Finalmente se llegaba a la 5 carilla, el cual era también la mitad exacta de la serie, dado el nivel de obsesión por el orden del guía que hacía esos dibujos podría decirse que la mitad geométrica era un número importante. Y efectivamente, esa hipótesis se constataba con la realidad, puesto que en el quinto dibujo siempre aparecía el protagonista nuevamente en Golden Valley, la imagen dibujada a primera vista era muy similar con el primer dibujo en el pueblo minero, sin embargo había diferencias sutiles con la primera imagen haciendo el dibujo más tétrico, por ejemplo en la primer imagen del hombre que se afeitaba en Golden Valley, el mismo aparecía en un dia soleado en la mitad del pueblo, para ser más exactos en el pozo de agua y se encontraba sacando agua , mientras una rana se apoyaba en el borde del pozo y lo observaba con atención.
Sin embargo, en el segundo dibujo el ambiente había cambiado en el pueblo minero puesto no había ninguna rana observando al hombre y era completamente de noche, con una peculiar y llamativa luna roja iluminando el cielo nocturno. Aún más importante, era el hecho de que hombre se encontraba subiendo del pozo un balde que en vez de agua tenía un líquido rojo y espeso como la sangre.
El patrón se repetía de la misma forma con la mujer que cenaba, en la primera visita a Golden Valley podía observarse a la mujer alegremente paseando a un perro por las calles del pueblo en un día soleado, mientras que en la quinta carilla el clima era nublado y estaba lloviendo torrencialmente. por lo que las calles del pueblo estaban llenas de barro y charcos, mientras que la mujer se encontraba buscando con desesperación por las calles del pueblo, mientras su ropa se embarraba con barro. Dado que la mujer aun sostenía la correa en la mano, todo aparentaba que su perro se había escapado.
Siguiendo los diez primeros ejemplos dispuestos en el cuaderno de 50 páginas que había ojeado, Abel dedujo que el patrón era en primera instancia el cambio en el clima, luego la falta del animal dibujado y por último la ironía trágica de la composición del dibujo en función de las imágenes vistas anteriormente que describen la historia de cada uno de los sujetos.
Finalmente estaban las últimas cuatro carillas, de la sexta a la novena de la series, las mismas eran bastante abstractas y cambiaban mucho entre sujeto y sujeto como para poder identificar elementos comunes demasiado llamativos como para ser distinguidos como un patrón. Sin embargo, en todos los casos se distinguía el mismo elemento común entre las cuatro carillas y era el sufrimiento del protagonista, a primera instancia Abel pensó que se repetiría el juego irónico de que el sufrimiento del protagonista era una distorsión no tan abstracta del problema, trauma o pecado que cometía el protagonista de la serie. Pero lo cierto es que no parecía funcionar asi, o alimentos Abel no lograba comprender la unión entre el castigo de los condenados con el pecado que los llevó a ser castigados.
Por ejemplo el hombre con tendencias a cortarse en una carilla se lo veía teniendo que caminar por un piso lleno de vidrios rotos para escapar de una habitación estando completamente desnudo, lo cual mantenía el juego irónico, sin embargo en las otras tres carillas el personaje sufría de otras formas diferentes que no tenían una relación directa con su problema, las cuales eran el hombre con sus piernas en la miseria quedándose atrapado en un armario con desesperación, o el mismo hombre siendo quemado en una habitación prendiendo en llamas y por último ahogándose en el medio de un lago mientras una cadena los sumergían hacias las profundidades. Ciertamente solo una de las tres carillas en donde el personaje sufre tenían relación directa con el problema del protagonista, y tampoco había una relación demasiado directa como para considerar que exista un patrón.
La historia se repetía con la mujer que era maltratadora, en la primera carillas se la veía desnutrida encerrada en la mina del pueblo pasando el hambre más atroz, en la segunda carilla se veía a la mujer desnutrida siendo azotada por hombres vistiendo túnicas negras mientras trabajaba con un pico y collar de esclavos en la minas del pueblo, por lo que las dos primeras carillas tienen una relación con su pecado, pero luego estaban las otras dos carillas que ciertamente no tenían una relación directa en donde se veía a la mujer llena de latigazos y desnutrida con sus dos piernas amputadas tratando de escapar arrastrándose de unos perros que se entretienen devorando sus pérdidas piernas, mientras que en la novena carilla se veía a la mujer nadando en una piscina llena de excremento y cadáveres flotando a su alrededor.
Por más que Abel le diera vueltas al asunto, claramente no podía imaginarse que es lo que estaba pasando por la mente de este peculiar artista al crear estas imágenes, pero ciertamente si el artista era tan obsesivo como había demostrado ser por todas las pistas dejadas atrás entonces debería existir cierto patrón, aunque él mismo le fuera imposible de detectar para el viudo en este momento.
Al final de todo la serie se encontraba la décima carilla, lo cual era una imagen parcialmente tétrica, pese a que si se la comparaba con la serie en su conjunto esta imagen era bastante pacífica, no obstante aún la imagen perturbaba al verla, pues tras verse las 9 carillas de la historia de cada uno de los personajes, la última carilla, es decir el final de la serie, era un retrato agigantado de la cara del protagonista que ocupaba toda la décima carilla.
En este caso el patrón de la ultima carilla era más que evidente, puesto que siempre estaba la cara del protagonista y la misma siempre se encontraba mirando a la persona que veía el dibujo, aunque tenía la peculiaridad de tener los ojos cerrados, como si estuviera descansando en paz para toda la eternidad.