TESTAMENTO 2

—Anna recibió el desayuno en la cama tal como lo había instruido su querido nuevo esposo —y poco a poco se había recuperado de la resaca después de dormir unas horas más.

Anna había pensado en qué ponerse para la subasta a la que Noah la había invitado, y evaluando la ropa que tenía en el armario, no era suficiente para ella —decidió comprar algo para ponerse, tal vez algo simple.

Algo que no necesitara mucha atención, pero que fuera suficientemente hermoso. Tenía que verse bien a como diera lugar. ¿Y si algo sale mal y esta noche fuera su primera aparición? De ninguna manera quiere aparecer en la red por primera vez en dos años luciendo tan casual.

Se sintió ansiosa al pensar de nuevo en internet —Respira Anna—susurró y tomó un respiro profundo.

Ella tendría que comprar un atuendo simple por sí misma. Nadie tiene que saber que ella va a salir. Así no habrá paparazzi rondando —asintió en acuerdo a su pensamiento y llamó a su mejor amiga.

—Janjan.

—Anna. ¿Cómo has estado bebé? He intentado llamar durante días después de esa noticia pero tu número de repente estaba inaccesible —Janjan habló atropelladamente, luchando por respirar después de sus palabras—. ¿Estás bien? ¿Dónde estás?

—Estoy bien Janjan. La noticia se fue tan rápido como vino.

—Sí, es bueno que Mack decidiera cambiar de opinión. Por un segundo pensé que realmente iba a destruirte —la voz preocupada de Janjan se escuchaba—. ¿Qué está pasando Anna? Me preocupa por ti, ¿por qué no simplemente vuelves con él? Ambos pueden resolver sus diferencias antes de que sea demasiado tarde.

Anna deseaba poder contarle a su amiga todo lo que sucedía. Pero no podía —Janjan tenía la boca grande. Mack podría enterarse de sus planes a través de Janjan y destruirlos antes de que ella incluso comience.

—Janjan, vamos de compras, ¿eh? —Anna trató de cambiar el tema—. Podemos hablar de todo lo que quieras allí y divertirnos.

—Janjan estuvo callada durante un tiempo antes de decir —Anna, mi padre ha cortado mi asignación por tu culpa, y tu abuelo también ha cortado la tuya. ¿Cómo vamos a comprar si ambas no tenemos dinero?

Anna se mordió el labio —no hay manera de que vaya de compras sola. Alguien tiene que acompañarla para que la gente no la reconozca.

—Janjan, soy yo quien te invita, ¿no? —trató de tranquilizarla—. No te preocupes por el dinero, eso está resuelto —encuéntrame en nuestro lugar de siempre en una hora, ¿de acuerdo?

—Está bien.

Anna colgó y procedió a prepararse. Tenía tiempo limitado para comprar y prepararse para la subasta, así que tenía que ser rápida —salió de la cama y se dispuso a refrescarse y prepararse para las compras.

Anna se adornó con un vestido del color de la leche, su color parecía tenue como si la tela estuviera desvaneciéndose, a pesar de su aparente novedad —sentía que cuanto menos la reconocieran, mejor para ella.

Se puso un sombrero negro y un par de gafas de sol rojas con tacones negros y su bolso negro antes de salir de su habitación.

—Buenos días señora —Lurch saludó, alejándose del sirviente al que estaba instruyendo sobre cómo limpiar las ventanas altas desde el interior de la casa.

—Buenos días Lurch —Anna saludó con una sonrisa a lo que el mayordomo respondió con una reverencia. Desde que llegó su nueva señora, la mansión ha estado tan encantadora y tranquila, a diferencia de las otras citas a ciegas de su amo que habían estado allí antes.

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Aunque no era su asunto lo que la pareja hacía ya que él solo estaba ahí para servir a su amo como lo ha estado haciendo durante años. Pero oraba y esperaba que su unión durase más tiempo. Incluso para siempre.

—Parece que va a salir —preguntó y ella asintió.

—Entonces permítame organizar un transporte para usted y unos cuantos guardias para escoltarla —los ojos de Anna se abrieron de par en par. No por los guardias que la seguirían, sino por la atención que atraerían.

—No no, eso no es necesario, estaré bien yendo sola —dijo ella.

—Entonces puedo pedir a unas cuantas empleadas que la acompañen si eso estaría bien. Insisto señora —Lurch preguntó educadamente. Su amo le había pedido específicamente asegurarse de que su señora estuviera bien y eso haría.

Tienen empleadas hábiles para cada tarea y se asegurarán de atender sus necesidades cuando sea necesario.

—Está bien, pero solo dos ya que no quiero llamar la atención sobre mí —Anna declaró y Lurch hizo una reverencia.

—Antes de que olvide, hay alguien aquí esperando para verla —Lurch dijo a su señora que acababa de llegar al salón.

—¿Quién es?

—Es Paul, el asistente del amo.

—Está bien, pásalo —vinieron las palabras de Anna y Lurch hizo una reverencia. Se adelantó para buscar al asistente de Noah que ha estado esperando por horas ahora a la esposa de su jefe.

Paul aún no simpatizaba con la mujer ya que sabía mucho sobre su pasado. No sabía qué encanto había utilizado en su jefe, pero esperaba que el hombre lo superara rápidamente.

Esta mujer tenía muchos antecedentes negativos para estar casada con otro titular de registros negativos como Noah. Noah necesita un ángel, no otro demonio en su vida. Se preguntaba qué harían los Declan's cuando se enteraran de que su único hijo y heredero estaba casado con una celebridad.

Paul ya se sentía mareado de sus pensamientos. No solo su amo estaba locamente enamorado de esta mujer, sino que también estaba listo para dejarle toda su herencia.

—B... Buen día mi señora —Paul tartamudeó mirando al ángel frente a él. Aunque había visto a esta mujer antes, podría haber jurado que no estaba tan hermosa el día que la vio. Su jefe realmente tomó la decisión correcta al casarse con un ángel como ésta.

Su sonrisa era angelical, su piel clara brillaba. Y sus ojos azules eran encantadores. Ahora podía ver lo que su jefe había visto en esta hermosa mujer. Por unos minutos olvidó su razón para venir y simplemente la miró.

Anna se había quitado el sombrero y las gafas de sol ya que aún estaba en casa. Recordó que Noah le había dicho más temprano sobre firmar un documento y quería terminar con eso lo más rápido posible.

—Dios mío, eres tan hermosa —exclamó Paul, y la mujer ante él amplió su sonrisa. Sabía que era hermosa, pero hacía mucho tiempo que no tenía a un hombre que actuara de esa manera hacia ella. Ahora que Paul estaba aquí, Anna extrañaba su vida pasada.

—Gracias.