Mundo Shinobi - Amigos - 69

Después del almuerzo, Kain ayudo a Sakumo a entrenar con las espadas, enseñándole pequeñas katas de principiante que corregirían ciertas deficiencias en su postura. Como le dijo Kain a Akane, Sakumo fue muy obediente después de su derrota. Miraba a Kain con cierto recelo, pero era la típica expresión de "la próxima vez te venceré". Lo cual, Kain aprobó. Sakumo era un chico salvaje, dispuesto a lanzarse al combate para probar que era fuerte. Ese tipo de persona solo se fortalecen con la derroto y más que amedrentarse, solo refuerza su deseo de seguir mejorando. Son como espíritus incansables.

Después de enseñarle a Sakumo algunas katas, Kain se fue con Akane, la cual seguía practicando su katon. De tantas veces que había lanzado bolas de fuego, la muralla de piedra estaba negra por las quemaduras. Sin embargo, como Kain dijo, dos metros de ancho por dos de largo, fue espacio suficiente para que ella practicara.

-¿Entiendes el flujo de tu chakra?- pregunto Kain, parado al lado de Akane.

Akane frunció el ceño y le dijo enojada -claro que lo entiendo, si no sería como esos niños sin chakra-

Kain alzó la ceja y le preguntó -¿Niños sin chakra?-

-Eso no importa, entiendo el flujo de mi chakra. Ahora ¿Por qué me preguntas eso?-

-Bueno, porque creo que no entiendes el flujo de tu chakra. Con todo el chakra que utilizas podrías hacer una bola de fuego el doble de tamaño, pero por alguna razón, eres totalmente ineficiente con tu chakra-

-A ver- dijo Akane cruzándose de brazos -explícate-

-Bueno, para empezar ¿entiendes que para utilizar la naturaleza del chakra, este debe pasar por diferentes órganos?-

Akane se quedó en blanco y negó. Sus brazos cruzados se soltaron y los dejo caer a los lados. Parecía derrotada de solo escuchar a Kain.

Kain tomo una profunda respiración y le dijo colocando su mano derecha sobre su pecho, a la altura del corazón -el corazón, imbuye el chakra de la esencia del fuego- después poso su mano sobre el estómago -el estómago imbuye el chakra de la esencia de la tierra. Los pulmones de elemento viento y los riñones del agua. En tu caso, cuando utilizas chakra, del 100%, solo destinas un 30% a tus pulmones y un 20% a tu corazón. El resto se pierde distribuido en partes que no necesitas y, por ende, tu jutsu pierde fuerza-

-Eso, eso, ¿Cómo lo sabes?- pregunto Akane anonadada, jamás había leído o escuchado nada de eso en la Academia Ninja. Mucho menos de su padre.

-Porque puedo verlo- dijo Kain mirando hacia otro lado -no te puedo decir cómo, pero lo veo. Así que concéntrate en dirigir tu chakra a tu corazón y tus pulmones-

Akane asintió llena de incredulidad, pero solo le dio una oportunidad, después de todo ¿Qué le podría pasar?

Al mismo tiempo, en la habitación de Naori. El viejo Orochi le estaba haciendo su cheque médico y la encontraba en muy buen estado. Le sostuvo la muñeca y le tomo el pulso una vez más para corroborar sus pensamientos, pero en medio de eso, alguien grito en el patio.

-Ayuda, ayuda, por favor, alguien ayuda- grito Kain

Naori miró a Orochi y le dijo -ve a ver a Kain, algo le paso-

Orochi solo asintió con una expresión seria y se puso de pie soltando un gruñido. Camino hasta la puerta corredera y la abrió hacia la izquierda. Miró al patio y noto a Kain llevando a esa niña Akane en sus brazos. Kain corrió hasta donde estaba el viejo Orochi y depósito a Akane sobre el pasillo que pasaba por fuera de la habitación. Orochi miró a la niña, con la sangre emanando de la boca y los oídos. Su rostro estaba pálido como el papel y su expresión era de dolor. Orochi se asustó y se agacho al lado de la niña, le toco la frente con su arrugada mano y emitió un jutsu que producía una luz verdosa. La niña se comenzó a estabilizar y su rostro comenzó a retomar color.

-Ve a buscar un poco de agua caliente y unos paños. Hay que limpiar a esta niña- dijo el viejo Orochi

Kain salió corriendo y Sakumo vino a ver a Akane.

-¿Qué le paso señor?- preguntó Sakumo

Orochi miró al niño de cabello gris, frunció el ceño, pero soltó un suspiro como si aceptara la situación. Había gente fría que solo engendraba para multiplicar la cantidad de soldados en su clan. Este niño era resultado de eso.

Sakumo solo se dedicó a mirar a Akane, preocupado por su salud. Se preguntaba qué tipo de entrenamiento hizo para quedar en tal estado. Que él recuerde, ni siquiera sonó el estallido de un katon, que era lo que ella estaba entrenando.

-Orochi, vieja serpiente- dijo Naori desde la habitación -¿Qué sucedió?-

-Esta niña- respondió Orochi -hizo algo alocado y daño sus órganos internos. Si estuviera sola y sin supervisión, se hubiera matado- soltó otro suspiro, un tanto enojado con Hashirama, Mito y Naori -vieja; hay que hablar con Kain-

-¿Por qué hay que hablar con Kain, Orochi?-

-Porque seguramente le dijo algo a esta niña y ella solo hizo lo que Kain le dijo sin pensar en las consecuencias-

-¿Va a estar bien?- volvió a preguntar Sakumo

El viejo Orochi le dio una breve mirada y continuo con el tratamiento -va a estar bien, solo déjamelo a mí. No tienes nada que preocuparte, en último caso, una vez que llegue Hashirama-sama de botar su dinero, le pediremos que la sane-

-¿Botar su dinero?- pregunto Sakumo

-No preguntes niño- dijo Orochi con las mejillas ruborizadas. Le daba hasta vergüenza admitir que su señor y patriarca del clan, era un ludópata. Un disipador de dinero.

-Bueno señor- dijo Sakumo, saco un pañuelo de la mochililla que llevaba en su espalda, a la altura del cinturón. Le limpió a Akane la sangre de la boca y el viejo Orochi pensó que seguramente, los hijos superaran a los padres. Al menos, este niño era diferente de su frio y taciturno padre.

-o-

Ya por la noche, cuando Itachi, el padre de Akane, la había pasado a buscar. Kain tuvo una pequeña reunión con todos los adultos que le habían enseñado a ser shinobi. Sin embargo, por alguna razón, solo el viejo Orochi estaba de pie, como si fuera un maestro. El resto estaban en posición de seiza, a los lados de Kain. Hashirama y Mito se sentían incomodos. Solo Naori conservaba su carácter orgulloso.

-Trio de idiotas- dijo el viejo Orochi enfadado -le enseñan grandes jutsus y habilidades a Kain, pero ninguno le ha explicado que el resto de las personas no pueden hacer lo mismo. Se preocupan de que sea fuerte, pero no le explican los conceptos básicos. Si no fuera por mí, este niño viviría en otro mundo, lejos de la realidad-

Mito agacho la cabeza avergonzada, lo mismo Hashirama. Solo Naori miraba hacia otro lado, ignorando al viejo Orochi.

-Vieja loca- dijo Orochi alzando la voz -no te hagas la senil, también hablo de ti. Tienes que decirle al muchacho que su fuerza es anormal. Siempre me hablas de que te harás cargo de tu nieto, pero no te veo explicándole la realidad de las cosas-

Naori solo frunció el ceño, pero siguió mirando hacia otro lado.

Orochi soltó un suspiro y se sentó en seiza, frente a los cuatro -Kain- dijo con el tono de voz de un maestro -¿Qué le dijiste a esa niña para que terminara tan mal?-

Kain hablo en voz baja -le dije que canalizara mejor su chakra-

-Habla más fuerte, muchacho-

-Le dije que canalizara mejor su chakra-

-¿Cómo es eso? Explícate bien-

-Bueno, yo le explique que para utilizar la naturaleza del chakra como se debe, necesita dirigir su chakra a ciertos órganos y después redirigir ese chakra imbuido en elemento a sus manos o en el caso del katon, a su boca-

Kain levantó su rostro para mirar al viejo Orochi a los ojos y este soltó un suspiro de cansancio. Después miró hacia los lados, a los otros adultos, y estos también soltaron suspiros de cansancio.

-Kain- dijo Orochi en un tono más calmado -ese conocimiento es bastante nuevo- volvió a soltar otro suspiro -la vez que me contaste sobre tus pensamientos lo empecé a investigar. Para mi sorpresa y dolor, es real. Si uno entrena y canaliza el chakra con cierta frecuencia, hasta hacer los órganos resistentes al flujo del chakra, puede llegar a ocupar todas las naturalezas de chakra. Sin embargo, uno tendría que pasar más de veinte años practicando. Incluso si alguien fuera hábil en el control y manipulación del chakra, diez años. Y estoy siendo generoso. Similar a un torrente sanguíneo que soporta los venenos, los órganos internos se deben entrenar y dar a probar el chakra con regularidad para que estos soporten la presión. De lo contrario, pasa lo que le sucedió con Akane. Por otro lado, al igual que la preferencia de alguien que nace diestro o zurdo, las afinidades son lo mismo. Ciertos órganos internos están más afianzados al chakra por procesos de evolución. Por ejemplo, Kain nació con una fuerte afinidad al fuego y con el tiempo, a medida que entendía el flujo del chakra, fue desarrollando sus otras afinidades elementas ¿No?-

-Pero, abuelo Orochi- dijo Kain con una voz pequeña, como un niño que se siente culpable de sus errores -yo pude…-

-Tu pudiste- dijo Orochi interrumpiéndolo en un tono de voz firme -porque tu dominio sobre el chakra es excepcional. Incluso si lo comparamos con alguien como yo, Mito-sama o Hashirama-sama. Imagina esto; el resto de las personas tiene una cubeta de agua. Ellos arrojan pequeños chorros de chakra para hacer jutsus. Sin embargo, Kain es como un gran mar de chakra con la precisión de un gotero-

Mito asintió y dijo -es verdad, cuando Kain era pequeño yo sentí que tenía una vitalidad muy superior a la de los demás. Igual o más fuerte que la de un Uzumaki. Por eso me gusto tanto y vertí todo mi cariño en él. En cierto modo, sentí que eras parte de mi clan, a lo mejor, lo último que queda de él-

-Tonterías- dijo Naori con un tono de voz orgullosa -Kain es 100% Uchiha, sus ojos son prueba de ello. El heredo los mismos ojos de su padre-

Mito se molestó y le dijo -por eso dije, "en cierto modo". Sé que Kain es Uchiha-

Naori volteó su rostro y miró hacia otro lado, lanzando un bufido. Por otro lado, Mito apretaba sus puños, tratando de aguantarse las ganas de corregir a esta vieja orgullosa.

Hashirama tosió para romper el ambiente tenso. Miró a Kain a los ojos y dijo con voz profunda -Kain tiene que entender que es diferente de los demás. En cierto sentido, Kain es como yo, que cuando tenía diez años podía competir con mis hermanos mayores. Guerreros de veinte años, experimentados en combate y el campo de batalla. Kain, la gente te tratará como una persona fuera de los estándares, pero todo se reduce a lo que quieres hacer. Si quieres ser amado y ayudar a otros, tienes que ocupar tu fuerza para las cosas buenas. Si quieres ser odiado o temido, solo tienes que matar y recorrer el camino del odio y la violencia. Todo depende de ti. Por otro lado, de lo que sabes y lo que entiendes, creo haberte dicho algo ¿o no?-

Kain agacho la cabeza y asintió.

Hashirama estiro su mano, le peino el cabello y le dijo -piensa Kain, ese conocimiento le haría bien a la aldea o produciría un daño. Crees que beneficiaría a la aldea o traería caos al mundo. Siempre pregúntate ¿Qué pasaría si comparto esto con los demás? A lo mejor, otra persona también entiende lo mismo que tú, pero créeme. Saber que tu provocaste la destrucción o la guerra en algún lugar, produce un sentimiento muy amargo-

-¿Entonces no debería enseñarle a nadie?- pregunto Kain levantando su rostro y mirando a Hashirama a los ojos -yo solo quería ayudar a Akane-

-Yo lo sé, yo lo sé. Muchas veces hacemos las cosas con la mejor de las intenciones, pero a veces sale mal. Por ahora, piensa en una forma de ayudar a Akane a desarrollar sus órganos para que estos puedan soportar un mayor flujo de chakra. Sin embargo, trata de guiarla, pero sin enseñarle tu conocimiento a otros-

-También lo creo- dijo Orochi -podríamos decir, que la potencia del jutsu puede variar por la cantidad de chakra que puede manejar la persona y que sus órganos pueden soportar. Entonces habría que buscar un ejercicio que permita a los órganos resistir una mayor presión de chakra. En mi caso como cuidador de serpientes, desde niño mis padres me inyectaron veneno para que me volviera resistente a las mordeduras. No te digo que hagas lo mismo, porque hasta a mí me parece barbárico como me criaron, pero podrías pensar en algo parecido, solo que con chakra-

Kain asintió y miró a Hashirama el cual sonreía, Mito que lo miraba como si fuera su hijo. Su abuela Naori que lo miraba con orgullo, como si fuera el punto más alto de la dinastía Uchiha, y por último el viejo Orochi. El cual mostraba un claro orgullo en su mirada. No tan soberbio como Naori, pero orgullo, como si la felicidad no le cayera en el pecho.