ARA: Lectores he echo un par de cambios, portada, descripción y titulo, díganme si prefieren la antigua o la actual, gracias por su atención y disfruten del capitulo
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Nonoe, después de haber esperado un tiempo considerable en el lugar donde se habían separado, comenzó a sentir una creciente inquietud. Yasuke había dicho que solo iba al baño, y Minato había desaparecido poco después. Algo no cuadraba. Decidió que era hora de buscarlos.
Comenzó su búsqueda en los pasillos más cercanos, revisando cada rincón y preguntando a cualquier estudiante que se cruzara en su camino. A medida que avanzaba, su preocupación crecía. Ni Yasuke ni Minato estaban en ninguno de los lugares habituales donde podrían haber ido.
Nonoe se detuvo un momento, tratando de pensar como ellos. "Si yo fuera Yasuke, ¿a dónde iría en una situación como esta?" se preguntó. Recordó la noticia sobre la matrona del orfanato y un pensamiento alarmante cruzó su mente. "¿Habría intentado ir al hospital?"
Sacudiendo la cabeza, pensó que eso sería demasiado arriesgado, para Yasuke una persona normalmente seria y coherente ese pensamiento estaba fuera de lugar. Decidió dirigirse al patio de la academia, un lugar donde solían reunirse para hablar y entrenar. Mientras caminaba, su mente trabajaba febrilmente, considerando todas las posibilidades.
En el patio, su búsqueda fue infructuosa. Ni rastro de Yasuke o Minato. Nonoe comenzó a sentir una mezcla de frustración y ansiedad. Sabía que ambos eran capaces de cuidarse solos, pero la incertidumbre de no saber dónde estaban o qué estaban haciendo era perturbadora.
Decidida a no rendirse, Nonoe decidió ir a la última opción que le quedaba: el aula. Quizás habían regresado sin que ella se diera cuenta. Mientras se dirigía hacia allí, se cruzó con algunos compañeros de clase, a quienes les preguntó si habían visto a Yasuke o Minato. Todos negaron haberlos visto desde la mañana.
Al llegar al aula, Nonoe abrió la puerta con la esperanza de encontrarlos allí. Pero, una vez más, no estaban.
—¿Dónde se habrán metido? —murmuró para sí misma, sintiendo cómo la preocupación se instalaba más profundamente en su corazón.
Justo cuando Nonoe se sentía abrumada por la preocupación, una voz familiar resonó detrás de ella.
—¿A quién buscas, Nonoe? —preguntó Inoichi Yamanaka, acercándose con una expresión de curiosidad y preocupación.
Nonoe se giró para ver a Inoichi, uno de sus amigos, pero también uno de los herederos de los clanes prominentes de Konoha y conocido por su aguda percepción y habilidades mentales.
—Inoichi, es Yasuke y Minato. Se han ido y no sé dónde están. La matrona del orfanato está en el hospital en estado crítico, y temo que Yasuke haya intentado ir allí —explicó Nonoe, su voz reflejando la urgencia de la situación.
Inoichi frunció el ceño, procesando la información. Conocía bien a Yasuke y Minato y sabía que ambos podrían tomar medidas drásticas en una situación tan grave.
—Vamos a buscarlos. No deben estar lejos —dijo Inoichi, asumiendo un tono de liderazgo.
Juntos, comenzaron a recorrer la academia, preguntando a otros estudiantes si habían visto a Yasuke o Minato. Inoichi sugirió que se dividieran para cubrir más terreno.
—Me reuniré con Shikaku, Chouza y Tsume. Ellos nos pueden ayudar a buscar más eficientemente. Mikoto también podría saber algo —dijo Inoichi, mostrando su capacidad para organizar y movilizar recursos rápidamente.
Nonoe asintió, agradecida por la ayuda. Se dirigieron a diferentes partes de la academia, cada uno con la determinación de encontrar a Yasuke y Minato lo antes posible.
Mientras Nonoe continuaba su búsqueda, no podía evitar sentir una mezcla de gratitud y alivio por tener el apoyo de Inoichi y los demás. En momentos como este, la fortaleza de la comunidad ninja y la amistad se hacían evidentes, demostrando que, en tiempos de crisis, no estaban solos.
Los seis herederos de los clanes se reunieron, la preocupación reflejada en sus rostros. Nonoe explicó la situación y su infructuosa búsqueda. Shikaku Nara, conocido por su tendencia a la pereza pero también por su brillantez estratégica, escuchó atentamente y luego habló.
—Es obvio que Yasuke se ha escapado. Y si conozco bien a Minato, seguro lo siguió para apoyarlo —dijo Shikaku, su tono tranquilo pero seguro.
Los demás lo miraron, asintiendo con comprensión. La idea de que sus amigos se enfrentaran solos a esta situación era inaceptable.
—Entonces, ¿qué sugieres que hagamos? —preguntó Inoichi.
—Vamos tras ellos —respondió Shikaku sin vacilar—. A los amigos no se les deja solos en momentos así. A pesar de las consecuencias que podamos enfrentar, es lo correcto.
Mikoto y los demás asintieron, cada uno entendiendo el peso de la decisión. Como miembros de los clanes más prominentes de Konoha, tenían una reputación que mantener, pero en ese momento, la lealtad y la amistad eran más importantes.
Los seis amigos, unidos en su determinación, comenzaron su misión para infiltrarse en el hospital y encontrar a Yasuke y Minato. Mientras avanzaban, discutían sus planes en voz baja, cada uno aportando su perspectiva única.
Shikaku, con su mente analítica y estratégica, abogaba por una aproximación cautelosa.
—Debemos evaluar primero la situación —dijo, sus ojos escaneando el entorno—. Reconocimiento primero, identificar cualquier amenaza y luego idear un plan concreto. No podemos simplemente irrumpir allí sin preparación.
Tsume, por otro lado, tenía una idea más directa y confrontativa.
—Podríamos simplemente pelear contra cualquiera que se interponga en nuestro camino —sugirió con un tono desafiante. Su naturaleza combativa era evidente en su postura y en su voz.
—No es tan simple, Tsume —respondió Inoichi, tratando de equilibrar las opiniones—. Necesitamos ser inteligentes y discretos. Cualquier enfrentamiento directo podría poner en peligro nuestra misión.
Mientras el grupo avanzaba, una figura sigilosa los seguía a distancia. Era Kushina, quien había notado el gran grupo en movimiento y decidió seguirlos. Sin embargo, sus habilidades de ocultamiento eran muy básicas. Se esforzaba por mantenerse fuera de la vista, moviéndose de un escondite a otro con cautela. A pesar de sus esfuerzos, era bastante evidente para cualquier observador entrenado, pero por suerte para ella, los estudiantes de la academia todavía no desarrollaban una fuerte capacidad de reconocimiento del entorno.
Chouza, observando la dinámica del grupo, intervino.
—Necesitamos un plan que utilice nuestras fortalezas combinadas. Algo que nos permita entrar sin ser detectados, pero que también esté listo para cualquier confrontación imprevista.
—Estoy de acuerdo —dijo Mikoto, su voz tranquila pero firme—. Deberíamos movernos con sigilo hasta que sepamos más sobre la situación en el hospital.
Con el plan aún en discusión, el grupo continuó su avance hacia el hospital, cada uno reflexionando sobre la mejor manera de proceder. Kushina, todavía siguiéndolos, se esforzaba por no ser descubierta, su corazón latiendo con la emoción de la aventura y la preocupación por lo que podría encontrar.
Pese a la negativa de Tsume finalmente accedió a realizar un rápido reconocimiento antes de finalmente idear un plan.
Después de un reconocimiento parcial del área alrededor del hospital, Shikaku convocó a los demás para discutir su plan.
—Bien, esto es lo que haremos —comenzó Shikaku, con su habitual calma estratégica—. Nos dividiremos en dos equipos. Inoichi, Chouza y yo formaremos un equipo. Nonoe, Mikoto y Tsume formarán el otro.
—¿Por qué esa división? —preguntó Inoichi, curioso por la estrategia de Shikaku.
—Nosotros, como Ino-Shika-Chō, trabajamos bien juntos y podemos combinar nuestras habilidades para un reconocimiento sigiloso. Podemos usar nuestras técnicas para reunir información sin ser detectados —explicó Shikaku.
—Y nosotras —intervino Mikoto, entendiendo el plan—, podemos actuar como una distracción si es necesario y ayudar a cubrir cualquier área que ustedes no puedan.
Tsume asintió con un gruñido de aprobación.
—Me gusta. Podemos ser más... directas si la situación lo requiere —dijo con una sonrisa desafiante.
Nonoe, aunque nerviosa, asintió con determinación.
—Haré lo que pueda para ayudar —dijo con firmeza.
—Bien, nosotros nos centraremos en el área este del hospital. Ustedes tomen el oeste —instruyó Shikaku—. Si alguno de nosotros encuentra a Yasuke o Minato, usaremos un sello de mano para señalizar. Manténganse alerta y cautelosos.
—Y recuerden, somos estudiantes de academia, así que no hagan nada temerario. Nuestro objetivo es encontrar a Yasuke y Minato y ayudarlos, no empezar una batalla —agregó Inoichi, reforzando la importancia de la precaución.
Con el plan establecido, los dos equipos asintieron y se prepararon para ponerlo en acción. Tsume Inuzuka, con su agudo sentido del olfato, lideró uno de los grupos, mientras Shikaku, con su habilidad para la estrategia, lideró el otro. Estaban determinados a encontrar a Yasuke y Minato y apoyarlos en esta difícil situación.
Cada uno sabía que debían confiar en sus habilidades y en la fortaleza de su amistad para superar el desafío que tenían por delante.
Continuara...
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