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Suerte y perseverancia

Pequeña aclaración: Cada volumen es independiente del otro. Sigue su propia línea de historia y no se ve afectado por los volúmenes anteriores. Bueno, salvo por algún poder o habilidad que se viene arrastrando por el conocimiento y la personalidad del protagonista que va evolucionando. Volumen 1 Cross over entre nasuverso y Madam ou no Vanadis Volumen 2 viaje por Juego de Tronos, Señor de los anillos y Dark Soul 3 Volumen 3 Mushoku Tensei y Danmachi. Volumen 4 Naruto y muchos otros. -o- Kain, antiguo vástago del equilibrio. Renació en el mundo de Fate y vivió durante varios siglos. Sin embargo, al encontrarse con su viejo enemigo, el dios Hilden, lucho y perdió. Ahora su alma viaja a través del multiverso buscando el poder y la forma de volver a aquel mundo por la venganza. -o- Reglas del juego: 1.- No hay power up indiscriminados 2.- Todo se estudia y se gana hasta dominarlo 3.- El alma influye sobre el cuerpo, por ende, el cabello y los ojos siempre serán los mismo (ojos color lazuli y pelo blanco). 4.-La fuerza es proporcional al conocimiento adquirido, la técnica y la fuerza del alma. 5.- El nivel del mundo es proporcional al alma. Eso quiere decir que si el alma del protagonista es fuerte, irá a un mundo de mayor nivel.

AOoBeligerante · Tranh châm biếm
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Mundo Shinobi - Señores de la guerra - 408

—Katon— gritaron Kain y Madara al mismo tiempo, juntaron aire en sus pulmones y gritaron —Goka Messhitsu—

Ambos lanzaron un poderoso torrente de llamas. El fuego de Madara alcanzó un color naranja aterrador, a un paso de ser rojo. El fuego rugió poderoso, se levantaron poderosas olas de fuego y se movió a toda velocidad incinerando todo a su paso.

Por otro lado, Kain lanzó el mismo jutsu, pero su fuego era azul y avanzó al encuentro del fuego de Madara. Ambos torrentes de fuego chocaron deteniendo el avance del otro. Kain le mantuvo la pelea durante un minuto, pero su chakra se estaba agotando a una velocidad alarmante, así que desistió, cortó el suministro de chakra, el fuego azul ceso y Kain junto sus mano, las abrió hacia los lados y el suelo de tierra se abrió. Eso produjo un agujero de tres metros de profundidad. Kain saltó a su interior, escucho el rugido de su fuego y el de Madara venir en su dirección. Levantó los brazos, junto las palmas y el techo del agujero se cerró. El fuego paso por encima de la tierra, la temperatura se elevó, pero no daño a Kain. Una vez que todo se calmó, Kain levantó las manos y las abrió hacia los lados. El techo del agujero se abrió y vio el cielo azul. Kain saltó fuera del agujero y cayó al nivel del suelo.

Madara estaba a cincuenta metros de distancia, de pie, en su posición inicial, con los brazos cruzados.

Kain soltó una risita y comenzó a caminar en dirección de Madara. De repente se dio un fuerte impulso y desapareció de suposición y apareció a cinco metros de Madara. Después dio un saltó y lanzó un puñetazo, pero Madara atajo su puño con la mano, sin hacer tanto esfuerzo.

Madara no sonreía. Kain estaba jugando con él y no sabía porque le estaba haciendo perder el tiempo. Durante los primeros cinco minutos, Kain tomo la iniciativa y Madara respondía con habilidad para enseñarle quien estaba al mando. Entre el minuto 6 y el 15, Madara tomo la iniciativa y lo comenzó a atacar. Kain elevaba su nivel de fuerza a cada comento y lo sorprendía gratamente con su nivel de control y habilidad, pero después de eso, entre el minuto 16 y 28, el intercambio fue irregular. Por último, entre el minuto 29 y 30, Madara comenzó a lanzar jutsus de fuego y Kain siempre elevo la potencia de su fuego para igualarlo, pero cuando la fuerza excedía cierto punto, abandonaba la competencia.

—Esto ya no es divertido— dijo Madara mientras sostenía el puño de Kain y lo miraba a la cara. Este muchacho solo estaba utilizando el sharingan hasta el tercer tomoe ¿Esto no era una especie de burla?

Kain lanzó su otro puño a la cara de Madara, pero este último atajo el puño con su otra mano. Madara frunció el ceño, le lanzó una patada al estómago y lo mandó a volar, pero igual que las otras ocasiones, golpear a Kain se sintió raro. Era como si este último recibiera el golpe, pero lo amortiguara moviéndose a la misma velocidad del golpe y se perdiera la energía. Como consecuencia, Kain fue enviado a volar, pero no recibió mayor daño. Cayó sobre sus pies, se deslizo un par de metros sobre la tierra árida y se detuvo. Madara frunció el ceño, Kain tenía una estúpida sonrisa en los labios, pero se acariciaba el estómago como si realmente le hubiera dolido.

—Me aburriste— dijo Madara, se movió por el terreno, alcanzó su espadón y gunbai, los tomo y corrió para enfrentar a Kain. Por alguna razón, desde el principio, se había olvidado de sus armas y solo había atacado a Kain con jutsus, combate cuerpo a cuerpo y armas arrojadizas. No…todo fue guiado por Kain desde el principio.

Madara vio a Kain vestido con la armadura roja y la ropa oscura por debajo. El cabello blanco peinado hacia atrás, ordenado y en perfecto estado. A pesar de que lo había atacado con jutsus de fuego, no le había quemado un solo cabello. Madara levantó el espadón y el gunbai al mismo tiempo, lanzó primero un corte horizontal con el espadón y después lo siguió el gunbai.

Kain dio un paso atrás, se agacho, el espadón paso por encima de su cabeza. Después continúo dando otro paso hacia atrás, el gunbai paso por delante abanicándole el rostro y rosándole la nariz. Le sacó la primera capa de piel y le dejo una herida superficial, pero fue suficiente señal para saber lo cerca que estuvo de que le arrancaran la cabeza.

Kain dio un salto de espalda hacia atrás, su cuerpo se arqueo, cayó sobre sus manos, sus codos se flectaron y se impulsó con sus brazos para volver a impulsarse y generar distancia entre él y Madara. Este último lo persiguió con el espadón y el gunbai, lanzó un golpe tras otro, pero siempre era un poco más tarde ¿O no?

Madara tomo una profunda respiración, calculo la trayectoria y cuando Kain quedaba indefenso en el aire, de cabeza y con la espalda expuesta, lanzó el espadón. El arma voló a gran velocidad, pero al alcanzar a Kain, lo atravesó como si fuera intangible. Por otro lado, el cuerpo de Kain se vio como si se convirtiera por un segundo en una especie de niebla blanca.

Madara se detuvo y recordó las palabras de Kain "supones demasiado".

Kain también se detuvo en sus piruetas, cayó sobre sus pies y quedó mirando a Madara con una sonrisa astuta en los labios. Después soltó una risita y le preguntó —¿Qué sucede, oto-sama? ¿Ya te aburriste?—

—Eres un mocoso estúpido, alargando las cosas de manera innecesaria, sino querías luchar, podías haberlo dicho— respondió Madara, clavo el gunbai en el suelo y se cruzó de brazos —te dije que eras prometedor y no te mataría ¿Para qué me haces perder el tiempo?—

—¿Quién dijo que estábamos perdiendo el tiempo?— preguntó Kain con los ojos entrecerrados —estamos jugando, el que se cansa o se enfada primero, pierde el juego. Ahora déjame tomar la ofensiva—

Kain llevó su mano derecha al enorme pergamino en su espalda, a la altura de su cintura, lo tomo por la punta y la llevó hacia adelante. Lo colocó en el suelo y lo estiro. Había un sin de sellos. Kain golpeo el centro del pergamino mientras inyectaba chakra. Todos los sellos se activaron en secuencia y del pergamino volaron un centenar de armas.

Madara vio las armas caer formando un arco. Si era un ataque era el más descuidado que había visto en su vida. Era una lluvia de armas cayendo alrededor sin orden ni lógica.

Por fin el pergamino se quedó sin armas, Kain se puso de pie y miró el terreno. Árido, amplio, sin obstáculos, llenó de armas por todos lados. Kain sonrió viendo esta visión familiar. Casi podía ver a su tío Hashirama de pie, mirándolo con seriedad y esperando que lo atacara. Sin embargo, aquella persona que tanto amo se había ido y solo quedaba su recuerdo.

Kain miró a Madara y camino hacia él —puede que esto sea lo primero que hacemos como padre e hijo— dijo

Madara lo miró confundido.

Kain sonrió, llevó sus manos a la mochililla en su cintura y sacó papeles de sello. Los tiró al aire y cada papel de sello produjo un pequeña explosión de humo blanco. Diez clones de sellos cayeron a su alrededor. Los clones siguieron al Kain original, todos miraban a Madara.

—Aaaaaaah— grito Kain con todas sus fuerzas y corrió a toda velocidad. Los clones también gritaron y lo siguieron.

Kain alcanzó una katana, el clon que lo siguió alcanzó un hacha, otro una guadaña con cadena y así sucesivamente.

Madara vio a su hijo corriendo con todas sus fuerzas mientras sus ojos cambiaban. Los tres tomoes cambiaban, giraban y tomaban la forma de tres matagamas unidos, pero ese no fue el fin y cuando estaba a diez metros de distancia, tomaron la forma de una sola pupila lineal como el ojo de una serpiente.

Madara levantó su gunbai, de paso tomo un espadón y corrió a su encuentro. Kain lo recibió con la katana mientras gritaba. Madara lo bloqueo con el espadón, por detrás lo ataco una cadena con una bola de hierro. Por el lado un hacha, por encima caía una lanza con dirección a su cabeza. Madara tomo una profunda respiración, se movió en secuencia empujando al Kain original y bloqueando cada uno de los ataques a una velocidad abrumadora. Sin embargo, el ataque no se detuvo y escucho a un par de clones gritar.

—Katon, goukakyu no jutsu—

Entonces Madara sintió un calor abrumador venir de cada esquina por detrás de su espalda. Madara se giró, lanzó el espadón contra una bola de fuego azul y la destrozo. El arma siguió su trayectoria y apuñalo al clon que lanzó la bola de fuego. El clon exploto en una nube de humo blanco y se desvaneció.

Madara saltó hacia un lado para evitar la otra bola de fuego. Vio por el rabillo del ojo una espada venir a su cuello. Él dio un salto hacia atrás, paso por encima de la hoja y en medio del aire, movió sus ojos de aquí para allá captando el movimiento de todo lo que estaba a su alrededor. Sin embargo, no pudo ver lo que estaba cayendo por detrás de él, en diagonal desde el cielo y recibió un poderoso impacto en la espalda. Madara se estrelló contra el suelo, levantó una polvareda, reboto varias veces y quedó tendido en el suelo. Él apoyo sus manos y se levantó como si nada. Se sacudió el polvo de la armadura y miró hacia adelante. Kain estaba de pie, sonriendo, rodeado de sus clones y las armas que había lanzado desde el pergamino.

—Como te dije, supones demasiado oto-sama— dijo Kain —estás son todas las armas que me compro tío Hashirama. Con ellas, él me entreno y me enseño todo lo que pudo antes de morir. Lo mismo son los clones, son las armas que recibí de mi sensei. Sin embargo, todavía falta que te muestre todo lo que aprendí por mi propia cuenta—

Kain despareció, Madara lo siguió con su mangekyo, fue un movimiento veloz. Kain agarro una lanza y volvió a desaparecer. Madara apenas lo podía seguir con la mirada. Kain se detuvo delante de él. Madara pensó que fue un movimiento estúpido, debería haberlo atacado por la espalda. Kain lanzó una estocada con la lanza. Madara iba desviar el ataque con el gunbai, podía sentir el impacto del gunbai contra la lanza, pero de repente sintió la perforación en su brazo izquierdo y sus ojos se abrieron amplios.

—Naori— murmuro Madara recordando a la mujer del cabello purpura que le enseño de genjutsus cuando era un niño.

Kain lanzó otra estocada y golpeo a Madara en la pierna izquierda sin que este último pudiera hacer algo. Kain lo intento una tercera vez, pero esta vez Madara se impulsó con su pierna derecha, se alejó y lanzó una potente llamarada para generar distancia.

Kain no lo persiguió, solo se quedó de pie, apoyo la lanza sobre su hombro y levantó su mano izquierda para elevar una muralla de roca. Una vez que el fuego se acabó, Kain movió su mano izquierda como si le diera una bofetada y la muralla de roca se desvaneció como si fuera de arena.

—¿Qué me dices, oto-sama?— preguntó Kain con una amplia sonrisa, los clones lo alcanzaron y se posicionaron a su alrededor —¿todavía te parezco arrogante?—

—Son todas cosa que aprendiste de alguien más— respondió Madara con el ceño fruncido —¿Qué has hecho por tu cuenta?—

Kain sonrió, hizo un sello de tigre con la mano izquierda y los clones de sello se desvanecieron dejando una nube de humo blanco. Una vez que se desvanecieron, Kain tiro la lanza al suelo y llevó su mano izquierda a la mochililla que llevaba atada a la cintura.

Madara vio a Kain sacar una empuñadura de espada. Madara frunció el ceño, Kain hacia muchas cosas raras ¿De que servía un empuñadura sin hoja? Sin embargo, lo más raro es que Kain ni siquiera la blandió como un arma. En su lugar, llevo sus manos a su espalda, como si estuviera en posición de contemplación. Era ridículo, todo su cuerpo estaba expuesto a cualquiera ataque. Madara miró a Kain a la cara, el cabello blanco y esos ojos azules, sonreía, su mirada y su boca sonreían con un brillo cruel.

Al instante, alrededor de Kain aparecieron veinte espadas voladoras hechas de un chakra verdoso —¿Te gusta bailar, oto-sama?— preguntó.

Las espadas volaron dejando una estela verde brillante y atacaron a Madara. Este último saltó y evito la primera espada. El arma penetro la tierra en diagonal y se quedó quieta, pero después de la primera espada, vino una segunda espada y una tercera. Madara se movió de izquierda a derecha esquivando las espadas, sus ojos se movían de lado a lado, captando el movimiento y viendo como las espadas que quedaban hundidas en la tierra, retrocedían, salían de la tierra y se unían al ataque otra vez.

Por su parte, Kain dejo de sonreír y evaluaba los movimientos de su padre. Era condenadamente rápido y ágil para ser un anciano. Puede que todavía no lo haya empujado lo suficiente, pero estaba obteniendo buenos datos de este combate —una pena— murmuro. Madara era del clan Uchiha y su orgullo estaba en sus ojos. No está mal, pero también era un shinobi sensor y había desarrollado muy poco esa parte, en contra posición a Kain, quien había desarrollado sus habilidades de sensor más que sus habilidades oculares.

Madara retrocedió varias decenas de metros, clavo el gunbai en el suelo y volvió a lanzar un jutsu de fuego para eliminar las molestas espadas voladoras. El fuego golpeo de llenó a las espaldas y las borro de la existencia.

Una vez que desparecieron las espadas, Madara tomo su gunbai y se movió a gran velocidad —suficiente de juegos— dijo

Kain sonrió y dijo —eso lo decido yo— entonces se formaron veinte nuevas espadas voladoras hechas de la energía verdosa a su alrededor. Diez espadas giraron en espiral y diez como discos de corte a gran velocidad. Una vez más las espadas voladoras persiguieron a Madara, pero la peligrosidad se multiplico varias veces.

Madara uso su gunbai para repeler las espadas, pero el arma estaba tan desgastada que solo guanto tres golpes y después se rompió en pedazos. Entonces una espada se dirigía a él girando en espiral, lo golpeo en el brazo derecho. Madara perdió su brazo, pero no perdió la concentración y se agarró el muñón sangrante con la otra mano. Después comenzó a dar saltos hacia atrás, evitando las espadas, hasta que no pudo más y a su alrededor aparecieron las costillas de un gigante. Una espada voladora tras otra atacó las enormes costillas que protegían a Madara, pero ninguna pudo alcanzarlo.

Kain sonrió desde la distancia, levantó las manos al cielo y gritó —por fin, pensaba que nunca te cansarías ¿Te sientes bien?—

Madara miraba a Kain desde detrás de las costillas del susano. Al instante siguiente se formaron los huesos de los brazos, el cráneo con cuernos.

Kain examino el susano de su padre y lo encontró ineficiente ¿Por qué tenía que materializarlo parte por parte? ¿No lo dominaba? Kain miró su mano izquierda con la empuñadura de la espada voladora, curvo sus labios hacia abajo en un gesto de indiferencia. Después llevó su mano izquierda detrás de su espalda y la sujeto por la muñeca con su mano derecha.

—Mocoso— dijo Madara desde el interior del susano mientras se agarraba el muñón derecho —¿Qué clase de truco es esto?—

Kain avanzó a paso lento mientras examinaba el susano de su padre. Era lento y torpe, recién se estaban formando los músculos sobre los huesos. Por otro lado ¿Por qué solo formaba la mitad superior del cuerpo? Además ¿Por qué tan grande? ¿Estaba peleando contra un gigante? ¿Acaso no es un desproporcional gasto de chakra?

Kain llegó a diez metros de Madara, la materia de la que estaba construida el susano era azulada y trasparente —¿Por qué haces tu susano tan grande?— preguntó

Madara lo quedó mirando, Kain estaba tranquilo, con las manos detrás de la espalda mientras lo observaba —¿Puedes utilizar susano?— preguntó

Kain curvo la comisura derecha de la boca hacia arriba y a los lados aparecieron dos demonios tengu de su tamaño. Uno blanco con dos espadas y uno gris con dos lanzas.

Madara soltó un bufido de desdén y le dijo —esas pequeñas cosas no te salvaran—

El enorme susano de Madara junto dos de sus cuatro manos, comenzó a realizar una secuencia de sellos de mano. La cabeza del susano se hizo hacia atrás como si juntara aire y lanzó una enorme llamarada que se enfocó sobre Kain. Este último llevó su mano derecha a la mochililla, sacó dos sellos de papel, junto las manos, puso un sello en cada palma y las apunto al fuego.

La llamarada golpeo a Kain de frente y duro un minuto en donde el fuego estuvo a su máxima potencia.

Una vez que el ataque se detuvo, Madara miró a Kain desde el interior del susano y lo vio de pie, con un susano a cada lado. Kain tenía las manos apuntando hacia adelante, con un sello en cada palma. Él estaba totalmente intacto.

—Veo, era verdad que Mito te tomo como su aprendiz— dijo Madara mientras sostenía el muñón de su brazo derecho.

—Sí, así es— respondió Kain, bajo ambas manos, los sellos de papel cayeron de las manos de sus palmas y descendieron con suavidad mientras se desmoronaban —a todo esto ¿Sabes lo que invocaron en la isla del clan Uzumaki?—

—¿Quién crees que salvó a tu estúpido "tío"?—

—Interesante— dijo Kain con una pequeña sonrisa en los labios

El tengu blanco llenó sus espadas de rayos de luz solar y tomo posición de combate. Lo mismo el tengu gris, llenó sus lanzas de niebla oscura y se preparó para atacar.

—Bien, el juego termino— dijo Kain