-Así que eso paso- dijo Akane
Kain asintió y dijo -así es, se me ocurrió un súper jutsu y pude mostrarle a mi okaa-sama el mundo. Ahí hay espacio- apuntó con su dedo a una de las bancas, fuera de la tienda del gran Ooyama Akimichi -que buena suerte-
Los cinco caminaron y se sentaron en la banca. Kain y Naoko en el centro. Kaoru al lado de Naoko. Sakumo y Akane al lado de Kain.
Kain, Naoko y sus amigos habían abandonado la avenida principal, ya que gracias a Kain, destacaban demasiado. Así que fueron al distrito Ino-Shika-Cho e invitaron a Naoko a comer dangos.
-Tía- dijo Sakumo súper entusiasmado -¿en serio puede verme?-
-Claro- dijo Naoko, giro su rostro a la derecha y vio al niño risueño sentado al final de la banca. Tenía el cabello alborotado y de color gris mientras utilizaba el protector metálico de la villa en la frente. A su lado estaba una niña de larga cabellera oscura y pupilas de un color demasiado bonito -no podría decir de qué color es tu cabello, pero considerando el cabello de Akane, es más suave-
-Jejejeje- se rio Sakumo -me alegro por usted tía ¿Qué piensa de ver?-
-Es, la experiencia más, rara, emocionante, maravillosa; no sabría ponerle una palabra adecuada- dijo Naoko. Sonrió y miró a Kain a su lado -pero te puedo decir que me hace sentir amada- entonces movió su mano derecha y la acerco al rostro de Kain. Con la punta de sus dedos le peino el flequillo hacia un lado, de un color tan claro que destacaba -¿Cuál es el color del cabello de Kain?-
-Blanco- dijeron todos los niños
-¿y el de Sakumo?-
-Gris-
-Y el de Akane y Kaoru-
-Negro-
-Y los colores de las pupilas de Akane, son unos ojos hermosos-
-Gracias tía- dijo Akane con una gran sonrisa -son purpuras, lo herede de mi abuela. Era prima de Naori-sama-
-¿Ah?- dijo Naoko, sin poder decirle si saco algo también de su madre. Kain le tomo la mano y la acerco a su pecho.
-Está bien, okaa-sama- dijo Kain -te puedo mostrar a la abuela. Ahora que estaba de edad había perdido el color de su cabello; era de un gris claro. Sin embargo, la abuela me mostro su color de cabello cuando era joven. Era del mismo color que el de los ojos de Akane. La abuela era súper bonita, okaa-sama saco mucho de ella-
-Gracias, Kain-
Al instante siguiente salió Ooyama de la tienda, pasando por la cortina que separaba el interior del exterior. Llevaba dos bolsas con dangos, camino hasta otra banca, al lado izquierdo de los cinco, y le entrego una orden de dangos a una mujer que iba acompañada de un hombre. Ambos debieron tener entre veinte y treinta años. Después de despedirlos, Ooyama se acercó a Kain.
-Buenas tardes, Kain, muchachos, señora- dijo el gran Ooyama -hace tiempo que no traías a tu kaa-chan. Es bueno saber que está en buena salud, señora-
-Gracias, Ooyama-san- dijo Kain
Naoko quedó con la boca abierta, porque cuando ella imaginaba a Ooyama creía que era mayor y solo un poco más alto que ella. Sin embargo, ahora que lo ve, tienen casi la misma edad. No obstante, lo que le llama la atención, es que es enorme, tanto de altura como de volumen. Es como dos personas juntas en una sola.
-Ooyama-san- dijo Naoko -lo siento, estaba un poco sorprendida por su…estatura-
Ooyama se largó a reír, apoyando sus manos en su vibrante panza -no se preocupe, señora, yo soy así- dijo de buen humor -Por otro lado, nunca confié en un Akimichi sin panza- entonces soltó una carcajada contagiosa. Sin embargo, corto su risa de golpe y miró a Naoko, con una clara expresión de confusión.
-Es una larga historia- dijo Kain con una sonrisa -pero fabrique un súper jutsu y ahora mi okaa-sama puede ver-
-¿Ooooh?- dijo Ooyama haciendo una gran sonrisa -sabía que Kain era un buen muchacho, pero llegar tan lejos por su kaa-chan. Seguro que tiene suerte, señora-
-Sí- dijo Naoko, sintiéndose más dulce y feliz que nunca -mi Kain es el mejor-
-Bien, hoy los dangos van por cuenta de la casa-
-Nunca podríamos-
-No se preocupe señora- dijo Ooyama poniéndose en cuclillas, delante de Naoko. Le tomo la mano con sus dedos regordetes y con su otra mano le dio palmaditas en el dorso de la mano -no todos los días una persona ciega puede ver- dijo -estar así es un gran demerito, pero si su hijo logro hacer algo para que usted pudiera ver, entonces es su suerte, felicitaciones-
-Gracias- respondió Naoko
Ooyama le soltó la mano, apoyo su mano derecha sobre su rodilla e hizo el esfuerzo de poner su voluminoso cuerpo de pie. Entonces sonrió y dijo -en veinte minutos les traigo sus dangos-
-Gracias, Ooyama-san- dijo Naoko
-Gracias- dijeron los niños.
-No hay de que, no hay de que- respondió Ooyama con una gran sonrisa
Después de que se fuera, Sakumo miró a Kain y le pregunto -¿Por qué no te enojaste? Le tomo la mano a tu okaa-sama-
-Es diferente- dijo Kain, sacudiendo su mano como si espantara a un mosquito -Saru es un pervertido de armario. Mientras que Ooyama-san es un adulto decente y respetuoso. Su toque fue una manera de empatizar, muy diferente del otro pervertido, cuyos ojos se comían a mi okaa-sama con la mirada-
-Kain, es malo hablar de otras personas cuando no están presentes- dijo Naoko
-Ok, lo siento, okaa-sama-
-Tía- dijo Akane con una gran sonrisa -¿No quiere ir a ver a mi oto-sama?-
Kain frunció el ceño y miró a Naoko. Ella tenía las mejillas ruborizadas, giro su rostro hacia la izquierda y miró hacia otro lado, para evitar que la vieran tan avergonzada. Kain soltó suspiro y dijo -después de los dangos, vamos a ver a Itachi-san. Debe estar en la comisaría ¿Cierto?-
-Sí, hoy es día de "maldito papeleo" como dice oto-sama- dijo Akane con una gran sonrisa
Veinte minutos después, el gran Ooyama Akimichi salió de la tienda, pasando por la cortina. Sin embargo, para su sorpresa, el hokage estaba de pie delante de Kain, a tres metros y escoltado por tres anbus.
-Lo siento, okaa-sama, tengo que cortar el chakra- dijo Kain.
Al instante, la vista de Naoko volvió a la oscuridad y le dijo -no hay problema, pero no pelees-
Kain asintió, se puso de pie y camino dos metros hasta llegar frente a Tobirama. Este último estaba de pie con los brazos cruzados. Como siempre, vestía ese extraño protector metálica que enmarcaba su rostro, de cabello gris y alborotado. Su mirada entre apática e intelectual, alejaba a la gente. Por otro lado, los anbus detrás de Tobirama, vestían capuchas negras y tenían mascaras blancas de animales. Estos últimos dieron un paso al frente cuando vieron a Kain acercarse a Tobirama. Sin embargo, este último movió su mano izquierda, como impidiéndoles el paso.
-¿Qué se le ofrece señor hokage? ¿también le gustan los dangos?- preguntó Kain con una sonrisa que no lo era. Al mismo tiempo, los anbus se devolvieron a su posición inicial y Tobirama se volvió a cruzar de brazos.
-Solo vengo a ver que has hecho, Kain Uchiha. El anbu a tu cargo mando a decir que estabas haciendo un tipo de jutsu a la vista y paciencia de todos. Por lo general, un shinobi no es tan tonto como para realizar un genjutsu mientras otros lo están mirando-
-La chica de los insectos ¿cierto?- pregunto Kain y Tobirama asintió. Entonces Kain tomo una profunda respiración y dijo -solo hice un jutsu para que mi okaa-sama pudiera ver el mundo tal cual como es. Mi genjtusu no le hace daño a nadie, lo único que hace es percibir el mundo en forma de chakra y transformarlo en una imagen mental-
Tobirama cerró los ojos y llevo su mano a la cara para apretarse el tabique. Tomo una profunda respiración, abrió los ojos para mirar a la mujer del rostro en calma sentada en la banca. Tenía una pequeña, casi imperceptible, mueca de preocupación. Tobirama asintió y dijo -haré la vista gorda por ahora, pero trata de mantener tus jutsus para ti. Lo que haces no es normal y asustas a los otros-
-No lo he hecho con malas intenciones- dijo Kain en tono molesto
Tobirama miró a Kain con un brillo filoso en sus ojos -por eso hago la vista gorda- dijo -pero es de sentido común no andar haciendo genjutsus tan notorios. Sé cómo te crio Naori, sé cómo has estado aprendiendo genjtusu. Nadie nunca lo ha notado, nadie nunca ha salido lastimado, y por eso te he dejado andar a tus anchas. Pero si es algo tan notorio, que todo el mundo se da cuenta, no puedo ignorarlo-
-Está bien- dijo Kain -en mi casa no debería haber ningún problema ¿cierto?-
Tobirama asintió y le dio la espalda -eso es todo- su cuerpo parpadeo y desapareció del lugar. Los anbus dieron un saltó para alcanzar los techos y se perdieron de la vista. Solo quedo Kain de pie, siendo visto por los transeúntes que estaban de pie a veinte metros de él.
Kain soltó un suspiro y miró a Naoko, después camino hasta donde estaba ella y se sentó a su lado. Naoko lo abrazo y Kain se quedó ahí, siendo consolado.
-Lo siento, okaa-sama, puede que esta sea nuestra primera y única incursión en la villa-
-No te preocupes, hijo- dijo Naoko -tu okaa-sama está muy contenta con todo lo que ha visto-
-¿Vamos a ver a Itachi-san y después nos vamos para la casa?-
-Pero, hokage-sama dijo algo…-
-Solo por hoy hará la vista gorda. Eso quiere decir que hoy podemos deambular por toda Konoha sin que los anbus y la policía nos detengan ¿Cierto Shiori-san?-
Al instante siguiente apareció un pequeño anbu, vistiendo igual que sus compañeros, una capucha negra y una máscara blanca, esta tenía el dibujo de escarabajo -lo siento, Kain-kun- dijo Shiori con una voz baja y tímida -pero hokage-sama me ordeno informar sobre cualquier tipo de anormalidad alrededor tuyo. Lo siento, realmente pienso que te estas divirtiendo con tu okaa-sama, pero creo que lo que dijo hokage-sama también es verdad. La gente no va por ahí haciendo genjutsus, menos algo tan estrafalario que se puede captar en el aire-
Kain soltó un suspiro y dijo -sí, sí, gracias por el sermón. Bueno, para la próxima avísame antes de infórmale a hokage-sama. Traje a mi okaa-sama para que viera el mundo, no para que vea la fea cara de Tobirama-
-Una cosa más- dijo Shiori
-¿Qué es ahora?-
-Los anbus no tienen identidad en sus misiones-
Kain se apartó un poco de Naoko y sonrió -mal por ti, Shiori Aburame, experta en escarabajos rinocerontes- dijo -desde que te asignaron para espiarme, ninguno de tus secretos está a salvo. Deben habértelo dicho ¿no?-
El anbu agacho la mirada y dijo en voz baja -solo me gustan los escarabajos, pero no sirven para las misiones- dijo
-Bueno, mal por ti-
-Kain- dijo Naoko -no la molestes, ella solo está haciendo su trabajo- después dirigió su rostro a donde escucho la voz del anbu y dijo -no se preocupe, anbu-san, siga haciendo su trabajo-
-¿Eh? Ah, gracias- dijo Shiori, hizo un par de sellos y genero una pequeña cortina de humo blanco. Una vez que la nube desapareció, ella ya no estaba.
Después de eso, Kain miró a Ooyama y le dijo con una gran sonrisa -Ooyama-san, prepáreme dos órdenes más. Las necesitaré para olvidarme de este mal rato-
Ooyama le entrego las dos bolsas a Akane y Sakumo, y después miró a Kain -como digas, pero te recuerdo que hoy corre por cuenta de la casa-
-Se lo agradezco-