Durante los pasados tres meses, mientras pasaba el otoño y caían las primeras capas de nieve, Riveria fue a visitar a Kain una o dos veces al mes. Según ella, era durante los días que tenía libre, ya que el resto del tiempo lo pasaba en el calabozo o estudiando magia. Para sorpresa y agrado de Kain, todas las veces en que se quedó, compartieron el día con toda su familia. El primer día fue un tanto incomodo, ya que Riveria no se fue por las ramas y converso con Isabel, Mikoto y Hephaestus cuál sería su relación con Kain. Serían algo como amantes, pero nunca sería una esposa ni nada por el estilo, por lo menos, por ahora. No obstante, les dijo que estaba siendo sería y después de conversar durante un par de horas, llegaron a un consenso. Después de ese incomodo día, las cosas fueron más normales y todo volvió a la normalidad.
Así que durante la estadía de Riveria, Kain trataría de pasar la mayor cantidad de tiempo con ella mientras compartía con su familia. Ella sería parte, al menos, así lo quería Kain, pero Riveria era un poco esquiva con este asunto y le recordaba que solo eran amantes. No obstante, Riveria poco a poco se fundió con la familia, al punto que llego a tener un favorito entre los hijos de Kain. Tatsumi se ganó su cariño y al poco tiempo, su primera educación mágica. Al parecer, al ser el más calmado de los tres, podía mantener su concentración más tiempo que los otros. Solo eran uno niños, pero Riveria a su modo le enseñaba algunas cosas como el alfabeto y los animales. Para Kain fue un espectáculo único a su modo, ya que con esa mirada seria y taciturna, nadie esperaría que Riveria tuviera ese lado tan maternal.
Por las noches, las chicas cedían su día a Riveria y ella podía dormir con Kain. Como era muy reservada para sus cosas, no tenía ninguna intención de compartir su tiempo con otras mujeres. Aina era un tema aparte, pero así como estaban resultando las cosas, sería un poco difícil que vuelvan a compartir un tiempo juntas.
Por otro lado, fuera de su yo serio, Riveria liberaba todas sus emociones cuando lo hacían. Kain pudo ver muchas nuevas expresiones, que lo más probable es que otros ni siquiera imaginan que ella tiene y eso en sí mismo le gusto. Era como tener un maravilloso tesoro que nadie más podría obtener, al menos, así lo veía él. De esta manera pasaron tres meses en un abrir y cerrar de ojos y Kain se despertó una vez más en su cama. Cubierto por una enorme colcha blanca y Riveria dormida sobre su brazo derecho mientras respiraba con un ritmo suave y tranquilo, como si fuera una bebé. Su expresión era relajada y denotaba estar a gusto. Su largo cabello esmeralda estaba suelto y quedaba escondido por debajo de la colcha, al igual que el resto de su cuerpo. Kain sonrió al verla tan complacida, se volteo a la derecha y la abrazo por debajo de la colcha. Miró sus facciones con más detenimiento; tenía una pestañas bastante largas y unos labios sensuales inusualmente rosados, al menos de un color más vivido que la mayoría. Su nariz era pequeña y afilada, dejando salir una suave brisa de respiración, parecía estar en paz. Después de un rato, Kain utilizo su mano izquierda y le descubrió los hombros. Entonces acerco su boca y le beso la delicada piel mientras bajaba por la clavícula y volvía a subir por el cuello. Riveria mostro una sonrisa satisfecha y soltó un gemido sensual. Estiro su mano derecha y le acaricio el cuello mientras sentía el calido tacto de los labios en su propio cuello. Ella paso sus dedos por entre medio de los cabellos de Kain mientras lo presionaba a que la besara más. Kain le dio una pequeña mordida que la hizo gemir.
-¿Ya?¿Tan temprano?- le pregunto Riveria con un murmullo
Kain detuvo sus besos y le susurro al oído -¿no quieres?-
-Sí quiero, te amo- dijo con una voz sensual
Kain aparto su cara del cuello y la miró a la cara mientras le colocaba la mano izquierda sobre la mejilla. Riveria le regalo una amplia sonrisa y Kain se sumergió en esos labios. La continuo besando mientras sus manos bajaba por el cuello y masajeaban los modestos senos. Después siguió bajando hasta que llego a lo más profundo y comenzó a estimularle el sexo.
Riveria sentía como con cierta aspereza, Kain la masajeaba con la yema de sus dedos, trazando largas líneas que subían por sus labios hasta alcanzar su clítoris. Después de un tiempo, cuando ella misma se sintió ya bastante a gusto y lista para lo que seguía, sintió como Kain hundió sus dedos en su sexo, tanteado y estimulando por dentro, mientras buscaba su punto débil. Ella lo único que pudo hacer fue gemir y tirar de su cabeza para atrás mientras las olas de placer se alzaban una a una, llevándola a un ritmo vertiginoso. Por otro lado, sus senos fueron comidos por Kain mientras era estimulada con fuerza. Riveria movía su cadera tratando de llevar esos dedos al lugar que ella deseaba, buscando el placer mientras abrazaba la cabeza de Kain contra su pecho. Sintió la irritación de acabar solo, de que cada oleada de deseos la estuviera consumiendo, soltó un grito lleno de deseo carnal y trato de detener a Kain. Este detuvo el movimiento de sus manos y miró hacia arriba, todavía entre los pequeños senos.
-Juntos- dijo Riveria con voz suplicante mientras jadeaba.
Kain asintió y la beso con fuerza, explorando la boca y comiéndole los labios. Después apoyo su mano izquierda sobre la cama y con la derecha apunto a la pequeña abertura. Deslizo y jugueteo con el roce durante un par de veces. La beso y por hacerla esperar, le mordieron los labios. No obstante, Kain sonrió sabiendo que estaba en mal y se divirtió excitándola, hasta cuando llego el momento de introducirse en ella.
Por otro lado, Riveria contrajo sus músculos a medida que sentía que él se abría paso y estiro sus manos para abrazarlo y forzarlo a entrar en ella por completo. Cuando él llego a su fondo, ella sintió el dolor y el placer por ambas partes. También sintió que su lujuria crecía cuando veía a Kain sobre ella, jadeando como un perro en celo y se mecía como si lo único que importaba era correrse.
-o-
Después de una ducha, reposaron en la tina con agua caliente. Kain se ganó de base y Riveria se metió después para recostarse sobre su pecho. Ella sonrió de agrado al sentir la calidez del agua y la suavidad de la piel. Si Riveria apoyaba su oído contra el pecho, ponía escuchar el palpitar. Su yo lógico le decía que no tenía nada de impresionante, que era como cualquier otro ser vivo, pero su yo doncella le decía que era el ritmo más hermoso del mundo.
Por su parte, Kain la abrazaba y le acariciaba la espalda, suave y delicada, la cual terminaba en dos rechonchas carnes firmes. A Kain le gustaba pasar sus manos y acariciárselos, eran suaves y tiernos, una sensación de la cual nunca tendría suficiente.
Riveria sonrió, ya que lo considero un acto infantil pero lo dejo tocar todo lo que él quisiera. Levanto la vista y acerco su cara para besarlo.
Kain la correspondió durante un largo intercambio y después de separarse, le pregunto -¿Quieres salir?-
Riveria puso una cara confundida y le pregunto -¿Con este clima?-
-Sí- respondió Kain con una sonrisa
-¿Qué vas a hacer?-
-Voy a ir a ver a una vieja conocida, quiere pedirme un favor. Por supuesto, no será gratis-
-¿Quién?- le pregunto intrigada
-Freya-
Riveria apretó su ceño y sus ojos se volvieron inquisitivos -¿Qué clase de favor?-
Kain pudo sentir que alguien un pellizco a la altura del pubis. Cerro su ojo derecho mientras soportaba el dolor y respondió -dijo que había encontrado a alguien para que le enseñara-
Riveria intensifico sus pinzas y con una cara enojada le pregunto -¿Mujer o hombre?-
Kain arrugo la nariz y estiro su mano derecha para soltar la pinza, pero Riveria se la atajo con la otra mano. Kain mostraba los dientes mientras se aguantaba el dolor -¿es necesario que te enojes tanto?- pregunto
-Kain Dragonroad, mas te vale responder o si no lo que te dolerá será lo que esta entre medio de tus piernas, ahora responde-
-Es un niño, uno joven y prometedor, eso decía en la carta-
Riveria asintió con seriedad y se acostó sobre su pecho -puedo tolerar que tengas a otras mujeres- dijo -pero no a esa mujer. Si es posible, rechaza la oferta, cualquiera que sea-
-¿Celosa?- pregunto Kain más aliviado, la abrazo nuevamente y cuando miró hacia abajo, le vio la mollera repleta de cabello esmeralda.
-Solo cuido lo mío- dijo Riveria con un rubor en las mejillas -he estado poco tiempo en Orario, pero todo lo que he aprendido de ella no es nada bueno. No quiero que te eche a perder, me gustas como estas-
Kain sonrió mientras cerraba los ojos y se concentraba en el cálido tacto del agua, el borde liso de la tina en su espalda y el cálido cuerpo de Riveria, suave, esbelto y bello.
-A mi también me gusta como estas, me gusta tu pelo, me gusta tu cara, me gusta cuando estas sería, cuando sonríes. Me gustan tus pequeños pechos- en ese momento sintió una mordida juguetona en su pecho y soltó un ¡Ay!, pero no fue uno con dolor, sino una divertido acompañado de una risita -me gusta todo de ti-
-A mí también- dijo Riveria mientras sonreía, levantó su rostro y miró a Kain con los ojos cerrados. Su larga cabellera blanca estaba peinada hacia atrás y sus orejas se extendían prominentes a los lados de la cabeza. Por otro lado, su nariz afilada y mentón ancho eran sexis. Al menos así lo vio Riveria. Ella se acercó y le dio una leve mordida en la garganta, subiendo por el cuello y sentándose a horcajadas en Kain. Después le tomo la cara con ambas manos y él abrió los ojos, esos intensos ojos lazuli que la cautivaban. Eran bonitos, quería quitárselos y tenerlos para ella sola, para que solo la mirara a ella. Ella lo miró mientras esos ojos no se apartaban de los suyos y lo beso con toda su pasión mientras sentía que era abrazada por esos largos y fornidos brazos.
Una vez que terminaron su largo beso, sonrieron el uno al otro y se miraron a los ojos. Kain pregunto -¿Ya?-
Riveria asintió con una sonrisa coqueta y se apoyó dentro de la tina con sus propios pies. Se levantó y lo apunto a su interior. Después lo deslizo y miró a Kain con lujuria cuando él se iba introduciendo poco a poco dentro de ella.
Kain al sentir que las apretadas paredes lo envolvían, soltó un gemido ronco y la abrazo con más intensidad. Riveria restregaba sus caderas de atrás hacia delante de una manera que lo enloquecía. Kain la beso y lo hicieron mientras el agua chapoteaba y saltaba fuera de la tina.