Sacudiéndose la ropa, Subaru alzó la mirada hacia el origen de la llama negra—obviamente, era la dragona negra, que estaba sentada frunciendo el entrecejo.
Ella estaba disgustada, de eso no cabía duda.
_Capella: Ay, no… No me miren con esos ojos tan excitados. ¡Paren, no me miren, no me violen con sus sucios ojos! ¡Kyajajajah! ¿No saben que está prohibido manosear a las bailarinas que actúan para ti? ¡Kyahjajaja!
_Subaru: Qué diablos…
A pesar de haber sido directamente atacada por la magia de Julius, Capella actuaba como si nada hubiera pasado.
Sin embargo, no podía decirse que no hubiera sufrido ningún daño. Más bien todo lo contrario: ese ataque le hizo mucho daño.
El ala derecha de la dragona fue quemada hasta quedar nada más que un pedazo de carne ensangrentado. Quizás usó el ala para proteger su cuerpo, pero esa herida fue el precio a pagar.
La magia había atravesado el ala de la dragona negra, alcanzando su cuerpo. Su abdomen se quemó y se derritió, y sus entrañas parecían haberse cocido o hervido. El lado derecho de la cara de la dragona fue arrancado de cuajo y su serpenteante lengua que utilizó para ridiculizar a los demás estaba ahora cortada. Sus ojos colgaban de sus cuencas vacías.
Estaba más que medio muerta; era casi un cadáver.
Subaru tragó saliva, mientras que Julius y Ricardo fruncieron el ceño, y Crusch no pudo evitar dar un grito ahogado propio de una niña pequeña. Ese grito no era debido al horroroso estado de la dragona—
—sino debido a que su carne estaba regenerándose.
Sus huesos deshechos volvieron a crecer, sus músculos derretidos se endurecieron y todos sus tejidos mutilados cicatrizaron; el cuerpo destruido de Capella se regeneró a gran velocidad.
El calor insoportable que emitía al regenerarse evaporó todo rastro de sangre que tenía en el cuerpo.
_Capella: Y ahora que han visto mis hermosos órganos internos, ¿ya están satisfechos? ¿Acaso ustedes son el tipo de pedazos de mierda que se excitan al ver mi transformación? ¡Kyajajaja! ¿Satisfechos? Ey, ¿tan complacidos están que se les cae la baba?
_Subaru: ¿Qué…? ¿Qué es lo que has hecho?
_Capella: ¿No deberías ser capaz de adivinarlo con solo verlo? ¿Has tenido que preguntar? ¿Cuán idiota puedes llegar a ser? Pero esta misericordiosa dama te responderá: como puedes ver, obviamente soy inmortal.
Inmortal—una simple y absoluta descripción de su poder.
Ante semejante descripción de Capella, Subaru no pudo evitar tragar saliva. La posibilidad de que ella estuviera mintiendo pasó por su cabeza. De hecho, sería gratificante pensar que ella estaba fingiendo.
_Subaru: Sólo es una habilidad de rápida regeneración, nada más…
_Capella: Puedes llamarlo como quieras. No me gusta llamarlo invencibilidad como cierto idiota, ¡mi adorable ser es demasiado increíble como para eso! Así que me decanto por inmortalida~d.
_Subaru: …
_Capella: ¡Vaya vaya; te quedaste calladito, qué adorable~! ¡Es broma, idiota! ¡Muérete! ¡Muéranse todos ustedes, pedazos de mierda! ¡Muéranse todos menos yo—! ¡Un momento! ¡Espera!
Capella interrumpió sus propias palabras. Desplegó sus alas ya curadas y las agitó, desplazando lentamente su voluminoso cuerpo hacia el techo del Ayuntamiento.
Pensando que ella se estaba preparando para lanzarse sobre ellos, Subaru se preparó para el ataque de Capella. Sin embargo,
_Capella: Se acabó el tiempo; tengo que hacer la siguiente transmisión, así que volveré dentro. ¡Hablarles a ustedes no es más que una pérdida de tiempo! ¡Una pérdida de tiempo tan inútil que es irritante! Así que, quédense ahí y mueran junto con ese adorable trozo; mueran y púdranse por favor.
_Subaru: ¿E-Eh?
Perdiendo el interés repentinamente, Capella bostezó y entró tranquilamente en el Ayuntamiento, donde Subaru la perdió de vista.
Subaru no pudo evitar pensar que se trataba de una trampa para atraer a sus enemigos.
_Julius: Es posible que esté tratando de atraernos, ¿no creen? Pero… no podemos dejar que haga esa transmisión.
_Subaru: Si la dejamos hacer esa transmisión, la ciudad entrará en pánico. Mierda, ¿podremos entrar? ¡Menuda situación! ¡Tenemos que alcanzarla!
Tenía un mal presentimiento.
Para empezar, con ese tamaño, ¿cómo pudo entrar Capella al interior del Ayuntamiento? No sabía cómo era de grande la sala de transmisión, pero por su tamaño parecía que Capella destruiría la sala con tan sólo un movimiento. Sin embargo, Subaru no tenía tiempo para preocuparse por este detalle.
_Ricardo: ¡De acuerdo! Yo me que'aré aquí fuera con esos dos por si necesitan ayu'a en la batalla. Nii-chan, Julius-bo y la señorita Crusch entrarán al Ayuntamiento.
Ricardo dio instrucciones al grupo de Subaru, quien lo miró interrogativamente. Como Ricardo lo había dicho con decisión, era de esperar que hubiera un razonamiento lógico detrás de ello.
_Ricardo: No lo he disho sin ningún motivo. Esos dos espadashines son demasia'o para ti y para la señorita Crusch; y yo no soy apto para la acción en espacios cerra'os. Julius-bo pue'e manejar eso mu' bien. No le demos má' vuertas.
_Julius: Una decisión muy acertada. Siendo honesto, me preocupa dejar solo a Wilhelm y Garfiel, así que te lo encargo a ti, Ricardo.
_Ricardo: ¡Por supuesto; no te decepcionaré!
Julius y Ricardo asintieron el uno al otro, sin dejar ninguna duda en sus palabras.
Siendo de la misma facción, quizás podían entenderse con una sola mirada. Subaru fue incapaz de protestar; así que, mientras se rascaba la cabeza,
_Subaru: ¡Garfiel! ¡Te prohíbo perder! ¡Después de que mandes a volar a ese gigante y derrotemos a Lujuria, iremos a salvar a Emilia, ¿Lo has entendido?!
_Garfiel: ¡Capitán, ahora mismo 'stoy demasiado ocupado como para hablar contigo!
Subaru intentó hablar con Garfiel, quien aún estaba inmerso en su caótico combate.
Al lado de Subaru, Crusch levantó una mano hacia su propia boca para dirigir su inminente voz hacia donde estaba Wilhelm.
_Crusch: ¡Wilhelm, te dejo el resto a ti!
_Wilhelm: ¡Descuide!
Wilhelm dio una breve respuesta a las palabras de su líder.
Un verdadero líder y vasallo sólo necesitaban unas breves palabras para entenderse. Entonces, liderados por Julius, Subaru y Crusch se pusieron en marcha.
Saliendo de la plaza central, los tres corrieron hacia el interior del Ayuntamiento. Los dos centinelas respondieron a los inminentes intrusos, renunciando a sus actuales oponentes.
_Ricardo: Ponerse en línea así me facilita musho las cosas, ¡¡jaaaaah!!
Su feroz risa creó ondas sonoras destructivas que arrastraron pequeñas piedras; ante eso, el gigante y la mujer vacilaron levemente. Aunque el poder de las ondas había empezado a disminuir, todavía eran efectivas para detener a esos dos. Detrás de ellos, sus oponentes los alcanzaron, con desprecio en sus ojos.
_Wilhelm: ¡Qué descortés, ignorándome cuando solo tengo ojos para ti!
_Garfiel: ¡No le 'nseñes tu trasero a tu oponente a menos que quieras perderlo!
_Gigante: …
_Mujer: …
Cuchilladas y cortes; puñetazos y espadazos; los combates en la plaza continuaron. Era una batalla encarnizada en la cual nadie del exterior intervino.
Siendo ya incapaz de escuchar los sonidos de la batalla, Subaru corrió hacia la entrada del Ayuntamiento.
_Subaru: ¡¿Dónde estará la sala de transmisiones?!
_Crusch: No estoy segura, pero supongo que en el nivel más alto, para que el sonido llegue lo más lejos posible.
_Julius: ¡Es posible que haya emboscadas por el camino, tengan cuidado!
Atravesando la entrada principal, llegaron al interior del Ayuntamiento.
Normalmente, este lugar estaba lleno de gente, con una encantadora recepcionista y unas luces brillantes que coloreaban el entorno. Pero ahora, todo estaba tenuemente iluminado y completamente desordenado.
Afortunadamente, no había más cultistas en esta planta ni había cadáveres esparcidos, así que—
_Subaru: Venga, en marcha. ¡Debería haber algún tipo de mapa que nos diga dónde está la sala de transmisiones!
_Julius: Si tuviéramos tiempo, me gustaría comprobar si el personal está a salvo, aunque las probabilidades no parecen ser muy buenas…
_Subaru: ¿Qué—? ¡—!
Subaru comprobó el mostrador de recepción y confirmó que no había nadie escondido, luego señaló las escaleras. Julius subió los escalones en silencio y, después de mirar hacia el fondo del pasillo, hizo un gesto suave con la cabeza para indicar algo.
Crusch le siguió frunciendo el ceño y, al mirar hacia donde estaba mirando Julius, su rostro tembló.
Al ver esa reacción, Subaru fue a donde estaban Crusch y Julius—y contuvo la respiración al mirar lo que estaban viendo.
Acercándose lentamente y con pasos pequeños resonando en el pasillo, apareció una figura.
Mirando desde las escaleras, vieron aparecer a un joven con una diabólica sonrisa. A simple vista, era sólo un niño.
Tenía un físico delgado y un rostro infantil, propio de alguien de corta edad.
Sin embargo, su apariencia física y la sensación que daba, eran completamente distintas.
Su pelo castaño oscuro colgaba libremente, y su cuerpo estaba envuelto con un solo paño, dándole un aspecto bastante sombrío.
Enseñando una sonrisa diabólica sobre su joven rostro, y un brillo apagado en su podrida mirada, la que parecía albergar todos los venenos existentes de este mundo, era totalmente imposible que esos ojos pertenecieran a los de un ser humano respetable.
Y, tomando en cuenta las circunstancias actuales, era evidente que eso significaba un peligro inminente.
_Niño: ¡Soy feliz, estoy feliz, felicidad, tan feliz, ya que estoy sobradamente feliz, precisamente debido a esta felicidad! ¡Beber mucho! ¡Comer mucho, tsu! ¡He sufrido mucho esperando, con el estómago vacío! ¡Así que el primer bocado debe ser delicioso para compensarlo!
Contento, feliz desde el fondo de su corazón, el niño descalzo caminó como si estuviera bailando al compás de alguna música.
Mientras hablaba, reveló sus dientes, que eran tan largos como los de un felino. Al ver esa imagen, esa actitud y ese exuberante discurso, la mente de Subaru comenzó a hervir.
Si la furia que estaba surgiendo en su interior existía de verdad y no era únicamente su imaginación, entonces ese chico era—
_Subaru: Si no eres más que un niño travieso que se ha escabullido aquí jugando al escondite, explícate rápidamente. Si ese es realmente el caso, te dejaremos ir. Pero, si no, date prisa y dinos tu nombre.
_Niño: Aghwaa, onii-san, ¿qué pasa? Tienes cara de estar muy enfadado. ¿Por casualidad eres alguien que nos guarda rencor por algo? Si es recordable, queremos recordarlo, pero… nosotros tenemos mala cabeza, nosotros tenemos mala memoria~…
Hablando en voz baja, Subaru se obligó deliberadamente a permanecer en calma.
Y como si provocase deliberadamente a Subaru, el niño retorció su joven rostro con una sonrisa burlona.
_Niño: ¿Tu enfado realmente es hacia nosotros, o es hacia alguien que no es nosotros? Compruébalo tú mismo.
_Subaru: Es suficiente. Me he dado cuenta—de que eres mi enemigo.
_Roy: Somos el Arzobispo del Pecado del Culto de la Bruja, representando a la Glotonería, Roy Alphard.
_Subaru: ¡¡GLOTONERÍAAAA—!!
Tan pronto como el niño dijo ser Glotonería, Subaru usó el látigo.
Atravesando el aire, su látigo salió disparado sin piedad hacia la cara de su enemigo. Sin embargo,
_Roy: Bueno… no es raro que nosotros nos comamos el enfado de los demás.
Dijo Glotonería mordiendo el extremo del látigo.