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Capitulo Doce/ La Indecision/ Consejo

Al llegar a la posada, Nayara se da un baño, se tumba en la cama y empieza a llorar.

Su marido se le acerca y le pregunta:

-Amor, ¿por qué lloras? ¿Te ha pasado algo?

Nayara se seca las lágrimas y dice:

-No es nada amor. Es que hoy me siento muy sentimental.

-¿Estás segura? Porque cuando te recogí hoy de la escuela, te fuiste llorando.

-No es nada. No es nada. Sólo necesito descansar.

Y sigue llorando. Su marido intenta consolarla, pero es inútil, porque ella no puede dejar de pensar en lo que pasó y se descubre sonriendo al recordarlo. Una parte de su corazón se alegra por su beso, porque sus sentimientos hacia él seguían ahí, aunque fueran muy pocos, pero la otra parte, la racional, sabe que lo que pasó ni siquiera debería haber ocurrido, pero ya era demasiado tarde para arrepentirse. Su mayor miedo en ese momento era perder a su marido, al que tanto quiere, y sentirse confundida por esos sentimientos.

Después de llorar tanto, Nayara decide decir por qué y le cuenta la verdad:

-¿De verdad quieres saber por qué lloro?

-Sí, mi amor. Estoy preocupada por ti. Por favor, dime qué está pasando.

Ella se acerca a su marido y le dice:

-Estoy triste porque Manoel me besó. Intenté zafarme de sus brazos, pero no pude y acabé devolviéndole el beso. Sabía que trabajar con él no sería una buena idea, pero nunca imaginé que esto pudiera pasar, te lo juro.

Nathaniel permanece un momento en silencio. Finalmente, al cabo de cinco minutos, pregunta:

-¿Qué sentiste cuando le besaste?

-No lo sé. Estoy confusa sobre mis sentimientos.

Nathaniel se queda pensativo. Siente que va a perderla para siempre, pero pregunta de todos modos:

-Respóndeme sinceramente: ¿te sigue gustando?

Ella guarda silencio y unas lágrimas caen de sus ojos.

Él la observa con el corazón en la mano con tristeza, pero sabe que ella necesita algo de tiempo propio para poner en orden sus pensamientos y dice:

-Será mejor que me vaya. Cuando sepas lo que quieres con tu vida, me lo haces saber-le dice con dureza, pero su deseo en ese momento era abrazarla y decirle que a él no le importa, pero que ella tiene que tomar sus propias decisiones, aunque le cueste la felicidad.

Se levanta de la cama, va al baño y se da una larga ducha. Al salir, recoge sus cosas y mete la ropa en la maleta y dice por fin:

-Será mejor así. Es bueno que puedas reflexionar sobre tu vida.

Se va y cierra tras de sí.

Nayara empieza a llorar, pues no sabe que hacer y le manda un mensaje a su amiga Andressa que le dice:

"Andressa, necesito hablar contigo, es urgente. Cuando puedas llámame por favor. Besos. "

Menos de diez minutos después, su amiga la llama y Nayara le cuenta lo sucedido. Ella escucha atentamente cada palabra que se dice y luego le pregunta:

-¿Aún quieres a Manoel?

-No lo sé, sólo sé que hasta hoy no he podido olvidarle. Si eso es amor, eso es lo que siento por él. Sólo sé que siento algo diferente cuando lo veo mirarme, pero amo a mi marido. Estoy muy confundida con mis sentimientos.

Tu amiga piensa y dice:

-Amiga si aún no lo has superado, significa que aún lo amas. Quizás con tu marido también era amor, pero de repente no es el destino que estéis juntos.

-Gracias por entenderme y ayudarme con esta situación, pero ¿qué hago?

-Eso sólo puedes saberlo tú. Deja que el clima se enfríe y evita veros durante al menos una semana. Después de este periodo sabrás qué hacer para resolver esta situación.

Ella le agradece su consejo y termina la llamada.

***

Pasan dos días y Nayara no puede alimentarse de tanta tristeza. Entonces decide encender la televisión, pero sólo ponen películas románticas y decide apagarla e ir a darse una ducha. Veinte minutos después, busca en su vestidor qué ponerse y se pone un vestido negro con sandalias del mismo color. Al mirarse en el espejo, ve el cordón que le regaló su marido alrededor del cuello. Por un momento piensa que lo que siente por Manoel es sólo algo mental, pero teme equivocarse. Terminando de arreglarse, decide dejarse el pelo al natural, que se forma en largos rizos que le llegan hasta la cintura. Se acerca a la cama y comprueba si hay mensajes y encuentra varios, entre ellos el de Manoel preguntándole si está bien. Piensa en ignorar los mensajes, cuando suena su teléfono y se da cuenta de que es Manoel quien la llama.

Nayara piensa en contestar la llamada, pero piensa en lo que dice su amigo y desiste de la idea. Coge una riñonera roja y mete el móvil dentro. Decide dar un paseo por la plaza para distraer su mente. Después de treinta minutos, Nayara llega al lugar y sigue pensando en qué hacer para resolver esta situación, pero no puede pensar con claridad, porque no puede dejar de pensar en Manoel y en ese momento piensa:

"Tengo que hacer lo que mi corazón me diga".

pero luego lo piensa mejor:

"¿Y si tomo la decisión equivocada?".

Nayara se pierde en sus pensamientos durante horas hasta que ve a alguien conocido en la plaza, y se sorprende al ver a Natanael de la mano de una chica sonriente. La chica es rubia, tiene el pelo liso, es alta, blanca y delgada. Pero se da cuenta de que no está celosa y piensa:

"¿No le quiero y mi mente quiere advertirme de ello?".

Intenta acercarse para ver si puede oír la conversación, pero en ese momento suena su teléfono móvil y decide contestar esta vez:

-Hey Manoel.

-Hola Nayra. ¿Qué te ha pasado? ¿Estás bien? Llevo días intentando llamarte, pero no contestas ni devuelves mis llamadas.

Ella respira hondo y dice:

-¿Podemos hablar? Esperaría unos días más, pero ya he decidido lo que quiero en mi vida.

-Sí, podemos. ¿Qué tal esta noche?

-Te llamaré más tarde, porque tengo que ocuparme de algo antes. -Sí.

-Está bien, ¿pero estás bien? Sí.

-Ahora estoy mejor. Ahora estoy mejor. Te llamaré más tarde.

-Ok. Besos.

-Termina la llamada.

Nayara llama a Nathaniel, pero él no contesta y ella decide dejarle un mensaje que diga:

"He resuelto lo que quiero de mi vida y me doy cuenta de que tú también".

Nathaniel le contesta inmediatamente:

"Nos vemos en tu habitación en una hora".

Nayara responde:

"Ok y recuerda que todavía estamos casados y estás allí de la mano con esa rubia en la plaza. Luego querrás quejarte de mí. Yo a diferencia de ti te dije lo que paso y yo no tuve la culpa, pero tu en vez de esperar un poco, ya estas por ahi desfilando de la mano con una chica. Te vas a enterar si tienes una aventura.

Me contesta al cabo de unos minutos:

"Nos vemos en una hora. Adiós."

Nayara decide ir a un snack bar y compra una hamburguesa doble X y una Coca-Cola y se va merendando hasta llegar a la posada. Al llegar a su habitación, decide ponerse un pantalón de chándal negro y una chaqueta del mismo color.

Decide ordenar la habitación, porque está hecha un desastre y acaba escribiendo un mensaje a su amiga Andressa que dice:

"Gracias de nuevo por el consejo. Me ha servido mucho tu opinión y he podido reflexionar mejor sobre mi vida y he decidido que..."

Cuando va a enviar el mensaje, suena su teléfono y es Manoel que le dice:

-Hey Nayara. ¿Sigue en pie lo de esta noche?

-Hey Manoel. Necesito resolver algo antes, pero creo que tu puedes, cuando lo resuelva te llamo. Besos.

-Bien. Besos.

Termina la llamada y cuando va a reenviar el mensaje, acaba desistiendo, porque es mejor contarle luego a su amiga lo que ha decidido. Borra el mensaje y deja el móvil encima de la cómoda. Poco después, oye que llaman a la puerta y mira la hora: son las seis de la tarde. Cuando Nayara abre, ve a Nathanael apoyado en el marco de la puerta con unos pantalones normales, una blusa verde con el dibujo de un tiburón y la palabra "Danguer" y una gorra con la palabra CHICAGO. Le invita a pasar para que puedan hablar mejor.