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Suerte y perseverancia

Pequeña aclaración: Cada volumen es independiente del otro. Sigue su propia línea de historia y no se ve afectado por los volúmenes anteriores. Bueno, salvo por algún poder o habilidad que se viene arrastrando por el conocimiento y la personalidad del protagonista que va evolucionando. Volumen 1 Cross over entre nasuverso y Madam ou no Vanadis Volumen 2 viaje por Juego de Tronos, Señor de los anillos y Dark Soul 3 Volumen 3 Mushoku Tensei y Danmachi. Volumen 4 Naruto y muchos otros. -o- Kain, antiguo vástago del equilibrio. Renació en el mundo de Fate y vivió durante varios siglos. Sin embargo, al encontrarse con su viejo enemigo, el dios Hilden, lucho y perdió. Ahora su alma viaja a través del multiverso buscando el poder y la forma de volver a aquel mundo por la venganza. -o- Reglas del juego: 1.- No hay power up indiscriminados 2.- Todo se estudia y se gana hasta dominarlo 3.- El alma influye sobre el cuerpo, por ende, el cabello y los ojos siempre serán los mismo (ojos color lazuli y pelo blanco). 4.-La fuerza es proporcional al conocimiento adquirido, la técnica y la fuerza del alma. 5.- El nivel del mundo es proporcional al alma. Eso quiere decir que si el alma del protagonista es fuerte, irá a un mundo de mayor nivel.

AOoBeligerante · Tranh châm biếm
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Apócrifo - Gods land - Capítulo 17

Mientras el sol seguía ascendiendo en el cielo, Kain escuchaba con cuidado, como la pequeña vecina le relataba sus cosas. Le hablo de la señora que venía hace un tiempo a limpiar la casa. Era una anciana llamada Ester, la cual siempre (enfatizo en esto) siempre le trae galletas. Es una abuelita muy linda, dijo Tsubaki. El hecho es que ella la conoció hace tres años. Cuando por primera vez se propuso escalar la pandereta. Cómo habían unos fierros apilados al lado de la pared, se subió por ahí y se encontró con el hermoso jardín vecino. Ese día la señora Ester estaba regando las plantas. Cómo Tsubaki no tenía miedo (porque también enfatizo en eso, que ella no le temía a nada ni a nadie, excepto a su mamá por las mañanas cuando le dolía la cabeza). Saludo a la señora y Ester le devolvió el saludo. Después de eso se volvieron amigas. Así que cada vez que venía Ester, Tsubaki sabía que era día de trabajar. Le ayudaba a limpiar el jardín a cambió de unas galletas. No obstante, este año Ester se sentía más débil, así le dijo a Tsubaki. Por lo tanto empezó a venir solo una vez al mes. Por otro lado, su mamá tomo los fierros que tenía al lado de la pared y los quito. Supuestamente, los tenía que vender. Así que Tsubaki intento subirse por la pandereta con su propia fuerza y al ver a Kain, se cayó.

-¿Tanto extrañabas a la señora Ester?- pregunto Kain mientras la miraba comer

-Así es- le respondió Tsubaki con su voz infantil. Como recién estaba tomando leche chocolatada, se le había formado un bigote. No obstante, Tsubaki se relamía los labios removiendo con gusto los restos.

-Pero es peligroso que te subas a las panderetas-

-Suenas como mamá- se quejó Tsubaki frunciendo el ceño -ya estoy grande, solo me sorprendí un poquito, pero solo un poquito-

-¿Y tu mamá?-

-Ella está durmiendo, no la quise despertar porque se pone de mal genio. Dice que le duele la cabeza-

-¿Qué hace tu mamá?-

-¿Para qué quieres saber? ¿Eres como esos tipo feos que vienen a molestar a mamá? Te lo advierto, mi mamá es super fuerte, a todos los chicos malos les ha dado su merecido-

-¿Te parezco un tipo feo?- pregunto Kain con confianza

-Un poco- dijo Tsubaki sin tomar en cuenta la apariencia de Kain -pareces inteligente, por lo menos más que los otros-

Kain soltó una risita y le dijo en sarcasmo -gracias-

-Mamá es herrera- continuo Tsubaki a su propio ritmo

-Oh ¿Hace espadas?-

-Sí, mi mamá es la mejor del mundo, ella hace espadas, escudos y armaduras. Si tienes necesidad, le puedes decir que vas de mi parte y seguro te hace un descuento-

-¿Sabes lo que es eso?-

-Según mamá, ella tiene que cobrar menos cuando la gente va de parte de su diosa-

-¿Entonces tu eres como la diosa de tu mamá?-

-Eres tan tonto, por supuesto que no. Mamá dijo que yo soy cien veces más importante-

Kain soltó otra risita -tu mamá parece una chica buena- dijo

-Mi mamá es la mejor del mundo-

"Tsubaki" se escuchó al otro lado de la pandereta. La voz era suave y melodiosa. Llamo varias veces seguidas a Tsubaki, hasta que se aburrió y su voz hermosa se transformó en la de un mujer ruda. Casi parecía la voz de una guerrera barbárica. Por su parte, Tsubaki comenzó a temblar y miró a Kain para que pusiera la cara por ella. Kain soltó un suspiro, se levantó de su silla y camino a la muralla izquierda. Se paro sobre la punta de sus pies y mostro su rostro por encima de la pandereta. No obstante, en cuanto se asomó, lo primero que vio fue una sandalia de madera volando hacia su cara. Se quedo choqueado por la impresión y recibió el golpe de lleno.

Kain se agacho frotándose la nariz y al poco tiempo, Tsubaki se acercó para sobarle la espalda.

-Retiro lo dicho- dijo Tsubaki -eres más idiota que los otros, al menos ellos pudieron esquivar la sandalia asesina-

-Mocosa- dijo Kain murmurando, se paró de nuevo y asomo un poco los ojos por encima de la pandereta. Esta vez vio a una hermosa mujer japonesa. Con dos largos mechones de cabello negro enmarcando su rostro y grandes ojos de mirada cristalina. Era hermosa, pero tenía el ceño fruncido mientras sus ojos emitían un brillo asesino.

-¿Quién eres bastardo?- pregunto con su voz de guerrera cargada de violencia

-Tu vecino, hola- dijo Kain

-¿Qué haces con mi hija? Te cortare si le hiciste algo-

Kain torno los ojos al cielo y le dijo -¿Por qué no vienes y lo ves por ti misma?-

-Mas te vale que no le haya pasado nada-

Kain se apartó de la pandereta y se voltio dirigiendo su mirada hacia abajo -tu madre realmente tiene un mal genio-

-Lo que pasa es que eres tonto- respondió Tsubaki -vamos a comer, yo le explicare a mamá-

-Si hubiéramos hecho eso desde un principio no me hubiera ganado un zapatazo en la cara- dijo Kain caminando de nuevo a la mesa.

-Lo siento, pero necesitaba un sacrificio, de lo contrario hubiera sido mucho peor. A mamá no le gusta que hable con extraños-

-Mocosa, cállate, cada vez que dices más cosas me arrepiento de convidarte galletas-

-Ya me las comí, así que da lo mismo-

Kain sintió que le palpitaba la sien. Miraba a la pequeña japonesa avanzar a su propio ritmo hasta llegar a la mesa y subirse a la silla de un brinco. Kain la siguió y cuando llego a la mesa, escucho a alguien gritar "maldito bastardo, abre la puta puerta ahora".

Kain soltó un suspiro y se dirigió a la reja del frontis.

-Si no te apuras, mamá se enojara más aun- le grito Tsubaki

Kain se detuvo, quiso decirle algunas cosas, pero siguió adelante.

Una vez que Kain llego al frontis, la mamá de Tsubaki lo esperaba en la reja mientras miraba en dirección a su casa. Realizaba un movimiento nervioso con su pie derecho como si estuviera apisonando la vereda. Kain no la había visto bien, noto que tenía una bonita cara, pero no alcanzo a ver lo demás. Ahora que tenía la oportunidad, lo único que pudo pensar es que Catalina encontró competencia. La mujer mantenía una figura japonesa bastante esbelta, pero sus tetas eran enormes y explosivas como las de Catalina. Por otro lado, llevaba un hakama rojo y un pequeño kendogi que dejaba al descubierto sus brazos y estómago. En sus pies llevaba lo que Tsubaki denomino las sandalias asesinas.

-Buenos días- dijo Kain acercándose a la reja

La mamá de Tsubaki chaqueo la lengua con molestia, se volteó con rudeza y miró a Kain. Su boca formo un círculo en un gesto de incredulidad, levanto y bajo la mirada examinando a Kain de pies a cabeza. Se puso colorada y de inmediato se empezó a ordenar la ropa. Puso una sonrisa y su voz volvió a ser la suave y melodiosa de antes -hola- dijo ladeando la cabeza en un gesto sutil, elegante y encantador -mucho gusto, soy la madre de Tsubaki-

Kain quedo helado frente al gran cambio, fue como si la mujer que le lanzo la sandalia nunca hubiera existido.

-Hola- respondió Kain en un tono de voz neutral -soy Kain, recién hace una semana que me mude. Lamento haberla preocupado-

La madre de Tsubaki se rio con sutileza mientras se cubría la boca con su manos izquierda y después movió la mano derecha como si negara lo que decía y le dijo -no se preocupe, esa niña es muy sociable, seguramente ella lo estaba molestando-

Kain levanto la ceja, soltó un suspiro y le abrió la reja -pace, la niña está en mi jardín- dijo

-Claro, permiso- respondió la madre pasando por el lado de Kain y mirándolo a los ojos. Kain sintió que era la presa y su virtud estaba en peligro. Sacudió la cabeza de lado a lado pensando que solo fue su imaginación y le señalo el camino.

Kain notó que la mujer caminaba un paso detrás de él, con las manos sobre su regazo y dando pequeños pasos. No obstante, trato de ignorar este hecho y su significado. Una vez que llegaron al patio, vieron a Tsubaki sentada debajo del manzano mientras permanecida sentada y se empinaba un vaso de leche chocolatada. Después de terminar, dejo el vaso sobre la mesa y se dio la vuelta para ondear su mano derecha.

Una vez que llegaron a la mesa, Kain saco la silla a la izquierda de Tsubaki y se la ofreció a la madre. Por otro lado, ella se sentó en un gesto elegante, con las piernas juntas y ligeramente reclinadas hacia la izquierda mientras mantenía las manos sobre su regazo. Parecía una princesa en esa posición.

-¿A qué vienes querida madre?- le pregunto Tsubaki con un tono de voz educado

-Jojojo- se rio la madre de manera pomposa mientras se cubría la boca -por supuesto que a verte mi hermosa hija, me asuste al no verte esta mañana-

Ambas se miraron a los ojos intercambiando pensamientos y dejando escapar un espíritu combativo. Parece que en cualquier momento la madre de Tsubaki se iba a levantar y le iba a dar un escarmiento, pero al final no pasó nada. La madre sonrió con dulzura y Tsubaki soltó un suspiro de alivio.

Por otro lado, Kain se sentó frente a Tsubaki e ignoro el dialogo mental de la madre y la hija.

-Oh- dijo la madre con una voz melodiosa -que tonta de mí, no me he presentado, mi nombre es Mikoto-

-Kain- respondió Kain ofreciendo su mano

Mikoto le tomo la mano con la sutileza y la elegancia de una aristócrata. Después retiro su mano para que volviera a su regazo.

-La niña se estaba subiendo a la pandereta- dijo Kain como si nada

-Traidor- grito Tsubaki mientras lo apuntaba con el índice

Mikoto parpadeo un par de veces y empezó a emitir ese aire de guerrera barbárica. La vena en su frente le palpitaba, pero trato de mantener la compostura.

-También se cayó y si no fuera por mí, se hubiera partido la cabeza- añadió Kain dándole una sonrisa vengativa a Tsubaki. Esta última se asustó y miró a su madre con extrema preocupación.

Mikoto tomo una respiración profunda, igual que si fuera un dragón preparándose para lanzar fuego. Kain pudo ver como el kendogi se abrió dejando ver un sarashi por debajo.

No obstante, fuera de todo pronóstico, Mikoto no estallo -hija- dijo con una sonrisa que no lo era -cuando lleguemos a la casa conversaremos. Ya te he dicho que así no se comporta una dama-

-Pero tu- trato de decir Tsubaki, pero sintió un espíritu de muerte que le atenazaba el hombro. Así que se calló sabiendo que solo empeoraría su posición.

Por otro lado, Kain sonrió al verla en un apuro.

-Muchas gracias- dijo Mikoto manteniendo su carácter de mujer modesta y elegante -usted ha salvado a mi preciosa hija ¿Cómo le podría pagar?-

-No hay necesidad- respondió Kain -esta mocosa a pesar de ser un poco lengua suelta es bastante divertida. Con haberme reído un rato es más que suficiente-

-Por favor, permítanos mostrar nuestra gratitud-

Kain soltó un suspiro -Tu gratitud ¿eh? Bueno ¿Qué se te ocurre?- pregunto

-¿Qué le parece venir a comer esta noche a nuestra casa?-

-Hoy no puedo, lo siento, por lo menos, durante los dos próximos días estaré ocupado-

-¿Hoy lo interrumpimos?- pregunto Mikoto con una cara de real preocupación

-No- dijo Kain sonriendo -mi asunto es a la tarde-

-¿Qué le parece en tres días más?-

-Eso está bien- dijo Kain -en ese momento tendré tiempo libre-

-Gracias de nuevo, usted a protegido a mi hija- dijo Mikoto

-Ya te lo dije, no fue la gran cosa-

Después de eso, conversaron por un rato y Mikoto se despidió haciendo una leve reverencia. Por otro lado, Tsubaki iba de la mano de Mikoto y miraba a Kain como diciéndole que la había mandado a su ejecución.