Abel con lentitud, camino hacia el dormitorio de la casa. Al llegar, el viudo miró con cuidado como todo estaba exactamente de la misma forma en que lo dejó hace 5 años.
En el dormitorio había una cama grande con sábanas blancas y dos mesas de luz estaban colocadas en cada uno de los costados de la cama. Mientras que en una de las paredes de la habitación había un marco sin puerta, el cual conducía a otra habitación llena de cajones y muebles para guardar diversos tipos de ropa.
En la pared detrás de la cama había un cuadro bastante grande que cubría una buena parte de la pared del dormitorio. Al igual que los cuadros en la sala de recepción, este cuadro también tenía un estilo tétrico y fue hecho por Ana.
En el cuadro podía verse a una pareja durmiendo tranquilamente en una cama muy similar a la que se encontraba en la habitación del dormitorio, pero a diferencia de la cama real, abajo de la cama de la pintura se hallaba una gran cantidad de ropa manchada de sangre.
Abel caminó hacia la habitación que servía de guardarropas y comenzó a buscar en los cajones hasta encontrar un bolso vacío y no muy grande. Acto seguido, Abel comenzó a guardar su antigua ropa en el bolso.
Este era el objetivo por el cual Abel decidió venir a su antigua casa y era armar el bolso para irse de viaje a Golden Valley. La carta le dio la valentía a Abel para venir a esta casa y ahora el viudo quería ver si de verdad el contenido de la carta era cierto, por más que él ya sabía que su esposa estaba muerta; Abel se sentía obligado a al menos ir al lugar de la carta y ver si de verdad de alguna manera extraña su esposa muerta había logrado escribirle una carta.
Aunque la verdadera razón por la cual Abel tenía la necesidad de venir a esta casa era buscar su motocicleta, hace tiempo el viudo no conducía con su propio vehículo debido a que en la ciudad le era molesto conducir; no obstante, el motivo más importante por el cual Abel no usaba su motocicleta era que el hombre no tenía la valentía para acercarse a esta casa por lo que prefería pedirle el auto a sus padres o usar el transporte público.
Si bien Abel podría pedirle el auto a sus padres para irse de viaje, el viudo no quería tener que decirles a sus padres que se dirigía a Golden Valley. Debido a que a Abel no le gustaba hablar con sus padres acerca de su esposa y esto ocurría porque los padres de Abel nunca habían aceptado del todo el matrimonio de su hijo con Ana cuando ella estaba con vida.
Además, las preguntas surgirían y a Abel le sería imposible decirle a sus padres que creía que su esposa muerta le había enviado una carta desde el otro mundo.
La otra cara de la moneda es que desde que murió Ana, los padres de Abel intentaron por todos los medios que su hijo pueda desprenderse de su pasado y que lograra armar una nueva vida con otra persona. Pero por más que los padres de Abel intentarán ayudar a su hijo, al viudo le resultaba imposible ignorar su historia con Ana.
Abel guardó la ropa en el bolso y se dirigió hacia la cocina de la casa donde se encontraba un llavero; en el llavero se localizaban la llave de la moto que Abel buscaba. Abel tomó las llaves y se dirigió al patio de la casa.
El patio como tal era bastante grande y contaba con una pileta, un jardín y un cobertizo en el fondo. El mayor defecto del patio era que estaba rodeado de edificios, ya que ninguno de sus vecinos tenía una casa, por lo que si Abel decidiera gritar fuerte su voz retumbaría por los edificios y se escucharía el eco.
Pero tampoco era un patio oscuro, puesto que los locales del frente de la casa de Abel solo tenían un piso y los edificios que rodeaban la casa también tenían patio, por lo que la mayoría del día el patio estaba iluminado.
El jardín del patio de la casa estaba lleno de pasto tan alto que llegaba hasta la cintura del hombre, casi todas las rosas que Abel y su esposa plantaron se habían marchitado por la falta de riego. Lo único que había sobrevivido eran los árboles y los arbustos que no dependían del riego meticuloso para crecer y vivir.
Mientras que el agua de la pileta era de color verde y estaba llena de algas. Abel ignoró el estado desastroso del patio y se dirigió hacia el cobertizo donde se encontraba la motocicleta. El cobertizo como tal era bastante grande y tenía un cuarto de juegos, un baño propio y un almacén donde se guardaba de todo.
Abel ignoró la habitación de juegos y se dirigió directamente al almacén. Al abrir la puerta del almacén, Abel vio una gran cantidad de objetos acumulados por todos lados de forma desordenada. Lo que más llamaba la atención era una moto roja bastante moderna y en buen estado. La moto estaba colocada justo en el medio del almacén para que sea fácil de sacar y guardar.
—Que desastre...—Murmuró Abel notando el desorden, pero había una sonrisa en su rostro, este sitio le estaba dando un montón de recuerdos—Debería llevarme la caña de pescar, la última vez que pesqué fue justamente en Golden Valley...
Abel guardó la caña de pescar y busco algunas cosas para acampar, hace tiempo Abel no viajaba, por lo cual desde su punto de vista no estaría mal tomarse el viaje con calma. El viudo era más que consciente que ir en busca de su esposa muerta era una idiotez, pero lo cierto es que Abel vivió muchas cosas bonitas en Golden Valley y para él no estaba mal revivirlo con un viaje luego de tanto tiempo.
Luego de tomar unos cuantos objetos para ir de acampada, Abel los guardó en unos compartimientos que podía agregarse a la motocicleta para realizar viajes de larga distancia. Abel tardó un buen rato en preparar todo lo necesario para el viaje, así que cuando finalizó ya estaba atardeciendo.
Con la moto lista, Abel se dispuso a empujar la moto hasta la puerta para iniciar su aventura a Golden Valley.