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El nuevo inicio.

El día de hoy morí. Han pasado 89 años desde que nací, y el día de hoy, 1 de noviembre de 2094, mi vida acabó… o eso creí.

-¿Qué lugar es éste?- Quedé fascinado, igual que en los libros de ciencia ficción había reencarnado, o eso suponía. Había despertado en una pradera, la cual no tenía árboles hasta donde alcanzaba la vista. Miré mis manos y no podía ver nada como si yo fuese un fantasma.

-¿Dónde estoy? Ya que no se nada debo tratar de conseguir información, lo cual es clave para sobrevivir en lugares desconocidos, pero...¿Cómo?, no se nada, la pradera parece no acabar mire por donde mire.-

Así que decidí caminar, no tenía nada más que hacer, y morir de sed no era una opción. Empecé a caminar y noté un par de cosas extrañas, no me cansaba por mucho que caminase, ¿extraño no? No sabía cuánto tiempo había pasado pero parecía que habían pasado muchas horas y aún así la temperatura, humedad y etc no habían cambiado, estaba desanimado así que decidí acostarme a pensar.

-¿Era realmente la opción correcta correr en una dirección aleatoria sin rumbo alguno? ¿Y si hubiera venido alguien a buscarme? ¿Y si hubiera elegido el camino equivocado y en otra dirección hubiera llegado a un lugar diferente?-

Pensé pensé y pensé, todas éstas dudas me abrumaban, no sabía que hacer ni a donde ir, pero decidí mantener la calma, no había nada que hacer o con quién hablar y por eso los pensamientos se apoderaban de mi, pero decidí que seguiría caminando, de todos modos no me podía cansar.

Años pasaron, ¿cuántos? no lo sé, pero por alguna razón podía saber que fueron años, seguí caminando, paso tras paso, por alguna razón no podía correr, lo cual me desesperaba aún más, pero avancé avancé y avancé, y continué, me estaba volviendo loco, las palabras ya no salían, llevaba tanto tiempo sin hablar con alguien que de nada servía usar la boca para algo, no necesitaba dormir, o para ser más precisos, no podía, tampoco comer, ni beber, nada en absoluto, era como si mi cuerpo estuviera parado en el tiempo. Entonces me detuve de nuevo a pensar, y hablé de nuevo después de años.

-¿Cuánto tiempo a pasado? No puedo continuar más, me voy a volver loco, necesito acabar con ésta locura.- De repente como si de un sueño se tratara aparecí en otro lugar.

-¿Qué pasó? No entiendo nada, estaba en la pradera dónde el sol siempre estaba alto y de repente aparecí vestido de pijama de color negro.- Había despertado, o eso me parecía a mí, había aparecido en una habitación oscura tumbado en el suelo y me senté.

-Solo parpadeé y de repente estoy aquí, que es lo que pasa.- Una voz muy profunda me habló.

-Bienvenidos, habéis pasado la prueba- instintivamente me di cuenta, eso era un dios, tenía la forma de una llama con la silueta de una persona, media 10 metros de alto y su llama blanca era tan potente que iluminaba toda la habitación, la cual también parecía infinita, cualquiera que lo hubiese visto instintivamente se habría arrodillado, no era preciso decir que era "un dios", sino que era "el Dios". Miré a mis alrededores y me di cuenta que no era el único en la sala, habían otros 3, dos mujeres y un hombre, (sin contarme a mi). Entonces sin miedo a nada le pregunté.

-¿Que es ésto y por qué estamos aquí? ¿Y Quién eres tú? ¿Y cuál es tu nombre?-

Ante tal figura imponente alcé la voz, nadie en sus cabales habría realizado tal acción, tenía tantas preguntas, y después de lo que ocurrió estaba en tal estado de locura que fui capaz de preguntar sin temerle a la muerte. Y entonces el ser frente a mi respondió.

-Me gustaría reprenderte por hablar sin permiso, pero, solo por esta vez, tendré en cuenta la situación y simplemente responderé, pero (de manera amenazante) está será la última vez que abres la boca sin permiso alguno.-

De repente las llamas de aquella figura se agudizaron como rayos y se sintió una presencia tan fuerte que fui aplastado contra el suelo, sabía que hablaba en serio, aunque por mucho que estuviera siendo aplastado me di cuenta de una cosa, el suelo no se rompía por mucho que me aplastara con tal presión, en un momento en el que parecía que iba a morir estaba más inmerso en mis pensamientos y observaciones que en cualquier otra cosa. Entonces me di cuenta de otra cosa mientra divagaba de la conversación con "el Dios" y hablé.

-Lo otros parecen haber desaparecido, ¿Cuál era el propósito de mostrarme o a los otros tres para luego hacer que desapareciesen? ¿que está pasando? ¿por qué llevo un pijama negro?-

La presión del ser al que decidí, (arbitrariamente) llamar El Supremo había desaparecido y El Supremo me habló.

-Viendo que estabas más pendiente de tus alrededores que de ti mismo responderé lo que preguntaste e iré al grano. Ésto es el Pasillo Infinito del Paladín, éste lugar está hecho para forjar gente con gran mente y fuerza, y tú acabas de pasar la primera prueba, la prueba de la mente y perseverancia, por mucho que estuvieras en un lugar desconocido seguiste avanzando, buscando algo más alla sin descanso, vagaste por mil años, aunque deben haberse sentido como cien para ti por la vaga percepción de tiempo, y aunque ya debes haberte hecho una idea de ello, yo soy El Ser Supremo Eterno y Trascendente, o como tú me llamaste, El Supremo, soy una existencia encima de todos y todo, puedo viajar por dimensiones y etc, puedes llamarme ESSET. Viendo que te preocupas de lo que pasa en los alrededores ya que estoy te lo voy a explicar. Esas persona que viste te las enseñé para que te quedes con sus caras puesto que son tu competencia, y el pijama que llevas es porque te he transportado a tu nuevo cuerpo , es decir, tú habías muerto, pero el concepto de muerte no existe para mi, lo que ocurre después de la muerte de cada persona es que despierta en otra realidad, los sueños son los portales a otros mundos y otras dimensiones, solo que son temporales, la muerte es el fin de una vida pero también el comienzo de la misma, desapareces de un mundo para luego aparecer en otro, ésto es así para todos los seres racionales, cada muerte da puerta a un mundo, muere cada segundo cientos de miles de millones y millones de personas y hay cantidades casi infinitas de planetas y dimensiones, el planeta tierra en el que vives es la dimensión 000, la primera de todas... De repente empecé a desaparecer y me decidí a hablar de nuevo, aunque gritando ésta vez

-¡Espera! ¡A dónde voy! ¡Por qué me sacas de aquí, aún quedan cosas que quiero saber!- El Supremo entonces me dijo una última cosa.

-Parece que las leyes de las propias dimensiones no me dejan explicar más, sobrevive y averigua todo por ti mismo, te deseo suerte.

Y entonces aparecí en la cama, acostado con el mismo pijama negro y en shock.

Espero que te haya gustado el primer capítulo en ésta aventura, apóyame para más y mejor contenido, acepto críticas y si ves algún error dímelo.

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