He vuelto de mi descanso y solo puedo decir una cosa:
ELDEN RING es goty de aquí al final del siglo y el que no lo crea, es puto.
Fuera de bromas, el juego es el dark soul de los mundos abiertos. Accesible, pero no va a faltar la vez que un simple enemigo ramdom te pondrá de revés.
Ahora, volvamos a lo nuestro.
-o-
Había pasado una semana desde que Kain empezó sus entrenamientos con Akane y como consecuencia de eso, hoy él la esperaba a las afueras de la Academia Ninja. Estaba sentado en un columpio cuyas cuerdas estaban sujetas a una gruesa rama de árbol. A unos veinte metros del columpio, había un gran edificio blanco de dos pisos. En ese momento sonó una campana y se escucharon muchos gritos de felicidad. Se vieron salir a los alumnos de los salones y caminar por los pasillos que tenían ventanas con vistas al patio. Kain miró como avanzaban en grandes grupos, riendo, conversando y bromeando entre ellos. En el segundo piso estaban los más grandes, niños de diez años hasta los doce. Todos esperando graduarse para obtener el rango de genin y poder empezar a realizar misiones como verdaderos shinobis. Kain los miró con cierta admiración, tenían mucha compañía y diversión al parecer.
Los niños comenzaron a salir por las grandes puertas de vidrio en el frontis del edificio. Algunos caminaban a paso lento, conversando y riéndose con sus amigos. Otros salían corriendo sin prestarle atención a nadie. Otros se paraban en el patio, bajo los árboles que había a los costados y se ponían a conversar con sus amigos como si no hubiera nada importante. Un grupo de cuatro niñas vieron a Kain de pelo blanco, ojos azules y mirada inocente. Al mismo tiempo, Kain las vio hablar entre ellas y venir en su dirección. Había dos chicas de pelo oscuro, por su cara de aburridas diría que son del clan Nara, eran gemelas. Una chica rubia y animada iba en medio de ellas como si fuera el pilar del grupo. Tenía el cabello rubio, grandes ojos verdes y una mirada astuta. Por último, una muchacha más tranquila y gordita las seguía de cerca, sin duda era una Akimichi. Era un palmo más alto que las otras chicas.
-Hola- dijo la niña rubia del clan Yamanaka -¿buscas a alguien? Dile a esta onee-san y te ayudara en cualquier cosa- su sonrisa era muy amigable, pero un tanto superficial.
-Onee-san- dijo Kain con una sonrisa amable -no tengo ningún problema, pero si algún día tengo un problema, de seguro vendré contigo. Mi abuela es mala, me regaña todos los días, puedes consolarme-. Entonces Kain estiro sus brazos y puso una cara de triste para ver como reaccionaba la chica.
-Pobrecito- dijo la chica Yamanaka y abrazo a Kain mientras este sentía el impresionante crecimiento. La niña debió tener la edad de Akane y podía competir con ella en muchos aspectos. Kain pensó en repetir la misma estrategia con Akane y después de probar la blandura, tendría una mejor percepción.
-Naomi- dijo Akane acercándose al grupo -no le creas, solo se está aprovechando de ti-
Naomi miró a Kain a los ojos y lo hayo tan tierno que fue incapaz de ver la verdad. Miró a Akane y le dijo enojada -¿Como no puedes ver su sufrimiento? Eres una mujer de hielo, horrible. Como se esperaba de una Uchiha, lo único que saben es luchar-
Por su parte, Kain estiro sus manos y le pellizco ambas nalgas. Naomi soltó un gritito y dio un brinco hacia atrás mientras se sujetaba el trasero. Después continúo retrocediendo y miró a Kain con el ceño fruncido.
-Onee-san, también soy Uchiha, no digas esas cosas- dijo Kain con una sonrisa burlona -se ve mal en tu linda boca-
La niña se sonrojo y miró al suelo avergonzada.
Por otro lado, Akane se acercó a Kain y lo jalo de la oreja -¿Qué andas tocando, pequeño mocoso?- pregunto enfadada
-Oye, te estaba defendiendo ¿Así me pagas?- preguntó Kain mientras se levantaba del columpio para disminuir el dolor del jalón de oreja.
Akane le soltó la oreja y mascullo -sucio, con razón Naori-sama dijo que había que tenerte vigilado. Saltas de una chica linda a otra-
Kain soltó un suspiro y le pregunto -¿Nos vamos?-
Akane soltó un bufido y camino por delante de Kain. Este último la siguió de cerca y el resto de las chicas lo quedaron mirando. Sin embargo, alguien más estaba vigilando a Kain y Akane. Era un muchacho de rostro audaz y cabello gris. Los siguió de cerca, saliendo de la academia, pasando por fuera del municipio de Konoha y cruzando la avenida principal con destino el distrito Ino-Shika-Cho.
No pasó desapercibido, al menos para Kain. La presencia del niño era como una aguja que se clava en su nuca. Era inequívoca su intención de luchar, pero por la falta de odio en su mirada, Kain podía decir que era algo más a nivel competitivo. Ahora, la duda estaba en a quién buscaba. Kain y Akane llegaron al puesto de dangos de Ooyama. Pidieron algunos dangos para comer y otros para llevar. Se sentaron en una banca, afuera del local, mientras se comían una dotación de dangos junto a una taza de té verde. Disfrutaron cada uno de los sabores y de paso, Kain tomo una buena mirada del pequeño espía que los seguía de forma poco disimulada.
-Akane-san- dijo Kain -conoces a un niño de cabello gris-
-Tú- dijo Akane con una voz fastidiada
Kain entendió que ella aún seguía enojada. Bueno, para empezar, el cabello de Kain era blanco, pero ella respondió lo primero que se le vino a la mente. Kain no la quiso contradecir y agravar su situación -Aparte de mi- dijo
-Bueno, sí, es mi compañero de curso. Se llama Sakumo ¿Por qué?-
-Bueno, parece que nos sigue y quiere algo de nosotros-
Akane se comió el último dango de su brocheta, dejo el palito a un lado y se tapó la cara -por favor, no, otra vez, no- soltó un suspiro y dijo -Kain, lo siento, pero lo más probable es que quiera luchar contigo-
Kain se echó un dango a la boca y lo mastico, una vez que trago, le pregunto -¿Por qué? Ni siquiera lo conozco-
-Bueno, se supone que vamos a ser promovidos a genin la próxima primavera. En ese momento vamos a formar grupos y Sakumo-kun me pidió que hiciera equipo con él. Tiene buenas habilidades, así que le dije que sí. Pero el otro día se enteró que estoy entrenando contigo y dijo que quería desafiar al demonio Uchiha-
Kain comió otro dando y bebió té verde, después dijo -pero mi viejo es el demonio Uchiha. Así lo llama todo el mundo. Yo soy un ángel-
Akane sintió que le tiritaba el labio de solo escuchar a Kain auto alagarse y después lo miró con incredulidad. Sin embargo, él puso un rostro tan inocente que le fue imposible refutarlo. Akane soltó un suspiro y le acaricio el cabello.
-Sí, también lo creo- respondió Akane vencida por la ternura -pero no toda la gente lo ve así. Por ejemplo, esa niña llamada Naomi es una que busca problemas con todos los Uchihas. Ni siquiera sé porque puso sus ojos en ti-
-¿Por qué soy guapo?- pregunto Kain
Akane hizo una pequeña sonrisa que no lo era y paso su mano del cabello a la mejilla, se la jalo con fuerza y le dijo -no te pases-
-Ok, ok- dijo Kain aguantándose el dolor -pero es la verdad-
Akane le soltó la mejilla, miró hacia otro lado y bufo indignada.
Kain se acarició la mejilla hinchada y colorada. Después miró hacia el callejón, del otro lado de la calle, en donde el niño se escondía. Todo habría estado bien si su pelo pincho en forma de escobilla no sobresaliera del borde de la muralla que utilizaba como escondite.
-Vas a tener que llevar los dangos- dijo Kain
Akane asintió mientras sacaba otra brocheta para irse comiéndola en por el camino. Al mismo tiempo, el señor Ooyama salió de la tienda cargando dos bolsas de dangos. Kain las recibió, pago el pedido y se retiró con Akane. Caminaron hasta la avenida que cortaba Konoha a la mitad y cruzaron a la calle del frente, en donde empezaba el distrito civil. Como siempre, este lado de la calle se veía un tanto descuidado. En vez de pastizales a los lados de la vereda, había tierra seca y gravilla. La mayoría de las casas estaban hechas de abobe, los techos de tablones de madera afirmados con piedras y las ventanas cubiertas por un conjunto de tablas, que cuando hacia un buen clima como hoy, eran removidas. Kain avanzó mirando a las mujeres que lavaban en humildes bateas de madera y niños corriendo con los pies descalzos. Algunos viejos sentados en los pórticos de sus casas, mirando como transitaba la gente y anhelando vivir en las grandes casas de los shinobis, al otro lado de la avenida.
Por su parte, Akane miraba a Kain y notaba como él sentía por las personas y se preocupaba por los civiles. El espíritu de Hashirama estaba en el pequeño de cabello blanco, el cual quería proteger y ayudar a los más débiles. Akane pensó que, a lo mejor, era como dijo él, Kain nació siendo un ángel, en lugar de un demonio como su padre.
-Kain-sama- dijo Akane -¿Qué le gustaría hacer?-
Kain siguió avanzando, mirando las casas y a sus habitantes. Entonces, sin apartar la vista de las personas, dijo -seguir mejorando Konoha, eso es lo que quiero-
Akane hizo una pequeña sonrisa y siguió caminando a su lado, en completo silencio, hasta que llegaron al cruce de las dos avenidas. En ese lugar, el pequeño espía de cabello gris en forma de cepillo salió de su escondite y se detuvo delante de Kain y Akane.
-¡Yo!- dijo Sakumo, un niño de fuerza genin, diez años, pelo gris y actitud engreída.
-Aprende a saludar, Sakumo-kun- dijo Akane con cierto fastidio
-No seas quisquillosa, Akane-san. Solo vengo a saludar a tu amigo-
Kain dio un paso al frente y Sakumo sintió el roce de una brisa en su espalda. Sin embargo, ignoro la sensación y se concentró en Kain. Parecía un niño bonito sin ninguna habilidad.
-Los puños hablan mejor qué las palabras- dijo Kain
Sakumo hizo una sonrisa cargada de emoción y se lanzó a luchar de frente. Lanzó un puñetazo, pero cuando este alcanzo la mejilla de Kain, hubo la sensación de tocar, como un leve roce, pero Sakumo paso de largo, como si Kain fuera intangible. Entonces se detuvo, miró hacia todos lados y se volteó para ver que Kain no se había movido de su posición inicial. Kain se dio la vuelta y lo miró con una sonrisa.
-¿Me evadiste?- pregunto Sakumo sorprendido, en la academia era el más rápido de su clase
-¿Quién sabe? ¿Quieres intentarlo otra vez?-
Sakumo sonrió y se lanzó de frente, pero otra vez sintió que golpeo algo, pero en realidad, no le dio a nada. Solo paso por el cuerpo de Kain y termino a sus espaldas.
Kain se dio la vuelta de nuevo y miró a Sakumo con una gran sonrisa. Entonces dio un aplauso y Sakumo despertó del genjutsu. Ni siquiera se había movido de su posición inicial.
-Primero deberías aprender algo de tu oponente- dijo Kain con una pequeña sonrisa bromista, para después ponerse serio -y después lanzarte a luchar. Es bueno ser valiente, pero hay que aprender la diferencia con ser temerario-
Sakumo sintió que un escalofrió le recorría por la espalda y por primera vez, sintió verdadero miedo. Dio un paso hacia atrás mientras una gota de sudor bajaba por su mejilla.
Kain sonrió al ver que él entendía la diferencia de habilidad y dijo -ven, practiquemos un poco. Esta vez sin genjutsus-
Sakumo asintió con una actitud seria y se lanzó como un vendaval, lanzando patadas y puñetazos, ocupando técnica de clones y kunais. Sin embargo, Kain lo evito sin mucho esfuerzo, después de todo, Sakumo solo era un genin.
Veinte minutos después, Sakumo tenía las manos apoyadas en las rodillas mientras jadeaba como un perro después de una larga cacería. La transpiración corría por su cara como grandes goterones. Por otro lado, la pequeña demostración de fuerza había llamado la atención de los transeúntes, así que Kain entendió que esto debía parar. Incluso la policía militar los estaba mirando desde lejos. Como todo estuvo bajo control, se quedaron al margen.
Sakumo levantó su rostro y vio a Kain en un estado en calma -demonio Uchiha- dijo entre jadeos -¿Por qué no vas a la Academia? Serías el número uno-
Kain sonrió y le dijo medio en broma -hermano ¿Cómo me puedes llamar demonio? Las chicas me consideran un ángel y me quieren llevar a su casa. Mira, ves- dijo apuntando a su cara y sonriendo. Sakumo no lo entendió y solo negó con una sonrisa en los labios.
Kain camino pasando por su lado y le palmeo el hombro -puedes venir con Akane-san si quieres entrenar. Siempre es más divertido compartir con otros. Pero no se te ocurra llamarme demonio Uchiha delante de la abuela, ella te podría matar-
-Está bien- dijo Sakumo y tomo una profunda respiración. Entonces siguió a Kain y Akane, mirando la espalda de Kain y pensando en lo divertido que sería esto.