Timothy inclinó ligeramente la cabeza y sonrió con desdén antes de coger su teléfono móvil para hacer una llamada.
Tan pronto como respondieron la llamada, dijo de inmediato—Ven a recogerme.
El guardaespaldas respondió—¡Sí, señor Barker!
Después de colgar, sacó una caja de cigarrillos de su bolsillo del pantalón, colocó un cigarrillo entre sus labios y lo encendió con un encendedor.
Tomó una bocanada y exhaló un anillo de humo.
Mientras el humo del cigarrillo se elevaba en el aire ante sus ojos, vio que empezaba un incendio en el coche de Samantha. Todo el motor delantero estaba en llamas.
Se había peleado con Samantha un par de veces y, aunque la odiaba, tenía que reconocer que era una mujer inteligente.
Si no hubieran sido enemigos, podría incluso apreciar a una mujer como ella si se hubieran conocido en otras circunstancias y de otra manera.
Faltaba aproximadamente un minuto o algo así antes de que el coche explotara.
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