscara de Búho, se quitó la máscara y dejando ver su hermoso rostro. Además de la gran cicatriz que le cruzaba de esquina a esquina la cara. Ella avanzo hasta pararse frente al grupo de Hiruzen como si fuera un escudo y dijo -ellos son mis subordinados, están fuera de tu jurisdicción-

-Queremos al niño-

-También es mi subordinado, no lo puedes tocar-

-Sabes que eso no es así, Mari Hatake-

-Si yo digo que lo es, es que lo es ¿Puedes hacer algo al respecto?-

El anbu con mascara de hannya apretó con todas sus fuerzas el mango de su espada corta y después la levanto, poniendo en alerta a todos, salvo a Mari. Sin embargo, y fuera de todas las expectativas, el anbu solo guardo su espada en la vaina que llevaba en la espalda.

-Tendrás que vértelas con hokage-sama- dijo el anbu

-Está bien, siempre podemos conversar- dijo Mari con una mirada melancólica -hace mucho tiempo que no lo hacemos-

Los anbus se retiraron, solo quedando Mari, Hiruzen y el resto de los anbus.

Mari se dio la vuelta y le dio una dura mirada a Hiruzen -¿Creo haberte dado un cuadrante de vigilancia?- preguntó

Hiruzen agacho la mirada y dijo -lo siento, pero tenía que venir a ver. Ese jutsu fue algo que me helo la sangre y tenía que saber si era un peligro para la aldea o no-

-Vuelve a tu cuadrante-

Hiruzen levantó la mirada, miró a Kain, el cual asintió y después respondió -como usted ordene-. Hiruzen se dio la vuelta, le revolvió el cabello a Kain y paso de largo -vamos- les dijo a sus compañeros y al cabo de tres metros dieron un gran salto, desapareciendo entre la espesura del bosque.

Mari se acercó a Kain, mirándolo con cierta aprehensión. Kain hizo una sonrisa inocente y Mari solo pudo sonreír -eres un gran alborotador ¿lo sabes?- le pregunto al mismo tiempo que le revolvía los blancos cabellos.

-Lo sé, tía, pero tenía que hacerlo ¿lo supo?-

-Sí, hace unas horas me informaron que Hashirama-sama fue atacado y que tu saliste a la cola del atacante- dijo Mari, le dejo de revolver el pelo y bajo su mano hasta la mejilla y se la pellizco con fuerza -creo haberte dicho que cuidaras de Hashirama-sama, no que fueras detrás de quien lo atacará-

-Lo siento, tía- dijo Kain con dificultad, su mejilla estaba siendo jalada y le costaba articular palabras -pero tenía que castigar a ese tipo-

Mari le soltó la mejilla y le pregunto -¿Por qué no volviste?-

-Porque tenía que proteger el sueño de mi tío-

Mari tomo una profunda respiración y pudo ver en los ojos de Kain la seriedad. Este niño se movió por algo más que venganza.

-¿Qué obtuviste?-

-Muchas cosas, pero es mejor que las veamos en otro lugar. Por otro lado, en ese árbol gris- dijo Kain dándose la vuelta y apuntando al árbol que estaba a cinco metros -está la prisión y un montón de cadáveres. Ahí tenían a la princesa y por alguna razón, también esta ese tipo llamado Yahiko. El otro día usted lo envió de vuelta a su casa, pero por alguna razón llego aquí-

Mari Hatake soltó un suspiro y asintió. Miró a sus espaldas y pudo ver el bosque cubierto de fuego. Como estaban en un lugar abierto el aire era respirable, pero poco a poco se estaba volviendo más pesado.

-Yo lo hice, puedo apagarlo- dijo Kain a sus espaldas -pero va a tener que cargarme de vuelta. Terminaré demasiado cansado-

Mari se volteó para ver al pequeño a sus espaldas. Él tenía un rostro serio, casi demasiado tierno e inocente para poder lograr lo que le prometió, pero, de todos modos, asintió.

Entonces Kain paso por su lado y se puso de frente al bosque que poco a poco se estaba llenando de llamas y más humo. A lo lejos se escuchaban los estruendos de árboles cayendo y un gran grupo de animales huyendo. Kain cerró los ojos y empezó a juntar el agua que había en la tierra, en los árboles y en el mismo aire, como siempre lo hizo al querer crear a sus serpientes. Al mismo tiempo su rostro se puso paliado y su respiración errática, pero siguió juntando agua.

Mari Hatake abrió la boca del asombro, ella solo conocía a una persona que pudiera reunir agua sin una fuente cercana. Y por lógica, esa persona jamás le enseñaría nada a este niño. Sin embargo, sus ojos se enancharon cuando vio cómo se elevaba una figura similar a una serpiente. No obstante, después alcanzar un ancho de tres metros y diez de largo, la figura se movió delante de Kain y se volvió una esfera. Después de eso, la esfera siguió creciendo hasta formar poco a poco una forma de veinte metros de alto.

-Kain ¿estás bien?- pregunto Mari

Pero Kain seguía con los ojos cerrados, empezó a salir un hilillo de sangre de su nariz y sus oídos. Mari dio un paso al frente y lo miró sangrar, quiso tocarlo para sacarlo del transe, pero este negó con su cabeza antes de que lo tocara. Mari tuvo la duda si detenerlo o no.

-Solo un minuto más- dijo Mari enojada -solo un minuto y si después de ese tiempo no has terminado con el jutsu, te detendré-

Kain solo asintió y levantó sus manos, al mismo tiempo que ponía más fuerza en juntar agua. Gracias a esto, muchas plantas que estaban apartadas del fuego y aun conservaban su verdor, se secaron. Al mismo tiempo, la tierra y el pasto se resecaron y se abrieron hendiduras en la tierra. Kain logro juntar una bola de agua de cincuenta metros de diámetro

-Muy bien, Kain- dijo Mari -suficiente, tienes que dejarlo-

Kain frunció el ceño, aun con los ojos cerrados y asintió. Entonces, sin perder el control sobre la gran masa de agua, empezó a realizar una seguidilla de sellos y dijo a gran voz -Suiton, suijinheki- y al agua perdió su forma de esfera, se alboroto y se desparramo hacia adelante como una gran ola, mojando y apagando gran parte del fuego que estaba a ras de suelo. Sin embargo, estaba lejos de ser suficiente.

Kain cayó de espaldas, pálido y ojeroso del cansancio. Mari lo atrapo con su único brazo. Lo miró sorprendida y le pregunto -¿Qué clase de jutsu hiciste para generar tanto fuego?-

-Fue un fracaso- murmuro Kain con sus últimas fuerzas -solo un 10%- y cayó inconsciente.

Mari Hatake quedó helada. ¿Un 10%? ¿Un jutsu así solo tuvo una eficacia de un 10%?

Mari cargo a Kain lejos del peligro y miró a sus subordinados -revisen la cueva bajo el árbol. Algo grande paso y necesitamos saber que fue-

Todos soltaron un "¡Oh!" afirmando y salieron corriendo. Mari se quedó con dos subordinados y el pequeño Uchiha. Ella tendió su capa en el suelo y le hizo un chequeo de inmediato. Tenía contusiones por todo su cuerpo, algunos cortes y raspaduras, pero nada que fuera un peligro para la vida de Kain. Por otro lado, lo que si llamo la atención de Mari fue que las pequeñas lesiones se iban reparando a medida que pasaban los minutos. Al punto que un moretón que llegaba a estar azul de lo fuerte que fue el golpe, se volvió más claro.

-¿Cuerpo sabio?- se preguntó Mari Hatake sorprendida. Los anbus que la acompañaban se sorprendieron también, pero Mari negó -es imposible, solo hay un cuerpo así cada cierto tiempo en la historia. Es muy pronto para que nazca otro usuario. A lo mejor es algún jutsu secreto-

-Lo más probable, jefa- dijo uno de los anbus

-o-

Al mismo tiempo en el que Kain cayó inconsciente, Yahiko llego a las puertas de Konoha. Su hermana había caído inconsciente y para colmo de males, los guardias en la entrada le impedían el paso. Maldijo por lo bajo, cuando era anbu entraba y salía sin preguntarle a alguien. Solo tenía que escalar las grandes murallas y entrar sin ser visto. ¿Por qué ahora tenía que haber pensado en respetar las reglas?

-Soy el príncipe de la nación del Fuego- rugió Yahiko -si no me abren paso y mi hermana muere. Me preocuparé de destruirlos a ustedes y a su familia-

Los dos shinobis se quedaron petrificados y lo pensaron durante un momento. Después le dijeron que enviarían a alguien para corroborar la información, pero Yahiko se aburrió de esperar. Así que espero a que los dos tipos se despistarán y comenzó a correr con todas sus fuerzas.

Sonó una campana y a los pocos metros de entrar a Konoha, tres Uchiha de la policía militar, lo atraparon.

-Por favor- dijo Yahiko entre lágrimas -mi hermana, por favor, solo quiero que un anciano vea a mi hermana- derramo grandes lágrimas mientras los guardias y la policía militar lo tenía rodeado -fue mordida, ya casi no respira, solo quiero ver a un anciano-

De los tres policías, el del medio dio un paso al frente y quedo a un metro del Yahiko

-Capitán Itachi- dijo uno de los dos policías que se quedaron atrás -es peligroso, ese tipo trato de entrar a la fuerza-

-Cállate- dijo Itachi, se volteó para darles una breve mirada de reojo y después miró al muchacho -soy lo bastante viejo como para saber cuándo un mocoso miente. Dime, muchacho ¿A quién quieres ver?-

-Un muchacho de pelo blanco me dijo que hablara con un anciano llamado Orochi. Dijo que siempre está ayudando a los civiles de la aldea con las picaduras de serpiente-

Itachi tomo una profunda respiración y asintió. Después miró a los guardias de la puerta y les dijo -déjenme a este muchacho, lo escoltaremos hasta donde vive Orochi-dono y después lo meteremos a la cárcel hasta saber su identidad-

-Está bien- dijo uno de los guardias -pero es tu responsabilidad, si pasa algo nosotros estamos fuera-

-¡Oh!, no hay problema- dijo Itachi y les dio unas indicaciones a sus dos subordinados. Después camino hasta donde estaba el muchacho y le dijo -dame a la chica, estas cansado, eso se nota-

Yahiko con algo de desconfianza se dio la vuelta e Itachi cargo a Kasumi en sus brazos.

-Está muy mal- dijo Itachi, le levanto la pierna que tenía amoratada y le dijo -tenemos que apurarnos-

Entonces los tres corrieron con todas sus fuerzas, tratando de alcanzar al maestro de serpientes.