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Capitulo Quince: Bonus/ La Cita parte 1/2

Narrado por Nayara

Mi corazón estaba tan confundido que ni siquiera sé lo que siento. Después de que Manoel me besara, sentí algo tan fuerte que llegué a pensar que le amaba e incluso me separé de mi marido Nathaniel, pero sigo echándole de menos, su forma de ser tan cariñosa, sus besos y abrazos, sus declaraciones de amor, cómo siempre me sorprendía y siempre intentaba comprenderme.

Lo que siento por Manoel es algo fuerte e intenso, pero no creo que sea amor, porque siempre he querido a Natanael desde pequeña y pueden pasar muchos años y mi sentimiento por él no cambiará. Aunque piense que puede cambiar, no servirá de nada, porque a quien amo es a Natanael.

Pero veo que Nathaniel está enamorado de esa chica que conoció en el mercado y me alegro por él. Podría haber esperado más tiempo para decidirme, pero cuando le vi con esa mujer no tuve ninguna reacción, sino celos, no porque ya no le quiera, sino porque confío en él.

Espero que Nathaniel pueda ser feliz con esa chica y que yo pueda ser feliz con Manoel, porque él me quiere y yo le he dicho que le quiero, pero ni siquiera yo puedo decir si lo que siento por él se puede calificar de amor. ¿Y si es sólo amistad y lo estoy confundiendo? Intentaré ser feliz con Manoel y darle la oportunidad de que me conquiste, aunque a quien quiera sea a Nathaniel. Le deseo toda la felicidad, aunque no sea a mi lado. A veces en el amor hacemos sacrificios, ¿no? Pero no porque seamos tontos sino porque nuestro amor es tan fuerte por la persona que soportamos verla sin estar a nuestro lado, aunque nos duela verla con otra persona, pero si el amor de nuestra vida es feliz, en cierta forma nos causa un alivio.

Volvió al pueblo y no tengo más noticias de él. Confieso que lo extraño y Manoel es cariñoso conmigo, pero para él puede no ser amor, aunque cuando lo besé sentí algo muy fuerte y cuando Nathaniel me besó no sentí nada, pero creo que puede haber sido algo en mi mente tratando de impedir que lo amara y mi sentimiento por Manoel puede haber sido algo mezclado con añoranza y alguna otra sensación que no sé explicar, pero no amor.

Escribí un desahogo que hice esta mañana que dice así:

Cuando el amor es verdadero, ni con el tiempo se olvida y aunque la persona no pueda estar cerca de quien ama, eso no le impide amarlo aún más y seguir pensando en los grandes momentos que pasamos con el ser amado, y cada vez que esa persona ve a quien ama, aunque sea de lejos, surge en su corazón una alegría tan grande. Sólo con que la persona te hable o simplemente te sonría, se te pone el cuerpo de gallina y te pasas un buen rato sonriendo por fuera y por dentro, esperando recibir un abrazo suyo o simplemente tocar su mano, aunque sea en la Santa Comunión o cuando te pide que le traigas agua. Eso es lo que siento por ti, Nathaniel. Que cuando te veo me pongo toda contenta, que cuando me mandabas un mensaje por WhatsApp se me aceleraba el corazón, de los momentos que me cuidabas y me querías y yo me quedaba con cara de tonta y pensaba:

"Vaya, cómo me gusta ese chico".

Tu sonrisa es mi sonrisa y mi corazón es el tuyo. A lo mejor ya no te gusto, pero que sepas que te quiero mucho. Temo que si ves esta declaración que te escribo quieras alejarte de mí, pero sólo te pido: no lo hagas, porque aún no estando más a tu lado, sólo tu presencia me hace sentir tan bien.

Eres mi puerto seguro, el único chico al que quiero, el único chico con el que me quedo despierta hasta tarde pensando en ti, la mirada en tus ojos cuando nos vimos en la iglesia, el día que fui al círculo de oración -cuando éramos adolescentes- y seguías cantándome en voz baja:

"Si estás pensando en rendirte, mírame bien, porque Dios dice que te diga...".

El Encuentro - Parte 1

Nayara se despierta por la mañana, consulta su móvil y se da cuenta de que ha recibido un mensaje de Manoel que dice:

"Buenos días, estoy deseando verte hoy. Te quiero mucho. Bjs. Ps: Nos vemos a las siete de la noche en la plaza, porque no sé dónde está la posada donde te hospedas".

Ella sonríe ante el mensaje y dice:

"Buenos días, yo también estoy deseando verte. Bjs".

Nayara sale de la cama, se da una relajada ducha que dura unos cuarenta minutos, se lava el pelo que forma unos preciosos rizos que le llegan a la altura de la cintura y sale del baño envuelta en su toalla. Después elige unos pantalones cortos blancos con una blusa roja y se viste.

Se queda dos horas cepillándose el pelo y al terminar decide dar un paseo por la plaza, porque todavía es mediodía y necesita comer algo. Decide ir andando a la plaza y llega al cabo de veinte minutos.

Después de un rato decide ir a un autoservicio y compra algo de comida que contiene fideos, pollo, patatas, farofa y una lata de Coca-Cola. En total fueron diez cincuenta. Entrega el dinero y se sienta al fondo del local.

Mientras almuerza, echa un vistazo más de cerca y ve a alguien que conoce. Cuando se da cuenta, es Nathaniel con su novia. Siente una punzada de celos, pero intenta disimularla. Su corazón decide decirle que es hora de activarse y empieza a acelerar, como si estuviera corriendo una maratón.

Él la ve en medio de la multitud, se acerca a ella y le dice:

"Hola Nayara, qué tal, ella es Carolina, mi novia".

"Hola Nathanael. Estoy bien ¿y tú? Mucho gusto"-Trata de saludar la chica, pero la ignora y Nayara dice:

"Mira, ya me voy, porque tengo una cita. Adiós".

Se aparta de su novia y va detrás de Nayara y le dice:

"¿De verdad estás bien?"

Él la mira profundamente a los ojos y abre una sonrisa que hace que el corazón de Nayara se acelere de nuevo, pero ella se recompone y dice:

"Sí, estoy bien. Creía que te ibas" -y le devuelve la sonrisa medio tímidamente.

"He decidido quedarme aquí. No funciona vivir en el pueblo".

"Entendido, pero será mejor que te vayas, porque si no tu novia se pondrá celosa de que estés aquí hablando conmigo".

"Oh, no le hagas caso. Ella es así, pero como dicen: cada uno con su cruz".

"Pero tú la quieres, así que te tiene que gustar tal y como es.

Él no contesta y aprieta la mano de Nayara besándola, sosteniéndola más tiempo del necesario y se va del lugar, después de cinco minutos sólo admirándola y pensando:

"¿Por qué me alegro de verla?".

Mientras Nayara también piensa:

"¿Por qué mi corazón se aceleró al verla de nuevo? "

Nayara abandona la escena y se va a casa con el corazón acelerado, pero decide que necesita olvidarle a él y lo que hizo no hay vuelta atrás, después de todo, él es feliz con otra, sin embargo recapacita:

"¿Por qué me mira así, con una mirada apasionada? "

Sale de sus pensamientos cuando encuentra a su amiga Raele sentada en la plaza tomando un helado con su marido.

Su amiga la abraza y le dice:

"Vaya, te he echado de menos".

"Yo también te echo de menos, Rah".

Saluda al marido de su amiga y después de unos minutos sale del local y camina de vuelta al hostal. Después de veinte minutos de caminata, llega al albergue a la una de la tarde.

Decide dormir un poco, ya que está cansada, pero antes va a su cómoda y encuentra su diario. Hacía mucho tiempo que no escribía nada en él y decide desahogarse con lo que siente en ese momento:

Seis de julio de 2016, una de la tarde:

Mi día fue bueno. Me desperté sintiéndome bien y pensé:

"Hoy podré divertirme, después de todo voy a ver a Manoel", pero luego pienso en ir a la Plaza y después comer algo y cuando menos lo espero me lo encuentro.

Cuando lo vi, mi corazón se aceleró tanto que parecía que se me iba a salir por la boca, pero ¿por qué sentía algo por él? Estoy tan confundida con mis sentimientos, pero él es feliz con esa chica. Tengo que dejarle ser feliz. Pero por qué demonios me miró así, con cara de:

"Te quiero, pero no tengo agallas para admitirlo".

Decidí que voy a darle una oportunidad a Manoel, pero haré las cosas con calma, porque no quiero hacerme daño ni a mí ni a él, al fin y al cabo él me quiere y me quiere a su lado y....

Nayara acaba durmiendo encima del Diario y se despierta a las 6:30 de la mañana con el móvil despertándose, indicándole que tiene que ir a prepararse para su cita con Manoel. Se levanta de la cama, se arregla el pelo, poniéndose un gorro en la cabeza para no estropear su peinado y se da una ducha que dura unos diez minutos.

Después, va al tocador y elige un vestido rojo con la parte delantera de encaje con flores blancas y zapatos de tacón negros, se suelta el pelo, que queda completamente liso, se pinta los labios de rosa, coge su riñonera metiendo dentro el móvil y la llave y sale del hostal. Opta por coger un taxi y se dirige a la plaza a esperar a Manoel.

Al cabo de diez minutos, ve a un hombre alto y fuerte vestido de negro. Él se percata de su presencia y se vuelve hacia ella.

Manoel sonríe acercándose a ella y le entrega un hermoso ramo de flores rojas y le dice:

"Una flor para otra flor. Vaya, estás preciosa.

Nayara siente que se le calienta la cara de vergüenza y dice:

"Gracias. Tú también estás preciosa. Y gracias por las flores".

Él sonríe y la lleva a su coche para que puedan ir a su casa.